Haz clic aquí para volver a la página de inicio
una Ventana desde Madrid

Legado de los Austrias

Carlos II (1665 - 1700)


Madrid, Carlos II, Retrato de Carlos II

Retrato de Carlos II.
(Recorte del grabado realizado por Juan Fernando Palomino en el siglo XVIII y que es propiedad de la Biblioteca Nacional de España).

El 6 de noviembre de 1661 nace en la ciudad de Madrid, hijo de Felipe IV y de Mariana de Austria (Wiener Neustadt, Austria, 1634 - Palacio de los Consejos, Madrid, 1696), el futuro rey Carlos II "el Hechizado". Al morir su padre poco tiempo después, en 1665, Carlos II hereda la corona española con tan sólo cuatro años de edad, siendo su madre, la reina Mariana, nombrada regente en el testamento de Felipe IV hasta que el monarca sea mayor de edad, alcanzando ésta en 1675, con 14 años.

Al igual que con su padre, a lo largo de su reinado, incluyendo el período de regencia de su madre, se fueron sucediendo distintos validos1 en el gobierno del extenso Imperio español que actuaron con diferente sabiduría y fortuna. Así, ocuparon dicho cargo el jesuita alemán Nithard, hasta 1669; Fernando de Valenzuela, hasta 1677; el hermanastro del rey, D. Juan José de Austria, hasta 1679; el Duque de Medinaceli, hasta 1685; y finalmente el Conde de Oropesa, hasta 1691. Aunque durante los últimos años de su reinado Carlos II tomó formalmente el poder, en realidad, y dado el permanente estado de agotamiento en que se encontraba, fue su segunda esposa, Mariana de Neoburgo, quien gobernó con el asesoramiento del Arzobispo de Toledo.

Felipe IV dejó a su hijo un gran imperio, pero ya en fase de decadencia, con continuas crisis económicas, sociales y políticas. No es hasta la llegada al poder del Conde de Oropesa, Don Manuel Joaquín Álvarez de Toledo-Portugal y Pimentel, cuando comienza a surtir efectos una política económica que, al marcar un techo de gastos, perdonar las deudas de los ayuntamientos para así permitirles su recuperación, y reducir impuestos y gastos superfluos, logra llegar al superávit2 económico. Los conflictos bélicos fueron otro importante problema durante el reinado de Carlos II; el otrora poderoso Imperio español, con sus admirados e invencibles tercios, era ya sólo un recuerdo, dada la caótica situación económica existente, que no permitía mantener en armas los hombres y pertrechos3 bélicos necesarios para asegurar las fronteras. Así, además de reconocer la pérdida del Reino de Portugal por el Tratado de Lisboa, se llegaron a librar hasta tres guerras con Francia que desembocaron en la pérdida para España de algunas plazas y territorios europeos.

Madrid, Carlos II, Escudo de Carlos II de la Casa de la Panadería

Escudo de Carlos II de la Casa de la Panadería. Siglo XVII.

Carlos II se casó en dos ocasiones: en 1679, con María Luisa de Orleans, hija del Duque de Orleans, hermano de Luis XIV; y, en 1690, tras la muerte de la reina María Luisa en febrero de 1689, con Mariana de Neoburgo, hija del Duque de Neoburgo, elector4 del Palatinado, y con la que ya había contraído matrimonio por poderes en agosto de 1689. Sin embargo, con ninguno de estos matrimonios logró descendencia, por lo que en su testamento dejó como heredero de todos los territorios que formaban la Corona Española al Duque de Anjou, nieto de su hermana mayor, la reina de Francia María Teresa de Austria, y futuro rey de España como Felipe V.

A pesar de que es frecuente considerar el reinado de Carlos II como uno de los peores en la historia de España, últimamente se comienza a estar de acuerdo en que el joven rey, a pesar de todos los problemas políticos, económicos y bélicos que heredó de su padre, supo mantener unidos, aunque con algunas pérdidas, los territorios europeos y americanos del extenso Imperio español mientras que, además, mejoraba la situación económica de su reino. Y todo ello para un hombre que subió al trono de un imperio en decadencia con sólo cuatro años de edad y que tuvo que hacer frente al hecho de que Francia, enemiga tradicional de la España de los Habsburgo, atravesaba uno de los mejores momentos de su historia.

Veamos a continuación qué persiste en Madrid de las construcciones realizadas durante su reinado.


* * *
Madrid, Carlos II, Casa de la Panadería

Casa de la Panadería. Siglo XVII.

La Casa de la Panadería, obra del arquitecto Diego Sillero, fue el primer edificio que se realizó, en 1590, de la Plaza Mayor, comenzada a construir durante el reinado de Felipe II. Entonces, la planta baja estaba formada exclusivamente por los pilares de granito sobre los que se apoyaba el resto del inmueble, que dejaban un espacio diáfano propio para el mercado y que se comunicaba mediante rampas con la zona de almacenamiento situada en el sótano. Lamentablemente, el incendio que aconteció el 20 de agosto de 1672 la destruyó casi por completo, salvándose el sótano, realizado a base de grandes bóvedas de aristas5 de ladrillo sostenidas por 56 pilastras6 de granito, y la planta baja, incluidos los soportales. Aunque para su reconstrucción existió un proyecto en el que se quiso ampliar el edificio hasta llegar con él a la Calle Mayor, éste no se materializó y las obras de su nueva fábrica, en las que se conservó la parte salvada del incendio, las llevó a cabo el arquitecto Tomás Román entre 1672 y 1674. Es en esta restauración cuando los anteriores huecos circulares abiertos en las torres se convierten en los actuales balcones, con el fin de unificar la fachada.

Madrid, Carlos II, Detalle de las pinturas de la fachada de la Casa de la Panadería

Detalle de las pinturas de la fachada de la Casa de la Panadería.

No es hasta el año 1880 cuando se realiza una primera restauración de la Casa de la Panadería a cargo del arquitecto Joaquín María Vega. Es en ese momento cuando se remarca el balcón real con el escudo de Carlos II, realizado por el escultor italiano Barbieri, y se instala en su interior el Archivo de la Villa. De pocos años después, concretamente de 1888, se conservan unos planos realizados por Cipriano Gómez en los que se puede observar la planta rectangular de las diferentes alturas del edificio, el patio, igualmente rectangular, con que contaba en su parte posterior, así como la escalera real y otras dos secundarias.

En el año 1983, el arquitecto Salvador Pérez Arroyo proyecta una segunda restauración del inmueble que se llevaría a cabo en 1985 y en la que se resolvieron los problemas ocasionados en su estructura por la construcción en la Plaza Mayor de un aparcamiento subterráneo. Entre 1991 y 1994, los arquitectos Pedro Gálligo Estévez y Joaquín Roldán Pascual llevaron a cabo una rehabilitación de la Casa de la Panadería conforme a los planos que ellos mismos habían trazado en 1990. Más adelante, en 1997, comenzaría una rehabilitación del Salón Real que acabaría al año siguiente.

Madrid, Carlos II, Torre Oeste de la Casa de la Panadería

Torre Oeste de la Casa de la Panadería.

El edificio es de planta cuadrada, presenta exteriormente cuatro alturas (planta baja y tres superiores) y está cubierto por un tejado a dos aguas8 en el que se abren ocho mansardas9 a la Plaza Mayor y otras tres en su parte posterior. En su fachada, recorrida por once ejes verticales de huecos apoyados sobre igual número de soportales realizados con arcos de medio punto10 situados entre columna, destacan los dos torreones cuadrados (con una altura más) y cubiertos por chapiteles11 de las esquinas, el gran escudo real situado sobre los vanos12 de la segunda y tercera planta de su eje central, y las pinturas que la decoran, realizadas en 1992 por Carlos Franco.

En el interior, destacan los cuartos que formaban el Salón Real, existentes en la primera planta, o Planta Noble. Dado que en su momento eran de uso reservado a la Corona, su decoración y dimensiones destacaban sobre las demás dependencias. Estaban formados por dos grandes cuartos, Cámara Real y Antecámara Real, iguales en cuanto a sus tamaños y estructura, recorridos por tres grandes vanos terminados en arcos de medio punto y con los techos pintados, entre 1672 y 1674, por los pintores Claudio Coello y José Ximénez Donoso. Los tres vanos anteriores fueron cegados en 1948 para diferenciar la biblioteca de la sala de investigadores del Archivo de la Villa, y cincuenta años después, Roldán Pascual los volvió a abrir, recuperando así las trazas iniciales del Salón Real.

El 20 de febrero de 1985, el conjunto de la Plaza Mayor, incluyendo por tanto la Casa de la Panadería, fue declarado Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional.

Localización: Plaza Mayor, 27, y Calle del Arco del Triunfo, 3. 28012 Madrid.


Madrid, Carlos II, Iglesia del Sacramento

Iglesia del Sacramento. Siglos XVII y XVIII.

No muy lejos de la Plaza Mayor y a no demasiados metros del Palacio Real, encontramos la Iglesia del Sacramento, o Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, más conocida como Catedral Castrense, pues ese es el cometido que desempeña en la actualidad. Su construcción tuvo lugar para que sirviera de templo al vecino Convento del Sacramento, de religiosas bernardas o citercienses, desaparecido entre los años sesenta y setenta del pasado siglo XX y conservándose de él sólo el ala del Pretil de los Consejos, momento en que la Iglesia pasaría a caer en un estado prácticamente de abandono. Será entonces cuando el Arzobispado de Madrid toma la decisión de cederla a la I Región Militar para que la convierta en sede del Vicariato13 Castrense, convirtiéndose así, como hemos apuntado antes, y tras una profunda y acertada restauración, en Catedral de las Fuerzas Armadas.

La fundación del Convento del Sacramento se debió a Don Cristóbal Gómez de Sandoval, Duque de Uceda, hijo del valido de Felipe III, el Duque de Lerma, y ministro de este mismo monarca. Sin embargo, la construcción del templo no llegaría a plantearse hasta el reinado de Carlos II, como aquí vemos. Para dicha fundación, Don Cristóbal trajo unas religiosas cistercienses del Convento de Santa Ana y San Joaquín, de Valladolid, las cuales serían instaladas en un principio en un edificio de la Calle Estudio, mientras se construía la que sería su casa. Será en 1645 cuando se plantee la construcción de la Iglesia, para lo cual se crearía un consejo formado por tres arquitectos: el hermano Bautista, Manuel del Olmo y Bartolomé Hurtado, aparejador, este último, de las obras reales. Los trabajos, por su parte, darían comienzo ya bajo el reinado de Carlos II, concretamente en 1671, fecha de la que se tiene constancia gracias a una escritura que realizaron la abadesa, Sor Mariana de la Cruz, el administrador de los bienes del duque y el arquitecto Bartolomé Hurtado. La cantidad a entregar para las obras fue de 14.000 ducados15, aunque se piensa que el coste pudo ascender hasta los 21.000. Las obras estarían dirigidas por Hurtado, si bien los dos arquitectos antes mencionados se encargarían de calcular los precios y los materiales.

Madrid, Carlos II, Ala del Pretil de los Consejos del antiguo Convento del Sacramento

Ala del Pretil de los Consejos del antiguo Convento del Sacramento. Siglos XVII y XVIII.

Las obras estarían casi acabadas en 1690, año en que, posiblemente, ya había finalizado la construcción de la cubierta. Más adelante, parece que surgieron algunos problemas entre el arquitecto y la comunidad, pues Hurtado quería que se le pagase la diferencia entre el coste proyectado y el real; de este modo, en 1693 aún se le adeudaban 19.000 ducados, algo que nunca llegó a cobrar en su totalidad, pues en 1724 todavía se le debía una parte. Finalmente, el trabajo sería abandonado por Hurtado, tomando el relevo el también arquitecto Francisco Esteban, que las terminaría de manera definitiva en 1744, momento en que se colocó en el Altar Mayor el Santísimo Sacramento, y que se encargaría del proyecto de toda la decoración que ornamentaría el interior de la Iglesia. La fachada, sin embargo, fue realizada por Pedro de Ribera.

El templo, en el exterior, está construido con ladrillos y mampostería16, salvo la fachada, la cual es de piedra. Ésta queda estructurada en cuatro partes. Por un lado, está la zona inferior, en la que se abren los tres vanos de que consta la puerta de entrada; el primero es rebajado18, mientras que el del centro es el doble de ancho que los de los lados. El primer cuerpo lo forman dos vanos laterales enrejados y rodeados por gruesas molduras, los cuales flanquean un relieve central oval del siglo XVIII en el que se representa, adorando el Santísimo Sacramento, a San Benito, fundador de la Orden Benedictina, y San Bernardo, su reformador en lo que sería la Orden del Císter. Por su parte, en el segundo cuerpo se abren tres huecos de similares características que los del primero, siendo más ancho el del centro. Por último, sirve de remate del conjunto un coronamiento con forma de espadaña con jarrones laterales, los mismos que se hallan a ambos lados de la cruz final.

Madrid, Carlos II, Interior de la Iglesia del Sacramento

Interior de la Iglesia del Sacramento.

En el interior, cuenta con una sola nave de planta de cruz latina20, la cual se sustenta con grandes machones22 como si fueran arbotantes23, y queda cubierta por medio de una bóveda de cañón24, en la que se abren lunetos25 en los laterales, y por una cúpula en el crucero26. Ésta es encamonada27, ochavada29 y con pechinas30 a los lados; cuenta con un tambor32 sin ventanas y con linterna33.

El acceso se hace a través de un atrio34 cuyo techo decora una pintura del siglo XVIII, obra de los hermanos González Velázquez; se trata de un trampantojo35 en el que se representa un cielo abierto en el centro en el que hay ángeles con filacterias36, con inscripciones relativas a la Eucaristía. A un lado, se puede ver una placa sobre la inauguración de la Iglesia como Catedral Castrense el 25 de junio de 1985 por los reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, ostentando el cargo de arzobispo castrense Don José Manuel Estepa.

Una vez dentro, veremos una serie de arcos laterales de medio punto que sirven para acoger altares. La decoración interior en las bóvedas es obra de los hermanos Luis, Alejandro y Antonio González Velázquez. De entre todo lo que se podría destacar de ella, haremos hincapié en el Retablo Mayor. En él, el pintor Gregorio Ferro representó la Adoración de la Eucaristía por San Benito y San Bernardo; la obra está enmarcada por un retablo neoclásico con dos columnas de orden compuesto37, mientras que la remata un rompimiento de gloria, donde dos ángeles hechos de estuco57 se hallan alrededor del Espíritu Santo.

El 12 de noviembre de 1982, la Iglesia del Sacramento fue declarada Monumento Histórico-Artístico de carácter Nacional.

Localización: Calle Sacramento, 9, con vuelta a Pretil de los Consejos, 1. 28005 Madrid.


Madrid, Carlos II, Huerto de las Monjas

Huerto de las Monjas.

En el solar del anteriormente mencionado Convento del Sacramento, se levantó tras su demolición un edificio de apartamentos que guarda en su interior el conocido como Huerto de las Monjas, un tranquilo y escondido espacio ajeno para la mayoría de quienes transitan a diario por su calle. Se trata del antiguo huerto del convento y en él se colocó, en el centro, una fuente de bronce realizada en París en el siglo XVIII, en la cual se ve jugando a unos amorcillos58.


Madrid, Carlos II, Casa-palacio del siglo XVII

Casa-palacio del siglo XVII.

La antigua Casa-palacio del siglo XVII, actual edificio de viviendas, que tratamos en este artículo fue construida, según podemos ver en la web
de la Guía de Arquitectura de Madrid, de la Fundación COAM, entre los años 1670 y 1710. El inmueble es de planta pentagonal, con el lateral mayor orientado al Norte y el menor al Oeste, mientras que en el Este, en la Costanilla de San Andrés, se encuentra la fachada principal, siendo en el Sur en donde se rompe la posible planta rectangular, recortándose la fachada hacia su interior (Norte) y constituyendo dos trazados diferentes. El edificio tiene tres alturas (incluyendo la planta baja y con semisótanos en alguna de sus fachadas) a lo largo de la mayor parte de su perímetro, excepto en los laterales Sur y Suroeste, en que éstas quedan reducidas a sólo dos. Está cubierto por un tejado a cinco aguas en el que se abre un gran número de mansardas.

Las fachadas de esta antigua casa-palacio se encuentran revocadas59 y cubiertas por trampantojos simulando sillares60, destacando la mampostería de sus bases y, sobre todo, los sillares de refuerzo sobre los que se levantan los vértices del edificio. Este último elemento de piedra se repite en los recercados61 de algunas de las ventanas del semisótano y en los dinteles y jambas de varias de las puertas existentes en el lateral Norte. En la fachada principal, como vemos en la fotografía adjunta, se abren tres ejes verticales de vanos, con la entrada principal, formada por un dintel de dovelas62 sobre jambas de piedra, situada en el central. A la izquierda de esta última, se abre otra puerta, de construcción más reciente, y a la derecha, una ventana enrejada y una del semisótano. Las dos plantas superiores son más uniformes que la baja, repitiéndose en ellas la composición de ventanas rectangulares abiertas tras balcones con barandillas de forja.

Localización: Costanilla de San Andrés, 4, con vuelta a Calle Alamillo, 1, con vuelta a Calle Toro, 2. 28005 Madrid.


Madrid, Carlos II, Fachada Norte del Palacio del Príncipe de Anglona

Fachada Norte del Palacio del Príncipe de Anglona. Siglo XVII.

A continuación, veremos un edificio que a veces pasa desapercibido para quienes no conozcan su historia. Se trata del Palacio del Príncipe de Anglona, cuyos primeros datos conocidos se remontarían al siglo XVI, momento en que sólo sería un grupo de casas irregulares que pertenecían a la familia Vargas, apuntando algunos autores que el palacio pudo ser edificado por Francisco de Vargas, Consejero de los Reyes Católicos y de Carlos I, hacia 1530. En 1605, es adquirido por Álvaro de Benavides, que lo reedificaría dos años más tarde. En el siglo XVII, sería propiedad de los Duques de Benavente, ya que, como explica la historiadora María Isabel Pérez Hernández en su publicación "El palacio del Príncipe de Anglona. Un jardín oculto en el centro de la villa de Madrid", "Antonio Alonso Pimentel de Herrera Zúñiga, XI conde y VIII duque de Benavente, obtuvo la propiedad por matrimonio con Isabel Francisca de Benavides y de la Cueva, hija de los marqueses de Jabalquinto y Villareal y III marquesa de Jabalquinto, en 1652. Isabel Francisca de Benavides incorporó a la casa de Benavente los marquesados de Jabalquinto y Villareal".

Aunque el Colegio de Arquitectos de Madrid señala que no se tienen datos conocidos sobre la construcción del palacio como tal, sí apunta a que ésta podría haberse dado entre los años 1675 y 1690, motivo por el cual hemos decidido incluirlo en esta página dedicada al reinado de Carlos II. En 1761, siendo propiedad de Francisco Alonso Pimentel Borja Aragón y Centelles, XI Duque de Benavente y casado con María Faustina Téllez Girón y Pérez de Guzmán, hija del VII Duque de Osuna, se diseña el jardín de la mano del grabador y dibujante de planos Nicolás Chalmandrier. La primera reforma que se conoce del palacio la llevó a cabo Vicente Barcenilla en 1776, siendo propiedad de la única hija del matrimonio antes mencionado, María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel, casada en 1771 con Pedro Alcántara Téllez Girón.

A comienzos del XIX, su hijo, Don Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Alonso-Pimentel, Príncipe de Anglona y Marqués de Javalquinto (o Jabalquinto), hereda el palacio, de ahí el nombre por el que es conocido hoy día. En 1872, lo adquirirían los Marqueses de la Romana, que serían sus dueños hasta 1983. Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), el palacio será utilizado como cárcel, por lo que acabaría muy deteriorado. Abandonado tras el conflicto, volvería a manos de sus anteriores dueños, quienes no volvieron a habitarlo, sino que lo alquilaron para que entre 1942 y 1978 acogiera la sección de Estadística, Empadronamiento y Alcantarillado del Ayuntamiento de Madrid.

Madrid, Carlos II, Fachada principal del Palacio del Príncipe de Anglona

Fachada principal del Palacio del Príncipe de Anglona.

Como hemos dicho antes, se desconoce con exactitud su fecha de construcción, así como su autor, pero sí se sabe que a lo largo del tiempo ha sufrido numerosas transformaciones. De este modo, su planta original no era, como en la actualidad, rectangular, sino que se abría como en forma de peine. Será a principios del siglo XIX y de la mano de Antonio López Aguado cuando se lleve a cabo una serie de reformas importantes en el edificio, pasando de ser un conjunto desordenado a un inmueble unitario que ocupa toda la manzana.

Su planta, como apuntamos, es rectangular y queda distribuida en torno a dos patios interiores y un jardín en el extremo Oeste. Del exterior, destacan las fachadas, planas y carentes de ornamentación. En 1920, Javier de Winthuysen Losada, diseñador de jardines y pintor sevillano, proyecta el jardín que podemos contemplar en la actualidad, del que hablaremos al final de este artículo. A lo largo de los años 80, cuando el edificio es adquirido por Anglona S.A., se realizaron una rehabilitación y una consolidación general del inmueble, obras en las que se reforzaron las estructuras, se hizo una nueva distribución del interior y se recuperaron tanto las pinturas originales como el jardín; el proyecto que en 1983 presentara Ignacio Blanco Lecroisey sirvió para que al arquitecto le fuera concedido el premio de Rehabilitación del I Concurso de Arquitectura y Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid en 1985.

En la actualidad, la planta baja la ocupa un restaurante, mientras que la alta está formada por viviendas.

Madrid, Carlos II, Jardines del Palacio del Príncipe de Anglona

Jardines del Palacio del Príncipe de Anglona.

Por lo que respecta al jardín, además de lo ya expuesto a lo largo de este artículo, podemos mencionar que originalmente se trataba de un jardín de trazado paisajista, con parterres63 irregulares y caminos curvos. Propiedad del Ayuntamiento de Madrid desde el año 1978, fue reformado por la paisajista Lucía Serredi Gianfaldoni, con la colaboración, entre otros, de Antonio Bonet Correa. Es en ese momento cuando se recupera parte del trazado que en los años 20 le dio Winthuysen. De este modo, actualmente los jardines están sobre un terraplén artificial con el que queda salvado el acusado desnivel que hay entre la Calle Segovia y la Plaza de la Paja, lugar este último por donde tiene su entrada. Es también en esta zona donde se alzaron las tapias, quizás reutilizando una construcción anterior. En el jardín, de unos 500 metros cuadrados, se pueden contemplar tres áreas diferenciadas; el cuerpo central, el más importante, se divide en cuatro cuadrantes entre los que hay varios caminos hechos con ladrillos a sardinel64 (originales), mientras que en el centro hay una pequeña fuente de granito de época moderna (la original, más baja, quedó desplazada hacia la zona Noroeste). A lo largo del lateral de la Calle Segovia, hay un paseo cubierto con una pérgola65, igual a la que se sitúa en el lado de la Plaza de la Paja, y en una de las esquinas, en alto, hay un cenador66 de hierro. Los jardines fueron abiertos al público en el año 2002, constituyendo un apartado y tranquilo lugar, remanso de paz en el bullicio que supone la zona turística en la que se sitúan.

Localización: Costanilla de San Pedro, 2, con vuelta a Calle Segovia, 13, con vuelta a Costanilla de San Andrés, 3, con vuelta a Calle Príncipe de Anglona, 2. 28005 Madrid.


Madrid, Carlos II, Colegio de San lldefonso

Colegio de San lldefonso. Siglos XVII y XIX.

El Colegio de San lldefonso se encuentra situado en el solar que ocupaba la antigua casa de los Vargas, en donde se guardaban tanto los animales como los útiles de labranza, en donde, según algunas fuentes, se encontraba el llamado Pozo del Milagro y que en el siglo XV, al contraer matrimonio Doña Leonor de Vargas con Pedro de Luján, pasó a ser conocida como Casa de los Lujanes de la Morería. En ella se alojó el valido de Don Enrique IV, rey de Castilla entre 1454 y 1474, Don Beltrán de la Cueva, I Duque de Alburquerque, personaje célebre que sostuvo el Paso Honroso de Don Beltrán de la Cueva y que fue acusado de ser padre de la única hija del antes mencionado soberano, conocida como Juana la Beltraneja.

Madrid, Carlos II, Portada principal del Colegio de San Ildefonso

Portada principal del Colegio de San Ildefonso.

El edificio actual tiene sus orígenes en el inmueble del siglo XVII que fue diseñado por Felipe Sánchez en 1691 y levantado entre los años 1693 y 1699. Posteriormente, entre 1870 y 1881, fue residencia de las Salesas Reales, y entre 1883 y 1884, tras su compra por el Ayuntamiento madrileño, fue sometido a una reforma integral a cargo de José Urioste Velada y Cipriano Gómez con el fin de instalar en él la nueva sede del Colegio de San Ildefonso, inaugurándose ésta en el año 1884 con un acto al que asistieron SS. MM. Don Alfonso XII y Doña María Cristina. Más adelante, en 1899 y entre los años 1931 y 1934, es nuevamente reformado, y en 1988 rehabilitado en una intervención dirigida por Joaquín Roldán Pascual.

En la actualidad, el viejo caserón del siglo XVII se ha convertido en unas modernas instalaciones educativas, en cuya fachada principal, orientada al Sureste en la Calle Redondilla, podemos observar tres alturas, incluyendo la planta baja y un semisótano; en ella, casi totalmente cubierta por revoco, destacan las piedras de la base de su esquina Suroeste (izquierda), las de los dinteles y jambas de las ventanas del semisótano y las de la puerta principal, además del recercado moldurado y pintado en distinto color. La portada principal, situada en el eje del extremo izquierdo, está formada por un arco rebajado y escarzano67 apoyado sobre jambas, todo ello en piedra, bajo un balcón con barandilla de forja que destaca de los demás por su mayor tamaño y las ménsulas68, con motivos geométricos y vegetales, sobre las que se asienta.

Localización: Calle Alfonso VI, 1. 28005 Madrid.


Madrid, Carlos II, Casa-palacio del siglo XVII

Casa-palacio del siglo XVII.

Junto a la Capilla de San Isidro, enfrente de su lateral Oeste, se encuentra otra Casa-palacio del siglo XVII, cuya fecha de construcción está igualmente datada, por la web
de la Guía de Arquitectura de Madrid, entre los años 1670 y 1710. El edificio es de planta cuadrangular, tiene dos alturas (contando la planta baja) y está cubierto por una azotea en su ángulo Suroeste y un tejado a dos aguas en el que se abren varias mansardas, de entre las que llama la atención, por su tamaño, la existente en el centro de la fachada de la Calle Mancebos. Las fachadas se encuentran revocadas, destacando en ellas, además de la entrada principal que vemos a continuación, la base del ángulo Noroeste, donde se han dejado sin revocar los sillares de piedra.

La portada principal, almohadillada69, se abre en la fachada Este y está formada por un dintel de dovelas sobre jambas de sillares. A izquierda y derecha de ésta se abren sendas ventanas rectangulares, enrejadas y de diferente factura. En la planta superior de este mismo lateral, hay otros cuatro huecos rectangulares tras balcones con barandillas de forja que forman, cada uno de ellos, con excepción del situado en el extremo derecho (Norte), un eje vertical con los vanos de la planta baja, existiendo en esta última, bajo el balcón huérfano de eje, un amplio trozo de fachada desprovista de huecos.

En la fachada Norte, se repiten cuatro ejes verticales formados por ventanas enrejadas en la planta baja y balcones idénticos a los anteriores en la superior, con otra excepción a la derecha (extremo Oeste), donde la ventana del primer piso puede haber sido sustituida por una puerta de garaje.

Localización: Plaza de los Carros, 4, con vuelta a Calle Mancebos. 28005 Madrid.


Madrid, Carlos II, Hospital de la Enfermería de la Venerable Orden Tercera (V.O.T.)

Hospital de la Enfermería de la Venerable Orden Tercera (V.O.T.). Siglo XVII.

En la Calle San Bernabé, entre dos de los monumentos más emblemáticos de Madrid como son la Puerta de Toledo y la Basílica de San Francisco el Grande, encontramos la Capilla del Hospital de la Enfermería de la Venerable Orden Tercera (V.O.T.). Una vez que la orden ya había construido su Capilla del Cristo de los Dolores, decidió levantar un hospital en el que atender a aquellos hermanos que estuvieran enfermos y necesitados (actividad que continúa en la actualidad), para lo cual escogió un solar en la calle en la que nos situamos. Así, el 14 de septiembre de 1678, el Consejo de la Fraternidad acordó dicha construcción que, en principio, estaría dedicada sólo a los hermanos la orden, contando también para ello con el beneplácito de Carlos II.

Los terrenos se adquirirían a partir del año siguiente, siendo la base las casas del magistrado Don Gil Imón de la Mota. El coste de los trabajos ascendería a 624.000 reales, recayendo las obras, tanto del hospital como de su Iglesia, en las manos de Luis Román y sus hijos Diego y Matías, así como de Marcos López y Bartolomé Hurtado; además, según consta en los archivos de la Fraternidad, se contó con la intervención de otros maestros y oficiales. De este modo, el templo, que a fines de indulgencias71 se halla agregado a la Basílica Romana de San Juan de Letrán, se contrató en 1693 con José Arroyo, siguiendo los planos de Marcos López, aunque otras fuentes apuntan a que éstos pertenecían a Teodoro Ardemans, de quien sí se tiene constancia que colaboró en la construcción de la escalera del hospital. Más adelante, cuando Arroyo fallece en 1695, el arquitecto Felipe Sánchez tomaría el relevo en las obras tras la convocatoria de un nuevo concurso para el proyecto. Sánchez comprobó, sin embargo, que los trabajos desarrollados hasta entonces carecían de la consistencia necesaria, por lo que la edificación comenzó a construirse de nueva planta, empezando por los cimientos, secundándole otros arquitectos, como Eugenio de Camarena, Juan de Pineda o el propio Ardemans. Así, el conjunto sería terminado en 1697, siendo consagrado poco después.

Madrid, Carlos II, Fachada de la Capilla del Hospital de la Enfermería de la V.O.T.

Fachada de la Capilla del Hospital de la Enfermería de la V.O.T.

Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), las distintas estancias del hospital, que se ordenan en torno a un patio cuadrado de dos alturas (la parte alta acristalada, aunque abierta en origen) y un jardín trasero, sirvieron para atender tanto a las tropas españolas como a las francesas, si bien las galas aprovecharían las circunstancias para realizar un expolio en su interior que conllevó la desaparición de un buen número de obras de arte. Más adelante, la Desamortización72 de Mendizábal no supondría ningún peligro para la institución, al ser considerada ésta como de gran interés público. No ocurriría lo mismo durante la Guerra Civil, ya que el edificio sería incautado por la Agrupación Socialista Madrileña, expulsando para ello a los miembros de la orden y a las religiosas que les ayudaban, pero sí continuaron llevándose a cabo las labores médicas; esta vez, será gracias al celo del personal médico que se pudo evitar un nuevo expolio artístico. Concluida la contienda, las actividades se reanudaron en el edificio.

Si pasamos a su descripción, debemos decir que estamos ante una joya del barroco madrileño. El exterior de la Iglesia nos muestra una gran fachada cóncava73 de granito y revoco, con una planta ligeramente curva. Se halla dividida en dos cuerpos, además del ático. En el primero, se abre la puerta que da acceso al atrio, un arco de medio punto que asienta sobre pilastras y que se cierra con una reja del siglo XVII en la que se pueden leer las siglas V.O.T. Sobre ella, en el segundo cuerpo y separada por una moldura, hay una ventana adintelada, también cerrada con rejería, que da luz al coro y que queda rematada por el escudo franciscano flanqueado con sendos óculos74 laterales. El ático es un frontón75 curvo con un gran óculo en el centro. Corona la fachada una cruz de forja. Una espadaña se alza en el lado del Evangelio76, la cual se compone de dos vanos para las campanas cerrados con rejas, estando rematada por un frontón. También cabe señalar la cubrición de la cúpula, estando ésta formada por un tejado de pizarra a cuatro aguas con pinchos en los que había la costumbre, en las iglesias de Madrid, de colocar velas para los grandes actos, dando así la sensación de mayor iluminación y festividad; la cúpula queda coronada por una linterna, igualmente de pizarra, y una cruz de forja.

Madrid, Carlos II, Entrada al Hospital de la Enfermería de la V.O.T.

Entrada al Hospital de la Enfermería de la V.O.T.

El acceso a la capilla se suele hacer, normalmente, a través del hospital, mediante una puerta adintelada y moldurada, coronada con un frontón curvo partido sobre el que se abre una ventana rectangular cerrada con rejería. Es entonces cuando se puede contemplar la magnífica escalera, construida en el año 1683 por los hermanos Ramón y Marcos López. Está compuesta por dos rampas que van a parar a una mesa, saliendo de ahí otras dos hacia la parte superior; todo ello se apoya en arcos rampantes77 sustentados por pilares dobles. También es digna de mención la bóveda, pintada por Teodoro Ardemans, la cual presenta los escudos de la orden franciscana y de la V.O.T. Asimismo, en el recorrido de la escalera se pueden admirar distintas obras de arte de autores como Carreño de Miranda, o Van Dyck, entre otros.

Una vez que estamos dentro de la capilla del hospital, podremos comprobar que ésta tiene una gran amplitud. Su planta es de salón78, con un crucero muy poco pronunciado, coro a los pies y una cúpula que apoya sobre pechinas con pinturas al fresco que muestran, una vez más, los escudos franciscano y de la V.O.T. Toda la nave queda asentada sobre pilastras dóricas que sostienen un gran entablamento, el cual apoya en ménsulas pareadas; se cubre con una bóveda de cañón con yeserías en la que se abren lunetos laterales.

Al fondo de la nave, se halla la Capilla Mayor, donde se ubica el Retablo Mayor, del siglo XVIII en estilo neoclásico y obra de Patricio Rodríguez que sigue las trazas dadas por Francisco Sánchez. Está formado por un solo cuerpo, todo él de madera que simula mármol, sujeto por columnas de orden compuesto y dividido en tres calles. En el centro, una hornacina coronada por dos ángeles que portan una corona de flores acoge una escultura de la Inmaculada Concepción, patrona de los franciscanos, que se eleva sobre un trono de ángeles; el autor de esta imagen es Salvador Páramo, que la tallaría a comienzos del siglo XIX. Por su parte, en las calles laterales hay sendos tondos79 dorados donde se ven relieves con las Lágrimas de San Pedro y con la figura de San Pablo. En la parte superior, hay un rompimiento de gloria con un resplandor central y, alrededor de éste, cuatro ángeles que sujetan una filacteria con una inscripción que alude a la Purísima Concepción de María. En cuanto a la parte baja, aquí hay puertas que conducen a la sacristía y en las que aparecen relieves con emblemas eucarísticos80 y marianos83.

El 1 de febrero de 1995, el Hospital de la Venerable Orden Tercera fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.

Localización: Calle San Bernabé, 11 y 13, con vuelta a Calle Ventosa, 26. 28005 Madrid.


Madrid, Carlos II, Iglesia de San Millán y San Cayetano

Iglesia de San Millán y San Cayetano. Siglo XVII.

En el madrileño barrio Embajadores, hallamos la Iglesia de San Millán y San Cayetano, templo construido para la Orden de los Teatinos en el lugar en el que anteriormente se ubicaba un antiguo oratorio que, bajo la advocación84 de Nuestra Señora del Favor y San Marcos, había hecho construir Don Diego de Vera Ordóñez de Villarquirán (Caballero de Calatrava, Capitán de Infantería, Alguacil Mayor85 de la Inquisición de Cataluña en los condados de Rosellón, Urgel y Cerdeña, y Gobernador y Capitán General de Chiapa y Conquista, en la provincia del Próspero) al lado de unas casas que tenía junto a la Calle del Oso; la primera misa en él se celebró el 5 de diciembre de 1612. Posteriormente, donaría el templo a los clérigos, firmando la escritura el 26 de octubre de 1633 con varias condiciones, entre ellas que estuviera dedicado a Nuestra Señora del Favor, y que él y su mujer tuvieran el derecho de patronazgo de la Iglesia (algo que quedaría anulado más delante de común acuerdo con sus herederos). Así, tras la fundación del convento, los teatinos sustituirían el oratorio por una iglesia de gran majestuosidad.

Se desconoce en qué año comenzaron las obras con exactitud, aunque los estudios más recientes arrojan un poco de luz sobre esto, y sobre quiénes fueron los autores y en qué períodos. Se sabe, por ejemplo, que los teatinos consiguieron la licencia del Consejo Real para poder fundar su convento el 3 de agosto de 1665, mientras que el permiso por parte del Arzobispo de Toledo Don Pascual de Aragón les llegaría el 8 de septiembre de 1667. Durante la espera, los clérigos fueron adquiriendo casas colindantes para poder ensanchar su proyecto de obra. También se conoce que sobre 1660 se construyó una capilla dedicada a San Andrés Avelino en el primitivo oratorio y que, además, éste se conservó mientras se iba levantando el templo nuevo hasta, al menos, 1727, año en que sería derribada dicha capilla para poder proseguir con las obras. Asimismo, la Congregación de Nuestra Señora de la Pureza y el Cristo de la Divina Providencia, de la que era miembro el propio Pedro de Ribera, colaboró económicamente a la construcción del templo.

Algunos autores apuntan a que quizás el inicio de los trabajos se diera en torno a 1670, siendo, probablemente, aunque sin datos que lo confirmen, el arquitecto Marcos López, con la ayuda de su hijo José López, quien ideara las primeras trazas. A su muerte en 1688, o algo más adelante, la continuación de las obras vino de la mano de José de Churriguera (especialmente en la fachada, según algunos expertos) y Pedro de Ribera, que en los planos y dibujos aparecidos, firmados por él y fechados en 1722 y 1737, ideó una serie de elementos que no llegarían a materializarse y otros se perderían años después, estando los trabajos en la primera fecha, 1722, muy poco avanzados (algunas zonas estaban sólo cimentadas y otras ni siquiera eso). Es por entonces cuando Ribera debió estar al frente de la dirección, de ahí que proyectara los dibujos antes citados. Además, cabe apuntar aquí que el arquitecto vivía casi enfrente de la Iglesia y que su relación con ella y con el convento fue muy estrecha: en él tomaron el hábito tres de sus hijos y fueron enterrados sus padres, su hermana Matea, sus dos últimas esposas y él mismo. En cuanto a la terminación, ésta fue por parte de Francisco Moradillo, que simplificó la cúpula pensada por Ribera y posiblemente realizó la ornamentación que éste había proyectado. La inauguración, casi un siglo después de que comenzara la construcción del templo, se llevó a cabo en agosto 1761. Carlos II y Felipe V recibirían el patronato de la Capilla Mayor tanto de la iglesia antigua como de la nueva.

En 1822, los teatinos tuvieron que abandonar el convento, que pasaría a ser ocupado temporalmente, gracias a la cesión de Fernando VII, por los monjes del Convento de San Gil mientras que acababan las obras de éste en lo que hoy es la Plaza de España. Sin embargo, la desamortización hizo que pasara a manos privadas y se convirtiera en casas. De él nada queda en la actualidad, salvo la Iglesia. En el año 1869, la que era Iglesia de San Millán fue derribada, pasando su parroquia a la de San Cayetano, de ahí el nombre por el que se la conoce desde entonces. Ya en el siglo XX, la Guerra Civil hizo estragos en ella, ardiendo prácticamente todo lo que albergaba en su interior: retablos, imágenes, esculturas, etc. Sería el arquitecto Fernando Chueca Goitia quien evitaría su hundimiento. Se salvó, eso sí, la fachada y se restauró el interior, tapiándose algunas de las capillas laterales, reabriendo al culto el 6 de agosto de 1962. La gran cúpula central se rehízo. Más adelante, se reconstruyeron las cuatro capillas laterales y la central, se ha restaurado la fachada y se han incorporado una serie de retablos en su interior.

En el exterior, la estrechez de la calle hace que nos sea difícil reparar en San Cayetano, pues debemos elevar demasiado la vista para poder contemplarlo bien. La fachada es de granito y revoco. De la base de piedra, surgen ocho pilastras cajeadas87 que rematan sendos capiteles de orden compuesto. Vemos cómo aquí se abren tres puertas en forma de arco de medio punto que se cierran por medio de herrajes hechos, en 1730, por el herrero Juan Antonio González; por encima de estos arcos, hay tres hornacinas que acogen, en el centro, la imagen de Nuestra Señora del Favor, y a los lados, los santos teatinos San Cayetano y San Andrés Avelino, siendo el autor de todas ellas Juan de Villanueva. La fachada culmina con una cornisa sostenida por ménsulas. Antaño, poseía un frontón mixtilíneo adornado con florones, pero despareció y no volvió a ser reconstruido. A los lados, hay dos torres de planta cuadrangular formadas por un solo cuerpo en el que se abren unos vanos de arco de medio punto donde cuelgan las campanas. Antes de la guerra, estuvieron rematadas por unos chapiteles de pizarra.

Una logia88 cubierta por bóvedas rebajadas nos da paso al interior. Posee San Cayetano una planta de cruz griega89 inscrita en un cuadrado, quedando cubierta por medio de una cúpula encamonada sobre tambor y asentada sobre pechinas. En los ángulos, se abren cuatro capillas con cúpulas ochavadas también sobre pechinas. La estructura del templo se sustenta con pilares con capiteles jónicos. El coro está a los pies. La decoración es abundante, si bien se aprecia un cambio en la cúpula, siendo ésta más sobria en comparación con las otras cuatro. El presbiterio90 es de planta rectangular y, a los lados, hay unas tribunas destinadas tiempo atrás al Consejo de Hacienda madrileño. Las puertas adinteladas que aquí tenemos dan paso a la sacristía.

La Capilla Mayor acoge un retablo moderno, neobarroco y de madera dorada, obra del párroco Manuel Paradela Segade, tanto en su diseño como en su ejecución. Está formado por base, predela91, tres cuerpos y un ático, y se divide, a su vez, en tres calles, quedando sustentado por columnas salomónicas92. Carece de programa iconográfico93, estando compuesto por pinturas que reproducen algunos cuadros importantes del Museo del Prado y de otras pinacotecas95. De este modo, en la predela están el Descanso en la Huida a Egipto y el Nacimiento de la Virgen, cuyos originales pertenecen, ambos, a Murillo. En el centro, en el primer cuerpo, hay una hornacina con la efigie96 de la Inmaculada Concepción, mientras que a los lados hay dos pinturas, la Curación del Paralítico, copia de la obra de Murillo, y la Coronación de Espinas, reproducción, en este caso, del cuadro de Van Dyck. En el segundo cuerpo, hay una pintura que copia la Coronación de la Virgen, de Velázquez, y a los lados está el Noli me tangere, basado en el original de Correggio, y el Abrazo de San Bernardo al Crucificado, que reproduce la obra de Francisco Ribalta. Por último, en el ático, hay una talla, igualmente moderna, del Crucificado.

La Iglesia de San Millán y San Cayetano fue declarada Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional el 19 de mayo de 1980.

Localización: Calle Embajadores, 15, con vuelta a Calle del Oso. 28012 Madrid.


Madrid, Carlos II, Colegio de la Compañía

Colegio de la Compañía o Instituto de San Isidro. Siglo XVII.

Al lado de la Colegiata de San Isidro el Real, inaugurada el 25 de enero de 1567, se construyó un sencillo centro de estudios aprovechando unos viejos edificios que recibiría el nombre de Colegio de la Compañía (recordemos que la colegiata fue construida para la Orden de la Compañía de Jesús). Este colegio estaría subvencionado por la Villa, frente a los Estudios Populares.

Cuando en 1603 muere la emperatriz María de Hungría, viuda del Emperador Maximiliano II y hermana de Felipe II, deja una gran cantidad de sus bienes a los jesuitas para que construyan unos nuevos colegio, convento e Iglesia, pero con la condición de que los estudios que se fueran a realizar allí sirvieran para la conversión de la Alemania protestante. Es entonces cuando el centro pasa a denominarse Colegio Imperial. Las obras del templo darían comienzo años después, en 1622, reinando ya Felipe IV, mientras que las clases continuaron en el edificio viejo desde 1625, año en que serían inaugurados los Estudios Reales, hasta 1679, momento en que, al fin, se derribó para dar comienzo a los trabajos del nuevo centro.

El proyecto sería realizado por el hermano Francisco Bautista, que fallecería en ese mismo año de 1679, mientras que la ejecución de los trabajos se debió a la mano de Luis Román, siendo el patio obra de Melchor de Bueras.

Madrid, Carlos II, Portada principal del Instituto de San Isidro

Portada principal del Instituto de San Isidro.

Los estudios se seguirían impartiendo hasta que, en 1767, Carlos III expulsa de España a los jesuitas. Al año siguiente, el conjunto de la Colegiata de San Isidro el Real y del colegio se divide en tres partes: el convento serviría para viviendas, el colegio continuaría con la enseñanza como Reales Estudios de San Isidro y la propia Iglesia cambiaría su advocación, pasando de San Francisco Javier a San Isidro. El regreso de los jesuitas, con la consecuente recuperación del que había sido su templo, sucedió durante el reinado de Fernando VII, permaneciendo con él hasta el año 1923.

Cabe señalar que, en el siglo XIX, el viejo edificio del Colegio Imperial acogería la Escuela de Arquitectura hasta que en 1933 se plantea que sea trasladada a lo que hoy es Ciudad Universitaria. En 1876, Francisco Jareño reformaría el interior y ampliaría el edificio, dotándolo además de una entrada independiente. Asimismo, a mediados de dicha centuria, cuando se crea la Universidad Central en el que había sido Noviciado de los Jesuitas en la Calle de San Bernardo, los Reales Estudios dan paso al Instituto de Segunda Enseñanza que hoy conocemos y en el que se siguen impartiendo clases bajo el nombre de Instituto de San Isidro.

Del conjunto, merece la pena destacar el patio herreriano97 que hizo Bueras, con bellos arcos de medio punto en la planta baja y balcones adintelados en la primera, decorados éstos en una muestra de lo que sería el barroco de finales del siglo XVII, siendo así el único en Madrid que ha llegado a nuestros días después de que en el siglo XIX fueran destruidos casi todos los conventos madrileños.

El 18 de abril de 1983, el Instituto de San Isidro sería incoado para ser declarado Monumento Histórico-Artístico.

Localización: Calle Toledo, 39, con vuelta a Calle Estudios, 1. 28005 Madrid.


Madrid, Carlos II, Monasterio de San Ildefonso y San Juan de Mata

Monasterio de San Ildefonso y San Juan de Mata. Siglo XVII.

A continuación, veremos el Monasterio de San Ildefonso y San Juan de Mata, de religiosas trinitarias descalzas, lugar en el que descansan los restos del Príncipe de los Ingenios, Miguel de Cervantes Saavedra. A pesar de que desde antiguo se conoce que fue enterrado en este convento, los trabajos de su búsqueda no comenzarían hasta casi 400 años después de su muerte, en 2014, siendo éstos hallados al año siguiente, aunque no con una certeza absoluta de que los huesos encontrados pertenezcan al escritor al no haberse podido practicar, por el momento, las pertinentes pruebas de ADN. Así, sus restos descansan hoy, junto con los que presumiblemente pertenecen a su esposa, en un monumento funerario que fue instalado el pasado 2015 e inaugurado el día 11 de junio de dicho año.

El origen del monasterio debemos buscarlo en 1612, año en que es fundado por Doña Francisca Gaitán Romero (o Juana, según otras fuentes), hija de Don Julián Romero, general de Felipe III. Esta primera fundación se haría, de manera provisional, en una casa situada en la Calle Mayor, pero se encontraba demasiado cerca del convento agustino de San Felipe el Real, por lo que las religiosas se trasladaron a unas casas que tenía la fundadora en la que entonces era la Calle Cantarranas (hoy, irónicamente debido a la enemistad que hubo entre ambos escritores, llamada Calle Lope de Vega); éstas se hallaban muy cerca del recién fundado convento de trinitarios descalzos. Tras algunos contratiempos, el Santísimo fue colocado en el nuevo convento el 9 de noviembre de 1612, tomando el hábito en él como trinitarias las nueve primeras novicias el 24 de noviembre de ese mismo año.

Tras quedar viuda, la fundadora ingresó también en el convento, pero entre 1619 y 1630 surgieron una serie de desavenencias entre ésta y la comunidad de religiosas que llegaron a dar lugar a varios pleitos. Debido a esto, Doña Francisca decidió retirarles su apoyo, lo cual hizo que las monjas tuvieran que irse del convento en 1639 a unas casas ubicadas en la Calle Humilladero, contando para este traslado con una dotación hecha por Doña María de Villona, de la Casa de los Duques de Braganza. Más adelante, entrarían como nuevos patronos los Marqueses de la Laguna, Don Sancho de la Cerda, consejero de Estado y Guerra de Felipe III y mayordomo mayor de su esposa Margarita de Austria, y Doña María de Villena y Melo. Es en ese momento, en el año 1641, cuando las monjas se instalan ya de manera definitiva en su primera ubicación de la Calle Cantarranas.

Madrid, Carlos II, Iglesia del Monasterio de San Ildefonso y San Juan de Mata

Iglesia del Monasterio de San Ildefonso y San Juan de Mata.

En cuanto a su construcción, las primeras obras se llevan a cabo alrededor de 1613, siguiendo las trazas realizadas por los maestros Francisco Martín y Diego Hernández, si bien cuando aún vivía la fundadora se habla, en el mismo año de la fundación, de otro maestro de obras, Pedro Rodríguez Majano. La retirada del apoyo de Doña Francisca conllevó un más que notable retraso; tanto es así que en el Plano de Teixeira de Madrid, hecho en 1656, la Iglesia figura sin la cúpula. Habrá que esperar a 1668 para que se aprueben las obras definitivas de construcción. Así, en 1673 se derriban las casas contiguas y en septiembre de ese mismo año se pone la primera piedra del convento, terminando esta primera fase del proyecto en 1688.

La segunda fase comenzaría en 1693, para lo cual se contaría con las trazas del arquitecto Marcos López, a quien tras su muerte sucedería José Arroyo, rematándose la Iglesia en septiembre de 1694, momento en que se colocaría una cruz de forja coronando su cúpula. El cardenal Luis Manuel Fernández de Portocarrero-Bocanegra y Moscoso-Osorio la bendeciría, celebrándose la primera misa en ella el 4 de septiembre de 1697.

Durante siglos, la vida de las religiosas transcurrió con relativa tranquilidad hasta la segunda mitad del XIX. En 1868, se especuló con la posibilidad de derribar el convento; sin embargo, se salvó gracias a la intervención de la Real Academia Española de la Lengua, que alegó la existencia de los restos de Cervantes entre sus muros. Ya en el siglo XX, durante la Guerra Civil, la Real Academia tuvo que volver a intervenir, evitando que el convento fuera asaltado, incendiado y saqueado, como lamentablemente ocurriera con otros.

Además de Cervantes, también fueron aquí sepultadas su mujer y su hija, Isabel, que profesó como monja del convento, algo que también hizo la hija de Lope de Vega, Marcela de Carpio, la cual llegó a ser superiora.

El exterior de la fachada principal de la Iglesia, en la Calle Lope de Vega, queda estructurada en piedra y ladrillo. La portada, sobre basamento de granito, cuenta en la parte inferior con tres puertas rematadas por arcos de medio punto, siendo más alta la del centro y sustentadas las tres por pilastras cajeadas de orden compuesto; todas cierran con rejas de forja hechas por el maestro rejero José López alrededor de 1696 y quedan rematadas por ángeles y el emblema de la orden trinitaria, la cruz roja y azul. La fachada en sí presenta grandes pilastras jónicas. El paso entre el primer y el segundo cuerpo se hace por medio de una cornisa que asienta sobre ménsulas. Sobre el arco central podemos ver un relieve rectangular enmarcado por pilastras toscanas98 y con roleos99, en el que se ha representado la escena de la Imposición de la casulla a San Ildefonso junto con los fundadores de la orden, San Juan de Mata y San Félix de Valois. En la parte superior del relieve, se halla el grupo de la Santísima Trinidad, del que se desconoce el autor, si bien fue realizado hacia el año 1660, siendo de la escuela madrileña. A ambos lados, vemos los escudos nobiliarios de los Marqueses de la Laguna hechos en piedra blanca con un óculo enrejado en la parte superior de cada uno. Sobre el relieve, hay un frontón curvo partido en el que aparece el escudo trinitario y, por encima, hay una ventana adintelada de granito que, a través de la reja que la cierra, da luz al coro alto. La fachada queda rematada por un frontón triangular con un óculo en el tímpano100. Una cruz de piedra en el centro y jarrones con flores sobre plintos101 en los lados coronan el conjunto, además de la presencia de la espadaña que, formada por un solo vano, alberga la única campana con que cuenta la Iglesia.

Madrid, Carlos II, Esquina Nordeste del Monasterio de San Ildefonso y San Juan de Mata

Esquina Nordeste del Monasterio de San Ildefonso y San Juan de Mata.

Al lado de la fachada de la Iglesia, se halla el convento, con muros de ladrillo y mampostería que se alzan sobre una base de granito. Cuenta con dos alturas, si bien en algunos lados hay partes abuhardilladas, además de unos pequeños torreones de ladrillos y rejas de madera. Destaca poderosamente su sobriedad, pues, salvo las ventanas adinteladas cerradas con rejas de forja, carece totalmente de ornamentación. Una placa de mármol hecha por el escultor Ponciano Ponzano y situada en la parte inferior nos permite leer una inscripción en la que dice: "A MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA, QUE POR SU ÚLTIMA VOLUNTAD, YACE EN ESTE CONVENTO DE LA ORDEN TRINITARIA, A LA CUAL DEBIÓ PRINCIPALMENTE SU RESCATE: LA ACADEMIA ESPAÑOLA. CERVANTES NACIÓ EN 1547 Y FALLECIÓ EN 1616".

El acceso a la Iglesia se hace por medio de un atrio de planta rectangular con paredes revocadas y cubierto por una bóveda de cañón con lunetos y con decoración a base de cruces trinitarias. Ya en el interior, podremos ver cómo el templo queda organizado por medio de una sola nave, con crucero, presbiterio y coro alto en los pies. La nave se distribuye en tres tramos, uno de ellos situado debajo del coro, y se sustenta por pilastras cajeadas de orden toscano que se encargan de separar los altares laterales, enmarcados éstos a su vez por arcos de medio punto; sobre ellas, corre una cornisa sujeta por ménsulas también pareadas. La cubierta es aquí una bóveda de cañón que apoya sobre arcos fajones102 con lunetos laterales.

Cubriendo el crucero, hay una cúpula ochavada sobre pechinas decoradas con pinturas de 1908 en la que se han representado a varios santos de la orden trinitaria: San Juan de Mata, San Félix de Valois, San Juan Bautista de la Concepción y San Miguel de los Santos. Ésta se remata con una linterna de ventanas adinteladas.

En el Altar Mayor, se encuentra el Retablo Mayor, realizado y donado al convento en 1739 por el ensamblador103 Manuel de Mesa, natural de Toledo, quien tenía una hija que profesaba aquí. Ese mismo año fue colocado, trabajo que dirigió el arquitecto Francisco Ruiz, que en aquellos momentos y desde 1718 trabajaba en las obras del convento, acabadas éstas por Juan Ruiz en 1752. Está hecho en madera dorada y policromada (su dorador fue Manuel Zamorano en 1767), y formado por banco, cuerpo central dividido en tres calles por columnas y pilastras compuestas, y ático. Las columnas asientan sobre ménsulas, mientras que el paso del cuerpo central al ático se hace mediante frontones curvos partidos y sostenidos por ménsulas pareadas. En cuanto al ático, éste es un arco de medio punto que se corona con una tarja105 en cuyo centro aparece la cruz trinitaria. En la parte inferior, está el manifestador106, y en el centro se expone un gran relieve con la Imposición de la casulla a San Ildefonso como tema, mientras que a los lados hay sendas esculturas con dos Ángeles adorantes asentados en el frontón.

El Convento de Trinitarias Descalzas sería declarado Monumento Nacional el 11 de noviembre de 1943.

Localización: Calle Lope de Vega, 18, con vuelta a Costanilla de las Trinitarias, 2, con vuelta a Calle Huertas. 28014 Madrid.


Madrid, Carlos II, Iglesia de la Concepción Real de Calatrava

Iglesia de la Concepción Real de Calatrava. Siglo XVII.

En la Calle Alcalá, encontramos la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava, más conocida como Iglesia de las Calatravas, templo que perteneció a un antiguo convento de esta orden militar hoy desparecido.

Las primeras religiosas que formaron parte de este convento vinieron desde Almonacid de Zorita, en la provincia de Guadalajara, lugar en el que estuvieron desde 1576 hasta 1623, año en que Felipe IV autorizó que fueran trasladadas a Madrid. Antes de entrar en el convento, estarían de manera provisional en unas casas sitas en las calles Santa Isabel y Atocha. En 1652, la Orden de Calatrava jura defender el dogma de la Inmaculada Concepción, motivo por el cual el convento adoptaría esta advocación. El 30 de agosto de 1670 se lleva a cabo la escritura pública de la fundación por la abadesa Andrea de Cárdenas, varios miembros de la orden y los maestros de obras Gregorio Garrote e Isidro Martínez (si bien algunas fuentes apuntan a este último junto con Miguel Chocarro), los cuales se comprometían a que la edificación seguiría la memoria de construcción que ya había realizado Fray Lorenzo de San Nicolás, religioso agustino recoleto, además de arquitecto.

El 4 de enero de 1676 las obras estaban ya prácticamente terminadas, siendo Fray Lorenzo nombrado por el Consejo de Órdenes como su tasador; el coste total de los trabajos fue de 772.827 reales de vellón107, si bien los pagos se demorarían bastante, ascendiendo hasta los 80.000 ducados y debiéndose todavía en 1684 dinero a los arquitectos. La obra se dio finalmente por acabada en el año 1685.

Lamentablemente, el convento fue derribado en 1872, salvándose, por suerte, su Iglesia, gracias a la intervención del general Prim; las monjas, entonces, pasarían al Convento de las Comendadoras de Santiago entre 1896 y 1911 para, posteriormente, ir al de Convento de las Mercedarias Descalzas de Don Juan de Alarcón, después, al de Rosales, y por último, al de Hortaleza.

La Iglesia sería reformada en su fachada durante el reinado de Isabel II, gracias al apoyo brindado por su esposo, Francisco de Asís, siguiendo los planos dados por Juan de Madrazo y Kuntz. Será entonces cuando el templo adquiera en su exterior un estilo entre el renacimiento108 milanés y el plateresco109 español, con la fachada de color rojizo.

Madrid, Carlos II, Rosetón con la Cruz de Calatrava

Rosetón con la Cruz de Calatrava.

Del exterior de la Iglesia de las Calatravas, levantada durante el reinado de Carlos II en ladrillo y mampostería, destaca sin duda su fachada, realizada, como apuntamos más arriba, en 1858 por Juan de Madrazo y Kuntz. Para la decoración, usó algunos elementos propios del estilo plateresco, como las cresterías110 decoradas con grifos111 alados, candelabros y mascarones112; asimismo, también aparece repetida la cruz de la Orden de Calatrava. En ella, se abren dos puertas, una que da paso al crucero y otra que se abre a la segunda capilla del lado del Evangelio y que es la que se utiliza normalmente para acceder al templo, la cual cuenta en las enjutas113 con sendos medallones en los que aparecen los bustos de los santos Pedro y Pablo. Las dos están enmarcadas por pilastras y tienen su parte superior ornamentada con pinturas al fresco, obra de Raimundo de Madrazo, en las que se representan, en la del crucero, a Cristo bendiciendo entre San Benito y San Bernardo, y en la de la nave, a la Virgen con el Niño siendo adorados por ángeles. Por encima de la puerta del crucero, podemos ver una escultura de la Inmaculada hecha en estuco en el siglo XIX por Sabino de Medina; de la misma centuria son los dos santos que aparecen en el segundo cuerpo enmarcando un rosetón117 con la cruz de Calatrava: San Raimundo de Fitero, de Andrés Rodríguez, y San Diego Velázquez, de José Pagnucci y Zumel, ambos fundadores de la orden. En cuanto a las rejas de las dos puertas, éstas fueron ejecutadas en 1686 por Pedro Calvo, la del crucero, y José Paiol, la de la nave.

Madrid, Carlos II, Cúpula de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava

Cúpula de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava.

Una vez en su interior, tras atravesar un pequeño atrio, vemos que estamos en una Iglesia de planta de cruz latina. Cuenta con crucero cubierto por una cúpula formada por un tambor decorado con ocho ventanas (cuatro abiertas y otras cuatro ciegas) y pechinas ornamentadas con pinturas del siglo XVIII, y que es sujetada por machones ampliamente decorados; coro alto a los pies; nave cubierta por una bóveda de cañón con lunetos; y capillas laterales separadas entre sí por pilastras y arcos de medio punto, estando las pilastras rematadas con capiteles decorados con ovas118, dardos119 y hojas de acanto y festones120.

El Retablo Mayor, por su parte, fue un encargo de la Orden de Calatrava hacia 1720 a José Benito de Churriguera, quien lo ejecutó entre 1721 y 1724, convirtiéndose así en el último que realizaría, pues fallecería el 2 de marzo del año siguiente en Madrid. Con este retablo se sustituía otro anterior en el que el lienzo central, obra de Francisco Ruiz de la Iglesia de 1688, representaba a San Diego Velázquez en batalla contra los infieles. El actual, profusamente ornamentado, está compuesto por un cuerpo central que flanquean columnas pareadas sobre las que se asienta un gran frontón curvo; en el centro, enmarcado por un baldaquino121, hay una escultura de San Raimundo de Fitero; sobre él, dentro del ático, vemos a la Inmaculada Concepción, lugar en el que también está el Salvador bendiciendo. En los laterales, hay ángeles escultóricos, y en las calles, podemos contemplar distintas escenas de la fundación de la Orden de Calatrava dentro de hojarasca y otros elementos decorativos.

El 1 de febrero de 1995, la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.

Localización: Calle Alcalá, 25. 28014 Madrid.


Madrid, Carlos II, Monasterio de las Mercedarias Descalzas de la Purísima Concepción "Lás Góngoras"

Monasterio de las Mercedarias Descalzas de la Purísima Concepción "Lás Góngoras". Siglos XVII y XVIII.

En el año 1663, Don Juan Jiménez de Góngora, miembro del Consejo de Castilla, funda, junto al Vicario General de las Mercedarias Descalzas Fray Juan de Santa María, el Monasterio de las Mercedarias Descalzas de la Purísima Concepción, o de las Góngoras, como es popularmente conocido, cumpliendo así el encargo que Felipe IV le había encomendado de fundar un convento dedicado a Nuestra Señora de la Concepción como agradecimiento a la llegada de un heredero al trono español, el futuro Carlos II. Don Juan de Góngora, a quien se debe el sobrenombre de "las Góngoras", confió para ello en las beatas de la institución que en 1626 había fundado Doña María de Mendoza, hija del embajador de Portugal, y que en 1661 se habían quedado sin casa, al acabar ésta arruinada por una inundación. Se trataba del mismo edificio en el que Doña María había fundado un beaterio122 al que se retiró al no poder ver cumplido su gran deseo de ser religiosa. El convento sería inaugurado el 24 de marzo de 1665, pocos meses antes del fallecimiento de su impulsor, el rey Felipe IV, quien pudo así cumplir su voluntad de acción de gracias.

El terreno elegido para su fábrica fueron unas antiguas huertas llamadas del Duque de Frías, que hicieron del nuevo monasterio uno de los que más terrenos tenía en Madrid durante el siglo XVII. La construcción del convento se puede dividir en dos fases claramente diferenciadas: en la primera, de cuyo proyecto de 1963 fue autor el mercedario Fray Manuel de San Juan Bautista y Villarreal, se construyeron el propio convento y una pequeña iglesia; y en la segunda, obra del arquitecto Manuel del Olmo y patrocinio del Conde de Villaumbrosa, se amplió el templo, situando la cúpula a una mayor altura y mejorando su ornamentación.

Madrid, Carlos II, Cúpula de la iglesia del Convento de las Mercedarias Descalzas de la Purísima Concepción "Lás Góngoras"

Cúpula de la iglesia del Convento de las Mercedarias Descalzas de la Purísima Concepción "Lás Góngoras".

Las instalaciones se articulan alrededor de un claustro central de planta cuadrada, en donde su panda123 Este enmarca el lado del Evangelio del templo, el cual tiene el otro lateral, el de la Epístola, enmarcado por la Calle Luis de Góngora. Como nos cuenta el arquitecto Don Rafael Guerra de la Vega en la página 121 de su libro "Iglesias y Conventos del Antiguo Madrid", esta orientación de la Iglesia, con uno de sus laterales dando a la calle, es algo tradicional, ya que así el coro del templo, situado a los pies del mismo, es de más fácil acceso para las monjas, una disposición que se repite en el Monasterio de las Carboneras.

En el siglo XVIII, se llevó a cabo una importante restauración a cargo de José de la Ballina y de Francisco Sabatini; en el XIX, en particular en 1879, se realizó una segunda, a cargo esta vez de Antonio Ruiz de Salces; y finalmente, en un proyecto trazado entre los años 1989 y 1990 por Ángeles González Álvarez y ejecutado por ella misma entre 1990 y 1993, se hizo la tercera y última restauración del templo. En la actualidad, el barroco interior de esta Iglesia constituye, por la belleza de su ornamentación y lo completa de la misma, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura religiosa madrileña durante el siglo XVIII.

La iglesia, de planta de cruz latina, está formada por una única nave de tres cuerpos cubierta por una bóveda de cañón con lunetos, un crucero con los brazos no demasiados marcados, una gran cúpula con linterna apoyada sobre pechinas y un presbiterio de un único cuerpo e igualmente con lunetos y en el que destaca el gran retablo barroco. Un ornamentado entablamento, apoyado sobre ménsulas pareadas y hasta el que llegan las pilastras (rematadas por un capitel con ovas y dardos sobre hojas de acanto) que separan verticalmente los diferentes espacios de los paramentos, recorre todo el edificio (nave, crucero y presbiterio).

Enumeremos a continuación una selección de las imágenes y pinturas existentes en el interior del templo. En la capilla mayor se encuentra el Retablo Mayor, del siglo XVIII, y cuyas esculturas son obra de Juan Pascual de Mena. En el centro del mismo, destaca la imagen de la Inmaculada Concepción, a la cual está dedicada el templo; a izquierda y derecha de la imagen anterior, las tallas de las monjas Santa María de Cervellón y Beata Mariana de Jesús, respectivamente; y en el ático del retablo, la imagen entre ángeles de Dios Padre. Comenzando por los pies de la Iglesia y avanzando hacia el altar mayor por el lado del Evangelio, encontramos una talla del Cristo de la Buena Muerte, un retablo barroco de la Virgen de la Soledad del siglo XVIII, y un lienzo de gran tamaño con los santos Pedro de Verona y Catalina de Siena del siglo XVII. En los cuatro machones que sostienen la cúpula y comenzando por el primero de ellos, desde el mismo lateral por el que veníamos y continuando en el sentido de las agujas del reloj, vemos el Retablo de San José con el Niño, del siglo XVIII; el Retablo de Nuestra Señora de la Merced; el Retablo de San Pedro Nolasco; y el Retablo de la Coronación de la Virgen.

Es de destacar cómo en el interior del convento se encuentra conservado incorrupto el cuerpo de la Beata Mariana de Jesús, de la que es muy devoto el pueblo de Madrid.

En el año 2012, la Iglesia y el convento fueron declarados Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.

Localización: Calle Luis de Góngora, 5. 28004 Madrid.


Madrid, Carlos II, Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat

Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat. Siglos XVII y XVIII.

La Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat es el templo del monasterio que Felipe IV fundó para dárselo a los monjes castellanos que, en 1642, llegaron a Madrid expulsados por los catalanes del benedictino Monasterio de Santa María de Montserrat, de Barcelona, tras la sublevación de Cataluña de 1640. Sin embargo, el monarca moriría sin que los monjes dispusieran aún de su convento, permaneciendo mientras en la quinta del Condestable, actual Parque Quinta de la Fuente del Berro. El proyecto lo realizó, en 1668, Sebastián de Herrera Barnuevo, y de la obra se encargaron los arquitectos Pedro de la Torre y Francisco de Aspur; pero dadas la penuria económica del momento, el templo no llegaría a terminarse, interrumpiéndose las obras a la altura del crucero, faltando aún la cúpula y el presbiterio.

En el siglo XVIII, entre 1716 y 1721, y entre 1729 y 1733, Pedro de Ribera terminaría la fachada, delimitando la nave central con pilastras cajeadas y finalizándolo con un frontón triangular. Igualmente, diseñó dos torres, de las cuales sólo se construiría, en 1720, la del lado Sur, constituyendo ésta un particular ejemplo del barroquismo de Ribera, en el que traslada influencias centroeuropeas con el diseño de un chapitel bulboso. Tras la Desamortización de 1836 el convento pasó a ser la prisión de mujeres "La Galera", retomando el tema de su terminación, en 1920, el arquitecto Carlos Gato Soldevilla, quien proyectó una restauración y reconstrucción, tomando como base la falsa idea de que el edificio era obra del arquitecto Pedro de Ribera. En la actualidad, la antigua prisión se ha convertido en una residencia de mayores y los monjes benedictinos de Santo Domingo de Silos vuelven a ocupar parte del convento como Priorato de Nuestra Señora de Montserrat, el Montserratico de Madrid. Entre los años 1982 y 1991, se llevó a cabo una primera restauración de la Iglesia a cargo de los arquitectos Antonio González-Capitel Martínez, Antonio Riviere Gómez y Consuelo Martorell Aroca, habiendo sido durante esta intervención cuando se construyó un nuevo presbiterio en el hastial124, en donde había quedado interrumpida la construcción inicial, siendo su pared del fondo la que separa la nave del inacabado crucero. No obstante, los cimientos originales se han conservado, pudiendo observarse desde el aire o desde cualquier vista digital los dos machones del extremo Oeste sobre los que debería haberse apoyado la cúpula. Una nueva restauración fue ejecutada en 1998 por el arquitecto Eduardo González Mercadé.

La iglesia consta de tres naves, siendo la central más alta y ancha que las laterales, además de estar cubierta por una bóveda de cañón con lunetos y tener dos alturas. La inferior está dotada de arcos de medio punto abiertos hacia las laterales y la superior cuenta con balcones enrejados que permiten asistir, desde el convento, a las ceremonias religiosas. De los paramentos de esta nave, sobresalen las pilastras rematadas por capitel compuesto, que llegan hasta la altura del entablamento que la recorre. En el interior, destacan, además del coro, de gran tamaño al haber sido construido originalmente para una comunidad benedictina, las imágenes de San Benito, de Santa Escolástica y de la Virgen de Montserrat, del siglo XVII.

Exteriormente, en la fachada principal destacan, además de la torre Sur con los boceles125 y flameros127 que encuadran sus vanos, y el cuerpo inconcluso de la Norte, la imposta que marca la altura de las naves laterales, las pilastras cajeadas y el frontón triangular que señalan y rematan respectivamente el cuerpo central, obra todo ello de Pedro de Ribera.

En 1914, la Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat fue declarada Monumento Nacional.

Localización: Calle San Bernardo, 79. 28015 Madrid.


Madrid, Carlos II, Convento de las Comendadoras y Parroquia de Santiago el Mayor

Convento de las Comendadoras y Parroquia de Santiago el Mayor. Siglo XVII.

Muy cerca de la Iglesia Parroquial de Montserrat, unida a ella por la Calle de Quiñones, se encuentra, ocupando toda una manzana del casco antiguo, el Convento de las Comendadoras y Parroquia de Santiago el Mayor, el último conjunto conventual conservado entero, sin que haya perdido ninguno de los elementos que formaban la construcción original, en la ciudad de Madrid. Sus fundadores, con el fin de que la rama femenina de la Orden de Santiago tuvieran una sede en la capital española, fueron el Presidente del Consejo de Órdenes de Castilla, Don Íñigo Zapata de Cárdenas, y su mujer, Isabel de Avellaneda, en 1584; sin embargo, no fue hasta el año 1667 cuando se firmó la escritura de inicio de las obras, iniciándose éstas al año siguiente y extendiéndose su duración, debido a la nada boyante economía española, a lo largo de los siguientes treinta años, a pesar de que la Iglesia ya estaba casi terminada, aunque sin cubrir, en 1675. El largo período transcurrido entre su fundación y el comienzo de su fábrica estuvo motivado por la disconformidad existente sobre qué monjas debían ocuparlo, siendo partidario Felipe IV de respetar la voluntad del fundador, que quería que fueran las monjas del Convento de Santa Fe, de Toledo, aunque al final serían las religiosas del Convento de Santa Cruz, de Valladolid, las que se harían cargo del mismo. La dirección de las obras estuvo a cargo de los hermanos Manuel y José del Olmo, ambos arquitectos, quienes trazaron un espacio conventual de planta rectangular con una iglesia de planta de cruz griega con los brazos terminados en hornacinas.

En este templo, una de las pocas iglesias de planta central existentes en Madrid, destaca la gran cúpula levantada sobre cuatro grandes machones achaflanados128 que corona el crucero. La cúpula consta de linterna y tambor, siendo éste de planta octogonal en el exterior, con una ventana en cada uno de sus paramentos, y circular en el interior, y apoyándose sobre cuatro pechinas ornamentadas con la Cruz de Santiago. Los muros y cubiertas (la cúpula central y los cuartos de esfera de los brazos) del templo se encuentran recorridos por pilastras pareadas y cajeadas que los ornamentan, destacando en el Altar Mayor el gran cuadro de Santiago, obra del pintor Lucas Jordán. Igualmente, por las paredes del templo se encuentran colgadas banderas blancas con la Cruz de Santiago en las que, según la fuente, aparecen los nombres de las victorias de la Orden de Santiago o los de las Encomiendas129 de la misma.

Entre los años 1745 y 1753, el arquitecto Francisco de Moradillo, quien posteriormente acometería la dirección de las obras de las Salesas Reales, diseñaría y dirigiría la construcción de la Sacristía de los Caballeros, un bello espacio de estilo marcadamente dieciochesco en el que los futuros Caballeros de la Orden de Santiago efectuaban sus preparativos antes de la solemne ceremonia de su nombramiento, la cual se celebraba bajo la cúpula del templo. En 1753, el arquitecto Francisco de Sabatini sería quien llevaría a cabo una importante obra de reforma del convento en la que daría unidad a las distintas casas que lo formaban.

La fachada principal de la Iglesia, levantada de ladrillo con refuerzos de sillería en las esquinas, se organiza en dos cuerpos de altura coronados por un ático y enmarcados por dos torres laterales. Ambos cuerpos centrales quedan a su vez divididos en tres calles, siendo la central más ancha que las de los lados, mediante pilastras toscanas que los recorren. En el inferior, se encuentra el ingreso al templo, formado por tres arcos de medio punto con florones en las claves130 construidos en piedra y que aún conservan las rejas originales del siglo XVII, realizadas por Diego Pérez en 1695. En el segundo cuerpo, y continuando los ejes de vanos inferiores, se abren tres ventanas rectangulares enmarcadas por molduras de piedra y cerradas con rejas de forja. En el ático, rematado por un frontón curvo coronado por florones y flanqueado por aletones131, vemos una hornacina entre pilastras, igualmente toscanas, con una talla en piedra de Santiago, posible obra de Juan Alonso de Villabrille y Ron (1663-1772). Las torres, construidas de ladrillo en sus paramentos y de sillares en las esquinas, tienen tres cuerpos, con el campanario situado en el último (con huecos rematados por arcos de medio punto) y se cubren con chapiteles de pizarra con mansardas situadas en cada uno de su laterales.

Madrid, Carlos II, Cúpula y remate de las torres de la Iglesia de Santiago el Mayor

Cúpula y remate de las torres de la Iglesia de Santiago el Mayor.

En 1970, el convento fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, y en la actualidad, según se expone en su web, hay previsto un futuro Museo del Convento.

A finales del siglo XX, son realizadas varias restauraciones, una primera, en 1980, a cargo de los arquitectos Adriana Bisquert Santiago y Juan López Jaén, y otras dos llevadas a cabo, dentro del Plan Director de los arquitectos Enmanuela Gambini y Salvador Ballarín, por los también arquitectos Amparo Berlinches Acín y Juan Risueño Neila, en 1999, y Enrique Nuere Matauco, entre 1999 y 2000.

En la actualidad, en el interior de las instalaciones conventuales se encuentra la Escuela Infantil Comendadoras de Santiago.

Las Comendadoras de Santiago son los conventos femeninos, pero también los hubo masculinos dentro de la Orden de Caballería de Santiago, una de las cuatro grandes órdenes religiosas y militares españolas (las otras serían las de Calatrava, Alcántara y Montesa). La Orden de Santiago recibió su bula 132 de aprobación del Papa Alejandro III el 5 de julio de 1175, aunque en realidad hay testimonios escritos que sitúan su existencia muy anterior, como el Privilegio del 15 de noviembre de 1030 en que el rey de Castilla Fernando I hace mención de los Caballeros de la Encomienda de Santiago, o una escritura aparecida en el Monasterio de Uclés, en Cuenca, sede del Maestre133 de la orden en que aparecen unos estatutos referentes a la misma escritos en un latín de tiempos de Ramiro I, rey de Asturias entre los años 842 y 850.

En los conventos de Comendadoras de Santiago, donde las monjas reciben el nombre de freiras, profesaban damas de noble cuna que hacían castidad conyugal pero no perpetua, por lo que podían dejar el convento y contraer matrimonio. En ellos, solían alojarse las mujeres de los caballeros de la orden cuando estos partían hacia la guerra.

Localización: Plaza de las Comendadoras, 10. 28015 Madrid.


* * *

Lourdes Morales Farfán es Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. ↑

El Colegio de San Ildefonso

El Colegio de San Ildefonso tiene sus orígenes, según algunos historiadores, en el reinado de los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, cuando el Ayuntamiento madrileño creó una institución de beneficencia destinada al acogimiento y educación de los niños abandonados, constituyendo así la entidad educativa no religiosa más antigua de la capital española. No obstante, no se conservan documentos de esta época en el que se le mencione, siendo del siglo XVII los más antiguos en los que se hace referencia a él. Este centro, bajo su primer nombre de Colegio de Niños de la Doctrina, también conocido como Colegio de Niños Doctrinos, impartía a sus alumnos una educación en aritmética, caligrafía, catequesis y gramática superior a la recibida, como media, por los demás niños de la época, algo que continuaba en el siglo XIX al dar materias entonces inusuales, como dibujo, esgrima, mecanografía, solfeo, o taquigrafía.

En el año 1884, abandonaron su vieja sede, situada en el número 3 de la Carrera de San Francisco, y ocuparon el actual edificio, ubicado de la Calle Redondilla, siendo hoy una moderna institución de enseñanza que no fue hasta finales del siglo XX cuando comenzó a admitir alumnos externos (1973) y niñas (1981). En la actualidad, el centro, anteriormente dependiente en exclusiva del Ayuntamiento de Madrid, se halla dividido en dos instituciones diferentes: una es la Residencia San Ildefonso, a cargo del Ayuntamiento de la capital, y otra el Colegio Público San Ildefonso, a cargo de la Comunidad Autónoma de Madrid.

No podemos acabar este artículo sin hacer mención a aquella actividad por la que el colegio es particularmente conocido; se trata de la participación de sus alumnos, los Niños de San Ildefonso, en los sorteos de la Lotería Nacional, una labor que comenzaron, bajo el reinado de Carlos III, el 9 de marzo de 1771.

La Parroquia de San Millán Abad

La Iglesia Parroquial de San Millán Abad fue fundada en 1591 en la Calle de Toledo como anejo a San Justo, sobre el solar que antiguamente había ocupado una antigua ermita dedicada a este santo y que dependía del Hospital de la Latina. En 1612, el templo fue reedificado a expensas de San Justo y, más tarde, se le añadió la capilla mayor. En 1676, la Congregación del Santo Cristo de las Injurias, que ya había costeado la Capilla Mayor, manda construir el Retablo Mayor, donde se colocó la imagen del Santo Cristo de las Injurias, en cuyo interior se cuenta que se guardaban las cenizas de un crucifijo que habían quemado los judíos en 1630.

Como dato curioso, se dice que esta imagen era la preferida por el Tribunal de la Inquisición a la hora de realizar los Autos de Fe.

El 14 de marzo de 1720, un incendio destruye por completo el templo, que sería levantado de nueva planta por Teodoro Ardemans, colocándose el Santísimo el 24 de septiembre de 1722.

Se convirtió en parroquia independiente en 1805. En 1869, fue demolida, trasladándose su feligresía y culto a la vecina Iglesia de San Cayetano, con la que comparte la titularidad de la parroquia hasta la actualidad.



GLOSARIO

- 1 Valido: Primer ministro. // Ministro superior que el rey solía nombrar para que le aliviase en parte el trabajo del despacho, encomendándole ciertos negocios con jurisdicción de despacharlos por sí solo.
- 2 Superávit: En la Administración pública, exceso de los ingresos sobre los gastos.
- 3 Pertrecho: Municiones, armas y demás instrumentos, máquinas, etc., necesarios para el uso de los soldados y defensa de las fortificaciones o de los buques de guerra.
- 4 Elector: Cada uno de los príncipes de Alemania a quienes correspondía la elección y nombramiento de emperador.
- 5 Bóveda por arista: Bóveda de aljibe. // Bóveda cuyos dos cañones semicilíndricos se cortan el uno al otro.
- 6 Pilastra: Columna de sección cuadrangular7.
- 7 Cuadrangular: Que tiene o forma cuatro ángulos.
- 8 Agua: Vertiente de un tejado.
- 9 Mansarda: Buhardilla. // Ventana que se levanta por encima del tejado de una casa, con su caballete cubierto de tejas o pizarras, y sirve para dar luz a los desvanes o para salir por ella a los tejados.
- 10 Arco de medio punto: Arco que consta de una semicircunferencia.
- 11 Chapitel: Remate de una torre, generalmente en forma piramidal o cónica.
- 12 Vano: En una estructura de construcción, distancia libre entre dos soportes y, en un puente, espacio libre entre dos pilas o entre dos estribos consecutivos.
- 13 Vicariato: Oficio o dignidad de vicario14. // Oficina o tribunal en que despacha el vicario. // Territorio de la jurisdicción del vicario.
- 14 Vicario: En este caso nos referimos al vicario general castrense: Vicario que como delegado apostólico ejerce plena jurisdicción eclesiástica sobre todos los dependientes del Ejército y Armada; suele ser obispo titular.
- 15 Ducado: Moneda de oro que se usó en España hasta fines del siglo XVI, de valor variable. //Moneda no acuñada equivalente a once reales de vellón, aumentada en una mitad más por la pragmática de febrero de 1680, y vuelta después a su valor primero.
- 16 Mampostería: Obra hecha con mampuestos17 colocados y ajustados unos con otros sin sujeción a determinado orden de hiladas o tamaños.
- 17 Mampuesto: Piedra sin labrar que se puede colocar en obra con la mano.
- 18 Arco rebajado: Arco cuya altura es menor que la mitad de su luz19.
- 19 Luz: Distancia horizontal entre los apoyos de un arco, viga, etc.
- 20 Iglesia en cruz latina: Iglesia que se compone de dos naves, una más larga que otra, que se cruzan a escuadra21.
- 21 A escuadra: En forma de escuadra o en ángulo recto.
- 22 Machón: Pilar de fábrica.
- 23 Arbotante: Arco situado en la parte exterior de un edificio que transmite el empuje de una bóveda o cubierta a un contrafuerte.
- 24 Bóveda de cañón: Bóveda de superficie generalmente semicilíndrica que cubre el espacio comprendido entre dos muros paralelos.
- 25 Luneto: Bovedilla en forma de media luna abierta en la bóveda principal para dar luz a esta.
- 26 Crucero: Espacio en que se cruzan la nave mayor de una iglesia y la que la atraviesa.
- 27 Encamonado: Hecho con camones28.
- 28 Camón: Armazón de cañas o listones con que se forman las bóvedas encamonadas o fingidas. // Cada uno de los listones curvos que forman la armazón de una bóveda.
- 29 Ochavado: Dicho de una figura: De ocho ángulos iguales y ocho lados iguales cuatro a cuatro y alternados.
- 30 Pechina: Cada uno de los cuatro triángulos curvilíneos que forman el anillo de la cúpula con los arcos torales31 sobre los que estriba.
- 31 Arco toral: Cada uno de los cuatro en que estriba la media naranja de un edificio.
- 32 Tambor: Pared vertical redonda o poligonal, generalmente con ventanas, que sostiene una cúpula.
- 33 Linterna: Torre pequeña más alta que ancha y con ventanas, que se pone como remate en algunos edificios y sobre las medias naranjas de las iglesias.
- 34 Atrio: Andén que hay delante de algunos templos y palacios, por lo regular enlosado y más alto que el piso de la calle.
- 35 Trampantojo: Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es.
- 36 Filacteria: Cinta con inscripciones que aparece en pinturas, esculturas, escudos de armas, etc.
- 37 Orden compuesto: Orden que en el capitel de sus columnas reúne las volutas38 del jónico39 con las dos filas de hojas de acanto41 del corintio42, guarda las proporciones de este para lo demás y lleva en la cornisa52 dentículos53 y modillones54 sencillos.
- 38 Voluta: Adorno en forma de espiral o caracol, que se coloca en los capiteles de los órdenes jónico y compuesto.
- 39 Orden jónico: Orden que tiene la columna de unos nueve módulos40 o diámetros de altura, el capitel, adornado con grandes volutas, y dentículos en la cornisa.
- 40 Módulo: Medida que se usa para las proporciones de los cuerpos arquitectónicos. En la antigua Roma, era el semidiámetro del fuste en su parte inferior.
- 41 Acanto: Planta de la familia de las acantáceas, perenne, herbácea, con hojas anuales, largas, rizadas y espinosas. // Ornato hecho a imitación de las hojas del acanto, característico del capitel del orden corintio.
- 42 Orden corintio: Orden que tiene la columna de unos diez módulos o diámetros de altura, el capitel adornado con hojas de acanto y caulículos43, y la cornisa con modillones.
- 43 Caulículo: Cada uno de los vástagos o tallos que nacen del interior de las hojas de acanto del capitel corintio y se vuelven en espiral bajo el ábaco44.
- 44 Ábaco: Conjunto de molduras, generalmente en forma de dado, que corona el capitel y tiene la función de recibir directamente la carga del arquitrabe45.
- 45 Arquitrabe: Arquitrabe: Parte inferior del entablamento46, la cual descansa inmediatamente sobre el capitel de la columna.
- 46 Entablamento: Conjunto de molduras que corona un edificio o un orden de arquitectura y que ordinariamente se compone de arquitrabe, friso47 y cornisa.
- 47 Friso: Parte del entablamento en los órdenes clásicos que media entre el arquitrabe y la cornisa, en ocasiones ornamentado de triglifos48, metopas51 u otros elementos.
- 48 Triglifo: Adorno del friso dórico49 que tiene forma de rectángulo saliente y está surcado por dos glifos50 centrales y medio glifo a cada lado.
- 49 Orden dórico: Orden que tiene la columna de ocho módulos o diámetros a lo más de altura, el capitel sencillo y el friso adornado con metopas y triglifos.
- 50 Glifo: Canal vertical poco profundo que decora el frente de los triglifos en los órdenes clásicos.
- 51 Metopa: En el friso dórico, espacio que media entre triglifo y triglifo.
- 52 Cornisa: Conjunto compuesto de molduras que sirve de remate de una construcción. // Parte superior del entablamento de un pedestal, edificio o habitación.
- 53 Dentículo: Cada uno de los adornos con forma de paralelepípedo rectángulo que, formando fila, se colocan en la parte superior del friso del orden jónico y en algunos otros miembros arquitectónicos.
- 54 Modillón: Miembro voladizo sobre el que se asienta una cornisa o alero, o los extremos de un dintel55.
- 55 Dintel: Pieza horizontal superior de puertas, ventanas y otros huecos, apoyada en sus extremos sobre las jambas56 y destinada a soportar cargas.
- 56 Jamba: Cada una de las dos piezas que, dispuestas verticalmente en los dos lados de una puerta o ventana, sostienen el dintel o el arco de ella.
- 57 Estuco: Masa de yeso blanco y agua de cola, con la cual se hacen y preparan objetos que después se doran o pintan.
- 58 Amorcillo: En las artes plásticas, niño desnudo y alado, generalmente portador de un emblema del amor, como flechas, carcaj, venda, paloma, rosas, etc.
- 59 Revoco: Revestimiento continuo con mortero de cal, yeso y en ocasiones cemento, que se aplica en las fachadas sobre un enfoscado.
- 60 Sillar: Piedra labrada, por lo común en forma de paralelepípedo rectángulo, que forma parte de un muro de sillería.
- 61 Rececado: Se llama así al conjunto de elementos que constituyen el hueco (dintel, jambas y alfeizar o umbral).
- 62 Dovela: Piedra labrada en forma de cuña, para formar arcos o bóvedas, el borde del suelo del alfarje, etc.
- 63 Parterre: Jardín o parte de él con césped, flores y anchos paseos.
- 64 Sardinel: Obra de albañilería hecha con los ladrillos colocados de canto, en posición vertical, adosados por sus caras.
- 65 Pérgola: Armazón para sostener una planta.
- 66 Cenador: Espacio, comúnmente redondo, que suele haber en los jardines, cercado y vestido de plantas trepadoras, parras o árboles.
- 67 Arco escarzano: Arco que es menor que la semicircunferencia del mismo radio.
- 68 Ménsula: Elemento perfilado con diversas molduras, que sobresale de un plano vertical y sirve para recibir o sostener algo.
- 69 Almohadillado: Que tiene almohadillas70.
- 70 Almohadilla: Parte del sillar que sobresale de la obra, con las aristas achaflanadas o redondeadas.
- 71 Indulgencia: Remisión ante Dios de la pena temporal correspondiente a los pecados ya perdonados, que se obtiene por mediación de la Iglesia.
- 72 Desamortización: Desamortizar: Poner en estado de venta los bienes de manos muertas, mediante disposiciones legales. A través de varias desamortizaciones, se puso a la venta terrenos y otras propiedades de las llamadas "manos muertas" (la Iglesia y las órdenes eclesiásticas), quienes por medio de donaciones y testamentos habían llegado a tener una extensión de terreno sólo inferior a las del rey y la aristocracia. La Desamortización del ministro Mendizábal, llevada a cabo en 1836, fue una de las mayores y obtuvo unos resultados muy alejados de lo que se deseaba: la creación de una clase media en España. Sin embargo, sí fue de gran importancia en la historia de España al expropiar gran parte de las posesiones eclesiásticas sin recibir la Iglesia nada a cambio. Desgraciadamente, las comisiones municipales encargadas de gestionar la venta de los terrenos modificaron los lotes de terreno en venta, agrupándolos en grandes partidas que alcanzaban unos precios sólo asumibles por la nobleza y la burguesía adinerada.
- 73 Cóncavo: Curvado hacia dentro, como el interior de un cuenco.
- 74 Óculo: Ventana pequeña redonda u ovalada.
- 75 Frontón: Remate triangular o curvo de una fachada, un pórtico, una puerta o una ventana.
- 76 Lado del Evangelio y lado de la Epístola: En una Iglesia, se llama lado del Evangelio al situado en la parte izquierda desde el punto de vista de los fieles, mirando estos hacia el altar, mientras que el de la Epístola es el de la parte derecha. Toman este nombre de los lados del presbiterio desde donde se lee el Evangelio y la Epístola durante la misa.
- 77 Arco rampante: Arco con los arranques a distinto nivel.
- 78 Planta de salón o Hallenkirche: Las hallenkirche son iglesias típicas del gótico alemán que tienen las tres naves a la misma altura. Generan sensación de espacio más amplio y más luminoso.
- 79 Tondo: Adorno circular rehundido en un paramento.
- 80 Eucarístico: Perteneciente o relativo a la eucaristía81.
- 81 Eucaristía: En la Iglesia católica, sacramento instituido por Jesucristo, mediante el cual, por las palabras que el sacerdote pronuncia, se transustancian82 el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo.
- 82 Transustanciar: En la doctrina católica, convertir el pan y el vino en el cuerpo y sangre de Cristo mediante las palabras de la consagración eucarística.
- 83 Mariano: Perteneciente o relativo a la Virgen María o a su culto.
- 84 Advocación: Tutela, protección o patrocinio de la divinidad o de los santos a la comunidad o institución que toma su nombre. // Denominación de las correspondientes imágenes, de los santuarios y días en que se veneran, de las entidades acogidas a su patrocinio, etc.
- 85 Alguacil Mayor: Cargo honorífico que había en las ciudades y villas del reino o en algunos tribunales, como las chancillerías86.
- 86 Chancillería: En la corona de Castilla, cada uno de los dos altos tribunales radicados en Valladolid y Granada.
- 87 Cajeado: Hacer una caja o hueco en una pieza para ensamblarla con otra.
- 88 Logia: Galería exterior con arcos sobre columnas, techada y abierta por uno o más lados.
- 89 Iglesia en cruz griega: Iglesia que se compone de dos naves de igual longitud que se cruzan perpendicularmente por su parte media.
- 90 Presbiterio: Área del altar mayor hasta el pie de las gradas por donde se sube a él, que regularmente suele estar cercada con una reja o barandilla.
- 91 Predela: Banco o banca de retablo, parte inferior horizontal de este.
- 92 Columna salomónica: Columna que tiene el fuste contorneado en espiral.
- 93 Iconográfico: Perteneciente o relativo a la iconografía94.
- 94 Iconografía: Conjunto de imágenes, retratos o representaciones plásticas, especialmente de un mismo tema o con características comunes. // Representación o imagen de un personaje o de una realidad determinados. // Sistema de imágenes simbólicas. // Arte de la imagen o la representación plástica. // Estudio de las imágenes o representaciones plásticas en el arte.
- 95 Pinacoteca: Galería o museo de pinturas.
- 96 Efigie: Imagen o representación de una persona.
- 97 Herreriano: Perteneciente o relativo a Juan de Herrera, arquitecto español del siglo XVI cuya obra más famosa es el Monasterio de El Escorial.
- 98 Orden toscano: Orden que se distingue por ser más sólido y sencillo que el dórico.
- 99 Roleo: Voluta de capitel.
- 100 Tímpano: Espacio triangular que queda entre las dos cornisas inclinadas de un frontón y la horizontal de su base.
- 101 Plinto: Parte cuadrada inferior de la basa de una columna.
- 102 Arco fajón: Arco de refuerzo de una bóveda.
- 103 Ensamblador: Persona que ensambla104.
- 104 Ensamblar: Unir, juntar, ajustar, especialmente piezas de madera.
- 105 Tarja: Tipo de moldura simétrica que simula un material intermedio entre lo vegetal y lo rocoso.
- 106 Manifestador: Dosel o templete donde se expone el Santísimo Sacramento a la adoración de los fieles.
- 107 Real de vellón: Moneda de plata, del valor de 34 maravedís, que equivalía a 25 céntimos de peseta.
- 108 Renacimiento: Movimiento artístico europeo, que comienza a mediados del siglo XV, caracterizado por un vivo entusiasmo por el estudio de la Antigüedad clásica griega y latina.
- 109 Plateresco: Dicho de un estilo arquitectónico: Que se desarrolló en España en el siglo XVI y que se caracteriza por una ornamentación que recuerda las filigranas de los plateros.
- 110 Crestería: Línea continua de ornamentos que coronan una fachada, tejado, sillería de coro o altar.
- 111 Grifo: Animal fabuloso, de medio cuerpo arriba águila, y de medio abajo león.
- 112 Mascarón: Cara disforme o fantástica que se usa como adorno en ciertas obras de arquitectura.
- 113 Enjuta: Triángulo o espacio que deja en un cuadrado el círculo inscrito en él. // Albanega. // Espacio triangular comprendido entre la rosca114 de un arco y el alfiz115.
- 114 Rosca: Faja de material que, sola o con otras concéntricas, forma un arco o bóveda.
- 115 Alfiz: Recuadro del arco árabe, que envuelve las albanegas y arranca bien desde las impostas116, bien desde el suelo.
- 116 Imposta: Hilada de sillares algo voladiza, a veces con moldura, sobre la cual va sentado un arco. // Faja saliente de poco volumen, en la fachada de los edificios, que marca el forjado del piso.
- 117 Rosetón: Ventana circular calada, con adornos.
- 118 Ova: Adorno en forma de huevo; normalmente lleva el extremo apuntando hacia abajo.
- 119 Dardo: Adorno con la forma de punta aguda que separa a dos ovas.
- 120 Festón: Adorno compuesto de flores, frutas y hojas, que se ponía en las puertas de los templos donde se celebraba una fiesta o en los lugares en que se hacía algún regocijo público, y en las cabezas de las víctimas en los sacrificios de los gentiles. // Elemento decorativo a manera de festón, que se colocaba en las puertas de los templos y grandes mansiones.
- 121 Baldaquino: Pabellón que cubre el altar.
- 122 Beaterio: Casa en que viven las beatas formando comunidad y siguiendo alguna regla.
- 123 Panda: Cada una de las galerías o corredores de un claustro.
- 124 Hastial: En las iglesias, cada una de las tres fachadas correspondientes a los pies y laterales del crucero.
- 125 Bocel: Moldura convexa126 lisa, de sección semicircular y a veces elíptica.
- 126 Convexo: Curvado hacia fuera, como el exterior de un cuenco.
- 127 Flamero: Candelabro que, por medio de mixtos contenidos en él, arroja una gran llama.
- 128 Chaflán: Cara, por lo común larga y estrecha, que resulta, en un sólido, de cortar por un plano una esquina.
- 129 Encomienda: Dignidad dotada de renta competente, que en las órdenes militares se daba a algunos caballeros.
- 130 Clave: Piedra con que se cierra el arco o bóveda.
- 131 Aleta: Elemento con forma de gran voluta utilizado para enlazar, exteriormente, una planta con la superior a ella, si ésta es de menor altura.
- 132 Bula: Documento pontificio relativo a materia de fe o de interés general, concesión de gracias o privilegios o asuntos judiciales o administrativos, expedido por la Cancillería Apostólica y autorizado por el sello de su nombre u otro parecido estampado con tinta roja.
- 133 Maestre: Superior de cualquiera de las órdenes militares.

DATOS DE INTERES

HORARIOS DE APERTURA/VISITA:

LOCALIZACIÓN Y COMUNICACIONES:
CARRETERA:
AUTOBUS:
TREN:


BIBLIOGRAFIA Y ENLACES EXTERNOS:
- Varios autores bajo la dirección de Amparo Berlinches Acín: "Arquitectura de Madrid"; Fundación COAM; ISBN: 84-88496-68-0; Depósito Legal: M-50484-2003.
- Pedro F. García Gutiérrez y Agustín F. Martínez Carbajo: "Iglesias de Madrid"; Ediciones La Librería; ISBN-13: 978-84-96470-48-4; Depósito Legal: M-34219-2006.
- Pedro F. García Gutiérrez y Agustín F. Martínez Carbajo: "Iglesias conventuales de Madrid"; Ediciones La Librería; ISBN: 978-84-9873-105-7; Depósito Legal: S-28-2011.
- Ramón Guerra de la Vega: "Madrid de los Austrias"; Editor Ramón Guerra de la Vega; ISBN: 84-398-1478-X; Depósito Legal: M-16286-84.
- Ramón Guerra de la Vega: "Iglesias y Conventos del Antiguo Madrid"; Editor Ramón Guerra de la Vega; ISBN: 84-88271-12-3; Depósito Legal: M-43866-1996.
- José del Corral: "El Madrid de los Austrias"; Editorial El Avapies, S.A.; ISBN: 84-86280-01-X; Depósito Legal: M-40465-1983.
- Fidel Revilla y Rosalía Ramos: "Historia breve de Madrid"; Colección "Madrid de Bolsillo", nº 7; Ediciones La Librería; ISBN: 978-84-87290-66-4; Depósito Legal: M-42000-2007.
- María José Arnáiz Gorroño y Enrique Gutiérrez de Calderón: "El Palacio de Anglona: Un ilustre desconocido"; Informes de la construcción, volumen 38, número 384, octubre, 1986.
- REAL DECRETO 550/1985, de 20 de febrero, por el que se declara monumento histórico-artístico, de carácter nacional, la plaza Mayor de Madrid. Boletín Oficial del Estado, número 100, de viernes 26 de abril de 1985, página 11607.
- DECRETO 7/1995, de 1 de febrero, por el que se declara Bien de Interés Cultural con categoría de monumento a favor del Edificio del Hospital de la Venerable Orden Tercera, sito en la Calle de San Bernabé, números 11 y 13, de la Villa de Madrid. Boletín de la Comunidad de Madrid, número 76, de jueves 30 de marzo de 1995, páginas 15 y 16.
- REAL DECRETO 1155/1980, de 19 de mayo, por el que se declara monumento histórico-artístico de carácter nacional el templo de San Cayetano, de Madrid. Boletín Oficial del Estado, número 143, de 14 de junio de 1980.
- RESOLUCIÓN de 18 de abril de 1983, de la Dirección General de Bellas Artes y Archivos, por la que se ha acordado tener por incoado el expediente de declaración de monumento histórico-artístico a favor del Instituto de San Isidro, de Madrid. Boletín Oficial del Estado, número 148, de 22 de junio de 1983.
- DECRETO de 11 de noviembre de 1943 por el que se declara Monumento Nacional todo el Convento de las Monjas Trinitarias Descalzas de Madrid. Boletín Oficial del Estado de 24 de noviembre de 1943, página 11304.
- DECRETO 6/1995, de 1 de febrero, por el que se declara Bien de Interés Cultural con categoría de monumento a favor de la Iglesia de las Calatravas o de la Concepción Real de Calatrava, sita en la calle de Alcalá, número 25, de la Villa de Madrid. Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid, número 76, de jueves 30 de marzo de 1995, páginas 12 a 14.
- María Isabel Pérez Hernández: "El Palacio del Príncipe de Anglona. Un jardín oculto en el centro de la villa de Madrid"; AXA. Una Revista de Arte y Arquitectura; Editado por la Universidad Alfonso X "el Sabio", noviembre de 2013
- Matilde Verdú Ruiz: "Intervención de Pedro de Ribera en la Iglesia y Convento de San Cayetano en Madrid"; publicado en el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, segundo semestre de 1993, número 77, páginas 403-440
- Monumentamadrid
- Madres Mercedarias - Monasterio de la Purísima Concepción
- Priorato de Nuestra Señora de Montserrat
- Escuela Infantil Comendadoras de Santiago
- DRAE

Página anterior    Inicio
Contacto con uVdM