Miércoles, 11 de agosto de 2021
Introducción
Al Norte de la Comunidad de Madrid, a unos 61 km de distancia de la capital y a 910 metros de altitud, se encuentra Navalafuente, un municipio de 1.511 habitantes –según el padrón municipal del 1 de enero de 2020– y 11,90 km2 de superficie. El término limita, al Norte, con Valdemanco; al Este, con Cabanillas de la Sierra; al Sur, con Guadalix de la Sierra; y al Oeste y Nordeste, con Bustarviejo.
El origen de su topónimo, Navalafuente, se encuentra, según la tradición, en la vieja “Fuente de la Nava”, la cual debe su nombre al hecho de estar situada junto a una nava –según el DRAE, “Tierra sin árboles y llana, a veces pantanosa, situada generalmente entre montañas”– hasta la que los pastores llevaban sus ganados a descansar.
Navalafuente está emplazada en una zona de transición entre la campiña y la sierra conocida como la rampa madrileña y de perfil bastante llano. Por su superficie, pasan diversos arroyos, siendo el más importante el de Gargüeña (o Gargüera, según la fuente), que atraviesa el término municipal de Norte a Sudeste. La vegetación del término cuenta con encinares, matorrales de enebros y jaras, y pastos, además de los cultivos de, entre otros, olivos y viñas.
Por el término, discurren las carreteras locales M-625 y M-631. La M-625, carretera que une Colmenar Viejo con Navalafuente, entra en este último municipio por el Sudoeste y, tras atravesar el pueblo, desemboca en la M-631, vía de unión entre Cabanillas de la Sierra y Bustarviejo, y que cruza Navalafuente por su extremo Nordeste. Por Navalafuente pasan, asimismo dos vías pecuarias, los Cordeles1 de la Huelga y del Jaral, o, como también es conocido éste, Cañada del Tomillar.
Resumen histórico ▲
Antes de ir a los orígenes de la población del lugar, debemos resaltar que Navalafuente comenzó su trayectoria como municipio independiente en el siglo XVIII, en concreto, en 1734, año en que dejó de formar parte de Bustarviejo, población de la que, hasta entonces, había formado parte.
Retrocedamos ahora hasta el siglo XII, cuando, según la tradición, el pueblo surge gracias a los pastores que venían con sus rebaños hasta estos prados a apacentarlos “[...] con las abundantes y ricas hierbas que producían sus montes durante el verano”, como podemos leer en el Tomo II de la Guía de Madrid y su Provincia, obra que, en 1889, escribió Andrés Marín Pérez8. La existencia en el lugar de una fuente, la de La Nava, en la que abrevar el ganado favoreció la construcción de las primeras casas a su alrededor.
En el siglo XIV, en el “Libro de la Montería”, de Alfonso XI, realizado entre 1340 y 1350, podemos leer, en el capítulo X “De los montes de tierra de Segovia, et de Mazanares, et de Val de Lozoya”, las siguientes citas sobre Navalafuente:
“Los poyales de sobre Guadalix es buen monte de puerco en ivierno. Et son las vocerías la una por cima de la cumbre de los Poyales, et la otra por el camino que vá de Navalafuente á Bustar Viejo, que non pase contra Albalate. Et son armadas, las unas al rio, et las otras á la Quintería”.
“La Peña de Don Galindo es buen monte de puerco en tiempo de la nieve. Et es la vocería por cima de la cumbre, et es el armada á Navalafuente”.
Desde sus orígenes, suponiendo que éstos se encuentren en el siglo XII, hasta mediados del siglo XVII, en particular hasta 1650, como veremos más adelante, Navalafuente, al ser parte del término de Bustarviejo, formaba parte del sexmo9 de Lozoya y, por tanto, de la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia. En cambio, en lo religioso, Bustarviejo dependía del Arzobispado de Toledo.
Durante los siglo XIV, XV y XVI, Bustarviejo tendría distintos pleitos con las localidades vecinas de Miraflores, Canencia y Cabanillas, siendo los sostenidos con esta última localidad los que afectarían a Navalafuente, al dictarse finalmente, en 1577, que la Dehesilla de las Navas pasaría a formar parte de Cabanillas.
A principios del siglo XV, en 1528, según el Censo de Pecheros10 de Carlos I, Bustar Viejo, Nava la Fuente y Valde Manco –nombres de estos pueblos en 1528– tenían una población global –no hay datos de cada uno por separado– de 312 vecinos pecheros.
En 1533, conforme a las Vecindades de la provincia de Segovia, de 1533, Bustarviejo tenía la misma población, 312 habitantes.
Para finales de esta centuria, en 1591, como leemos en el Censo de la Corona de Castilla, de 1591, la población de Bustarviejo, junto a sus anejos Navalafuente y Valdemanco, era de 373 vecinos repartidos entre 370 pecheros y tres clérigos.
En 1631, conforme al Censo de la Sal12, Bustarviejo, con 221 habitantes, tenía una cabaña ganadera de 5.116 cabezas.
Durante el reinado de Felipe II, los numerosos conflictos bélicos en que se vio inmerso el imperio español provocaron una acuciante necesidad de dinero, ante lo que el rey hubo de buscar distintas medidas de financiación. Una de ellas fue la de segregar poblaciones de sus ciudades de dependencia a cambio de una gran cantidad de dinero. En 1626, reinando Felipe IV, nieto del anterior monarca, Bustarviejo pagó 442.500 maravedíes13 a cambio de ser declarada villa y quedar exenta a perpetuidad, junto a sus anejos Valdemanco y Navalafuente, de la jurisdicción civil y criminal de Segovia. El gran desembolso económico que significaba dicha cantidad supuso para Bustarviejo el no poder asumirlo en un único pago, por lo que no será hasta el 23 de mayo de 1633 que se salde por completo la deuda. Casi un cuarto de siglo después, el 31 de diciembre de 1650, dicha exención es recogida en un Privilegio Real.
En 1734, Navalafuente –que tras la anterior exención de Segovia había seguido manteniendo su propia iglesia parroquial y disponiendo de sus propios alcaldes, como venía ocurriendo desde el siglo XIV, tras serle concedida dicha prerrogativa, en 1344, por Alfonso X, aunque sólo disponían de jurisdicción dentro del núcleo de población– logra su separación de Bustarviejo y su nombramiento como villa de realengo14. Así, el 19 de enero de dicho año se señalan los mojones del límite de Navalafuente.
En la confluencia de las calles de la Fragua y Real, de aspecto casi idéntico a la Fuente de la Nava que mostramos más adelante, entre los Monumentos y puntos de interés de Navalafuente.
Bustarviejo no acepta esta situación y, ante su reclamación, en 1775, se dictamina que Navalafuente debe pagar por su nombramiento como villa independiente ya que cuando Bustarviejo pagó por su exención de la jurisdicción civil y criminal de Segovia, lo hizo tanto por sí misma como por sus dos anexos. Para fijar el precio, se estableció una cifra de población para Navalafuente en 1774 de 25 vecinos, una cantidad inferior a la de 45 vecinos registrada en el Catastro del Marqués de la Ensenada16, que veremos a continuación.
Entre los años 1749 y 1752, se realizó el mencionado Catastro de Ensenada, en donde Navalafuente aparece como una villa de realengo, con jurisdicción ordinaria, perteneciente al sexmo de Lozoya, y, en lo “tocante a rentas”, a la Intendencia de Segovia. Su población entonces era de 45 vecinos (175 habitantes17), de los que 26 son vecinos pecheros y cinco viudas pecheras. La localidad cuenta con sesenta casas, entre las que se incluyen el ayuntamiento y la fragua.
El pueblo contaba en aquella época con un cirujano, un sacristán, un tabernero, un abacero18, un aprendiz de herrero, veinticinco labradores –entre los que se cuentan dos viudas–, trece jornaleros y quince carreteros, siendo algunas de estas profesiones desempeñadas por labradores del pueblo. No se contabiliza a ningún clérigo ya que, como se lee en el catastro, “el cura Parroco, reside en la villa de Cavanillas de la Sierra”.
La producción agrícola era mayoritariamente de secano, cultivándose trigo, centeno, lino y linaza, además de algunas hortalizas. En cuanto a su cabaña ganadera, el pueblo tenía once cabezas de ganado caballar, 19 de asnal, 132 de bovino, 1.277 de ovino, 134 de caprino y 92 de porcino. La industria del pueblo se reducía entonces a un molino harinero, propiedad del concejo.
En 1768, se tomaron en la localidad los datos del Censo del Conde de Aranda20. En él, vemos que Navalafuente es una población de 106 habitantes (64 varones y 42 hembras) perteneciente a la provincia de Alcalá, al Corregimiento de Segovia y al Arzobispado de Toledo.
En 1784, conforme a las Descripciones del Cardenal Lorenzana22, Navalafuente es una villa de realengo de la Vicaría General de Alcalá de Henares, de 40 vecinos y 205 habitantes. En estas Descripciones, se cuenta cómo es éste un territorio bastante estéril, salvo por las encinas y enebros que en él crecen. Su producción agropecuaria era, por entonces, de mil doscientas fanegas23 de centeno y “corta cria de ganados merinos, y bacunos”.
También tenemos información aquí sobre sus enfermedades y crecimiento vegetativo: “Las enfermedades, que se experimentan en esta Villa, son tercianas, y algunos tabardillos; pero por lo comun, es maior el numero de nacidos, que el de muertos”.
Monumento al senderista, erigido en una pequeña plaza situada, prácticamente, enfrente de la anterior fuente de la Calle Real.
Terminamos esta centuria, en 1787, con la información aportada por el Censo de Floridablanca, en el que “Nava la fuente” sigue llamándose así y es una villa de realengo con alcalde ordinario perteneciente a la Intendencia y al Corregimiento de Segovia. Tiene una población de 167 habitantes (93 varones y 74 mujeres) repartida en un cura, un beneficiado26, un sacristán, un escribano, treinta labradores, nueve jornaleros, ocho criados, un empleado a sueldo real, tres síndicos27 de órdenes religiosas y ciento doce menores o sin profesión especificada.
Llegamos al siglo XIX, durante el cual, el país padecería desastres como la Guerra de la Independencia frente al invasor francés, entre los años 1808 y 1814; la pérdida de casi todo su imperio colonial; las consecuencias de tres guerras carlistas (1833-1840, 1846-1849 y 1872-1876); numerosos pronunciamientos militares con, a veces, enfrentamientos armados entre liberales y absolutistas; destronar a la reina Isabel II en 1868, nombrando en su lugar al representante de una nueva dinastía, como lo fue Amadeo I, para, a continuación, en 1873 y ante la renuncia de Amadeo I, proclamar la I República, al frente de la cual, y a pesar de su breve duración, se sucedieron cinco diferentes presidentes antes de que, en 1874, volviera al trono la Casa de Borbón en la la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II.
Centrémonos ahora en Navalafuente y, para ello, comencemos este siglo con el “Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal” que Sebastián Miñano28 realizó entre 1826 y 1829. En él, “Nava la Fuente” es descrita como una villa de realengo con alcalde ordinario que ha dejado de formar parte de Segovia para pasar a serlo de la provincia y el partido de Guadalajara. Su población entonces es de 49 vecinos (221 habitantes).
En 1833, tras la reordenación territorial del país llevada a cabo entonces, Navalafuente pasará a anexionarse a la provincia de Madrid.
En el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, confeccionado entre 1846 y 1850 por Pascual Madoz, Navalafuente –ya con este nombre– es descrita como una villa con ayuntamiento perteneciente a la provincia, la audiencia territorial y la capitanía general de Madrid, dentro del partido judicial de Torrelaguna y de la Diócesis de Toledo. Su población es, entonces, de 36 vecinos, es decir, unas 128 personas. Madoz afirma que su clima es sano y contabiliza la existencia en ella de la Iglesia Parroquial de San Bartolomé –aneja a la de Cabanillas–, de una casa de ayuntamiento, de 44 viviendas, de una escuela de instrucción primaria para ambos sexos a la que acuden un total de 49 alumnos, de una plaza y de una fuente “de buenas aguas”.
El terreno es descrito en este libro como “de secano, calizo y bastante quebrado”, estando comunicado con los pueblos de alrededor por caminos que se encuentran en un estado descrito como “mediano”. El término dispone de varias canteras de cal y tres dehesas, de las que dos son de propios30 con monte de chaparro31, mientras que la tercera, de 400 fanegas, es boyal32 y cuenta con varios prados “de buenos pastos”.
La producción agrícola era de trigo, cebada, centenos y varias legumbres, mientras que la ganadería mantenía el ganado lanar y vacuno, habiendo cría de caza de conejos y perdices, además de otras aves. La industria se limita a la derivada de la agricultura, contando con un molino harinero, y el comercio se limita a la exportación de la producción sobrante del pueblo y a la importación de lo que en éste se necesite.
En el año 1855, comienza la desamortización33 de Pascual Madoz, quien, además de autor del anterior diccionario geográfico, fue ministro de Hacienda entre el 21 de enero y el 6 de junio de 1855, bajo el reinado de Isabel II. Como resultado de esta desamortización –como podemos leer en “La desamortización de Madoz en el Partido Judicial de Torrelaguna (1855-1894)”, del Doctor en Historia don Vicente Moreno Ballesteros–, Navalafuente ve subastado el 19,05% de su término. El valor de los bienes subastados era de 36.083,13 pesetas, correspondiendo 29.578,88 a los bienes de propios y 6.504,25 al del clero. El precio al que se remataron estos bienes fue de 164.716,75 pesetas.
En 1865, Cayetano Rosell y López34 publica su “Crónica de la Provincia de Madrid” (1865), en la que asigna a Navalafuente una población de 204 habitantes, a la par que también describe su terreno como “calizo, secano y quebrado”.
La siguiente obra que consultamos es la “Guía de Madrid y su provincia”, realizada entre 1888 y 1889 por Marín Pérez. En ella, Navalafuente tiene 54 vecinos (210 habitantes) que habitan en las 50 viviendas que se distribuyen por las calles Fragua, Iglesia, Lobo, Moral, Olivo y Real, además de la plaza de la Villa, de la que Marín afirma que “no ofrece ninguna particularidad”. Sobre la iglesia, este autor la describe como “la antigua y sólida iglesia parroquial, bajo la advocación de San Bartolomé, pobremente restaurada y con modestos ornamentos” y menciona también la existencia de una fuente “abundantísima y potable que conservan en pobre estado”. Tampoco es favorable la opinión de Marín sobre la escuela, de la que escribe que “Propágase la educación primaria en una escuela desprovista de todas las condiciones higiénicas y pedagógicas que deba poseer todo centro educativo, aunque correspondan como ésta al más ínfimo grado de enseñanza”.
Debido a la escasez de recursos del ayuntamiento, no contaba el pueblo con médico, farmacéutico ni veterinario, teniendo contratada la atención de beneficencia con el más cercano –de pueblos vecinos–, mientras que dejaban a los vecinos de más recursos que pidieran utilizar los servicios de aquél que crean más conveniente.
La agricultura de Navalafuente, según leemos en el libro de Marín, contaba con 100 hectáreas (ha), 40 áreas (a) y 74 m2 de regadío en las que se cultivaban hortalizas, frutas y legumbres; mientras que de la de secano disponía de 595 ha, 84 a y 30 m2 de cereales, y 27 ha, 37 a y 38 m2 de vides. Además, también aparecen las extensiones de terreno de prados (38 ha, 8 a y 46 m2) y de montes de chaparros (336 ha, 12 a y 86 m2).
En cuanto a la ganadería, esta tenía unas cifras de 10 cabezas de ganado caballar, seis de asnal, 100 de vacuno, 60 de cabrío y 1.800 de lanar. La industria estaba limitada a la fabricación de harinas y la elaboración de pan, así como la cría de ganados y la caza de conejos y perdices. El comercio se limitaba a la exportación de “algunos granos y ganados” y a la importación de jabón, de aceite y de aquellos objetos que se necesitasen.
Viviendas urbano-rurales de la Calle Iglesia, 19 y 21; las entradas a las mismas se encuentran en la fachada opuesta.
Terminamos el siglo con los censos de población desde el año 1842, año en el que Navalafuente tenía 197 habitantes de derecho35 y 33 hogares; en 1857, 204 de hecho y 50 hogares; en 1868, 228 de hecho y 53 hogares; en 1877, 203 de hecho, 207 de derecho y 54 hogares; en 1887, 202 de hecho, 204 de derecho y 56 hogares; en 1897, 183 de hecho, 187 de derecho y 53 hogares; y, en 1900, 193 de hecho, 200 de derecho y 54 hogares.
Comenzamos el siglo XX y, antes de continuar, veamos las cifras de población de Navalafuente durante el primer tercio del siglo XX. En 1910, los habitantes del pueblo han aumentado hasta los 224 de hecho, 232 de derecho y 54 hogares; en 1920, continúa esta tendencia con 238, 238 y 54, respectivamente; y en 1930, con 261, 265 y 60, en el mismo orden.
En 1921, Juan Ortega Rubio36 publicó la “Historia de Madrid y de los pueblos de su provincia”, obra en la que nos presenta Navalafuente como una “pobre y pequeña villa” rodeada de “terreno montañoso y calizo”. En cuanto al número de sus habitantes, utiliza los datos del censo de 1910 –como así especifica– de 224 habitantes de hecho y 222 de derecho.
Sobre las principales construcciones del pueblo, Ortega describe la Iglesia de San Bartolomé como “antigua y sólida”, a la par que desaprueba su estado, al expresar que “se halla restaurada pobremente”, una opinión nada favorable que continúa al decir que la “Casa Consistorial, el local de la escuela para niños de ambos sexos y las casas del pueblo indican pobreza”.
Este autor tampoco se explaya mucho al describirnos sus sectores económicos, mencionando solamente que “comprende, huertas, dehesas, tierras para cereales, viñas, prados y montes; mantiene ganado lanar y vacuno; cría caza de conejos y perdices”. Sí cita el importe de los impuestos pagados en el año fiscal de 1899 a 1900, siendo éste de 3.033 pesetas al Tesoro y 471 a la provincia.
En 1940, tras la Guerra Civil Española, librada entre 1936 y 1939, Navalafuente suma una población de 265 habitantes de hecho, 272 de derecho y 62 hogares; y en 1950, los datos son 269, 273 y 77, respectivamente.
Entre los años 1956 y 1961, se publicó el “Diccionario Geográfico de España”. Veamos qué datos sobre Navalafuente obtenemos de él. Comienza expresándonos que Navalafuente es un municipio y villa de Madrid dentro del partido judicial de Torrelaguna. Contabiliza sus habitantes en 269 de hecho –censo de 1950, como así aclara– y nos clasifica sus construcciones en 64 viviendas y 48 edificios destinados a otros usos, todo ello en compacto37. Contaba con dos escuelas y sus servicios sanitarios, al igual que los religiosos, dependían, durante estos años, de otros pueblos.
Sobre sus tierras de cultivo, leemos que la propiedad estaba repartida, existiendo colonos y aparceros38, y cultivándose trigo, cebada, centeno y avena. La cabaña ganadera sumaba diez cabezas de ganado caballar, doce de asnal, 152 de vacuno, 1.528 de lanar, 58 de cabrío, 55 de cerda y 260 gallinas. La industria se reducía a un taller de construcción de carros y a una tahona43. De las comunicaciones, sólo vemos aquí que éstas se reducían a la carretera Guadalix-Cabanillas, a una línea de autobuses que la comunicaba con la capital y a los servicios de cartería.
Nuestra siguiente obra de consulta es la “Guía de la provincia de Madrid” (2ª edición), publicada en 1958 por Antonio Cantó Téllez y en la que Navalafuente es un municipio del partido judicial de Torrelaguna con 237 habitantes. De su iglesia parroquial, cuenta que tiene una capilla de pequeño tamaño con bóveda gótica44. En esta guía turística, expresa el pintoresquismo existente en la carretera que une Cabanillas con Navalafuente, al trascurrir por paisajes de grandes praderas con abundantes arboledas y “ricos manantiales”. Según esta guía, el pueblo tenía entonces dos bares y un coche de línea.
En 1960, los habitantes del pueblo comienzan a disminuir, al igual que por aquellos años ocurrió en un gran número de pueblos de España, en los que se dio una gran emigración del campo a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida. Esta despoblación del campo, sucedida en España entre las décadas de los años 50 a 80, trae consigo el envejecimiento de la población rural y el abandono de las actividades agropecuarias tradicionales de cada lugar. Las cifras que nos muestran esta despoblación son las siguientes: en 1960, había 255 habitantes de hecho, 257 de derecho y 76 hogares, mientras que en 1970, había, 192, 193 y 57, respectivamente.
En 1981, la tendencia se invierte, aumentando el número de habitantes hasta los 384 de hecho, 249 de derecho y 116 hogares, y volviendo a caer en 1991 con 326, 322 y 118, respectivamente. A partir de 2001, cuando vuelve a subir la población, sólo se dan ya los habitantes de derecho, siendo éstos 581 y 227 hogares. Para 2011, la población se duplica, con 1.207 habitantes de derecho y 445 hogares. Esta cifra sube y baja ligeramente hasta llegar al año 2016, en que vuelve a subir con 1.266 habitantes, y que culmina en 2020, último año censado hasta ahora, con 1.511 habitantes.
Estos aumentos de población son consecuencia de la segunda residencia que un gran número de madrileños busca en la sierra y que ha hecho proliferar en este pueblo, al igual que en otros, la construcción de urbanizaciones destinadas a tal fin.
Como era de esperar, actualmente, las labores del campo han disminuido notablemente, aunque, según podemos ver en la página web del Ayuntamiento, si bien se cultivan pocos cereales, sí se continúa obteniendo productos de regadío, patatas y alfalfa.
En 2018, conforme a las cifras de la web del Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid, Navalafuente tuvo un Producto Interior Bruto Municipal per cápita de 9.668€, inferior al de la zona, de 18.466€, y al de la región madrileña, de 34.917€. Este PIB se reparte en un 42,46% de los servicios a empresas y financieros; en un 17,65%, de los servicios de distribución y hostelería; en un 9,65%, de la construcción; en un 7,45%, de la minería, industria y energía; en 2,17%, de la agricultura y ganadería; y en un 20,65%, de otros servicios.
En cuanto al Indicador de Renta Disponible Bruta Municipal per cápita, en 2018, es de 15.237,32€, prácticamente igual al zonal, de 15.607,27€, e inferior al de la Comunidad, de 19.772,64€.
Sin más, comencemos nuestro paseo por Navalafuente y veamos todos aquellos lugares de interés que guarda este pueblo de la sierra madrileña.
Monumentos y puntos de interés ▲
Nuestro recorrido se inicia en el extremo Noreste del pueblo, en la Calle Iglesia, lugar donde se alza la Iglesia Parroquial de San Bartolomé, único edificio religioso con que cuenta Navalafuente y a cuyo lado del Evangelio49 se halla adosado el cementerio.
Estamos ante una edificación exenta de una única nave, ábside semicircular de mampostería51, capilla realizada en sillarejo53 en el lado del Evangelio, sacristía enlucida58 y con sillarejo reforzando las esquinas, y provista de una espadaña de tres cuerpos a los pies del templo. El acceso principal se realiza por la portada abierta en el lado de la Epístola, un arco de medio punto59 realizado con dovelas60 de granito que se sitúa bajo un pórtico formado por una prolongación del tejado de la iglesia –éste, a dos aguas61– que sostienen siete pilares de madera, los cuales sustituyen la antigua arcada de medio punto con que contaba.
Varias son las intervenciones, arreglos y ampliaciones que ha tenido el edificio y que han hecho que, con el paso de los siglos, haya ido perdiendo su fisonomía original. Así, se sabe que se conservan restos de los siglos XV y XVI, como por ejemplo la bóveda de crucería (s. XV), con escudos en las claves62, de la capilla situada en el lado del Evangelio; la pila bautismal, de origen medieval, que hay en este mismo lateral; o la espadaña (s. XVI), que acoge en el segundo de sus tres cuerpos las campanas y que se remata con un frontón63 triangular con un pequeño hueco y una cruz de piedra.
Asimismo, bajo el enlucido de la Capilla Mayor, se descubrieron en 1944 (aunque otras fuentes apuntan a fechas más recientes, concretamente, a principios de los años 90), durante unas obras de reforma, restos de pinturas murales de origen gótico en las que parece estar representada la figura de una persona, quizás un hombre sentado con un manto o una capa roja a un lado de su cuerpo y dentro de un templo gótico; a su alrededor, hay un nicho y dos personas arrodilladas con ropa negra y casco rojo, así como un animal al que le falta la cabeza y una paloma. Además, en 1994, el párroco de la iglesia halló también en el interior del templo varias lápidas de enterramiento de la misma época en las que descansan los restos de un noble de la zona y de varios monjes franciscanos, pudiéndose leer en una de ellas, en letra gótica, la inscripción “Aquí yace sepultado el honrado Hernán López”.
La única nave con que cuenta queda cubierta por medio de una estructura de madera y un falso techo de escayola, siendo al exterior un tejado a dos aguas. En el ábside, la cubierta fue reparada en 1990, realizándose una estructura metálica vista con rasillones64 cerámicos barnizados, todo ello con el fin de evitar las filtraciones de agua que sufría. Esto hizo que los muros no soportaran el peso de la nueva cubierta, resintiéndose notablemente y amenazando ruina.
La Iglesia Parroquial de San Bartolomé se encuentra incluida en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Navalafuente, del año 2019, donde goza de una protección estructural.
Localización: Calle Iglesia, 23. 28729 Navalafuente.
En el Camino del Real de Bustarviejo, en las inmediaciones de la iglesia y junto al Salón de Actos municipal, encontraremos un antiguo Potro de herrar.
Se trata de una construcción típica de los pueblos con tradición ganadera compuesta por cuatro pilares de piedra unidos entre sí por cuatro maderos. Aquí, se colocaba al animal, cuya cabeza se situaba entre otros dos pilares de granito, sujeta por un yugo de madera, mientras que sus patas, dobladas, eran atadas a los pilares. Así, se conseguía que el animal se moviera lo menos posible, con el fin de poder herrarlo sin que sufriera daños. En algunos potros, era frecuente que éste fuese alzado con unas cinchas65 para que el herrero pudiera trabajar mejor con él.
Este Potro de herrar se encuentra protegido de manera integral, según consta en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Navalafuente, de 2019.
Localización: Al inicio del Camino del Real de Bustarviejo, junto al Salón de Actos municipal. 28729 Navalafuente.
Avanzamos por la Calle Iglesia hasta llegar al edificio del antiguo Ayuntamiento de Navalafuente, edificio que, tras su rehabilitación, fue convertido en Casa de Cultura.
El edificio original constaba de una sola planta, siendo su fábrica de ladrillo visto, con los vanos66 recercados a sardinel67 también con ladrillos, elemento presente, igualmente, en la línea de imposta68.
Su rehabilitación corrió a cargo del Patronato de Áreas de Montaña (PAMAM) de la Comunidad de Madrid, con el fin de instalar en el inmueble la Casa de Cultura de Navalafuente, función que, desde entonces, sigue cumpliendo hasta hoy. En las obras, se construyó un segundo piso, consistente en una gran cristalera con baranda perimetral y cubierta por un tejado a dos aguas provisto de una linterna69 en el centro.
Inscrito en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Navalafuente, de 2019, el edificio del antiguo Ayuntamiento goza de una protección ambiental.
Localización: Calle Iglesia, 13. 28729 Navalafuente.
Frente al edificio del antiguo Ayuntamiento, veremos la Fuente de la Nava. De ella, podemos leer en el Tomo III de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, dedicado a la zona Norte, que se trata de “una fuente de finas aguas [...] de la que se abastecían los vecinos para su uso ordinario hasta no hace mucho tiempo y que, según la tradición, es el origen del pueblo”.
Probablemente, suponemos, la fuente a la que se refieran pudo ser una anterior a la actual, pues ante la que nos encontramos ahora sigue la línea de otras realizadas tras la Guerra Civil por el Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones en distintos pueblos de la Comunidad de Madrid, como por ejemplo en Berzosa del Lozoya, Braojos de la Sierra, Madarcos, Prádena del Rincón, Puebla de la Sierra o Robregordo, entre otros.
Se compone de una pilastra de granito labrado que remata un elemento escalonado y biselado70 del mismo material, quedando éste coronado por una bola, también, de granito. Un solo caño vierte el agua a la pila inferior, la cual se sostiene por un pie de piedra. La pileta, de sección cuadrangular, tiene las esquinas achaflanadas71.
Idéntica a ésta, hallaremos otra Fuente en municipio, en este caso, situada en la plaza que forma la Calle de la Fragua al confluir con la Calle Real.
Localización: La primera fuente, en la Calle Iglesia, frente a la Casa de Cultura, y la segunda, en la confluencia de las calles de la Fragua y Real. 28729 Navalafuente.
Navalafuente también cuenta, como hemos visto en otros pueblos de la Comunidad de Madrid, con una serie de Viviendas rurales y Dependencias agropecuarias distribuidas por el término municipal. Como podemos leer en el ya citado Tomo III de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, dedicado a la zona Norte, “A finales del siglo XIX todas las construcciones del municipio respondían a una misma tipología, la rural, que en la actualidad va quedando relegada a usos agropecuarios, al no reunir las mínimas condiciones de comodidad, sanidad o salubridad exigibles a una vivienda del siglo XX”. Y es que, originalmente, la utilización de estos inmuebles era tanto residencial como agropecuaria, disponiendo de algunas dependencias para los animales, así como de una cámara en la que se almacenaba el grano.
La construcción de estos edificios era muy simple y pobre, agrupándose en algunas ocasiones y compartiendo una cubierta, formándose así un conjunto de mayor tamaño, tal y como ocurre con la Viviendas rurales de la Calle Iglesia, 19 y 21, cuya fotografía vemos en la introducción histórica de este reportaje. No siempre será así, pues, otras veces, estas casas son construcciones independientes “en las que cada uso se realiza en un edificio concreto destinado a vivienda, tinado73, o pajar”.
Los muros de las viviendas y las dependencias rurales son de mampostería, tanto enlucida como vista, quedando cubiertas por una estructura compuesta por viguetas de pino y tabla de ripia74, generalmente a un agua, empleándose la teja árabe en el exterior. Los huecos se abren en los paramentos sin guardar ninguna composición; suelen ser de pequeño tamaño y presentar un dintel75 de madera o de granito.
Ejemplos de esta arquitectura tradicional son también la Vivienda rural de la Travesía de la Fragua, 5 y la Dependencia agropecuaria de la Calle Iglesia, 14, ambas, junto con las anteriores casas, incluidas en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Navalafuente, del año 2019, con una protección ambiental.
Localización: Calle Iglesia, 19 y 21 (viviendas rurales agrupadas), Travesía de la Fragua, 5 (vivienda rural individual) y Calle Iglesia, 14 (dependencia agropecuaria). 28729 Navalafuente.
La segunda tipología constructiva que veremos en Navalafuente será la de las Viviendas urbano-rurales. Y es que, a finales del siglo XIX, y especialmente ya durante el XX, la red urbana irá evolucionando y renovándose, pasando de la antigua casa rural a un tipo de carácter más urbano. De este modo, veremos casas con una serie de características comunes, como contar con dos plantas, en lugar de la única de las viviendas rurales; ser edificios aislados y rodeados de un jardín o un corral; y tener un tejado, casi siempre, a dos aguas, con aleros poco pronunciados y formados por la propias tejas.
Habitualmente, los muros suelen ser de mampostería, por lo general vista y de buena factura, presentando piezas acodadas de mayor tamaño reforzando las esquinas, si bien también es posible ver algunos edificios cuyas fachadas se hallan revocadas77 y pintadas, tal y como ocurre con las Viviendas urbano-rurales de la Travesía del Olivo, 7 y 9. En este ejemplo, comprobaremos, asimismo, la simetría y el orden que sigue la composición de los huecos abiertos en las fachadas.
Dichos huecos –de mayor tamaño que los vanos de las viviendas rurales –, en las fachadas que se presentan revocadas, se suelen enmarcar con fábrica de ladrillo, colocados a modo de dovelas escalonadas en las jambas y a sardinel en los dinteles. En las casas que tienen sus muros exteriores vistos, los huecos cuentan con un dintel de piedra de granito como remate. Es el caso de la Viviendas urbano-rurales de la Travesía del Olivo, 2, con vuelta a Calle Callejilla, 1 y de las Viviendas urbano-rurales de la Calle Cuatro Caminos, 12 y 18.
De las mencionadas aquí, las casas situadas en la Calle Cuatro Caminos, 18 y en la Travesía del Olivo, 7 y 9 están recogidas en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Navalafuente, de 2019, ambas construcciones con una protección ambiental.
Localización: Travesía del Olivo, 7 y 9; Travesía del Olivo, 2, con vuelta a Calle Callejilla, 1; y Calle Cuatro Caminos, 12 y 18. 28729 Navalafuente.
A las afueras del casco urbano, al Sur, en la Calle Tomillar, hallaremos otra Fuente, en este caso, de época indeterminada.
Consta de un pequeño murete hecho de piedra al que van adosadas, y casi a ras del suelo, dos piletas consecutivas de granito, una de forma rectangular y otra, cuadrangular, comunicadas entre sí por una hendidura hecha en la parte superior central de la piedra que las une. El pilón de mayor tamaño presenta un desagüero.
Esta Fuente se halla inscrita en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Navalafuente, del año 2019, contando con una protección integral.
Localización: Calle Tomillar. 28729 Navalafuente.
Seguimos en las afueras, pero, en esta ocasión, hacia el Suroeste, a escasos metros del Polideportivo Municipal de Navalafuente, en la Calle Eras de Arriba, donde veremos un antiguo Lagar que, tras ser restaurado, una parte de él fue acondicionada como merendero, si bien desconocemos si, en la actualidad, continúa con este uso.
Antes de continuar, recordemos que el lagar es el espacio donde se pisaba la uva para obtener el mosto. En este lagar en concreto, los dos elementos que más nos van a llamar la atención son la prensa vertical que vemos en primer plano, bajo el tejado a dos aguas, y la tinaja, aparentemente reconvertida en una especie de horno, situada al fondo a la derecha.
Sobre la prensa, diremos que la que tenemos delante es una antigua prensa de uva, del tipo vertical, a la que le faltan la jaula o canasta que la rodeaba. Dentro de la canasta era donde se iba volcando la uva hasta alcanzar la altura adecuada para, a continuación, prensarla con la pieza de metal redonda que vemos colgando del mecanismo superior y que, al descender, iba prensando la uva para extraer el mosto de su interior. Este mecanismo, según su antigüedad y la modernización a la que hubiera sido sometido, solía funcionar mediante tracción humana o mecánica –eléctrica en particular–.
De la tinaja poco es lo que hay que decir. Se trata de un recipiente de barro utilizado para guardar líquidos que, normalmente, era de mayor anchura por el medio que por la boca o el fondo. Las más grandes y “panzudas” se llamaban “tinajón” y eran utilizadas para el almacenamiento del vino.
Este antiguo Lagar goza de una protección ambiental, al estar incluido en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Navalafuente, de 2019.
Localización: Calle Eras de Arriba, Coordenadas de Google Maps (40.82017, -3.68062). 28729 Navalafuente.
Dos son los molinos con que ha contado Navalafuente en su término municipal, el Molino del Romeralejo, en el extremo Noreste, y el Molino del Jaral, al Norte, habiéndose conservado el edificio de ambos, aunque no así su función. Y es que la actividad molinera se mantuvo durante siglos en el pueblo debido, especialmente, al aislamiento que tuvo esta zona de la región, lo que motivó que ambos molinos se mantuvieran en activo hasta los años 70 del pasado siglo XX, momento a partir del cual decaería el trabajo agrícola.
A día de hoy, no se conocen datos acerca del momento en que comenzaron a funcionar, aunque en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Navalafuente, del año 2019, se indica el siglo XVIII en la ficha del Molino del Jaral, el más cercano al municipio, el cual dependía del concejo. Así, tal y como podemos leer en el Tomo III de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, dedicado a la zona Norte, “en su arrendamiento iba incluido el cuidado y mantenimiento de un semental de ganado de cerda al servicio del ganado de cerda existente en el municipio, que se debía entregar en buen estado, o su dinero equivalente, al concluir el periodo de cesión, siendo la renta obtenida en 1752 de 540 reales de Vellón78”.
Ni el Molino del Romeralejo ni el del Jaral están reflejados en el censo de construcciones de 1940, si bien el primero fue restaurado para utilizarlo como equipamiento rural, mientras que el segundo se destinó a vivienda, conservando en su momento la maquinaria en buen estado, como veremos.
El Molino del Jaral era, como decimos, un molino harinero de no muy grandes dimensiones y del que, además, surge un canal de agua que era utilizado para el riego de las huertas. De él, se ha conservado el edificio principal, de mampostería revocada y cubierta a dos aguas, hoy convertido en vivienda, con planta en L orientada al Sureste y con el cuerpo principal dedicado a la molienda. Su parte trasera coincide con la balsa79, de planta casi triangular y realizada en piedra, con muros de un metro de anchura y recubierta en su interior con hormigón hidráulico, y con el saetín80 en el vértice Sur, a cuya altura se apoya la balsa en un contrafuerte de mampostería.
Ambos elementos se han conservado, al igual el caz81, que parte del ángulo oriental y cuya pared Norte queda apoyada en la ladera; de igual construcción que el resto del conjunto, recorre la vertiente alrededor de unos 120 metros hasta tomar el agua del arroyo Gargüeña (o Gargüera). Sobre el caz, a la entrada de la balsa, hay un pequeño puente hecho con lajas82 de granito.
Asimismo, se ha conservado el socaz83 que rodea el molino y que baja en dirección al pueblo hasta enterrarse a unos 100 metros, momento en que ya pasa a una conducción moderna subterránea, si bien antes de esto se ha mantenido en algunas zonas un murete de mampostería que hace que el canal vaya bajo el camino que une el molino y el pueblo, y que servía para regar las huertas.
El Molino del Romeralejo, o del Romeral, era un molino hidráulico de, al parecer, una sola rueda situado junto al arroyo de Albalá, siendo, probablemente, el que cita Madoz que había en Navalafuente. Construido en mampostería, su planta, como el anterior, tiene forma de L y se cubre con un tejado a dos aguas con alero decorado con ladrillo.
A él, se adosa una balsa de piedra que ha mantenido entre uno y dos metros de altura y que tiene forma de embudo, cerrándose hacia el saetín, de cuya salida sólo se ve el vano adintelado. No parece haber conservado el socaz ni el caz, aunque sí se puede apreciar una leve depresión en el terreno por donde, quizás, discurría el curso del agua, desviado éste del arroyo.
La ubicación de este tipo de establecimientos en arroyos estacionales y pequeños hizo que estuvieran dotados de una pequeña presa aguas arriba, gracias a la cual se podía regular el cauce y, así, dar mayor o menor velocidad al agua; ésta era conducida por un caz, normalmente, de mampostería, hasta el cubo85, desde donde se vertía sobre el rodezno86, de eje vertical en este tipo de molinos (en aquéllos que cuentan con la fuerza de un gran cauce de agua, el eje es horizontal). Este eje, con la energía del agua, será el que mueva la muela88, de piedra berroqueña. La entrada del agua, como ocurría en el Molino del Jaral, solía realizarse de manera perpendicular a la cumbrera93 del tejado.
En cuanto a su estructura, por lo general, son de planta rectangular y de no muy grandes dimensiones; suelen presentar una única altura y se cubren con una cubierta de madera y barro, y un tejado de teja árabe, utilizando pares de pino sobre vigas de roble que se sustentan en los muros, éstos hechos de piedra berroqueña en esta zona Sur de la sierra madrileña.
Según consta en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de Navalafuente, aprobado en 2019, el Molino del Jaral cuenta con una protección integral, mientras que el del Romeralejo tiene una protección ambiental.
Localización: Coordenadas de Google Maps del Molino del Jaral (40.82715, -3.67527) y Coordenadas de Google Maps del Molino del Romeralejo (40.82764, -3.65576). 28729 Navalafuente.
Uno de los lugares de interés de Navalafuente hasta el que acuden numerosos visitantes del pueblo, tal y como pudimos comprobar al acercarnos nosotros a él, es la Cascada del Cancho, situada a menos de 500 metros de la Iglesia de San Bartolomé. Este caída de agua está formada por las aguas del arroyo Gargüera –o Gargüeña, según la fuente a consultar–, que, al cruzar el Cerro de la Mesa y caer por el roquedo96 El Cancho, lo hace en forma de unas cascadas y chorreras que, según algunas opiniones, constituyen, sobre todo en primavera e invierno, uno de los más espectaculares saltos de agua del paisaje madrileño.
Dado que nuestra visita a ella fue a finales de julio, cuando la caída de agua es mucho menor, no pudimos apreciarlo en toda su belleza, pero sí con la suficiente agua como para, desde su altura media, sacar la foto con la que acompañamos estas líneas.
Se trata del lugar en el que están las conocidas como “marmitas de gigante”, formadas por la erosión del agua, la cual, en ocasiones, lleva bastante fuerza como para hacer girar las piedras que arrastra y, con ellas, excavar la roca hasta lograr estas peculiares formas. La vegetación que acompaña a este salto de agua es la típica de ribera, con fresnos, sauces, etc.
Como siempre que nos acercamos hasta uno de estos lugares, es conveniente hacerlo con, al menos, un acompañante y tener siempre en cuenta las medidas de seguridad que en cada punto sean pertinentes. En este caso, nos sorprendió lo extremadamente resbaladiza que se volvía la roca, hasta ser imposible el paso por encima de ella en algunas zonas apartadas de la caída natural del agua.
Localización: Coordenadas de Google Maps (40.82839, -3.67419). 28729 Navalafuente.
Lourdes Morales Farfán es Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. ↑
- 1 Cordel: Según la legislación de la Mesta2, vía pastoril para los ganados trashumantes5, de 45 varas7 de ancho. ↑
- 2 Honrado Concejo de la Mesta: En el año 1273, Alfonso X "el Sabio" decide conceder una serie de privilegios a los ganaderos trashumantes del Reino de Castilla, dando lugar a la creación de la Mesta, institución que reunía todas las cofradías y asociaciones de ganaderos que en dicho siglo había en Castilla. De este modo, se concedía la libertad de poder pastar en todo el territorio; castigar a todo aquel que atentara contra los pastores; no estar obligado a pagar montazgo3, pontazgo4, ni demás impuestos de paso; y, finalmente, tenían sus propios jueces, además de ser el mismo rey el que refrendaba las decisiones que tomaran. Aquellos que pertenecían a la Mesta estaban organizados en cuadrillas, eligiendo a sus alcaldes y teniendo los cargos una autoridad real. ↑
- 3 Montazgo: Tributo pagado por el tránsito de ganado por un monte. ↑
- 4 Pontazgo: Derechos que se pagan en algunas partes para pasar por los puentes. ↑
- 5 Trashumar: Dicho del ganado o de sus conductores: Pasar desde las dehesas6 de invierno a las de verano, y viceversa. ↑
- 6 Dehesa: Tierra generalmente acotada y arbolada, por lo común destinada a pastos. ↑
- 7 Vara: Medida de longitud que se usaba en distintas regiones de España con valores diferentes, que oscilaban entre 768 y 912 mm. ↑
- 8 Andrés Marín Pérez: Bibliotecario de la Diputación provincial de Madrid y autor, entre otras, de la Guía de Madrid, una obra Geográfica-Histórico-Estadística de la provincia de Madrid publicada en los años 1888-1889. ↑
- 9 Sexmo: División territorial que comprendía cierto número de pueblos asociados para la administración de bienes comunes. ↑
- 10 Pechero: Obligado a pagar o contribuir con pecho11. ↑
- 11 Pecho: Tributo que se pagaba al rey, al señor territorial o a cualquier otra autoridad. ↑
- 12 Censo de la Sal: El Censo de la Sal se realizó en 1631, durante el reinado de Felipe IV, como un nuevo impuesto sobre un producto de primera necesidad que iba a afectar a todo el mundo por igual, a diferencia de los impuestos conocidos como servicios de millones, que sólo afectaban a los más pobres, al estar exentos de este último tanto los religiosos como la nobleza. Aunque con el impuesto de la sal debía haber desaparecido el servicio de los millones –con el que se gravaban productos de primera necesidad, como el aceite, la carne, el vinagre o el vino–, esto no fue así y este nuevo tributo tuvo una corta duración de un año, al restablecerse el servicio de millones el 13 de julio de 1632, en sustitución, precisamente, del impuesto de la sal. ↑
- 13 Maraved: Moneda antigua española, efectiva unas veces y otras imaginaria, que tuvo diferentes valores y calificativos. ↑
- 14 Realengo: Dicho de un pueblo: Que no era de señorío15 ni de las órdenes. ↑
- 15 Lugar de señorío: Lugar que estaba sujeto a un señor particular, a distinción de los realengos. ↑
- 16 Catastro del Marqués de la Ensenada: Con el nombre de Catastro del Marqués de la Ensenada se conoce un censo de la población y de la riqueza de Castilla (con excepción de las provincias vascas, que no pagaban impuestos) realizado con fines fiscales, entre los años 1749 y 1756, por el ministro de Fernando VI don Zenón de Semovilla y Bengoechea, Marqués de la Ensenada. ↑
- 17 Vecino/Habitante: Como vecino se contabiliza únicamente al cabeza de familia y cada uno de ellos equivale a 4 o 5 habitantes. ↑
- 18 Abacero: Persona que tiene una abacería19. ↑
- 19 Abacería: Puesto o tienda donde se venden al por menor aceite, vinagre, legumbres secas, bacalao, etc. ↑
- 20 Censo del Conde de Aranda: El Censo del Conde de Aranda, presidente del Consejo de Castilla, fue encargado entre los años 1768 y 1769 a los obispos que, para ello, recibieron las instrucciones de que, a través de los párrocos de sus respectivas diócesis, recogieran una serie de datos de éstas en un formulario. Así, los datos requeridos eran las circunstancias personales de todos los habitantes adscritos a las diferentes diócesis: edad (hasta 7, 16, 25, 40, 50 y mayores de 50), sexo y estado civil; además, se debía aportar información complementaria sobre el número de exentos en función de su condición: Hidalguía, Real Servicio, Real Hacienda, Cruzada e Inquisición; finalmente, se enumeraban los eclesiásticos y los sirvientes de Iglesia y de Hospitales. Como resultado general se obtuvo la cifra de 9,3 millones de habitantes, si bien se considera que el Censo de Floridablanca21 (posterior al del Conde de Aranda) es más fiable. Sin embargo, es importante destacar que el Censo del Conde de Aranda es considerado el primer censo, debido a que abarca todo el territorio nacional, además de que, por vez primera, se cuentan personas, no vecinos, a pesar de que omiten los de las tierras de Órdenes Militares; asimismo, y también por primera vez, la población es clasificada por sexo y edad. ↑
- 21 Censo de Floridablanca: Censo realizado por el ministro de Carlos III José Moñino y Redondo, Conde de Floridablanca, entre 1786 y 1787, y al que se considera el primer censo de población española realizado con técnicas modernas. En él, se obtuvo información sobre la estructura poblacional conforme a sexo, edad y estado civil, y una ordenación económica de todas las localidades de España. ↑
- 22 Descripciones del Cardenal Lorenzana: Cuestionario que constaba de catorce preguntas y que tomaba su nombre del que fuera su promotor, el Cardenal Francisco Antonio de Lorenzana y Butrón (León, 22 de septiembre de 1722 - Roma, 17 de abril de 1804), que las mandó realizar en 1784 para de recabar información de todo tipo sobre la archidiócesis. Dichas preguntas debían ser contestadas por los vicarios, jueces eclesiásticos y curas párrocos del arzobispado. ↑
- 23 Fanega de tierra: Fanega de tierra: Medida agraria que, según el marco de Castilla, contiene 576 estadales cuadrados24 y equivale a 64,596 áreas25, pero varía según las regiones. ↑
- 24 Estadal cuadrado: Medida superficial o agraria que tiene 16 varas cuadradas y equivale a 11,226 m2. ↑
- 25 Área: Unidad de superficie equivalente a 100 metros cuadrados. (Símbolo a). ↑
- 26 Beneficiado: En la Iglesia católica, presbítero o clérigo que goza de un beneficio eclesiástico. ↑
- 27 Síndico: Hombre que tiene el dinero de las limosnas que se dan a los religiosos mendicantes. ↑
- 28 Sebastián Miñano: Sebastián Miñano y Bedoya (Becerril de Campos, Palencia, 1779 - Bayona, Fracia, 1845) fue, además de escritor, periodista y político, un geógrafo e historiador español, autor del "Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal", una colección de 11 volúmenes publicada entre 1826 y 1829 y que está considerada como la más destacada obra de su tipo hasta la publicación del Diccionario de Madoz29. ↑
- 29 Diccionario de Pascual Madoz: El “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar” es una obra publicada entre los años 1846 y 1850 por Pascual Madoz. Según confiesa el autor, su realización le llevó más de quince años y contó para ello con la labor de veinte corresponsales y más de mil colaboradores. Este Diccionario está formado por 16 volúmenes en los que se describen todas las poblaciones de España, incluyendo en algunos casos su historia. ↑
- 30 Bienes de propios: Bienes de un municipio o entidad local menor no afectos al uso común de los vecinos sino a producir rentas patrimoniales. ↑
- 31 Chaparro: Coscoja. // Árbol achaparrado semejante a la encina, en el que con preferencia vive el quermes que produce el coscojo. ↑
- 32 Boyal: Perteneciente o relativo al ganado vacuno. Aplicado comúnmente a las dehesas o prados comunales donde el vecindario de un pueblo suelta o apacienta sus ganados, aunque estos no sean vacunos. ↑
- 33 Desamortización: Desamortizar: Poner en estado de venta los bienes de manos muertas, mediante disposiciones legales. Por medio de varias desamortizaciones, se pusieron a la venta terrenos y otras propiedades de las llamadas “manos muertas” (la Iglesia y las órdenes eclesiásticas), quienes mediante donaciones y testamentos habían llegado a tener una extensión de terreno sólo inferior a las del rey y la aristocracia. Por estas expropiaciones y ventas la Iglesia no recibió nada a cambio. La Desamortización del ministro Mendizábal, llevada a cabo en 1836, fue una de las mayores y obtuvo unos resultados muy alejados de lo que se deseaba: la creación de una clase media en España. Sin embargo, sí fue de gran importancia en la historia de España, al expropiar gran parte de las posesiones eclesiásticas sin recibir la Iglesia, como decimos, nada a cambio. Desgraciadamente, las comisiones municipales encargadas de gestionar los trámites modificaron los lotes de terreno en venta, agrupándolos en grandes partidas que alcanzaban unos precios sólo asumibles por la nobleza y la burguesía adinerada. ↑
- 34 Cayetano Rosell y López: Bibliógrafo, dramaturgo, editor, historiador y traductor español nacido en Aravaca (Madrid) en 1817 y fallecido en Madrid en 1833. Oficial archivero de la Biblioteca Nacional en 1844 y miembro de la Real Academia de la Historia en 1856, que entre muchas otras obras, de ellas algunas comedias y zarzuelas, además de traducciones, escribió en 1865 la “Crónica de la provincia de Madrid”. ↑
- 35 De hecho y de derecho: Distinción jurídico-administrativa entre los habitantes que están empadronados en un población determinada (de derecho) y los que, en el momento de contabilizar un censo, se encuentran en la misma, estén empadronados allí o no (de hecho). ↑
- 36 Juan Ortega Rubio: Historiador español nacido en Puebla de Mula (Murcia) en 1845 y fallecido en Madrid en 1921. Fue catedrático de historia en la Universidad Complutense de Madrid y publicó, entre otras obras, “Los pueblos de la provincia de Valladolid”, en 1895, e “Historia de Madrid y de los pueblos de su provincia”, en 1921. ↑
- 37 En compacto: Edificios situados dentro del núcleo de población. ↑
- 38 Aparcero: Comunero39 en una heredad41 o hacienda42. ↑
- 39 Comunero: Perteneciente o relativo a la comunidad o a los bienes comunes40. // Pueblos que tienen comunidad de pastos. ↑
- 40 Bienes comunes: Bienes de los que se benefician todos los ciudadanos. ↑
- 41 Heredad: Porción de terreno cultivado perteneciente a un mismo dueño, en especial la que es legada tradicionalmente a una familia. ↑
- 42 Hacienda: Finca agrícola. // Conjunto de ganados de un dueño o de una finca. ↑
- 43 Tahona: Molino de harina cuya rueda se mueve con caballería. // Panadería. ↑
- 44 Gótico: Dicho del arte: Desarrollado en Europa desde finales del siglo XII hasta el Renacimiento y caracterizado, en arquitectura, por el arco apuntado45, la bóveda de crucería46 y los pináculos48. ↑
- 45 Arco apuntado: Arco que consta de dos centros situados en la línea de arranque. ↑
- 46 Crucería: Conjunto de nervios47 que refuerzan y ornamentan las intersecciones de las bóvedas, típico del estilo gótico. ↑
- 47 Nervio: Arco que, cruzándose con otro u otros, sirve para formar la bóveda de crucería. Es elemento característico del estilo gótico. ↑
- 48 Pináculo: Remate piramidal o cónico que en la arquitectura gótica cumple una doble función, estética y estructural. ↑
- 49 Lado del Evangelio y lado de la Epístola: En una Iglesia, se llama lado del Evangelio al situado en la parte izquierda desde el punto de vista de los fieles, mirando éstos hacia el altar, mientras que el de la Epístola es el de la parte derecha. Toman este nombre de los lados del presbiterio50 desde donde se lee el Evangelio y la Epístola durante la misa. ↑
- 50 Presbiterio: Área del altar mayor hasta el pie de las gradas por donde se sube a él, que regularmente suele estar cercada con una reja o barandilla. ↑
- 51 Mampostería: Obra hecha con mampuestos52 colocados y ajustados unos con otros sin sujeción a determinado orden de hiladas o tamaños. ↑
- 52 Mampuesto: Piedra sin labrar que se puede colocar en obra con la mano. ↑
- 53 Sillarejo: Piedra de dimensiones menores a las del sillar54, con una labra menos cuidada y cuyas dimensiones no llegan al espesor del muro. ↑
- 54 Sillar: Piedra labrada, por lo común en forma de paralelepípedo55 rectángulo, que forma parte de un muro de sillería57. ↑
- 55 Paralelepípedo: Sólido limitado por seis paralelogramos56, cuyas caras opuestas son iguales y paralelas. ↑
- 56 Paralelogramo: Cuadrilátero cuyos lados opuestos son paralelos entre sí. ↑
- 57 Sillería: Fábrica hecha de sillares asentados unos sobre otros y en hileras. ↑
- 58 Enlucir: Poner una capa de yeso o mezcla a las paredes, techos o fachadas de los edificios. ↑
- 59 Arco de medio punto: Arco que consta de una semicircunferencia. ↑
- 60 Dovela: Piedra labrada en forma de cuña, para formar arcos o bóvedas, el borde del suelo del alfarje, etc. ↑
- 61 Agua: Vertiente de un tejado. ↑
- 62 Clave: Piedra central y más elevada con que se cierra el arco o la bóveda. ↑
- 63 Frontón: Remate triangular o curvo de una fachada, un pórtico, una puerta o una ventana. ↑
- 64 Rasillón: Pieza cerámica hueca, similar a los ladrillos huecos, de gran tamaño que se utiliza para la formación del tablero de los tejados, principalmente. ↑
- 65 Cincha: Faja de cáñamo, lana, cerda, cuero o esparto, con que se asegura la silla o albarda sobre la cabalgadura, ciñéndola ya por detrás de los codillos o ya por debajo de la barriga y apretándola con una o más hebillas. ↑
- 66 Vano: En una estructura de construcción, distancia libre entre dos soportes y, en un puente, espacio libre entre dos pilas o entre dos estribos consecutivos. ↑
- 67 Sardinel: Obra de albañilería hecha con los ladrillos colocados de canto, en posición vertical, adosados por sus caras. ↑
- 68 Imposta: Faja saliente de poco volumen, en la fachada de los edificios, que marca el forjado del piso. ↑
- 69 Linterna: Torre pequeña más alta que ancha y con ventanas, que se pone como remate en algunos edificios y sobre las medias naranjas de las iglesias. ↑
- 70 Bisel: Corte oblicuo en el borde o en la extremidad de una lámina o plancha, como en el filo de una herramienta, en el contorno de un cristal labrado, etc. ↑
- 71 Achaflanar: Dar a una esquina forma de chaflán72. ↑
- 72 Chaflán: Cara, por lo común larga y estrecha, que resulta, en un sólido, de cortar por un plano una esquina o ángulo diedro. // Plano largo y estrecho que, en lugar de esquina, une dos paramentos o superficies planas que forman ángulo. ↑
- 73 Tinado: Cobertizo de ganado. ↑
- 74 Ripia: Pieza alargada que se coloca en hileras solapadas para impermeabilizar una cubierta o un muro. ↑
- 75 Dintel: Pieza horizontal superior de puertas, ventanas y otros huecos, apoyada en sus extremos sobre las jambas76 y destinada a soportar cargas. ↑
- 76 Jamba: Cada una de las dos piezas que, dispuestas verticalmente en los dos lados de una puerta o ventana, sostienen el dintel o el arco de ella. ↑
- 77 Revocar: Enlucir o pintar de nuevo por la parte que está al exterior las paredes de un edificio, y, por ext., enlucir cualquier paramento. ↑
- 78 Real de vellón: Moneda de plata, del valor de 34 maravedís, que equivalía a 25 céntimos de peseta. ↑
- 79 Balsa: Hueco del terreno que se llena de agua, natural o artificialmente. ↑
- 80 Saetín: En los molinos, canal angosto por donde se precipita el agua desde la presa a la rueda hidráulica, para hacerla andar. ↑
- 81 Caz: Canal para tomar el agua y conducirla a donde es aprovechada. ↑
- 82 Laja: Lancha. // Piedra más bien grande, naturalmente lisa, plana y de poco grueso. ↑
- 83 Socaz: Trozo de cauce que hay debajo del molino o batán hasta la madre84 del río. ↑
- 84 Madre: Cauce por donde ordinariamente corren las aguas de un río o arroyo. ↑
- 85 Cubo: Estanque que se hacía en los molinos para acumular agua a fin de mover la muela. ↑
- 86 Rodezno: Rueda hidráulica con paletas87 curvas y eje vertical. // Rueda dentada que engrana con la que está unida a la muela88 de la tahona. ↑
- 87 Paleta: Cada una de las tablas de madera o planchas metálicas, planas o curvas, que se fijan sobre una rueda o eje para que ellas mismas muevan algo o para ser movidas por el agua, el viento u otra fuerza. ↑
- 88 Muela: Disco de piedra que se hace girar rápidamente alrededor de un eje y sobre la solera89, para moler lo que entre ambas piedras se interpone. ↑
- 89 Solera: Muela del molino que está fija debajo de la volandera90. ↑
- 90 Volandera: Rueda de piedra, sujeta por un eje horizontal que gira con movimientos de rotación y traslación alrededor del árbol91 del alfarje92 en los molinos de aceite. ↑
- 91 Árbol: Barra o tubo, fijo o giratorio, que en una máquina sirve para soportar piezas rotativas o para transmitir fuerza motriz de unos elementos a otros. ↑
- 92 Alfarje: Piedra baja del molino de aceite. ↑
- 93 Cumbrera: Parhilera. // Madero de la parte superior de una cubierta sobre el que descansan los pares94 de la armadura. // Caballete. // Línea horizontal y más elevada de un tejado, de la cual arrancan dos vertientes. ↑
- 94 Par: Cada uno de los dos maderos que en un cuchillo95 de armadura tienen la inclinación del tejado. ↑
- 95 Cuchillo: Conjunto de piezas de madera o hierro que, colocado verticalmente sobre apoyos, sostiene la cubierta de un edificio o el piso de un puente o una cimbra. ↑
- 96 Roquedo: Peñasco o roca. ↑
LOCALIZACIÓN Y COMUNICACIONES:
AUTOBUS:
INTERURBANOS:
- Línea 197C: Torrelaguna - Venturada / Cabanillas de la Sierra.
- Línea 726: Madrid (Plaza de Castilla) - Guadalix - Navalafuente.
CARRETERAS:
Desde Madrid:
- Por la M-607 > M-609 > M-608 > M-625.
- Por la A-1 > M-631.
- Por la M-30 y A-1 > M-631.
TREN:
METRO:
METRO LIGERO/TRAVÍA:
Los datos de comunicaciones se han tomado, en agosto de 2021, de la Web oficial de Turismo de Navalafuente, de la web del Consorcio de Transportes de Madrid y de Google Maps.
BIBLIOGRAFIA Y ENLACES EXTERNOS:
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- Agustín Izquierdo (dirección editorial): “Del valle del Lozoya al embalse del Vellón”; Colección “Biblioteca Madrileña de Bolsillo / Pueblos y ciudades”; Servicio de Publicaciones de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid; ISBN: 84-451-2290-8; Depósito Legal: M-50674-2004.
- Fernando Jiménez de Gregorio: "Madrid y su Comunidad. Territorio, historia, economía, sociedad"; Editorial El Avapiés, S.A.; Madrid; Depósito Legal: M.30.921-1986; I.S.B.N.: 84-86280-20-6.
- Alfonso XI, Rey de Castilla: "Libro de la Montería del Rey Alfonso XI. Con un discurso y notas del Excmo Señor D. José Gutiérrez de la Vega. Tomo II"; Imprenta y fundición de M. Tello, impresor de cámara de S.M.; Madrid; 1877.
- “Censo de Pecheros de Carlos I. 1528. Tomo II”; Instituto Nacional de Estadística; Madrid; 2008.
- "Vecindades de la provincia de Segovia. 1533"
- “Censo de Castilla. 1591. Vecindario”; NIPO web 729-16-005-9.
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- “Censo de 1787. Floridablanca. Tomo II. Comunidades Autónomas de la submeseta del Sur”; Instituto Nacional de Estadística - Artes gráficas; Madrid; NIPO web: 729-16-002-2.
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- Antonio Cantó Téllez: “Guía de la Provincia de Madrid” (2ª edición); Excma. Diputación Provincial - Oficina de Prensa; Depósito Legal: M-6355-1958.
- Excmo. Ayuntamiento de Navalafuente. SVAM, arquitectos y consultores: Plan General de Navalafuente. Volumen V - Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos - Documento de avance;
- Censo de la Sal, 1631 (Archivo .pdf)
- Censo de Campoflorido, 1712 (Archivo .xls)
- Censo del Marqués de la Ensenada, 1752 (Archivo .xls)
- Ministerio de Cultura y Deporte - Portal de Archivos Españoles; Catastro de Ensenada
- Relaciones del Cardenal Lorenzana. Descripción de los pueblos que comprende la Vicaría General de Alcalá de Henares (S. XVIII)
- La Población de la Actual Provincia de Madrid en el Censo de Floridablanca (1786) (Archivo .pdf)
- INE - Alteraciones de los municipios en los Censos de Población desde 1842, Navalafuente
- INE: Instituto Nacional de Estadística - Madrid: Población por municipios y sexo
- Dirección General de Carreteras e Infraestructuras - Carreteras de la Comunidad de Madrid
- Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid - Macromagnitudes económicas - Navalafuente
- NOMECALLES - Nomenclátor oficial y Callejero
- “La iglesia gótica de Navalafuente se cae por el peso de un tejado colocado hace cuatro años”. El País, 13/01/1994.
- Web oficial del Ayuntamiento de Navalafuente.
- Web oficial de Turismo de Navalafuente.
- Construmática. Metaportal de Arquitectura, Ingeniería y Construcción
- Diccionario Español de Ingeniería de la Real Academia de Ingeniería
- DRAE