una Ventana desde Madrid

El Museo Geominero está alojado en el edificio sede del Instituto Geológico y Minero de España. Construido entre 1921 y 1925, es obra del arquitecto Francisco Javier de Luque. De carácter monumental y estilo ecléctico, su interior es una combinación de madera, hierro forjado y cristal.

Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1998.

La entrada tiene carácter gratuito y, en caso de ser un grupo, se debe concertar previamente el día y la hora por teléfono. Entre su oferta cultural, cuenta con Talleres de Verano para niños.

Localización: Calle de Ríos Rosas, 23. 28003 Madrid.

Comencemos nuestra visita al Museo y, para ello, una vez traspasada la puerta giratoria de entrada, subiremos por una escalera realizada en mármol blanco, procedente de la localidad almeriense de Macael, que tiene como techo...

...la vidriera de cristal de la fotografía de la derecha.

Terminando de subir la escalera, entre las columnas que sirven de apoyo a la anterior cristalera, veremos aparecer una galería de cuadros con los retratos de los anteriores directores de la entidad.

Una entidad que tiene como objetivos, según podemos leer en su web, "divulgar la riqueza y diversidad del patrimonio geológico y minero, a través de la exposición permanente de minerales, rocas y fósiles."

El conjunto de fósiles y minerales tuvo su inicio en las labores desarrolladas por la Comisión del Mapa Geológico de España, creada en 1849 durante el reinado de Isabel II. No obstante, los fondos estuvieron en diferentes lugares de Madrid hasta que, en 1927, se instalaron en la sala principal de este edificio, inaugurada en 1926 por el rey Alfonso XIII como sede del XIV Congreso Geológico Internacional.

En cuanto a los números de la colección, son los siguientes:
- más de diez mil muestras de minerales, de los que hay expuestos unos cinco mil;
- mil muestras de rocas, casi todas en los fondos del Museo;
- y doscientas cincuenta mil muestras de fósiles, exponiéndose unas diez mil.

Una vez llegados al Vestíbulo de la primera planta, sólo nos queda dirigirnos hacia una de las dos puertas situadas a izquierda o derecha de la cristalera que vemos al frente. Cualquiera de ellas se abre a sendos pasillos que nos comunican con el mismo Pasillo principal de acceso al Museo. En estos dos corredores laterales, es donde se encuentran las mil muestras expuestas de las tres mil que forman la Colección de Fósiles Extranjeros.

Pero antes de ir hasta ellos, dediquemos unos instantes a contemplar la vidriera vertical, obra del taller madrileño "La Veneciana". Dividida en dos cuerpos diferentes, en el superior, rodeado por el mismo modelo de cenefa del cuerpo inferior, nos aparece en su centro el escudo de España durante la II República; en el otro, tenemos los escudos del Cuerpo de Ingenieros de Minas y de la ciudad de Madrid.

Pasillo principal de acceso al Museo..

Al entrar en él, repararemos inmediatamente en los numerosos expositores que nos aparecen a izquierda y derecha del corredor. En el interior de estas veintidos vitrinas es donde se muestran los casi mil ejemplares de la Colección de paleontología¹ sistemática de invertebrados. La puerta que vemos al fondo es la que nos da paso a la Sala central.

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La Sala central es la parte más señalada de todo el edificio. Consiste en una nave rectangular de 712 metros cuadrados de superficie y 19 metros de altura cubierta por un falso techo de cristal que permite el paso casi en su totalidad de la luz solar. Las tres galerías que se asoman perimetralmente sobre la planta baja acogen, junto a esta última, las doscientas cincuenta vitrinas y expositores de madera del Museo.

Todo este espacio fue lo primero que se edificó, inaugurándose el 24 de mayo de 1926.

Cúpula del Museo.

Una vez en el centro de la nave, no podemos dejar pasar la oportunidad de alzar nuestros ojos al techo, donde veremos una de las vidrieras más extraordinarias que podemos encontrar en Madrid, tanto por su belleza como por sus dimensiones. Esta cubierta es un falso techo de forma semiabovedada. En ella, hay incrustadas vidrieras de diferentes formas, así como otra vertical y otra vidriera plana que remata el conjunto. Todas ellas fueron realizadas en los talleres de la Sociedad Maumejean Hermanos de Madrid, firma de gran prestigio en Francia y España durante el último cuarto del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX.

En el conjunto acristalado se pueden apreciar distintos motivos ornamentales. En la zona abovedada, se aprecian los elementos decorativos de carácter vegetal, como el que vemos en la fotografía de la derecha. En la parte vertical, o intermedia, el dibujo es una amplia greca² clásica. Por último, la vidriera plana tiene, en el centro de cada lado, cuatro escudos que representan el Cuerpo de Minas; repartidos por todo alrededor, los escudos de las dieciséis Jefaturas Provinciales de Minas que existían cuando se inauguró la sala; y, finalmente, en el centro, remata la cubierta el gran Escudo Real que vemos en la fotografía de la izquierda.

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Tras haber pasado a la sala principal del Museo y una vez contemplada la cúpula, podemos dedicarnos con tranquilidad a disfrutar de las colecciones expuestas y distribuidas en cada una de sus plantas. Aquí, es interesante mencionar que, aunque cuenta con todas las novedades y adelantos museísticos, aún conserva el sistema de exposición original, algo infrecuente en el resto de los museos. Comenzaremos, así, por la planta baja.

Nada más entrar, giraremos a la derecha y, en sentido contrario a las agujas del reloj, iremos viendo las vitrinas que están colocadas en la pared alrededor de toda la sala.

Desde la número 1 a la 21, encontramos la Colección de Sistemática Mineral, con muestras de alrededor de 2.000 minerales extraídos tanto en España como en el extranjero y diferenciadas según criterios cristaloquímicos³ a lo largo de las 21 vitrinas. Ejemplo de ello son las pepitas de oro (clasificadas en los elementos nativos⁴), o el expositor de los cuarzos (dentro de los silicatos⁵), que vemos en la imagen de la izquierda.

También adosadas a la pared, tenemos las vitrinas de la 22 a la 28, donde se guarda la Colección de Recursos Minerales. Aquí se exponen cerca de 200 minerales de interés minero. En cinco de ellas, están aquellos que se usan para obtener los metales comunes como la plata nativa de Hiendalaencina (Guadalajara), así como una explicación sobre sus usos principales y los países de donde son extraídos. En otro expositor, tenemos los minerales industriales más importantes y sus empleos, como es el caso del talco de Puebla de Lillo (León). Por último, tenemos la vitrina con una muestra de los recursos energéticos primordiales: el carbón, el uranio y el petróleo.

A continuación, y antes de subir a la siguiente planta, recorreremos el resto de la sala donde, numeradas de la 29 a la 72, tenemos las vitrinas que exponen la Colección de Flora e Invertebrados Fósiles Españoles con una muestra de 7.735 ejemplares entre los que destacan los corales del Cretácico⁶ de los Pirineos, o los cefalópodos⁷ del Mesozoico⁸ de la Cordillera Ibérica, entre otros.

También en esta planta llama la atención el expositor que guarda varios ejemplares de fósiles conservados en ámbar, como el que vemos en la fotografía de la derecha.

En el centro, presidiendo toda la sala, encontramos el que quizás es el ejemplar más llamativo del todo el museo para aquellos que lo visiten por primera vez: se trata de una reproducción de gran tamaño de la excavación de los restos del mastodonte⁹ Anancus arvernensis en el yacimiento de Las Higueruelas (Alcolea de Calatrava, Ciudad Real).

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Para subir hasta las galerías superiores, existen tres escaleras de caracol y un ascensor repartidos entre las cuatro esquinas de la sala. Tras escoger una de las escaleras, llegaremos a la primera planta, donde se expone la Colección de vertebrados fósiles en las vitrinas de la 83 a la 111, destacando como elemento diferenciador de ella la réplica del cráneo de tiranosaurio¹⁰ Tyrannosaurus rex más completa que se haya descubierto, procedente de Dakota del Sur. Por su posición, será una de las imágenes en que repararemos al entrar a la exposición del Museo, como podemos observar en la fotografía correspondiente a la Sala Central.

Entre las vitrinas de esta planta, tenemos una dedicada a un yacimiento paleontológico de la localidad madrileña de Torrejón de Velasco. Su hallazgo se debe a las labores mineras desarrolladas para la extracción de sepiolita¹¹ del Cerro de los Batallones. Durante dichos trabajos, se descubrió una gran cantidad de fósiles del mioceno¹², siendo destacable, hasta hacer excepcional el yacimiento, la gran abundancia de carnívoros. Mientras en otros el porcentaje de concentración de fósiles de carnívoros con respecto a los de otros animales es del 10%, aquí es del 98% y no de una única especie, sino de hasta doce especies diferentes de animales ya extinguidos. Podemos citar, entre ellos, al tigre "dientes de sable".

En la segunda planta, están los Minerales de las Comunidades Autónomas, expuestos en las vitrinas de la 112 a la 139, y la Colección Básica de Rocas, en las vitrinas de la 139 a la 141.

La tercera planta, no visitable, aloja otros fondos del Museo, así como la biblioteca y sala de lectura en donde se guardan mapas, libros y otros documentos de gran valor empezados a recopilar a mediados del siglo XIX con la creación de la Comisión del Mapa Geológico.

Y aquí damos por terminada nuestra visita al edificio del Instituto Geológico y Minero de España, un edificio construido a principios del siglo XX y una sala principal del Museo que parece no haberse detenido en el tiempo, sino haber retrocedido hasta el siglo XIX.

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