Miércoles, 26 de febrero de 2025
Introducción
Contenidos
- Introducción
- Iglesias conventuales del siglo XVII
- Mapa de su situación
- Glosario
- Bibliografía y enlaces externos
- Más Sevilla
- Monográficos de Sevilla
- Como llegar a Sevilla
En esta nueva página de unaVentanadesdeMadrid (uVdM) que dedicamos al Siglo XVII en Sevilla, finalizamos el recorrido por las iglesias construidas en aquella centuria y que aún permanecen en pie en la ciudad. Es éste un camino que comenzamos con nuestra anterior publicación, Sevilla (XIV): siglo XVII, del Renacimiento al Barroco, donde vimos las iglesias surgidas entonces como templos parroquiales y capillas de colegios o de hospitales, y dejamos, para esta página, las que habían formado parte de conventos físicamente ya inexistentes.
Así, seguidamente, y ordenadas conforme a sus fechas de construcción, veremos las iglesias de San Antonio de Padua (del desaparecido Convento de San Antonio de Padua), de Nuestra Señora de la Paz (del de Santa María de la Paz), de San Benito Abad (del de Santo Domingo de Silos), de Nuestra Señora de Gracia (del de Nuestra Señora de Gracia), del Señor San José (del de San José), de San Pedro de Alcántara y Capilla de la Orden Tercera (del de San Pedro de Alcántara) y de Nuestra Señora de los Remedios (del de Nuestra Señora de los Remedios).
La Iglesia de San Antonio de Padua, del siglo XVII, perteneció al antiguo convento masculino de San Antonio de Padua, de la Orden Franciscana. Tiene orientación Sur-Norte (pies-cabecera), planta de cruz latina1 –la cual no es visible exteriormente al estar el edificio inserto entre las distintas construcciones que lo rodean– y cubierta a dos aguas3 en la nave principal, a tres aguas en los brazos del crucero4 y a cuatro en el propio crucero. Interiormente, el templo cuenta con tres naves, estando la central, de mayor altura y anchura que las laterales, cubierta con una bóveda de cañón5, con lunetos6, apoyada sobre arcos fajones7. Las naves laterales, en cambio, se cubren con bóvedas baídas8.
Continuando con la nave central, cuenta con un coro a los pies, en alto, y, lógicamente, en la cabecera, con una capilla mayor de testero plano. El crucero está rematado por una bóveda semiesférica, sin tambor9 ni linterna10, apoyada sobre pechinas11.
El retablo del altar mayor, del siglo XVIII y obra del ensamblador de retablos y arquitecto Gerónimo de Balbás (Zamora, 1673-Ciudad de México, 1748) y del escultor y arquitecto Pedro Duque Cornejo (Sevilla, 1678-1757), procede del también desaparecido Convento de San Felipe. Está formado por un banco13, un único cuerpo de tres calles14 y ático15.
En las calles laterales, se encuentran distintas imágenes de santos franciscanos, como las de San Francisco de Asís, Santa Coleta de Corbie, la terciaria16 Margarita de Cortona y San Pascual Bailón. En el centro, sobre el sagrario, hay una imagen del siglo XVII, de autoría anónima, de la Virgen de la Palma Coronada, que es una de las titulares de la Hermandad a la que se ha cedido el templo: la Real, Ilustre, Antigua, Fervorosa y Franciscana Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santo Sudario, Santísimo Cristo del Buen Fin, Nuestra Señora de la Palma Coronada, San Francisco de Asís y San Antonio de Padua. Por encima de la anterior Dolorosa, presidiendo el retablo, vemos la imagen de San Antonio de Padua, obra del siglo XVII (1642) de Felipe de Rivas, la cual estaba en el desaparecido retablo original.
La otra imagen titular de la anterior hermandad, la del Cristo del Buen Fin, del siglo XVII (1645) y obra de Sebastián Rodríguez, se halla situada en el brazo izquierdo del crucero.
Repartidos por los distintos espacios del templo hay otras imágenes y retablos de los siglos XVII, XVIII y XX.
La portada de acceso a la iglesia, adintelada20, apoyada en pilastras y rematada por un frontón22 recto, se abre en la nave de la Epístola23 y, para llegar a ella, hay que atravesar un pequeño compás25 al que se accede, desde la calle, por la portada rematada con un frontón curvo que da a la calle San Vicente.
Sobre el lateral derecho de la nave central, el que da a la calle San Vicente, podemos ver dos espadañas del antiguo convento, en las que destaca, por su mayor tamaño, la situada más hacia los pies de la iglesia (hacia nuestra izquierda, según las miramos desde la calle San Vicente). Ésta es una espadaña del siglo XVII que está decorada con tres paños de azulejos de los siglos XVIII (o XVII, según la fuente a consultar), entre los que sobresale el central, con la imagen de San Antonio mientras recibe al Niño Jesús.
Datos históricos del Convento de San Antonio de Padua.
El Convento de San Antonio de Padua surge a finales del siglo XVI como un hospital o enfermería de la Orden de San Francisco, destinado a atender a los enfermos de los conventos de San Francisco del Monte, de San Francisco de La Algaba y de Nuestra Señora de Aguas Santas. Según la fuente consultada, también se indica que fue fundado en 1596 por fray Buenaventura Calata Girona.
Su primera localización estuvo fuera de la muralla de Sevilla, junto al Real Hospital de San Lázaro. Sin embargo, al quedar inundado por la riada del año 1596, los monjes tuvieron que cambiar de ubicación, trasladándose a un terreno de realengo28 situado entre la plaza del Hospital de las Cinco Llagas y la huerta de la fábrica29 de San Andrés. No obstante, éste tampoco sería el lugar definitivo ya que volvieron a mudarse hasta la que sería su ubicación actual, por entonces, unas casas compradas a Diego del Postigo.
Finalmente, el 19 de abril de 1601, el Cabildo Eclesiástico de Sevilla les otorgó permiso para hacerse cargo de su enfermería, quedando ésta bajo la advocación30 de San Antonio de Padua. Lamentablemente, la enfermería resultó pequeña, por lo que debieron “tomar a censo”31 el frontero32 Hospital de San Pedro y San Pablo, el cual sería luego objeto de permuta. Más adelante, hubo una nueva ampliación con la compra de una vivienda limítrofe.
Dada la carencia de un auténtico espacio hospitalario, al existir solamente un conglomerado de diferentes edificios, se decidió demoler todas las construcciones para levantar un nuevo convento. Inicialmente, se comenzó por levantar una iglesia, de un tamaño inferior al de la actual, cuya obra tenía que estar terminada en el año 1605, al ser entonces cuando se firmó un acuerdo con la Hermandad del Buen Fin por el que se cedía, a esta última, una capilla de la iglesia. Posiblemente, la enfermería inicial también estuviera ya finalizada por aquella época.
Es en 1627 cuando se comenzaron a construir los nuevos conventos y enfermería, prolongándose la obra hasta su terminación en la siguiente centuria, en particular, en el año 1739 (o 1650, según la fuente a consultar). La iglesia quedaría terminada en 1641.
Una completa descripción del convento resultante, actualmente desaparecido, así como algunas de sus fotografías, se pueden consultar en el número 63 de la revista “Archivo Hispalense”.

Responsorio 33 a San Antonio de Padua.
En cuanto a la autoría de los trabajos, hemos encontrado hasta tres informaciones distintas con el nexo común del maestro mayor de obras del Ayuntamiento sevillano Andrés de Oviedo (¿?, ca.34 1585-Sevilla, 1632) como autor, hasta su fallecimiento, de la construcción. Por otro lado, también hemos leído que de su fábrica se encargó el ensamblador, escultor y arquitecto Diego López Bueno (Sevilla, 1565-1632) bajo el asesoramiento de Andrés de Oviedo, así como que sus trazas pudieron proceder de la mano de Juan de Oviedo –suponemos que el ingeniero militar, arquitecto, matemático y escultor Juan de Oviedo y la Bandera (Sevilla, 1565-Bahía, Brasil, 1625)–, siendo Andrés de Oviedo y Antonio Rodríguez quienes continuaron con las obras.
Tras el fallecimiento de Andrés de Oviedo, será el monje franciscano fray Marco quien, en 1631, desempeñe el puesto de maestro mayor de la obra.
En cuanto a la importancia que tuvo este convento, debemos pensar que en él se reunieron una enfermería de muy buen renombre, un noviciado y un centro de estudios.
En el Catastro de Ensenada, realizado en Andalucía entre los años 1750 y 1754, el Convento de San José (nombrado como de San Joseph) contabilizaba una comunidad de ciento veinte religiosos.
Durante la Guerra de Independencia Española (1808-1814), el convento fue, primero, ocupado por tropas españolas y, posteriormente, exclaustrado35 y usado como alojamiento de las tropas napoleónicas. Es muy posible que fuera entonces cuando se destruyera el retablo mayor del templo.
En 1813, los frailes recuperaron su convento para, en 1822, al instalarse en él el Gobierno de Sevilla, volver a perderlo y tener que trasladarse hasta el de San Pablo el Real. En 1823, regresan nuevamente los monjes para, en 1835, perderlo al ser desamortizado37.
Tras consultar el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, elaborado por Pascual Madoz entre los años 1846 y 1850, podemos leer lo siguiente sobre este convento:

Retablo conmemorando el IV Centenario de la estancia de la Hermandad del Buen Fin en la Iglesia de San Antonio de Padua.
“La igl. es de tres naves, la del centro mas elevada y ancha que las colaterales; pero todas de buena arquitectura; hoy carece de las reliquias artísticas que poseia; pero su hermoso y estenso edificio claustral conserva una famosa escalera de finisimos jaspes, formando una cúpula con primores platerescos38, y que en su clase es la primera obra de las que se encuentran en Sevilla. Contigua á la igl. está una capilla perteneciente á la órden tercera. En este conv. se ha establecido una hermosa fáb. de fundicion de hierro”
A lo largo de este siglo y de parte del siguiente, las instalaciones del convento tuvieron distintos destinos y ocupantes, perdiéndose la antigua huerta, y no volviendo a manos franciscanas hasta 1935. Dado el mal estado en que se encontraba entonces, y al no restaurarlo los franciscanos, en 1953 se derribó la antigua construcción y se construyó un nuevo convento de menor tamaño, quedando sólo la iglesia y la sacristía del edificio original.
Finalmente, el 4 de octubre de 2013, la Provincia Bética Franciscana cede el convento y la iglesia a la Hermandad del Buen Fin. Una relación ésta, entre la Hermandad y el templo, que, recordemos, proviene de principios del siglo XVI, en particular del año 1605, cuando el Ministro Provincial de los Padres Franciscanos les donó una capilla situada bajo el coro de esta iglesia.
La hermandad tiene, en algunas de las anteriores dependencias del convento, el Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin, uno de sus fines asistenciales.
Localización: Calle San Vicente, 91. 41002 Sevilla. 
La Iglesia de Nuestra Señora de la Paz formó parte del extinto convento femenino de Santa María de la Paz, de la Orden de San Agustín. El templo, construido de ladrillo en el siglo XVII, es un templo con orientación Este-Oeste (pies-cabecera), planta de cruz latina y cubiertas a tres aguas en los brazos del crucero y la capilla mayor, a cuatro aguas en el crucero y a dos aguas en la única nave con que cuenta. Es de interés señalar la existencia de una espadaña de notable tamaño, de casi la misma anchura de la nave, que se encuentra situada a los pies del templo y sólo es visible desde la calle Dueñas o con Google Maps. Tiene dos cuerpos de altura: el inferior, dotado con tres vanos39 para campanas, enmarcados entre pilastras y de los que el central está rematado por un arco de medio punto40, mientras que los laterales son rectangulares; el cuerpo superior, en cambio, tiene un único vano, también finalizado con un arco de medio punto, enmarcado entre pilastras pareadas y rematado por un frontón triangular.
Una vez dentro del templo, se observa cómo la nave, los brazos del crucero o la capilla mayor se cubren con bóvedas de cañón adornadas con yeserías41 de estilo barroco42. Mientras, el crucero queda rematado por una cúpula semiesférica, dotada de linterna y apoyada sobre pechinas. A los pies, recortando la longitud de la nave hasta poder confundirse con una iglesia de planta de cruz griega44, se encuentra el coro alto.
Es de destacar el retablo mayor del siglo XVIII, en concreto, de 1752, realizado por José Fernando Medinilla, con un acabado que imita al mármol. Es de estilo tardobarroco, con algunas características neoclásicas45. Cuenta con banco, cuerpo central de tres calles y ático. Como motivo central, sobre el sagrario, destaca el conjunto de escultura barroco del siglo XVII en el que se encuentran las imágenes de Jesús Descendido de la Cruz, del escultor Cristóbal Pérez (¿?-Sevilla, 1685); de la Virgen de la Piedad, se cree que de la escultora Luisa Ignacia Roldán “La Roldana” (Sevilla, 1652 (bautizada)-Madrid, 1706); y de San Juan, María Magdalena, María Cleofás, María Salomé, José de Arimatea y Nicodemo. Estas últimas obras se baraja la posibilidad de que procedan del círculo del escultor Pedro Roldán (Sevilla, 1624-1699).
En las calles laterales, enmarcando el motivo central, se hallan las imágenes de San José y Santa Bárbara, bajo los medallones de San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Por encima del motivo central, en una hornacina, vemos la imagen de la Virgen de la Paz, del siglo XVI. Finalmente, en el ático, se encuentran, en el centro, las figuras de San Agustín junto a otros miembros de la Orden Agustina, y a los lados, las esculturas de Santa Mónica y Santa Clara de Montefalco. Repartidos por el templo, se observan varios retablos de los siglos XVII y XVIII, así como imágenes de los siglos XVI, XVII y XVIII.
Para entrar al templo, hay que acceder primero al compás del antiguo convento, a través de la puerta que éste tiene en la calle Bustos Tavera. Luego, desde él, se accede al interior por la espectacular portada de piedra que tiene en el hastial46 del brazo Norte del crucero. La portada, de dos cuerpos, está enmarcada en su nivel inferior por pilastras toscanas47 pareadas, con hornacinas entre ellas; y en su nivel superior, por pilastras pareadas compuestas60 e, igualmente, con hornacinas entre ellas. Las cuatro hornacinas están vacías. El segundo cuerpo cuenta con la pintura de Francisco Maireles Vela (Gilena, Sevilla, 1920-2000), de 1978, en la que se representa a un huido de la justicia refugiado en la iglesia de Santa Marina (recordemos que este templo era la sede canónica de la Hermandad de la Mortaja antes de que lo incendiaran en 1936). Por último, rematando la portada, hay sendos frontones partidos, uno apoyado en cada pareja de pilastras; el apoyado sobre las exteriores es triangular y se sitúa por detrás del que se sustenta sobre las interiores, que es curvo. Por encima del espacio de los frontones, hay un vano de iluminación rematado por un arco rebajado71.
Datos históricos del Convento de Santa María de la Paz.

Ábside de la iglesia con el retablo que rodea la ventana por donde se abría, hacia la calle, el camarín de la Virgen.
El Convento de Santa María de la Paz, de monjas agustinas, fue fundado en 1571 por el sacerdote y racionero73 de la Catedral de Sevilla Andrés de Segura. En el siglo XVIII, en 1739, hubo importantes obras de reforma en las portadas de la iglesia y del compás que da a la calle Bustos Tavera.
Según el Catastro de Ensenada (1750-1754), este convento sumaba entonces 26 religiosas.
En el siglo XIX, en 1815, tras la invasión napoleónica de España, se propuso que se agregasen a él las agustinas del Convento de la Encarnación ya que éste había sido demolido por los franceses. Sin embargo, ambas comunidades no se fusionaron y, unos años después, en 1837, fueron las monjas del Convento de la Paz las que fueron alojadas por las de la Encarnación tras la desamortización de aquel cenobio. Unos años antes, en 1817, la caída de un rayo en el de la Paz ya le había ocasionado serios desperfectos.
Tras la secularización77, el convento fue derribado, construyéndose casas de vecino en su solar. La iglesia continuó con su culto hasta el año 1868, cuando fue cerrada por orden del gobierno surgido tras la Revolución de 1868.
Pascual Madoz, en el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, elaborado entre los años 1846 y 1850, opina así sobre este convento:

Captura de Google Maps de la Iglesia de Nuestra Señora de la Paz; obsérvese la espadaña, a los pies del templo, y la entrada al mismo, en el lateral del Evangelio.
“El conv. no carecía de comodidades; su igl. es bonita aunque pequeña, y su planta es una cruz perfecta; los altares modernos, y no mal concluidos; algunos conservan imágenes de mediano mérito artístico. El edificio claustral se halla en estado ruinoso y sirviendo de casa de vecinos desde que las monjas fueron destinadas á las comunidades de la Asuncion y Encarnacion; la igl. está en uso y á cargo de un capellan”.
También cuenta Madoz que en el momento de su fundación “en 1571 á espensas del racionero Andres de Segura, [...] al efecto salió del de las Dueñas Doña Maria de Sotomayor, que vino á ser su primera abadesa”.
A continuación, el templo no tuvo un gran uso hasta llegar al año 1936, cuando la Hermandad de la Mortaja se ve obligada a recogerse en él por haber sido incendiada su sede, en la iglesia de Santa Marina. Con el tiempo, y a cambio de la titularidad que esta hermandad tenía en Santa Marina, el arzobispo de Sevilla entre los años 1957 y 1982, el cardenal don José María Bueno Monreal, le concedió la propiedad de esta antigua capilla del Convento de Santa Cruz. Durante un tiempo, también fue sede provisional de la Hermandad de la Pastora de Santa Marina.
Localización: Calle Bustos Tavera, 15. 41003 Sevilla. 
La Iglesia de San Benito Abad, o de San Benito, fue el templo del desaparecido Convento de San Benito de Silos, de la Orden Benedictina. Se construyó, en estilo manierista78 tardío, entre los años 1610 y 1612, conforme a los planos de Juan de Oviedo, bajo la dirección del maestro Andrés de Oviedo y el patronato de los marqueses de Tarifa.
Este templo tiene planta de cruz latina, tres naves y cubiertas a tres aguas en la nave central y la capilla mayor, y a un agua en la nave de la Epístola (Sur), mientras que la del Evangelio (Norte) se cubre con una azotea.
Esta iglesia, de carácter exento, tiene distintas dependencias parroquiales anexas a ella –en especial, en su lateral Norte– que ocultan parcialmente sus formas. Así, de su exterior, podemos destacar las dos portadas que se abren a las calles San Benito y Luis Montoto, y la torre campanario que se eleva sobre los pies del templo, en su vértice Sudoeste.
La fachada principal, situada a los pies de la iglesia, es la que de a la calle San Benito. Su forma rectangular oculta tanto las distintas naves del templo como el propio cuerpo de la torre-campanario. En este imafronte80, además de la portada, se abren sendos vanos de iluminación, uno pequeño en el cuerpo del campanario y otro de mayor tamaño sobre el eje central de la entrada, a la altura del coro.
Continuando con la torre-campanario, ésta se levantó en el siglo XVIII y tuvo que ser reconstruida en 1888 tras los daños sufridos durante una de las revoluciones del siglo XIX. Su cuerpo inferior queda disimulado por la propia fachada del edificio, con excepción de los pequeños huecos de iluminación situados en los laterales Oeste y Sur. Sobre él, a la altura de la cornisa del edificio –por lo que sigue ocultando la presencia de un primer cuerpo–, se eleva el propio cuerpo de campanas, dotado de un vano de medio punto en cada lateral. Cada hueco está enmarcado entre pilastras pareadas toscanas, delimitadas en altura por la imposta81 del arco, sobre las que se elevan otras pilastras pareadas decoradas con azulejos vidriados azules. Sustentado por estas últimas, un entablamento recorre el perímetro del edificio para continuar con una cornisa de la que se elevan unos pilares con copetes como continuación de las anteriores pilastras. En el lateral Oeste, sobre el vano de la campana, aparece la inscripción “Año de 1952”.
Sobre este cuerpo, se eleva un chapitel82 octogonal decorado con azulejos azules y blancos y coronado por un conjunto de forja formado por una cruz y una veleta sobre una bola.
La portada principal está delimitada por pilastras de piedra sobre las que se extiende una cornisa, en cuyo centro se eleva un ornamentado vano ciego que contiene un paño de azulejos con la imagen de San Benito. A ambos lados de la entrada, hay otros azulejos con las imágenes de los titulares de la Hermandad de San Benito: el Santísimo Cristo de la Sangre, a la izquierda (según miramos hacia la portada desde la calle), y el Cristo de la Presentación, a la derecha.
La portada del lateral de la Epístola (el del Sur) es del siglo XVIII y está formada por dos cuerpos. En el primero, se abre un arco de medio punto enmarcado entre pilastras almohadilladas83 sobre las que se sustenta un friso con triglifos y metopas, con una decoración de cruces en éstas. Sobre la cornisa del anterior cuerpo, se eleva el segundo, configurado por una hornacina delimitada por pilastras jónicas y rematada por un frontón curvo. En su interior, vemos un paño de azulejos con la imagen de la Virgen de Valvanera y de los anacoretas87 Domingo y Nuño venerándola.
En los azulejos del tramo inferior se puede leer:
“Los Anacoretas Domingo y Nuño llegan al sitio señalado por el Ángel, hacen Oración al pie del roble, ábrese éste y semanifiesta Nuestª Señª de Balbanera. Cuyo hermosísimo simulacro hizº el Evangtª.Sn. Lucas y Consagró Sn. Pedro quien lo entregó a las Santas Vírgs. Sarra, Xantipe, Polixena y Rebeca y á los Sants. Onésimo y Gheroteo, discípulos de Sn. Pablo pª. q. la llevasen y colocasen (como lo hizieron) en el Valle Venario, en el año de 71, y en el de416, pr.Q. nofuese irreverdª.De los Godos, los hermitaños Arturo, y Lope, la escondieron en el hueco de un Roble, y hiciern, lomismo con un Cofrecito q. contª.Las pre. Reliqs. Q. llevo Sn. Atanasio Obispo de Alejandría”.
(Texto tomado de la página web de la Hermandad Sacramental de San Benito).
El retablo está datado en 1952, mismo año que ya nombramos antes al tratar del campanario.
En esta fachada, entre la torre y la portada, también se encuentra un pequeño paño de azulejos con la imagen de Jesús con la Verónica, del año 2016.
Continuando con la de la Epístola (la situada al Sur), en ella, vemos la existencia de distintos volúmenes que, al sobresalir de la misma, rompen su uniformidad. La existencia aquí de una cerca enrejada, que delimita un espacio triangular con pequeños jardines en su interior, disimula, en parte, esta circunstancia.
Pasando al interior del edificio, se observa la existencia de las tres naves ya mencionadas y cómo la central, de mayor altura y anchura que las laterales, tiene bóveda de cañón con lunetos apoyada sobre arcos fajones, cinco tramos y un coro alto a los pies. Está delimitada de las laterales por arcos de medio punto apoyados sobre pares de columnas toscanas. Las naves laterales, cubiertas por bóvedas rebajadas, cuentan con un segundo piso con tribunas abiertas a la nave central. Estas tribunas están formadas por vanos rectangulares cubiertos con celosías y enmarcadas entre pilastras de yesería que quedan rematadas, de forma alterna, con frontones curvos rotos.
El crucero, con brazos poco señalados, tiene una cúpula semiesférica apoyada sobre pechinas y ornamentada con pinturas de santos de la Orden de San Benito.
El retablo mayor, de estilo neoclásico, está formado por banco, dos cuerpos divididos en tres calles y ático. El primer cuerpo tiene un camarín88 central con la imagen de Nuestra Señora de Valvanera, del siglo XVI, y cuatro pinturas del año 2005 situadas en las calles laterales con la representación de San Pedro, San Hermenegildo y las Santas Justa y Rufina; en el segundo cuerpo, se encuentra, en el centro, la escultura del titular del templo, San Benito Abad, del siglo XVIII, y otras dos pinturas, también del año 2005, con las imágenes de San Isidoro y San Leandro.
A lo largo del templo, hay otras pinturas y esculturas de los siglos XVII, XVIII y XX, entre las que podemos citar el cuadro de Santa Gertrudis la Magna, obra del pintor Juan del Castillo (Sevilla, ca. 1590-ca. 1655), o la figura de la Virgen del Buen Alumbramiento, del escultor y entallador de origen flamenco Roque de Balduque (¿?, p.s.89 XVI-Sevilla, 1561).
Datos históricos del Convento de San Benito de Silos.
Tras la reconquista cristiana de Sevilla, el 23 de noviembre de 1248, por el rey de Castilla (1217-1252) y de León (1230-1252) Fernando III “el Santo”, el soberano entregó una serie de solares a las instituciones religiosas que lo habían acompañado en esta campaña militar. Así, como podemos leer en la página que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico dedica a San Benito Abad, los monjes benedictinos, procedentes del Convento de Santo Domingo de Silos, de Burgos, recibieron un terreno situado cerca de los Caños y la Puerta de Carmona, junto a la Calzada de la Cruz (actual calle Luis Montoto). Unos años después, Alfonso X “el Sabio”, rey de Castilla y de León entre 1252 y 1284, cede estos terrenos a don Rodrigo, abad90 del convento.
Se levanta así el Monasterio de Santo Domingo de Silos, advocación original del convento antes de su cambio, en el siglo XVI, por la de San Benito de Silos. Es en este mismo siglo, en particular en el año 1513, cuando el convento pasó de priorato91 a abadía93.
A mediados del siglo XVIII, según el Catastro de Ensenada (1750-1754), el convento tenía 25 monjes.
En el siglo XIX, durante la invasión napoleónica de España, los monjes fueron expulsados del convento en 1810. Una vez acabada la Guerra de Independencia (1808-1814), los benedictinos volvieron a ocupar su monasterio hasta que la desamortización de 1835 los volvió a expulsar de él. Seguidamente, se puso en venta el convento, con excepción del templo, que siguió abierto al culto católico, pero ya como una filial de la Iglesia de San Roque.
En el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, elaborado entre los años 1846 y 1850 por Pascual Madoz, podemos leer lo siguiente:
“[...] en 1810 fue destruido por los franceses, y que reedificado en 1815 quedó suprimido en 1835, pues aunque era uno de los esceptuados de la esclaustracion general, dejó de existir la comunidad por falta del número de religiosos. La igl. es moderna y de 3 naves con 2 puertas, pero nada encierra que puedan admirar las artes: hoy está abierta y á cargo de un capellán. El monast. convertido en casa de vecindad, sirvió de morada á monges distinguidos en todo género de literatura, y á Fr. Benito de Laserna, amigo intimo del celebérrimo D. Nicolás Antonio, que escribió su inmejorable biblioteca en la celda de este sábio monge, valiéndose para ello de su inmensa erudicion y de su rica y selecta libreria. En la igl. de este monast. se fundó la cofradia del Smo. Cristo del Gran Poder, que reside en la parr. de San Lorenzo”.
Dado que la iglesia ha seguido abierta al culto, han sido varias las restauraciones y/o reformas que se han realizado en ella, correspondiendo la última intervención a la del año 2014, cuando se restauró su campanario.
A principios del siglo XX, en el año 1921, el provisor94 del cardenal don Enrique Almaraz y Santos –arzobispo de Sevilla entre los años 1907 y 1920–, establece en la Iglesia de San Benito la sede canónica de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Sangre y María Santísima de la Encarnación. Actualmente, la Hermandad Sacramental de San Benito tiene como titulares al Santísimo Sacramento, a Jesús en su presentación al Pueblo, al Santísimo Cristo de la Sangre, a Nuestra Señora de la Encarnación y a San Benito Abad.
La Iglesia de San Benito fue declarada Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, por Decreto del 27 de agosto de 1964, publicado el 12 de septiembre de 1964.
Localización: Calle San Benito, s/n. 41018 Sevilla. 
La Iglesia de Nuestra Señora de Gracia fue el templo conventual del Convento de Nuestra Señora de Gracia, de la Orden de la Santísima Trinidad Descalza (OSTD). Levantada entre los años 1625 y 1627, de aquella construcción sólo quedan hoy dos tramos de la nave con cubierta a dos aguas, una portada lateral y la espectacular torre-campanario, la única de Sevilla con un campanario bulboso95 como los de las iglesias orientales. Esta torre se edificó en el siglo XVIII, concretamente en 1768, como indica la web de la Orden Trinitaria. Según diversas fuentes, su diseño habría sido obra bien de un trinitario de origen ruso o, según algunas versiones, del arquitecto sevillano Ambrosio de Figueroa (1702-1775), quien desempeñó el cargo de maestro mayor de obras del arzobispado.
El campanario, con un primer cuerpo oculto debido a las construcciones actuales, se compone de un segundo cuerpo destinado a las campanas. En cada uno de sus lados, se abre un vano de arco de medio punto enmarcado por pilastras emparejadas sobre las cuales descansa un frontón recto. Encima de este cuerpo, se encuentra el primer nivel de una base escalonada que sirve como soporte para el chapitel bulboso. En la azotea de este escalón, se colocan cinco jarrones en cada lateral, dispuestos de tal forma que ocultan parcialmente el segundo nivel de la base. Es sobre este segundo escalón donde descansa el chapitel, cuya sección inferior está constituida por un cuerpo piramidal truncado rematado por un jarrón en cada esquina. Desde su cornisa, se eleva la característica forma bulbosa que embellece el campanario. Finalmente, en el extremo superior del chapitel, se alza una cruz que incluye una veleta en su base como detalle culminante.
Es de destacar, igualmente, la cerámica policromada en blanco y azul que cubre el chapitel.
Existe la leyenda de que, en el momento de su construcción, el prior del convento exigió la colocación de un azulejo en cada lateral con las letras M, J, C y T. En cada azulejo, había una de estas letras y correspondían a las cuatro puertas por las que se entraba y salía de Sevilla: Macarena, Jerez, Carmona y Triana.
Datos históricos del Convento de Nuestra Señora de Gracia.
Los trinitarios llegaron a Sevilla a principios del siglo XVII, en 1607, y se instalaron en el barrio de la Calzada, extramuros de la ciudad, cerca del Convento de San Benito. Tuvo como primer prior a Gabriel de la Asunción (Fuencarral, Madrid, 1575-Madrid, 1636), quien llegaría a ser ministro general de la OSTD.
Un año después, la comunidad se traslada a otro edificio de mayor tamaño, en la zona de la Cruz del Campo, que alquilaron a Pedro Núñez Pérez. Sin embargo, a los dos años, al no poder pagar el alquiler, fueron desalojados por orden judicial. En este mismo año (1610), doña María de Solís y Miranda, viuda del conquistador y gobernador de la Florida, general de la Armada de Indias y caballero de la Orden de Santiago don Pedro Ménendez Márquez (ca. 1537-1600), les cede unas casas que tenía entre las plazuelas de San Leandro y de Mesón del Rey, en un terreno que constituirá su ubicación definitiva.
Unos años después, en 1625, el arquitecto Juan de Segarra (Icazteguieta, Guipúzcoa, ca. 1600-Sevilla, 1666), quien también fue maestro mayor de las obras del Hospital de las Cinco Llagas y de la Cartuja de Santa María de las Cuevas, diseñó una iglesia de cajón97 con capillas en los laterales y cubierta de bóvedas de cañón. El acceso al templo se realizaría por entradas con arcos de medio punto. Dos años después del proyecto original, en 1627, se encargaron los trabajos de realización de la bóveda y el coro de la iglesia. El maestro albañil fue Francisco Escalante.
A mediados del siglo XVIII, cuando en el convento había 75 religiosos, fue gravemente dañado por el terremoto de Lisboa de 1755.
Según el Catastro de Ensenada (1750-1754), el convento tenía entonces 43 religiosos.
Posteriormente, en 1810, los invasores napoleónicos, tras exclaustrar el convento, lo dañaron y expoliaron, no volviendo los frailes hasta que los franceses fueron expulsados. A su vuelta, debieron encargar varios nuevos retablos, entre ellos uno mayor, para volver a ornamentar el deteriorado templo. No obstante, al igual que en tantos otros conventos de toda España, la vuelta de los monjes no se extendería demasiado ya que unos veinte años después, en 1835, el convento fue desamortizado.
Una vez expropiado, el convento se utilizó inicialmente como cuartel de migueletes98 antes de ser vendido y dividido como fábrica de telas y como casa de vecinos, derribándose, además, la portada.
Pascual Madoz, en el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, elaborado entre los años 1846 y 1850, opina así sobre este convento:
“Asi el conv. como la igl. son pequeños, esta se compone de una sola nave con crucero y bóvedas fingidas, pero de elegante arquitectura: tuvo algunas buenas pinturas que desaparecieron desde la invasion francesa. El templo está hoy al cuidado de un capellan, y el edificio destinado por su comprador para vec. y fáb. de tejidos”
El templo pudo permanecer abierto al culto hasta que, tras la Revolución de 1868, el Ayuntamiento surgido del nuevo régimen autorizó su uso por el Club Popular Café de Emperadores. Como consecuencia, la iglesia fue desmantelada y sus enseres repartidos entre otros templos sevillanos.
Más adelante, ya en el siglo XX, el edificio se utilizó como taller de carruajes y almacén de droguería. Finalmente, en 1979, un incendio afectó a la estructura de la iglesia. Además de estos usos, para un templo que tuvo cuadros de Murillo colgados en sus paredes hasta la llegada de los franceses, la construcción de viviendas a su alrededor durante las décadas de los años 80 y 90 ocultó parcialmente el edificio.
Actualmente, el edificio del antiguo templo es la casa-hermandad de la Hermandad del Cristo de Burgos, cuya sede canónica está en la Iglesia parroquial de San Pedro. La hermandad compró el edificio en 1979 con la intención de situar en él su futura capilla. Las obras de restauración comenzaron en 1980 y, tras diversos incidentes y retrasos, en 1999 se completó la primera parte de la restauración. Durante esta prolongada intervención, el Ayuntamiento de Sevilla reparó la torre y las cubiertas del edificio. Es interesante señalar que todas las obras realizadas o proyectadas sobre él están organizadas con vistas a convertirlo en el templo de la Hermandad del Cristo de Burgos.
De acuerdo con la web de la Orden Trinitaria, en ella se puede ver un resumen de lo expoliado por los napoleónicos, actualmente repartido por todo el mundo. Asimismo, se mencionan ocho frescos del pintor y grabador barroco Lucas Valdés (Sevilla, 1661-Cádiz, 1725) que estaban situados en el claustro y que no han vuelto a aparecer desde entonces.
Localización: Calle Descalzos, 1 y Plaza del Cristo de Burgos, 20. 41003 Sevilla. 
La Iglesia del Señor San José formaba parte del desaparecido convento masculino de San José de la Orden de la Merced Descalza. Construida entre los años 1629 y 1636, tiene planta de cruz latina, con los brazos del crucero poco pronunciados y cubierta a dos aguas en la nave, a tres aguas en los brazos del crucero y el presbiterio, y a cuatro sobre la bóveda del crucero.
La entrada principal, situada en el hastial de los pies de la iglesia, está inspirada en los pórticos del arquitecto manierista italiano Sebastián Serlio (Bolonia, Italia, 1475-Fontainebleau, Francia, 1554). Está formada por un acceso porticado apoyado sobre dobles columnas con capiteles de castañuelas99 y los vanos enrejados. Sobre él, se levanta la fachada, dispuesta en tres calles y decorada con hornacinas, escudos y azulejos azules de tipo portugués realizados en 1973 en Triana. En el centro, está la imagen de San José con el Niño, y a los lados, las de San Miguel y San Rafael. Las esculturas de las hornacinas son las de San Pedro, a la izquierda, y San Pablo, a la derecha (según miramos la puerta). Esta decoración no era la original ya que en el lugar de los azulejos había ventanas y ha desaparecido el balcón central que comunicaba con el coro.
Continuando con el exterior, en el lateral derecho (el de la Epístola), hay una portada cegada del siglo XVII. Adintelada y rematada por un frontón recto partido, del centro de éste se levanta una hornacina coronada con un frontón curvo con la imagen en su interior de San José con el Niño.
Una vez dentro del templo, se observa que éste tiene una sola nave central y se cubre con una bóveda de cañón con lunetos apoyada sobre arcos fajones; capillas laterales comunicadas con la nave central mediante arcos de medio punto; y un coro alto a los pies. Sobre el crucero, se levanta una bóveda semiesférica apoyada sobre pechinas y dotada de doce vanos de iluminación redondos y ovalados dispuestos a la misma altura. Los cuatro enfrentados entre sí en forma de cruz son ovalados, mientras que los otros ocho, dos entre cada brazo de esa cruz, son redondos. Finalmente, cuenta con un coro alto a los pies.
El retablo mayor es una obra reciente del siglo XXI, bendecido en el año 2022 y procedente del taller de los retablistas Hermanos Caballero González, en Sevilla. Se trata de un retablo de banco, con dos cuerpos, tres calles y ático. En la calle central, destacan, en el primer cuerpo, la talla de San José, y en el segundo, la de la Virgen de la Merced, recordando así el pasado del templo como iglesia conventual del convento mercedario. Por último, en el tímpano101 del ático, con forma de frontón curvo que corona el retablo, se ve el escudo del Opus Dei. En las calles laterales, hay repartidos ocho lienzos que el pintor Arístides Artal (Zaragoza, 1970) realizó entre los años 2001 y 2002. Éstos se distribuyen entre los tres que hay en la calle del Evangelio (a la izquierda, según miramos hacia el retablo), que son, de abajo a arriba, las de La Adoración de los Pastores, San Pedro y el arcángel San Gabriel; y los tres de la calle de la Epístola (a la derecha), correspondientes a El taller de José, San José María Escrivá de Balaguer y el arcángel San Rafael. Finalmente, en el banco, hay dos imágenes de ángeles músicos: el de la izquierda toca un laúd, mientras que el de la derecha lo hace con una flauta.
Aunque el expolio francés y la posterior desamortización del convento provocaron la pérdida de sus obras de arte, actualmente, según podemos ver en la propia página del templo, entre sus paredes hay obras de los siglos XVI, XVII y XX. Entre ellas, unas esculturas de las Santas Justa y Rufina datadas de alrededor del año 1598 y que pueden proceder del antiguo Convento de San Francisco. Sobre su autoría, y según distintas opiniones, éstas pueden ser del taller del escultor, arquitecto de retablos, pintor, dibujante y grabador Juan Bautista Vázquez “el Viejo” (¿Pelayos?, Salamanca, ca. 1524-Sevilla, 1588) o de Juan Bautista Vázquez “el Joven” (o “el Mozo”).
Datos históricos del Convento de San José.
Los orígenes de este convento, como podemos leer en la web del propio templo, actualmente una sede del Opus Dei, se sitúan a principios del siglo XVII, en el año 1604, cuando la Orden de la Merced Descalza decidió instalar uno de sus conventos en la ciudad de Sevilla. Hacía poco tiempo que esta orden había sido reformada y éste sería uno de sus primeros conventos. Recordemos la importancia económica y artística que a principios del siglo XVII tenía Sevilla gracias a disponer del monopolio del comercio con América.
Sin embargo, dado que, por entonces, el arzobispado no estaba favoreciendo el establecimiento en Sevilla de nuevos conventos que no tuviesen los medios necesarios para asegurar su subsistencia, esta Orden debió buscar otra forma de instalarse en la ciudad. Para ello, en ese mismo año de 1604, solicitaron permiso a los mercedarios calzados (ellos eran descalzos) para instalarse en el Colegio de San Laureano, aún sin terminar, que los calzados tenían en la ciudad.
Tras obtener dicho permiso, gracias al apoyo del superior de la Orden de la Merced, el General de la Orden de la Merced (de los calzados) fray Alonso de Monroy, los mercedarios descalzos se trasladaron hasta el citado Colegio de San Laureano. En 1609, al ser nombrado un nuevo superior de la Orden de la Merced (calzado) en la persona de fray Felipe Guimerán, los mercedarios calzados de Sevilla solicitaron la entrega del colegio, una petición aprobada por fray Felipe Guimerán, quien les dio seis meses a los descalzos para abandonarlo.
En 1611 o 1614, según la fuente, se trasladaron los descalzos hasta la que fue su sede definitiva. Inicialmente, se desempeñaron como hospedería y enfermería, no pasando a ser convento hasta el año 1614. Al parecer, existía la leyenda de que esta casa, antes de llegar los descalzos, estaba llena de duendes, motivo por el que nadie quería residir en ella.
El Convento del Señor San José albergó en su interior obras de grandes artistas sevillanos, como el pintor Francisco de Zurbarán y Salazar (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598-Madrid, 1664) o el escultor y arquitecto de retablos Juan Martínez Montañés González (Alcalá la Real, Jaén, 1568-Sevilla, 1649).
En el Catastro de Ensenada (1750-1754), el Convento de San José (nombrado como de San Joseph) contabilizaba una comunidad de cincuenta religiosos.
Las obras de arte antes nombradas fueron expoliadas por los invasores franceses en el año 1810. Unos años después, en 1835, este convento sería otro de los desamortizados. Tras su expropiación, el edificio tuvo diversos usos, como el de ser la primera sede del Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla, una casa de arrepentidas102 o, tras su división, viviendas vecinales y un colegio.
En el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, elaborado por Pascual Madoz entre 1846 y 1850, podemos leer:
“El conv. era bastante cómodo; la igl. de una sola nave y de mediano gusto: poseía antes de 1810 muy buenos lienzos de Cano, Zurbaran y Sebastian Gomez, conocido por el mulato, discípulo del inmortal Murillo; pero con la invasion francesa perdió esta riqueza, y casi nada de mérito conservaba cuando la general esclaustracion. La igl. está abierta á cargo de un capellan, y el conv. destinado á fáb. de sombreros y casa de vecinos”
Más adelante, tras ser cedido a las Hermanas Filipenses (ca. 1860), se encargó de él la Orden de las Hermanas del Ángel de la Guarda, con quienes permaneció como institución educativa entre los años 1871 y 1966. Por entonces, dado el estado de ruina del edificio, la orden tuvo que abandonarlo y trasladarse a otro centro educativo.
Un año después, en 1967, el Opus Dei se hizo cargo del templo y lo restauró, afrontando, entre otras obras, una reconstrucción de la torre-campanario.
Localización: Calle San José, 17. 41004 Sevilla. 
La Iglesia de San Pedro de Alcántara formaba parte del Convento de San Pedro de Alcántara, un cenobio masculino de la Orden de San Pedro de Alcántara, o de Frailes Menores Descalzos de San Francisco, como también se menciona en algunas fuentes.
El templo, inaugurado en el año 1666, tiene planta de cruz latina, con los brazos del crucero poco pronunciados, una sola nave y cubierta a tres aguas sobre la nave, los brazos del crucero y el presbiterio, y a cuatro aguas sobre la cúpula del crucero. Unida a su lateral Este (el que da a la calle Cervantes), se encuentra la Capilla de la Orden Tercera, un templo de una sola nave y cubierta a tres aguas. En este mismo lateral de la Iglesia de San Pedro de Alcántara, se levanta una espadaña, con un único hueco de arco de medio punto en el que se aloja la campana. Situada entre sendas pilastras, queda rematada por un frontón triangular recto.
El acceso a ambos templos se realiza por la misma entrada –la portada situada en la calle Cervantes, 7– que vemos en una de las imágenes que acompañan al presente artículo. Tras cruzar esta puerta, hay otras dos: una, al frente, que comunica con la iglesia; y otra, a la derecha, que lo hace con la Capilla de la Orden Tercera.
A continuación, vamos a tratar someramente el interior de ambos templos. Para ello, empezamos por el principal, la Iglesia de San Pedro de Alcántara. El interior del templo está espléndidamente decorado con pinturas murales de temática franciscana y yeserías propias del barroco sevillano.
La nave, cubierta con bóveda de medio cañón sobre arcos fajones, consta de coro alto a los pies y altares en los laterales. No tiene retablo mayor y, en su lugar, instalado en el centro del presbiterio, hay un templete neoclásico de madera y aspecto marmóreo del siglo XIX, con una cruz en su interior que recuerda sus orígenes franciscanos.
En la nave, también son visibles varios retablos y esculturas de los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX y XX.
En cuanto a la Capilla de la Orden Tercera, construida entre 1664 y 1666, tiene también una sola nave cubierta con una bóveda de cañón rebajado, altares en los laterales y coro alto a los pies. En el retablo mayor, datado aproximadamente en 1700, destaca la imagen central de la Virgen de Aurora, del siglo XVIII, cuya autoría se cree que es del escultor José Montes de Oca (¿Sevilla?, ca. 1683-Sevilla, 1754). Flanqueándola se encuentran las imágenes de San Ivo y Santa Clara, y, a los lados, las de Santo Domingo de Guzmán y San Francisco. En el ático, hay una figura del Crucificado de tamaño académico103, y por encima de ella, sendos ángeles sosteniendo una tarja104 con las cinco llagas franciscanas. Finalmente, rodeando la parte superior del retablo, hay dibujado en la pared un dosel sostenido por seis ángeles.
Repartidas por el resto de la nave, hay diferentes pinturas y esculturas de los siglos XVII y XVIII.
Datos históricos del Convento de San Pedro de Alcántara
El Convento de San Pedro de Alcántara tuvo sus orígenes en una antigua casa señorial perteneciente al marqués de Valencina que en 1649, o pocos años después, les cedió o vendió a los frailes del Convento de San Diego, de la misma Orden. En principio, allí se instaló una enfermería –recordemos la epidemia de peste que hubo en Sevilla entre los años 1648 y 1649 y que causó la muerte de casi la mitad de la población sevillana–, y unos años después, pasó a ser el Convento de San Pedro de Alcántara.
Entre 1664 y 1666, colindante con la iglesia por el lateral de la Epístola (el que da a la calle Cervantes), se construyó, como dijimos antes, la Capilla de la Orden Tercera.
En el Catastro de Ensenada (1750-1754), en donde es nombrado como Colegio de San Pedro de Alcántara, se menciona que, en ese momento, tiene 52 religiosos.
Durante la ocupación francesa de Sevilla, entre 1810 y 1812, el convento se utilizó como hospital y la iglesia se cerró, no volviendo a prestar culto hasta la vuelta de los monjes en el año 1813. A esta vuelta hay que añadir la permanencia en este establecimiento, entre 1821 y 1823, de los monjes del Convento de San Diego. Unos años después, en 1835, como tantas otras instituciones religiosas de Sevilla, el convento fue desamortizado.

Acceso principal al pórtico, el cual enlaza tanto con la Iglesia de San Pedro de Alcántara como con la capilla de la Orden Tercera. La figura presente en la hornacina que remata la entrada representa al Sagrado Corazón de Jesús.
Tras esta exclaustración, el antiguo convento fue sede de distintos organismos. Así, primero, se instaló un cuartel; más adelante, en 1845, la Escuela Industrial de Sevilla, que, tras hacer obras en las instalaciones, permaneció allí hasta su desaparición en 1866; dos años después, en 1868, las instalaciones se ceden al Instituto Universitario y Provincial de Sevilla, labor educativa con la que continúa en la actualidad, siendo la sede del Instituto San Isidoro.
Consultando el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, elaborado entre los años 1846 y 1850 por Pascual Madoz, vemos en él el siguiente texto:
“[...] fue colegio de su órden, y en el año de 1820 le fue agregada la comunidad de San Diego, no obstante lo reducido del edificio. La igl. forma una pequeña nave cargada de adornos platerescos, y no conserva ningún objeto artístico: está abierta para el culto , y en lo que fue conv. se halla establecida la escuela normal, y una fáb. de cerveza”
A pesar de las distintas obras realizadas a lo largo de su historia, y según podemos leer en el artículo de Antonio Herrero García, “Sala 4. Desamortización: Convento de San Pedro de Alcántara”, dentro de la obra “Fondos y procedencias: bibliotecas en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla”, la estructura y las formas del convento y de la antigua casa señorial aún eran reconocibles en el año 1961, cuando se derribó todo el conjunto, excepto la iglesia y la Capilla de la Orden Tercera, para construir un nuevo espacio educativo.
En 1895, la iglesia y un espacio conventual fueron cedidos a las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, una cesión que, al parecer, finalizó en agosto de 2023, cuando las religiosas que permanecían allí, probablemente debido a la falta de un número suficiente de nuevas vocaciones para tomar el relevo, abandonaron el templo y se trasladaron a Madrid.
Localización: Calle Cervantes, 9. 41003 Sevilla. 
La iglesia que contemplamos a continuación ha estado desacralizada desde hace tiempo. Aunque el antiguo convento ya no existe, el templo, a pesar de haber sido reacondicionado para otros propósitos y de experimentar distintas reformas, todavía conserva elementos que evocan su pasado como la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios. Ésta estuvo estrechamente ligada al desaparecido convento homónimo, que pertenecía a los Carmelitas Descalzos.
Tanto el convento como la Iglesia de los Remedios no estuvieron siempre donde hoy se sitúan, en el conocido barrio de Triana. Como exploraremos más adelante, al profundizar en su historia, ambas edificaciones fueron trasladadas hasta la ubicación actual del templo debido a las frecuentes inundaciones provocadas por la cercanía al río Guadalquivir, en cuyo entorno estaban originalmente asentadas.
La obra de las nuevas instalaciones conventuales comenzó en 1632, mientras que la iglesia se construyó entre los años 1649 y 1700, año de su consagración. Este acto fue presidido por el arzobispo de Sevilla de aquel entonces, don Jaime de Palafox y Cardona, quien ejerció su cargo entre 1684 y 1701.
La iglesia tiene planta de cruz latina, tres naves y bóveda en el crucero. La nave central cuenta con cubiertas a dos aguas, las laterales a un agua, los brazos del crucero y el presbiterio a tres aguas, y la cúpula del crucero a cuatro aguas.
Sin embargo, originalmente, el templo tenía una sola nave, añadiéndose las laterales durante la reforma llevada a cabo entre 1780 y 1785 por el arquitecto José Echamorro.
Interiormente, la nave central se cubre con una bóveda de medio cañón con lunetos y arcos fajones, todo ello sustentado por pilastras toscanas. En cuanto a la cúpula del crucero, de forma semiesférica en el interior y cuadrangular en el exterior, se apoya sobre pechinas.
La fachada principal del edificio está situada en el lateral Norte (Nordeste, en realidad), donde, en otros tiempos, se ubicaban los pies de la iglesia. Su aspecto actual procede de las obras de reforma que se realizaron por motivos de la Exposición Iberoamericana de 1929, a cargo de las cuales estuvo el arquitecto Juan de Talavera y Heredia (Sevilla, 1880-1960).
En este hastial, hay tres entradas de piedra, una a los pies de cada nave, de las cuales la situada a la izquierda, según la miramos desde el exterior, está cegada. Las dos laterales están adinteladas y rematadas por un frontón recto con adornos en los extremos, como continuación de las pilastras sobre las que se apoya aquél. Ambos adornos tienen forma piramidal y están coronados por una bola, todo ello también de piedra.
La portada central es de dos cuerpos y tiene, en el inferior, la entrada también adintelada y enmarcada entre pilastras con un anagrama de la Virgen María en el centro del dintel. Por encima de éste, rematando el cuerpo inferior, hay un frontón recto y partido de cuyo centro se levanta el segundo cuerpo. Este último está formado por una hornacina que contiene el busto de Bartolomé de las Casas y que enmarcan pilastras sobre las que se apoya un frontón curvo con adornos de floreros de piedra sobre él. A los pies de la hornacina, sobre el primer cuerpo, hay una cartela105 en piedra con la inscripción: “Instituto Hispano-Cubano de Historia de América”.
A ambos lados del segundo cuerpo, algo por encima de él, se abren sendas ventanas adinteladas rematadas por frontones rectos ornamentados con bolas de piedra sobre formas piramidales. Este imafronte rectangular se corona con una cornisa de piedra sobre cuyo centro se eleva, formando un frontón recto, ambos laterales de la cubierta a dos aguas que remata la nave central. En el tímpano de aquél, se encuentra un óculo106 de iluminación que destaca por sus dimensiones. Debido a los distintos usos que ha tenido el antiguo templo desde que cesó el culto en él, en sus laterales se observa un buen número de vanos, destacando el lateral Este (el que da al río) por la portada adintelada, enmarcada por pilastras, y el balcón de forja que hay sobre ella.
Datos históricos del Convento de Nuestra Señora de los Remedios.
El Convento de Nuestra Señora de los Remedios, de la Orden de los Carmelitas Descalzos, se fundó en 1573. Es entonces cuando don Cristóbal de Rojas y Sandoval, arzobispo de Sevilla entre los años 1571 y 1580, les cede a los monjes la Ermita de la Virgen de los Remedios, construida en 1540 y que estaba situada en la margen Oeste del río Guadalquivir. Las obras del cenobio comenzaron al año siguiente, en 1574. Lamentablemente, las reiteradas crecidas del río obligaron a buscar un nuevo emplazamiento situado algo más alejado de sus aguas. El nuevo convento se empezaría a construir, ya en Triana, en 1632; en 1700, el arzobispo Palafox consagraría la iglesia.
A mediados del siglo XVIII, según el Catastro de Ensenada (1750-1754), el convento tenía 60 monjes.

Entrada principal ubicada en el lugar que anteriormente correspondía a los pies de este antiguo templo que ya no permanece consagrado.
En la siguiente centuria, en 1810, la comunidad de religiosos debió abandonar el edificio obligada por los invasores napoleónicos, si bien al año siguiente, según Madoz, los vecinos conseguirían que se abriera la iglesia. Volverán tras la derrota de los franceses, en 1814, para, una vez más, a abandonar el edificio, ya definitivamente, por la desamortización de 1835.
Hacia mediados del siglo XIX, los edificios del convento, salvo la iglesia, habían desaparecido por completo, tal como se menciona en el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, elaborado por Pascual Madoz entre los años 1846 y 1850:
“Ha sido demolido y solo se conserva la igl. a cargo de un capellan”
Unos años después, tras la Revolución de 1868, la iglesia fue confiscada y subastada, quedando el edificio abandonado hasta principios del siglo XX.
Entre los años 1928 y 1929, la iglesia fue renovada para ajustarse a su nuevo papel como sede del Instituto Hispano-Cubano de Cultura. Posteriormente, en la década de 1980, el edificio fue nuevamente reformado para albergar uno de los centros de información creados con motivo de la Exposición Universal de 1992. Finalmente, en 1999, se llevó a cabo una nueva transformación, esta vez para convertirlo en la sede del Museo de Carruajes de Sevilla, que permaneció en este espacio hasta su cierre en 2020.
La antigua Iglesia de los Remedios fue declarada Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, el 17 de febrero de 1931.
Localización: Plaza de Cuba, 10. 41011 Sevilla. 
Lourdes Morales Farfán es Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. ↑

- Sevilla (I): la Hispalis romana
- Sevilla (II): la Isbiliya árabe
- Sevilla (III): siglo XIII, la Sevilla cristiana
- Sevilla (IV): siglo XIV, Sevilla gótico-mudéjar (I)
- Sevilla (V): siglo XIV, Sevilla gótico-mudéjar (y II)
- Sevilla (VI): siglo XV, Fin del medievo (I)
- Sevilla (VII): siglo XV, Fin del medievo (y II)
- Sevilla (VIII): siglo XVI, el Renacimiento en Sevilla (I)
- Sevilla (IX): siglo XVI, el Renacimiento en Sevilla (II)
- Sevilla (X): siglo XVI, el Renacimiento en Sevilla (III)
- Sevilla (XI): siglo XVI, el Renacimiento en Sevilla (y IV)
- Sevilla (XII): siglo XVII, del Renacimiento al Barroco (I)
- Sevilla (XIII): siglo XVII, del Renacimiento al Barroco (II)
- Sevilla (XIV): siglo XVII, del Renacimiento al Barroco (III)
- Sevilla (XV): siglo XVII, del Renacimiento al Barroco (IV)
- Sevilla (XVI): siglo XVII, del Renacimiento al Barroco (V)
- Sevilla (XVII): siglo XVII, del Renacimiento al Barroco (y VI)
- Índice de Monumentos de Sevilla
- Basílica Menor de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder
- Castillo de San Jorge
- Exposición Ibero-Americana de 1929 (I)
- Exposición Ibero-Americana de 1929 (y II)
- Iglesias de Sevilla
- Murallas de Sevilla
- Museo Arqueológico (I)
- Museo Arqueológico (II)
- Museo Arqueológico Antiquarium
- Museo de Artes y Costumbres Populares (I)
- Museo de Artes y Costumbres Populares (II)
- Parque de María Luisa (I)
- Parque de María Luisa (II)
- Parque de María Luisa (y III) - Jardín de las Delicias
- Reales Alcázares (I)
- Reales Alcázares (y II)


- 1 Iglesia en cruz latina: Iglesia que se compone de dos naves, una más larga que otra, que se cruzan a escuadra2. ↑
- 2 A escuadra: En forma de escuadra o en ángulo recto. ↑
- 3 Agua: Vertiente de un tejado. ↑
- 4 Crucero: Espacio en que se cruzan la nave mayor de una iglesia y la que la atraviesa. ↑
- 5 Bóveda de medio cañón / Bóveda de cañón: Bóveda de superficie generalmente semicilíndrica que cubre el espacio comprendido entre dos muros paralelos. ↑
- 6 Luneto: Bovedilla en forma de media luna abierta en la bóveda principal para dar luz a esta. ↑
- 7 Arco fajón: Arco de refuerzo de una bóveda. ↑
- 8 Bóveda vaída o baída: Bóveda formada por una semiesfera cortada por cuatro planos verticales, que corresponden a los lados de un rectángulo inscritos en un círculo. ↑
- 9 Tambor: Pared vertical redonda o poligonal, generalmente con ventanas, que sostiene una cúpula. ↑
- 10 Linterna: Torre pequeña más alta que ancha y con ventanas, que se pone como remate en algunos edificios y sobre las medias naranjas de las iglesias. ↑
- 11 Pechina: Cada uno de los cuatro triángulos curvilíneos que forman el anillo de la cúpula con los arcos torales12 sobre los que estriba. ↑
- 12 Arco toral: Cada uno de los cuatro en que estriba la media naranja de un edificio. ↑
- 13 Banco: Base o parte inferior de un retablo, que puede estar dividido en dos pisos. ↑
- 14 Calle: Cada una de las divisiones verticales de un retablo. ↑
- 15 Ático: Parte superior de la calle central de un retablo. ↑
- 16 Terciaria: Integrante de la orden tercera17 de alguna orden religiosa. ↑
- 17 Orden tercera: Agrupación de seglares18 que, dependiendo de las órdenes mendicantes19, como los franciscanos, dominicos, carmelitas, etc., se guían para su perfección espiritual, en cierta extensión, por la regla de la orden correspondiente. ↑
- 18 Seglar: Que no tiene órdenes clericales. ↑
- 19 Mendicante: Dicho de una orden religiosa: Que tiene por estatuto pedir limosna y por privilegio goza de ciertas inmunidades. ↑
- 20 Dintel: Pieza horizontal superior de puertas, ventanas y otros huecos, apoyada en sus extremos sobre las jambas21 y destinada a soportar cargas. ↑
- 21 Jamba: Cada una de las dos piezas que, dispuestas verticalmente en los dos lados de una puerta o ventana, sostienen el dintel o el arco de ella. ↑
- 22 Frontón: Remate triangular o curvo de una fachada, un pórtico, una puerta o una ventana. ↑
- 23 Lado del Evangelio y lado de la Epístola: En una Iglesia, se llama lado del Evangelio al situado en la parte izquierda desde el punto de vista de los fieles, mirando éstos hacia el altar, mientras que el de la Epístola es el de la parte derecha. Toman este nombre de los lados del presbiterio24 desde donde se lee el Evangelio y la Epístola durante la misa. ↑
- 24 Presbiterio: Área del altar mayor hasta el pie de las gradas por donde se sube a él, que regularmente suele estar cercada con una reja o barandilla. ↑
- 25 Compás: Atrio26 o lonja27 de una iglesia o convento. ↑
- 26 Atrio: Andén que hay delante de algunos templos y palacios, por lo regular enlosado y más alto que el piso de la calle. ↑
- 27 Lonja: Atrio algo levantado del piso de las calles, al que regularmente salen las puertas de los templos y otros edificios. ↑
- 28 Realengo: Dicho de un terreno: Perteneciente al Estado. ↑
- 29 Fábrica: En las iglesias, renta o derecho que se cobraba para repararlas y costear los gastos del culto divino. // Fondo que solía haber en las iglesias para repararlas y costear los gastos del culto divino. ↑
- 30 Advocación: Tutela, protección o patrocinio de la divinidad o de los santos a la comunidad o institución que toma su nombre. ↑
- 31 Tomar a censo: Censo: Contrato por el cual se sujeta un inmueble al pago de un canon o pensión anual, bien como interés perpetuo de un capital recibido, bien como reconocimiento de la propiedad cedida inicialmente. ↑
- 32 Frontero: Puesto y colocado enfrente. ↑
- 33 Responsorio: En el rezo, serie de preces y versículos que se dicen después de las lecciones en los maitines y después de las capítulas de otras horas. ↑
- 34 Ca.: Del latín “circa”, que significa “alrededor de”. Se utiliza precediendo a un número que expresa un año. ↑
- 35 Exclaustrar: Permitir u ordenar a un religioso que abandone el claustro36. ↑
- 36 Claustro: Galería que cerca el patio principal de una iglesia o convento. // Estado monástico. ↑
- 37 Desamortización: Desamortizar: Poner en estado de venta los bienes de manos muertas, mediante disposiciones legales. Por medio de varias desamortizaciones, se pusieron a la venta terrenos y otras propiedades de las llamadas “manos muertas” (la Iglesia y las órdenes eclesiásticas), quienes mediante donaciones y testamentos habían llegado a tener una extensión de terreno sólo inferior a las del rey y la aristocracia. Por estas expropiaciones y ventas la Iglesia no recibió nada a cambio. La Desamortización del ministro Mendizábal, llevada a cabo en 1836, fue una de las mayores y obtuvo unos resultados muy alejados de lo que se deseaba: la creación de una clase media en el país. Sin embargo, sí fue de gran importancia en la historia de España, al expropiar gran parte de las posesiones eclesiásticas sin recibir la Iglesia, como decimos, nada a cambio. Desgraciadamente, las comisiones municipales encargadas de gestionar los trámites modificaron los lotes de terreno en venta, agrupándolos en grandes partidas que alcanzaban unos precios sólo asumibles por la nobleza y la burguesía adinerada. ↑
- 38 Plateresco: Dicho de un estilo arquitectónico: Que se desarrolló en España en el siglo XVI y que se caracteriza por una ornamentación que recuerda las filigranas de los plateros. ↑
- 39 Vano: En una estructura de construcción, distancia libre entre dos soportes y, en un puente, espacio libre entre dos pilas o entre dos estribos consecutivos. ↑
- 40 Arco de medio punto: Arco que consta de una semicircunferencia. ↑
- 41 Yesería: Obra hecha de yeso. ↑
- 42 Barroco: Dicho de un estilo arquitectónico o de las artes plásticas: Que se desarrolló en Europa e Iberoamérica durante los siglos XVII y XVIII, opuesto al clasicismo43 y caracterizado por la complejidad y el dinamismo de las formas, la riqueza de la ornamentación y el efectismo. ↑
- 43 Clasicismo: Estilo artístico o literario conforme a los ideales de la Antigüedad grecorromana. ↑
- 44 Cruz griega: Cruz que se compone de un palo y un travesaño iguales, que se cortan en los puntos medios. ↑
- 45 Neoclasicismo: Movimiento literario y artístico dominante en Europa desde finales del siglo XVII y a lo largo del siglo XVIII, que aspira a restaurar el gusto y las normas del clasicismo grecorromano. ↑
- 46 Hastial: En las iglesias, cada una de las tres fachadas correspondientes a los pies y laterales del crucero. ↑
- 47 Orden toscano: Orden que se distingue por ser más sólido y sencillo que el dórico48. ↑
- 48 Orden dórico: Orden que tiene la columna de ocho módulos49 o diámetros a lo más de altura, el capitel50 sencillo y el friso53 adornado con metopas57 y triglifos58. ↑
- 49 Módulo: Medida que se usa para las proporciones de los cuerpos arquitectónicos. En la antigua Roma, era el semidiámetro del fuste51 en su parte inferior. ↑
- 50 Capitel: Parte superior de una columna o de una pilastra, que la corona con forma de moldura y ornamentación, según el orden arquitectónico a que corresponde. ↑
- 51 Fuste: Parte de la columna que media entre el capitel y la basa52. ↑
- 52 Basa: Asiento sobre el que se pone la columna o la estatua. ↑
- 53 Friso: Parte del entablamento54 en los órdenes clásicos que media entre el arquitrabe55 y la cornisa56, en ocasiones ornamentado de triglifos, metopas u otros elementos. ↑
- 54 Entablamento: Conjunto de molduras que corona un edificio o un orden de arquitectura y que ordinariamente se compone de arquitrabe, friso y cornisa. ↑
- 55 Arquitrabe: Parte inferior del entablamento, la cual descansa inmediatamente sobre el capitel de la columna. ↑
- 56 Cornisa: Parte superior del entablamento de un pedestal, edificio o habitación. ↑
- 57 Metopa: En el friso dórico, espacio que media entre triglifo y triglifo. ↑
- 58 Triglifo: Adorno del friso dórico que tiene forma de rectángulo saliente y está surcado por dos glifos59 centrales y medio glifo a cada lado. ↑
- 59 Glifo: Canal vertical poco profundo que decora el frente de los triglifos en los órdenes clásicos. ↑
- 60 Orden compuesto: Orden que en el capitel de sus columnas reúne las volutas61 del jónico62 con las dos filas de hojas de acanto63 del corintio64, guarda las proporciones de este para lo demás y lleva en la cornisa dentículos67 y modillones70 sencillos. ↑
- 61 Voluta: Adorno en forma de espiral o caracol, que se coloca en los capiteles de los órdenes jónico y compuesto. ↑
- 62 Orden jónico: Orden que tiene la columna de unos nueve módulos o diámetros de altura, el capitel, adornado con grandes volutas, y dentículos en la cornisa. ↑
- 63 Acanto: Planta de la familia de las acantáceas, perenne, herbácea, con hojas anuales, largas, rizadas y espinosas. // Ornato hecho a imitación de las hojas del acanto, característico del capitel del orden corintio. ↑
- 64 Orden corintio: Orden que tiene la columna de unos diez módulos o diámetros de altura, el capitel adornado con hojas de acanto y caulículos65, y la cornisa con modillones. ↑
- 65 Caulículo: Cada uno de los vástagos o tallos que nacen del interior de las hojas de acanto del capitel corintio y se vuelven en espiral bajo el ábaco66. ↑
- 66 Ábaco: Conjunto de molduras, generalmente en forma de dado, que corona el capitel y tiene la función de recibir directamente la carga del arquitrabe. ↑
- 67 Dentículo: Cada uno de los adornos con forma de paralelepípedo68 rectángulo que, formando fila, se colocan en la parte superior del friso del orden jónico y en algunos otros miembros arquitectónicos. ↑
- 68 Paralelepípedo: Sólido limitado por seis paralelogramos69, cuyas caras opuestas son iguales y paralelas. ↑
- 69 Paralelogramo: Cuadrilátero cuyos lados opuestos son paralelos entre sí. ↑
- 70 Modillón: Miembro voladizo sobre el que se asienta una cornisa o alero, o los extremos de un dintel. ↑
- 71 Arco rebajado: Arco cuya altura es menor que la mitad de su luz72. ↑
- 72 Luz: Distancia horizontal entre los apoyos de un arco, viga, etc. ↑
- 73 Racionero: Prebendado74 que tenía ración75 en una iglesia catedral o colegial. ↑
- 74 Prebendado: Dignidad, canónigo o racionero de alguna iglesia catedral o colegial. ↑
- 75 Ración: Prebenda76 en alguna iglesia catedral o colegial, y que tiene su renta en la mesa del cabildo. ↑
- 76 Prebenda: Renta aneja a un canonicato u otro oficio eclesiástico. // Cualesquiera de los antiguos beneficios eclesiásticos superiores de las iglesias catedrales y colegiatas, como la dignidad, el canonicato, la ración, etc. ↑
- 77 Secularizar: Autorizar a un religioso para que pueda vivir fuera de clausura. // Reducir a un sacerdote católico al estado laical con dispensa de sus votos por la autoridad competente. ↑
- 78 Manierismo: Estilo artístico y literario del Renacimiento79 tardío, caracterizado por su refinamiento y artificiosidad. ↑
- 79 Renacimiento: Movimiento artístico europeo, que comienza a mediados del siglo XV, caracterizado por un vivo entusiasmo por el estudio de la Antigüedad clásica griega y latina. ↑
- 80 Imafronte: Fachada que se levanta a los pies de una iglesia o una catedral, opuesta a la cabecera. ↑
- 81 Imposta: Hilada de sillares algo voladiza, a veces con moldura, sobre la cual va sentado un arco. ↑
- 82 Chapitel: Remate de una torre, generalmente en forma piramidal o cónica. ↑
- 83 Almohadilla: Parte del sillar84 que sobresale de la obra, con las aristas achaflanadas86 o redondeadas. ↑
- 84 Sillar: Piedra labrada, por lo común en forma de paralelepípedo rectángulo, que forma parte de un muro de sillería85. ↑
- 85 Sillería: Fábrica hecha de sillares asentados unos sobre otros y en hileras. ↑
- 86 Chaflán: Cara, por lo común larga y estrecha, que resulta, en un sólido, de cortar por un plano una esquina o ángulo diedro. // Plano largo y estrecho que, en lugar de esquina, une dos paramentos o superficies planas que forman ángulo. ↑
- 87 Anacoreta: Persona que vive en lugar solitario, entregada enteramente a la contemplación y a la penitencia. ↑
- 88 Camarín: En un templo, capilla pequeña, generalmente exenta, donde se rinde culto a una imagen muy venerada. ↑
- 89 p.s. XVI: Principios del siglo XVI. ↑
- 90 Abad: Superior de un monasterio. ↑
- 91 Priorato: Distrito o territorio en que tiene jurisdicción el prior92. ↑
- 92 Prior: En algunas órdenes religiosas, superior o prelado ordinario del convento. ↑
- 93 Abadía: Iglesia y monasterio con territorio propio regidos por un abad. ↑
- 94 Provisor: Juez diocesano nombrado por el obispo, con quien constituye un mismo tribunal, y que tiene potestad ordinaria para ocuparse de causas eclesiásticas. ↑
- 95 Bulboso: Que tiene forma de bulbo96. ↑
- 96 Bulbo: Yema gruesa, por lo común subterránea, cuyas hojas están cargadas con sustancias de reserva. ↑
- 97 Iglesia de sala o cajón: Iglesias de una sola nave y sin crucero. ↑
- 98 Migueletes: Individuo perteneciente a la milicia foral de la provincia de Guipúzcoa. // Antiguo fusilero de montaña en Cataluña. ↑
- 99 Capitel de moñas o de castañuelas: Variante estilizada del capitel compuesto que combina las volutas decorativas propias del capitel jónico con las hojas de acanto características del corintio, rematado por un cimacio100. Fue ampliamente empleado en los palacios y claustros de Sevilla durante el siglo XVI. ↑
- 100 Cimacio: Elemento suelto que va sobre el capitel y sirve para aumentar el plano superior de apoyo. ↑
- 101 Tímpano: Espacio triangular que queda entre las dos cornisas inclinadas de un frontón y la horizontal de su base. ↑
- 102 Arrepentida: Mujer que se arrepentía de su vida anterior y se encerraba en clausura o en un monasterio fundado para este fin. ↑
- 103 Tamaño académico: Esculturas menores del natural, fácilmente transportables y favorecedoras del culto privado. ↑
- 104 Tarja: Escudo grande que cubría todo el cuerpo. ↑
- 105 Cartela: Pedazo de cartón, madera u otra materia, a modo de tarjeta, destinado para poner o escribir en él algo. ↑
- 106 Óculo: Ventana pequeña redonda u ovalada. ↑

- Alejandro Guichot y Sierra: "El cicerone de Sevilla. Monumentos y Artes Bellas"; Reeditado por el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos de Sevilla; Sevilla, 1991; Edición original: Imprenta de Álvarez; Sevilla, 1925.
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- Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico | Convento de los Remedios (antiguo)
- Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico | Convento de San Pedro de Alcántara (antiguo)
- Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico | Iglesia de San Antonio de Padua
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