Miércoles, 14 de julio de 2021
Introducción
Contenidos
- Introducción
- Resumen histórico
- Monumentos y puntos de interés
- Mapa de los Monumentos y puntos de interés
El municipio madrileño que vamos a recorrer en esta página es Ajalvir, localidad de la alcarria1 madrileña, al Nordeste de Madrid, de 4.721 habitantes –según el Padrón municipal del 1 de enero de 2021– y 19,6 km2 de superficie, que se halla situada a unos 31 km de la capital y a una altitud media de 689 metros. Limita, al Norte, con Cobeña; al Este, con Daganzo de Arriba; al Sur, con Torrejón de Ardoz; y al Oeste, con Paracuellos del Jarama.
El origen de su nombre, Ajalvir, según leemos en la página 185 de la obra “Madrid y su Comunidad. Territorio, historia, economía, sociedad”, del historiador Fernando Jiménez de Gregorio, se encuentra en la propia ubicación de las casas, un valle rodeado de tres colinas. Y es que, para este autor, Ajalvir deriva del término mozárabe2 “fayi albir”, nombre que Jiménez de Gregorio sitúa en tiempos de la repoblación mozárabe y que, traducido, entre otros significados, tiene el de “camino ancho entre dos montañas”. Entre estas alturas, destacan el paraje del Nieto, de 759 metros; Miralrío, de 744 metros, y el Pico del Portillo, de 716 metros. No obstante, también hay otros autores, como Andrés Marín Pérez3 o Antonio Cantó Téllez, que sitúan la procedencia del nombre en la raíz “ajo”, con lo que se estaría situando el origen del término en la existencia de una alquería4 o finca de labor medievales.
El suelo de Ajalvir es de origen sedimentario, formado durante el Cuaternario5, lo que le ha proporcionado los cantos rodados6 y la arcilla necesarios para la fabricación, respectivamente, de los muros y de los ladrillos y tejas utilizados por sus habitantes en las construcciones del lugar.
La superficie de Ajalvir se halla recorrida por los tres arroyos estacionales de las Culebras, del Monte y de las Huelgas, siendo este último el único que cruza el núcleo de población, por el Oeste de su parte antigua.
Con respecto a vías de comunicación, al núcleo de población llegan la carretera principal M-108 y las carreteras locales M-113 y M-114, mientras que pasan por su término, sin llegar a entrar en el casco urbano, la autopista R-2, por el Sur, y la autovía M-100, que atraviesa en dos ocasiones su territorio, cerca de los límites Este y Norte.
Igualmente, por su término pasan diversas vías pecuarias, como son los ramales 1 y 2 de la Cañada Real Galiana y las coladas7 de la Coja, de la Huelga o de Alcalá de Henares (con el descansadero de la Fuente de Abajo), del Arroyo de las Culebras, del Arroyo del Juncal (con abrevadero y descansadero El Juncal) y del Camino de Torrejón a Ajalvir.
En cuanto a la vegetación del lugar, como leemos en la página 21 del Tomo XV de la obra “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”, “Extinguidas hoy sus especies autóctonas como consecuencia del crecimiento urbano [...]”, en sus campos, es posible divisar actualmente algún chaparro, coscoja o matorrales de plantas olorosas, como pueden ser el tomillo, el romero o la jara, siendo favorecedores estos últimos para la apicultura.
La agricultura de Ajalvir, dadas las condiciones del suelo y del clima –continental, con medias anuales de 14º de temperatura y precipitaciones, básicamente en otoño e invierno, de 450 mm–, se ha basado tradicionalmente en los cultivos de secano, habiendo sido de gran importancia para su economía, al igual que para la de muchos de los municipios de esta zona, desde la Baja Edad Media. Y es que estas poblaciones eran las que suministraban el grano a los grandes núcleos de población, como podían ser Alcalá de Henares o Madrid.
Arqueológicamente, los restos más antiguos hallados en Ajalvir, como hojas y dientes de hoz fabricados en sílex8, y diversos fragmentos cerámicos, todos ellos hallados en “fondos de cabaña”, lo que puede señalar la existencia de agricultores en la zona durante la Edad del Bronce (2200-1300 a. de C.). Sin embargo, a diferencia de la cercana Alcalá y la limítrofe Daganzo, no han aparecido en el lugar restos que delaten la presencia en el lugar de poblaciones prerromanas, romanas o visigodas, por lo que existen, básicamente, dos teorías diferentes acerca de la fundación de Ajalvir: mientras que algunos autores señalan que ésta se debe a los árabes, otros piensan que los orígenes del pueblo se encuentran en la repoblación habida tras la reconquista cristiana de estos lugares. Entre estos últimos, se encuentran tanto los que defienden el origen del topónimo en la palabra “ajo”, como el propio Jiménez de Gregorio, que establece la presencia de mozárabes entre los repobladores del lugar.
Por todo ello, y dado que la reconquista definitiva de Alcalá fue a principios del siglo XII, en el año 1118, la fundación de Ajalvir podría situarse entre los siglos VIII y X. Posteriormente, en 1129, el rey de Castilla Alfonso VII hace donación de la fortaleza de Alcalá y de todo su territorio, en el que se halla incluido Ajalvir, al arzobispo de Toledo, don Raimundo de Sauvetat.
En 1135, este arzobispo otorga a esta zona su primer ordenamiento jurídico, el llamado Fuero Viejo o Fuero de Alcalá, como también es llamado, un código legislativo por el que se regirán administrativa, judicial, mercantil, penal y políticamente sus habitantes. Quedó constituida así la Comunidad de Villa y Tierra de Alcalá, también conocida como el “Común de las veinticinco villas”. Este fuero sería ratificado por el también arzobispo de Toledo don Rodrigo Jiménez de Reda, quien, en 1223, otorgaría otros dos fueros: el del común de la tierra, del 27 de enero, y el de la villa de Alcalá, del 4 de mayo. Este ordenamiento jurídico permanecerá en vigor hasta el siglo XVI, cuando, en 1509, el Cardenal Cisneros los refunde –y modifique– en el llamado Fuero Nuevo.
En el siglo XIV, Europa sufrió una grave crisis demográfica y económica que puso fin a la Edad Media. Una serie de malas cosechas trajo consigo diversas hambrunas que debilitaron a la población y favorecieron la aparición de diversas enfermedades, entre ellas, la peste negra, que ocasionó la pérdida del 30% (¡treinta por ciento!) de la población europea. España no fue inmune a esta desgracia y tras la llegada de la peste negra a Palma de Mallorca, al parecer en 1348, ésta se propagó, primero, al reino de Aragón, y a continuación, a Castilla. No obstante, dada la menor densidad de población del reino castellano, la mortalidad fue algo menor, aunque, igualmente, provocó la desaparición de pequeñas localidades.
La llegada del nuevo siglo XV no acabará con esta crisis económica y demográfica, que se prolongará hasta mediados del siglo XV y extenderá sus efectos hasta el XVI. Esta catástrofe dejará en la población, como podemos leer en la página 23 del Tomo XV de la obra “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”, “[...] una fuerte huella en la mentalidad social y espiritual de la gente del medievo, dando paso a profundas transformaciones con las que se inicia la Edad Moderna [...]”.
El siglo XVI comienza para Ajalvir, como ya mencionamos antes, con el Fuero Nuevo otorgado en 1509 por el Cardenal Cisneros a la Comunidad de Villa y Tierra de Alcalá. En 1528, según el Censo de Pecheros9 de Carlos I, vemos que Ajalvir es una población de 54 vecinos pecheros perteneciente a la Mesa Arzobispal de Toledo (M.A.T.).
Entre los años 1575 y 1578, se realizaron las Relaciones Topográficas de Felipe II11, siendo el 8 de mayo de 1576 cuando los vecinos de Ajalvir Lope de Paz y Francisco Romero, en presencia del alcalde ordinario12 de dicha villa, Alonso Barragan (sic), contestaron a las preguntas del cuestionario con el que se obtenía la información demandada para dichas Relaciones.
Así, en la primera pregunta, acerca del nombre del pueblo, la contestación de “villa de Ajalvir” y aclara que se trata de una villa14, lo que se amplia en la tercera con la respuesta de que es villa “de tiempo inmemorial” y que, como tal, tiene horca y picota15.
Por entonces, conforme a las cuarta y séptima contestaciones, Ajalvir pertenecía al “reino del arzobispado de Toledo” y tenía por señor al “ilustrisimo señor arzobispo de la santa iglesia de Toledo”. Dependía de la chancillería16 de Valladolid para la apelación de los pleitos (pregunta 9); estaba gobernada por dos alcaldes, dos regidores, un procurador, un alguacil y un escribano, que son nominados por el concejo del pueblo y nombrados por el arzobispo o el alcalde mayor que el prelado tenía en los palacios de Alcalá de Henares (preguntas 10 y 43); y pertenecía, desde el punto de vista eclesial, a la archidiócesis de Toledo (pregunta 11) y al arciprestazgo de Alcalá de Henares (pregunta 50).
Los vecinos del pueblo afirmaron sobre el clima del lugar que éste es templado de fríos y calores, siendo “tierra llana, rasa e tierra sana sana” (pregunta 17). Por ello, en la villa había falta de leña, obteniéndose ésta mayoritariamente de “carrasca17 y maraña18”. Contaba el término con algunos olivos y con algo de caza de perdices, liebres y conejos, pero todo ello en número escaso, debido a lo llano y raso del territorio (pregunta 18).
Por entonces, la localidad tenía una fuente, contando además la mayoría de las viviendas con pozos, siendo toda esta agua potable. Sin embargo, al no pasar ningún río por el municipio, el pueblo no contaba con molinos, por lo que los vecinos debían desplazarse a moler hasta Alcalá de Henares, a dos leguas19 de distancia; Paracuellos, a legua y media; o a los molinos de Algete, en el río Jarama, a dos leguas. En otoño, en cambio, dado el poco caudal de estos ríos, el desplazamiento era mayor, al tener que acudir hasta los molinos del río Tajuña, situados a seis leguas (pregunta 23).
El municipio tenía entonces una dehesa20 boyal21 de un cuarto por un octavo de legua, donde pastaban en otoño e invierno el ganado de labor y las ovejas de los vecinos del pueblo. En ella, crecían algunas encinas, olivos y coscojas, aunque la mayoría estaba sin plantar. La caza de su monte, al estar arrendada a algunos vecinos por veintisiete o veintiocho reales22 anuales, producía unos veinte mil maravedís23 –aproximadamente unos 588 reales– al año. Igualmente, existía, en común con Daganzuelo, un pequeño prado en el que pastaba el ganado de labor (pregunta 24).
A la pregunta 26, sobre si era tierra de labranza, con qué ganadería contaba, los diezmos24 que se recogían y las cosas de que carecía, los vecinos contestaron que sí era tierra de labranza, siendo el cultivo mayoritario, con doce mil fanegas25 al año, el de trigo. Además, se recogen cuatro mil fanegas de cebada, ochocientas cargas de uva, de las que ochenta son para el diezmo, y quinientos cántaros de aceite, igualmente, cincuenta para el diezmo. La ganadería cuenta con unas mil cabezas de ganado de lana mayor y cada año se crían unos seiscientos corderos. Con relación a qué es aquéllo que les falta, señalaron la leña y los pastos para el ganado, motivo este último por el que en verano se los alimenta con pan. Los diezmos correspondientes al beneficio curado32 corresponden al colegio mayor de Alcalá de Henares, quien recibe anualmente 1.200 fanegas de trigo, alrededor de 450 de cebada, 80.000 maravedís en dinero y el equivalente a, más o menos, 250 ducados33 (unos 93.750 maravedís) en pollos, gansos, diezmos de huertas y pie de altar34, entre otros (pregunta 50).
Contabilizan, en su respuesta 39, la existencia de un total de ciento veinte viviendas y ciento veinticuatro vecinos, habiendo crecido la población en los últimos años veinte años en más de treinta vecinos, no habiendo habido antes mayor población. Todos eran labradores, existiendo cinco hijosdalgo36 exentos de pagar impuestos, excepto cuando éstos estén destinados a alcabalas37, puentes, fuentes o defensa del término (pregunta 40).
Respecto a las cuestiones planteadas en la pregunta 42 acerca de la riqueza o pobreza de sus habitantes, de sus medios de subsistencia y sobre si se labra mejor o no que en otras partes, la respuesta dada es que en el término había treinta personas a las que les iba bien y algunas que pasaban necesidad. Los vecinos viven de labrar la tierra, no existiendo ninguna otra ganancia que no sea la proveniente de la elaboración de pan y de algo de aceite, “e por esta razon se labra bien”.
Las respuestas a la pregunta 47 volvían a mencionar la pertenencia del pueblo al arzobispado de Toledo, que era éste quien nombraba a los miembros de gobierno y justicia del pueblo, estableciendo además que el pecho forero38 cobrado por el prelado, como señor del pueblo, era de 2.133 maravedís al año.
Por entonces, Ajalvir contaba con la iglesia de “Nuestra Señora de la Concebcion” (pregunta 48), la ermita del “señor San Salvador” y un humilladero hasta donde procesiona la cofradía del Rosario la noche del Jueves Santo y el domingo de Trinidad (pregunta 51). Continuando con la pregunta 48, la iglesia disponía entonces de tres altares con retablo, existiendo, en el de la de la nave del Evangelio, una capellanía fundada por Martín de Benito y Catalina de Juanete, antiguos vecinos de la villa.
El pueblo contaba entonces con un hospital, construido y mantenido por su concejo, que sólo tenía como rentas cinco medias de trigo de un vecino particular y las limosnas que el mayordomo “allega entre la buena gente del pueblo” (pregunta 55).
Finalmente, terminamos estas Relaciones con la pregunta 55, en la que los vecinos señalan que el pueblo está situado en “paso de los trajineros e caminantes, que van desde la villa de Alcala de Henares a Segovia, e Valladolid y a Cuenca”.
Edificio del Ayuntamiento, ampliado y rehabilitado a finales del siglo XX (1994). Se encuentra situado en el lateral Sur de la Plaza de la Villa.
En el último cuarto de esta centuria, tras el Breve40 del Papa Gregorio XIII, de 1574, y la Real Cédula de Felipe II, de 1575, Ajalvir pasaba a manos de la Corona, con el objeto de venderlo y así poder disponer de fondos con los que hacer frente a los descomunales gastos que los diferentes conflictos bélicos en Europa y en el Mediterráneo le estaban ocasionando. Por el Breve antes mencionado, Gregorio XIII concedía a Felipe II permiso para la venta de las aldeas y villas pertenecientes a la Iglesia en España por un valor no superior a los 40.000 ducados. Así, en el año 1579, la villa era segregada del Común de las Veinticinco Villas y del arzobispado de Toledo para su venta al terrateniente Baltasar Castaño, residente en Madrid, aunque, según otras fuentes, se trataba de un hombre de negocios genovés llamado Baltasar Cataño.
Sin embargo, antes de formalizar la venta, se concedía a los vecinos el derecho de tanteo42, con el que la villa obtendría su incorporación a la Corona con el compromiso de que nunca más pudiera verse vendida, y/o sometida, a otro vasallaje. El 28 de diciembre de ese mismo año, el juez Francisco Xuárez Delgadillo, enviado para esta Comisión por el rey, entrega el derecho de señorío44 al Concejo de Ajalvir tras el pago de 295.467 maravedíes, o, según otras fuentes, 2.995.477 o 2.995.377 maravedíes. Ajalvir obtiene así su incorporación a la Corona con jurisdicción civil y criminal alta y baja, y mero46 y mixto imperio47.
A finales del siglo XVI, según el Censo de la Corona de Castilla, de 1591, Ajalvir, nombrada como Axalvir, tenía una población de 161 vecinos, de los que 153 eran pecheros, seis hidalgos y dos clérigos. Hay que señalar, que en dicho documento, la villa aparece aún como perteneciente a la Mesa Arzobispal de Toledo (M.A.T.).
Llegamos al siglo XVII, una centuria de la que no solemos encontrar demasiada información referente a los pueblos que vamos recorriendo; quizás, una muestra del empobrecimiento y despoblación por las que nuestro país pasó entonces, debido a, entre otras calamidades, los constantes conflictos bélicos que sostuvo el Imperio Español; las escasas cosechas de algunos años y, como consecuencia, una pobre alimentación; y las diversas epidemias de peste sucedidas en estos años, en especial, la sufrida entre los años 1591 y 1614, cuya mortalidad causó la casi desaparición de algunas localidades.
Comenzamos el siglo XVIII con el Censo de Campoflorido48, de 1712, en el que Ajalvir, nombrada como Ajaluir, tiene una población de 54 vecinos y pertenece a la superintendencia de Guadalajara, dentro del partido de Alcalá.
Proseguimos con el Catastro del Marqués de la Ensenada49, realizado entre los años 1749 y 1756. En él, Ajalvir tiene una población total de 203 vecinos50, unos 789 habitantes, de los que seis son nobles; 133, pecheros; 32, jornaleros; y 32, pobres de solemnidad51, contando, además, con cuatro clérigos seculares52. Hay un hospital, cuya renta se limita a la de sólo una fanega de tierra (pregunta 30), y, aproximadamente, 180 viviendas, de una sola planta y levantadas todas con tapias de tierra (pregunta 22).
La población, nombrada en esta obra como Axalbir, pertenece entonces a la provincia de Toledo y al partido de Alcalá (pregunta 1), siendo una villa de realengo que tiene comprada a S.M. la jurisdicción absoluta y podía nombrar alcalde mayor53, ordinarios de la hermandad54, regidores, alguaciles, escribanos y los demás oficiales que sean necesarios para el uso y ejercicio de las facultades concedidas en el privilegio de compra (pregunta 2).
La agricultura del municipio es de secano, cultivándose mayoritariamente trigo y cebada, y contando, además, con algunas viñas y algo de olivares. En todo el término, el regadío se limita a una sola huerta de una fanega de extensión. Sigue teniendo Ajalvir una dehesa boyal y un monte de unas trescientas fanegas de tierra en donde crece muy poca leña, por lo que casi nunca se corta ni saca; y continúa contando, en comunidad con Daganzo, con las catorce fanegas de tierra y pastos del pradillo de La Huelga (pregunta 4). En cuanto a la calidad de la tierra, las de cultivo de grano son unas cuatrocientas fanegas de primera calidad, unas mil trescientas de segunda y unas mil cuatrocientas de tercera; las de viñas son unas treinta o cuarenta de primera y segunda; mientras que las de olivares son unas doscientas de primera (preguntas 5 y 10). No cuenta el término con árboles frutales (pregunta 6).
La cabaña ganadera del pueblo, según las estimaciones de los vecinos, se compone de ochenta pares de mulas, de ochenta de caballería mayor (caballos y mulas) y unas cincuenta de menor (asnos) (pregunta 20).
No hay colmenas en el término (pregunta 19) y, en cuanto a minería y manufacturas, sólo existe en el pueblo un molino de aceite (pregunta 17), propiedad del común, quien, entre otros dominios, es propietario también de trescientas fanegas de tierra, la dehesa boyal y monte, una casa mesón, una casa de ayuntamiento, una carnicería y una fragua (pregunta 23). Otros comercios existentes en la villa son una abacería55 y una taberna (pregunta 29).
Es interesante cómo, en la pregunta 7, cuentan los vecinos los tipos de medida usados en el término y sus equivalencias. En Ajalvir, la tierra se mide en fanegas, siendo una fanega igual a cuatrocientos estadales y un estadal a diez pies56 y medio castellanos en cuadro. En los cultivos de viñas, la medida es la aranzada57 o fanega, teniendo ambas los mismos estadales y contando con cuatrocientas cepas. La de olivar se llama fanega y tiene casi las mismas dimensiones, con unos veinte pies de más o de menos.
Además de con los encargados de los comercios y tiendas antes mencionados, el pueblo cuenta con los siguientes titulares de profesiones y/u oficios: un médico, dos cirujanos, un boticario, un escribano, un sacristán y un maestro de escuela, dos maestros de obras, dos albañiles, un herrador y albéitar (veterinario), un herrero, cuatro zapateros, un sastre, un tejedor de lienzos, un arriero o trajinero y dos carreteros (preguntas 32 y 33).
Continuamos en 1769, en particular, el 7 de julio de dicho año, cuando se tomaron los datos del Censo del Conde de Aranda58. Ajalbir (sic) es entonces una villa del corregimiento60 de Alcalá de Henares, que tiene una población de 857 habitantes (451 varones y 406 hembras (sic)).
Proseguimos con las Descripciones del Cardenal Lorenzana62, elaboradas en el año 1784 y en donde vemos que Ajalbir (sic) era una villa de realengo, de 230 vecinos, con alcaldes ordinarios nombrados por ellos mismos. Entre sus construcciones, destacan entonces la Parroquia de la Purísima Concepción, las ermitas de Nuestra Señora de la Misericordia y del “Glorioso” San Roque y el hospital “para recoger Pobres Peregrinos". Respecto a sus profesiones, en Ajalvir hay entonces, entre otras, médico, cirujano y boticario.
En cuanto a su territorio, en las Descripciones se habla de la existencia de un arroyo, “que vaja del Camino de Coveña, y corren sus águas á el medio dia” (entendemos que sería el arroyo de La Huelga), de un montecillo de “Encinas, y Marañas”, de una dehesa boyal, de dos huertas en las que se cultivan, con abundancia, todo tipo de hortalizas y teniendo sus norias de riego; un paraje de viñas y de olivos, “siendo el Aceite especialissimo”. Sí leemos aquí acerca de la existencia de canteras de pedernal “que solo sirben para Cimientos de Casas”.
De lo escrito en las Descripciones sobre su agricultura, transcribimos la siguiente frase: “La cosecha de este termino es corta por serlo igualmente su distrito pero los vecinos trabajan en ótros terminos, y cogerán cada áño sietemil fanegas de trigo, y á correspondiencia delos demás granos”.
En las Descripciones, también se habla de los miembros más destacados de Ajalvir que aún viven, citando a don Francisco Gabriel Olibares, colegial del Colegio Mayor “San Ildefonso” de Alcalá, Canónigo Magistral de la Catedral de Badajoz, y “hoy Deán dela Yglesia Cathedrál de Durango en la Nueba España”; y don Tiburcio de Bargas y Martínez, Auditor de Guerra en la Plaza de Orán y “á el presente Auditor General del Ejercito de S.M. en el Campo de Sn. Roque”.
Terminamos el siglo XVIII con el Censo de Floridablanca, de 1787, en donde Axalvir (sic) es una villa de realengo, con alcalde ordinario, que pertenece a la intendencia63 de Toledo, dentro del corregimiento de Alcalá y que cuenta con una población de 881 habitantes (331 hombres y 283 mujeres). Entre sus vecinos, se encuentran un cura, un sacristán, tres acólitos65, dos ordenados a título de patrimonio66, ocho hidalgos, un escribano, un estudiante, 36 labradores, 68 jornaleros, 56 trajinantes, 12 artesanos y 75 criados.
Entramos en el siglo XIX, una centuria en la que el país, entre otros desastres, tuvo que defender su independencia del invasor napoleónico librando la Guerra de la Independencia, entre los años 1808 y 1814; ver desaparecer casi todo su Imperio tras la emancipación de la América Continental Española, a principios de siglo, y la guerra contra los Estados Unidos de América, en 1898; afrontar los estragos causados por tres guerras carlistas (1833-1840, 1846-1849 y 1872-1876); soportar un gran número de pronunciamientos militares y, en ocasiones, enfrentamientos armados entre liberales y absolutistas; ver cómo, en el trono español, la Casa de Borbón es destronada en 1868 y sustituida en 1870 por la de Saboya con Amadeo I como nuevo rey de España, estando a cargo del poder entre 1868 y 1871 –el acto de Jura de Amadeo I ante las Cortes no fue hasta el 1 de enero de 1871– un gobierno provisional con el general Francisco Serrano y Domínguez como regente; este nuevo rey sería sucedido en 1873 por la I República española, la cual, a pesar de su corta duración (1873-1874), sumó hasta cinco presidentes diferentes; y finalmente, en 1874, la Casa de Borbón recupera el trono en la persona de Alfonso XII.
Comencemos esta XIX centuria en Ajalvir con el Recuento que Antonio Regàs67 realizó entre 1824 y 1825, y en el que Ajalvir, perteneciente ya a la provincia de Madrid, tiene una población de 224 vecinos.
Seguimos con el “Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal”, obra de Sebastián Miñano68 confeccionada entre 1826 y 1829. Aquí, vemos Ajalvir como una villa de realengo perteneciente a la provincia de Madrid, al arzobispado de Toledo y al partido de Alcalá de Henares, está dotada de alcalde ordinario y la pueblan 256 vecinos, es decir, unos 1.000 habitantes. Posee una parroquia, dos ermitas, un hospital y un pósito70. Su producción agrícola es de granos, semillas, un poco de vino y aceite. Su industria se reduce a la arriería y a las panaderías con que suministrar a Madrid.
Llegamos a la mitad del siglo XIX, con el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar” que entre 1846 y 1850 elaboró Pascual Madoz. En él, Ajalvir nos aparece como una villa con ayuntamiento de la provincia, audiencia territorial y capitanía general de Madrid, dentro de partido judicial de Alcalá de Henares, y de la diócesis de Toledo. Su población entonces es de 239 vecinos, unas 988 almas, que viven en 249 casas. Además, otras construcciones son la iglesia parroquial de la Purísima Concepción de Nuestra Señora, “con su buena torre y relox de repeticion”, dos ermitas situadas fuera del pueblo, una escuela de primeras letras para ambos sexos, una carnicería, un matadero y dos fuentes de “buenas aguas”.
Madoz considera que el terreno es de muy buena calidad, aunque de secano; carece de bosques y, en su monte, sólo hay pastos. La agricultura produce trigo, cebada, centeno, avena, legumbres y aceite, mientras que la ganadería tiene ganado lanar y de cerda. La industria consta de un molino de aceite, de “muchas” panaderías, con la producción destinada a Madrid; y del transporte de trigo y harinas.
En 1855, se produce la desamortización71 de Pascual Madoz, el mismo autor de la obra anteriormente citada y ministro de Hacienda entre el 21 de enero y el 6 de junio de 1865. Esta expropiación tendrá graves consecuencias para Ajalvir, al poner a la venta los bienes municipales, los cuales eran antiguos pastos o dehesas convertidos en cultivos y que eran explotados por comunidades de propietarios. La cifra de tierras así desamortizadas significó el 50% del terreno cultivable del pueblo y sus compradores fueron tres vecinos de Paracuellos del Jarama que luego la arrendaban, o bien a vecinos de Ajalvir, o bien a los de otras poblaciones de los alrededores. El hospital ya no volvió a ser mencionado.
En 1865, Cayetano Rosell y López72 publicó su “Crónica de la Provincia de Madrid”, donde leemos que Ajalvir tiene 975 habitantes, mientras que su “anejo Dangazo de Abajo” tiene 38. Daganzo de Abajo, o Daganzuelo, es una antigua población de la provincia de Madrid cuyo término fue despoblándose en el siglo XIX, quizás, según algunas fuentes, tras la desamortización de Mendizábal, siendo su territorio repartido entre Ajalvir, Alcalá de Henares y Dangazo de Arriba.
Entre los años 1888 y 1889, Andrés Marín Pérez publicó la “Guía de Madrid y su provincia”, en donde comienza describiendo el término como “un pequeño valle rodeado de colinas”. En esta guía, el pueblo tiene 350 vecinos, unas 730 almas, y 300 casas “de modesta construcción”. Otras edificaciones de la localidad son la iglesia parroquial, de la que el autor dice que “este antiguo templo posee una buena torre, tiene buen aspecto exterior, dos naves en el interior”; dos ermitas; dos escuelas elementales completas, una para cada sexo, para 30 alumnos cada una, “y ambas en malas condiciones higiénico-pedagógicas”, en palabras del autor; una Casa Consistorial, en la que se ubica la cárcel, y que “se halla tan descuidada, que de no reformarla pronto, amenaza ruina”; una posada “pobremente acondicionada” que cobraba entre 2 y 4 pesetas, según las “exigencias de los huéspedes”; y dos fuentes, llamadas de Arriba y de Abajo.
Contaba Ajalvir con médico y farmacéutico, no existiendo para su atención pobres de solemnidad, por lo que la población se había dividido para el pago de los servicios de estos profesionales en tres clases que pagaban, respectivamente, 2,5, 5 ó 10 pesetas por matrimonio, mientras que las medicinas costaban una peseta por persona. El veterinario que también tenía la población cobraba 50 pesetas por la inspección de carnes y 10 pesetas por asistir a cada yunta73 mayor y 5 por la menor de las 140 mulas, 20 caballos y 20 asnos del pueblo.
Sobre su agricultura, la opinión de Marín no es muy favorable, afirmando que “alcanza escaso desarrollo, y se halla en lamentable estado”. Sus cultivos abarcan una extensión de 1.790 hectáreas74 (ha), 62 áreas (a) y 70 metros2. El pueblo carece de cultivos de regadío, habiendo únicamente secano en el término; de éste, el de cereales y algunas legumbres ocupan 1703 ha, 88 a y 23m2; el de vid, 15 ha, 55 a y 4 m2; y el de olivo, 71 ha, 19 a y 43 m2.
La cabaña ganadera suma 140 cabezas de ganado mular, 20 de caballar, 20 de asnal, 770 de vacuno, 2000 de lanar y 100 de cerda.
La industria se compone de la dedicada a la obtención de harinas, pan, aceite y vino, y a la conserva de carnes y otros frutos. El comercio se limita a la exportación de harinas, granos, carne, leche y lana, y a la importación de tejidos, ultramarinos y demás mercancías que se necesiten.
Asimismo, Marín también escribe sobre Daganzo de Abajo, expresando que “está sometido en todo y por todo á la dirección y administración de Ajalvir, por cuyo motivo no nos ocupamos particularmente de él”.
Terminamos el siglo XIX con la evolución de la población de Ajalvir entre los años 1842 y 1900, utilizando para ello los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En 1842, el municipio tenía una población de derecho75 de 1.425 habitantes y 239 hogares; en 1857, 1.013 habitantes de hecho y 263 hogares; en 1860, 955 de hecho y 236 hogares; en 1877, 761 habitantes de hecho, 767 de derecho y 225 hogares; en 1887, 713, 714 y 226, respectivamente; en 1897, en el mismo orden, 730, 748 y 222; y en 1900, 732, 761 y 211, respectivamente.
Iniciamos el siglo XX continuando las cifras anteriores de población con las correspondientes a los años de 1910 a 1930. En 1910, Ajalvir tiene una población de 727 habitantes de hecho, 744 de derecho y 215 hogares; en 1920, 664, 706 y 175, en idéntico orden; mientras que, en 1930, los números son de 738, 743 y 188, respectivamente.
Tomamos ahora la “Historia de Madrid y de los pueblos de su provincia”, obra que Juan Ortega Rubio76 publicó en 1921, en la el capítulo que el autor le dedica a Ajalvir se titula “Ajalvir y Daganzo de Abajo”, mostrando así la intención de tratar de ambos. Ajalvir aparece aquí con el censo de población de 1910: 727 habitantes de hecho y 744 de derecho. Para entonces, como escribe el autor, “parte de la población de Daganzo de Abajo es anejo a Ajalvir”. La edificación del pueblo contabiliza la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, las dos ermitas, una Casa Consistorial y dos escuelas unitarias77, una de niños y otra de niñas, de las que el autor afirma que “son bastante buenas”.
Su agricultura produce cereales, vino y aceite, mientras que la ganadería cría ganado lanar. La industria se basa en la obtención de harinas y pan, y en la conserva de carnes.
Ortega Rubio, al final de este artículo, escribe: “Sólo habremos de consignar que Daganzuelo o Daganzo de Abajos se despobló en el año 1862, en cuyo tiempo se dividió entre los pueblos de Daganzo de Arriba, Torrejón de Ardoz y Ajalvir”.
En 1940, tras la Guerra Civil Española (1936-1939), y conforme a los datos del INE, Ajalvir tenía 707 habitantes de hecho, 780 de derecho y 178 hogares; y en 1950, 723, 735 y 182, respectivamente.
Veamos la información sobre pueblo durante la década de los años 50, utilizando para ello el “Diccionario Geográfico de España”, publicado entre 1956 y 1961. Ajalvir aparece aquí como un municipio y villa madrileños de la comarca de Torrejón de Ardoz y del partido judicial de Alcalá de Henares. Tiene una población de 800 vecinos, de la que aquí se afirma que disminuye por la emigración a la capital. Es de interés señalar cómo entre la década de los años 50 y la de los 80, en muchas localidades españolas, se produjo una masiva emigración del campo a la ciudad en busca de unas mejores condiciones de vida, una situación que, a tenor de las cifras que veremos más adelante, parece que no hizo especial mella en Ajalvir.
Las casas del pueblo son unas 205, agrupadas y, en su mayoría, de labor, cuya construcción típica es de muros de adobe78 o ladrillo, fachada enjalbegada79 y tejado a dos vertientes; el suelo es de tierra y las cocinas, en cuanto a su tipo, son, o bien de las conocidas como “francesas”, o bien de las de lumbre baja. Casi todas las viviendas poseen un patio de notables dimensiones, al igual que cuentan con dependencias para el ganado, la paja y el grano. Por entonces, aún no había llegado el agua corriente al pueblo y la potable la extraían los vecinos de pozos y fuentes públicas.
Había entonces dos escuelas en el pueblo, una, de niños y otra, de niñas, mientras que los servicios religiosos y sanitarios estaban cubiertos por un párroco, un médico, un practicante y un veterinario.
La agricultura de Ajalvir se basaba en aquellos momentos en el cultivo de secano, sin riego y dejando descansar la tierra durante un año. Se cultivaban unas 650 ha de trigo, 320 ha de cebada, 100 ha de avena y 35 ha de garbanzos que producían, respectivamente, por ha, 12,55 qm, 8,10 qm, 32,45 qm, y 8,79 qm. Había también cinco hectáreas de viñedo y algunas huertas, para cuyo riego se utilizaban norias.
La cabaña ganadera sumaba 80 cabezas de vacuno, 250 de mular, 25 de asnal, 300 de cerda, 3.000 de lanar y 4.000 gallinas. La industria la forman una fábrica de harinas, tres tahonas80, un taller de carpintería, uno de carros y una herrería. El comercio se compone de dos bares, una taberna, tres carnicerías, cinco despachos de leche, cuatro tiendas de ultramarinos, dos fruterías, cuatro mercerías y perfumerías, y dos zapaterías. El municipio también cuenta con dos posadas para treinta personas y un salón de baile donde, dos veces a la semana, se proyectan películas.
Las comunicaciones de Ajalvir eran una línea de autobuses que prestaba servicio diariamente a la capital, siete automóviles, seis camiones, diez motocicletas, una estafeta81 de correos, una central telefónica y 118 aparatos de radio.
La siguiente obra de consulta es la “Guía de la provincia de Madrid” (2ª edición), publicada en 1958 por Antonio Cantó Téllez. Ajalvir aparece aquí descrita como una villa de 735 habitantes del partido judicial de Alcalá de Henares. Téllez vuelve a mencionar Daganzo de Abajo, escribiendo, con respecto a Ajalvir, que “hasta 1862 tuvo de agregado la Villa de Daganzo de Abajo, o Daganzuelo, hoy despoblada”.
Volviendo a Ajalvir, sobre la iglesia parroquial de la Concepción, a la que asigna la fecha de edificación de 1769, afirma que fue desmantelada y quemada durante la pasada Guerra Civil; alaba el pórtico de columnas del ándito82, que describe como “airoso”, y cita la notable altura de su torre. En cambio, niega el “mérito artístico” de las ermitas de San Roque y la Soledad. El pueblo, para este autor, cuenta entonces con correo, giro postal, posada, médico, veterinario y teléfono.
Sigamos con la evolución del número de habitantes del pueblo, en este caso, desde la década de los años 60 hasta principios del del siglo XXI, dado que, como ya dijimos antes, no se dio aquí la masiva emigración del campo a la ciudad sucedida en otras localidades españolas. Así, en 1960, la población era de 910 habitantes de hecho, 933 de derecho y 242 hogares; en 1970, 979, 979 y 256, respectivamente; en 1981, 972, 965 y 279, en el mismo orden; en 1991, igualmente, 1.288, 1.309 y 379; y en 2001, 2.497 de derecho y 803 hogares.
Las causas de este crecimiento demográfico –recordemos que las cifras de 1950 eran de 723, 735 y 182– hay que situarlas en la implantación, en 1955, de la Base Aérea de la vecina localidad de Torrejón de Ardoz, lo que, dada la presencia también cercana del aeropuerto de Barajas, motivó la instalación en Torrejón y Alcalá de Henares de diferentes instituciones y empresas relacionadas con el mundo de la aviación, como, junto a otras varias, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) o la empresa Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA). Esta industrialización de la zona tuvo su materialización en Ajalvir con la instalación, al Sur del núcleo urbano, de diversos polígonos industriales: Camino del Calvario, Los Olivos, El Cubilete, El Cabril, Juan y Antonio, Las Marineras, Monreal, La Calahorra o Conmar.
En el año 2018, según los datos de la web del Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid, Ajalvir tuvo un Producto Interior Bruto Municipal per cápita de 62,255€, muy superior al de la zona, de 26,776€, y al de la Comunidad de Madrid, de 34.917€. Este PIB se reparte, por sectores, en los siguientes porcentajes: el 40,47% corresponde al sector de minería, industria y energía; el 26,50%, al de servicios de distribución a empresas y hostelería; el 18,73%, al de servicios a empresas y financieros; el 4,47%, al de la construcción; el 0,14%, al de la agricultura y ganadería; y el 9,68%, al de otros servicios.
Pero no nos demoremos más y pasemos a conocer aquellos lugares de interés que el visitante podrá encontrar en su paseo por este municipio de la alcarria madrileña.
Comenzaremos nuestro recorrido en la Plaza de la Villa, enclavada en pleno centro del casco urbano de Ajalvir. Aquí, en el punto más elevado de la plaza, se alza la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción.
Sus muros están construidos en aparejo tradicional de ladrillo y mampostería83 de canto redondo y cal, si bien las varias intervenciones que se han realizado en ella han hecho que, en la actualidad, se puedan distinguir diferentes tipos de aparejo en unas partes y otras del templo. De hecho, tal y como se lee en el Tomo XV de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, dedicado a la zona Este, “Los numerosos asientos reflejados en los libros de fábrica de la iglesia muestran el celo puesto en su conservación”. De todas las intervenciones practicadas en la iglesia, son de especial interés las obras de reconstrucción que se iniciaron en 1766 y que se llevaron a cabo hasta comienzos del siglo XIX, las cuales, junto con las restauraciones más recientes, darían al edificio su aspecto actual.
La primera referencia histórica sobre la existencia de una iglesia parroquial en el municipio se halla en las Relaciones Topográficas de Felipe II, del año 1576. En ellas, en la respuesta 48, se apunta que “en esta dicha villa no hay mas que una iglesia, cuya advocación se llama de Nuestra Señora de la Concebcion, y que en ella hay tres retablos, y en uno de estos tres altares, que es el que esta en la nave de la mano izquierda, hay una fundacion de una capellania, que fundo Martin de Benito e Catalina de Juanete, vecinos que fueron de esta villa, [...]”. De esta respuesta, podemos suponer que en el último tercio del siglo XVI, la iglesia ya tenía tres naves, de las cuales han llegado a nuestros días algunos sillares85 del zócalo en el lateral Sur de la torre y de las dos sacristías. Sin embargo, de lo que no se tienen datos es de si existió en este mismo lugar un templo anterior a éste.
Una de las dos sacristías, llamada “sacristía vieja”, se halla adosada en el lado izquierdo de la Capilla Mayor; de ella se habla en la documentación de fábrica al hacer referencia a unas obras ejecutadas por Felipe de Aguilar, vecino de Guadalajara, en el año 1593. La otra, conocida como “sacristía nueva” y datada en una fecha posterior, se encuentra adosada en el lado de la Epístola89.
También del siglo XVI podría ser la cruz que remata la portada principal, abierta a los pies de la iglesia, la cual pudo ser realizada en 1597 por Cosme Román, maestro cantero.
Varias serán las obras de reparación, mejora y acondicionamiento, y los retoque que se sucederán en la iglesia a lo largo de todo el siglo XVII, instalándose, asimismo, otros altares, retablos y campanas. En esta centuria, será cuando se construya el pórtico de la fachada Sur, de la mano del maestro cantero y vecino de Alcalá Juan de Llanderas. También se añadirá entonces, en 1615, la linterna91 a la torre y se encargará al maestro entallador Francisco de la Torre que realice un nuevo retablo para la Capilla Mayor.
Lamentablemente, a finales de siglo, vuelven a aparecer graves daños estructurales tanto en el edificio como en la torre. Ante este problema, el mayordomo92 de fábrica del obispado informa de ello al Consejo de Gobernación del Arzobispado, indicando, además, la necesidad de llevar a cabo una ampliación del templo. El proyecto será encargado al maestro de obras Joseph Arredondo, de origen morisco y vecino de Madrid, recomendándosele acerca de la obra que “no desdiga de lo antiguo” y que se ejecute “sin ampliar el terreno”. Dichos trabajos, dirigidos por el maestro de obras Casimiro Cornejo, darán comienzo hacia 1765, siendo registradas en el libro de fábrica como “obra mayor de la iglesia” y englobando la ampliación de la Capilla Mayor y de las dos capillas laterales, la construcción de una nueva cúpula –la decoración pictórica de las pechinas93 del crucero95 son de esta misma época–, la reparación de las sacristías nueva y vieja, y la reconstrucción de dos de los cuerpos que conforman la torre. Si bien la torre y la Capilla Mayor puede que estuvieran acabadas en 1769 –año que, junto con el nombre del responsable, aparece inscrito bajo una de las ventanas de la torre–, el resto de los trabajos quedarían finalizados unos años después, en 1773. De los varios trabajadores que participaron en el proyecto, en el libro de fábrica aparecen los nombres de los alarifes96 Manuel de las Heras y Manuel Herreros.
Mientras se llevaban a cabo las obras, y ante lo difícil de encajar lo ya restaurado con el resto de la nave, pues ésta también estaba en mal estado, se opta por reconstruir el resto de la iglesia para poder adaptarla a la cabecera. Esto conllevó que se ensanchara la nave central para acoplarla a la nueva cabecera, “[...] haciéndose de nuevo como lo antecedente a fin de que tenga la amplitud correspondiente para que los vecinos de esta villa cómodamente puedan estar cuando asisten a los oficios y funciones”. En 1781, será el propio Casimiro Cornejo quien planee y diseñe la fachada de los pies, siendo rematado por fin, en 1801, el pórtico nuevo.
Según el mencionado Tomo XV de la obra “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”, “Los registros de obra de fábrica cesan a mediados del siglo XIX, mostrando a partir de entonces tan solo trabajos de albañilería y otras obras menores. El resto de la documentación consiste en inventarios de mobiliario y objetos litúrgicos”; objetos, muchos de ellos, desaparecidos durante la Guerra Civil, momento en que la iglesia también sufriría daños. Acabada la contienda, la Junta de Reconstrucción de Templos Parroquiales, dependiente de la Dirección General de Regiones Devastadas, será la encargada de reparar el edificio religioso, estando al frente del proyecto, en 1945, el arquitecto Javier Barroso.
Cuarenta años después de no ejecutarse ningún trabajo importante en el templo, el Ministerio de Cultura encargaría una restauración que sería dirigida por la arquitecta Amparo Berlinches, unas obras que incidirían en el chapitel97 de la torre y en el pórtico.
Asimismo, entre 1992 y 1995, la Oficina Técnica del Obispado de Alcalá realizará una campaña de rehabilitación del interior del edificio, además de un saneamiento para eliminar y frenar humedades, retejar la cubierta e intervenir de manera urgente en el frontón98 de la fachada Oeste.
En el año 2002, la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid y el Obispado de Alcalá de Henares llevarían a cabo una nueva restauración con el fin de acabar definitivamente con el problema de la humedad dentro del templo, que estaba afectando gravemente el interior de las bóvedas. Además, se instalarían las vidrieras con que cuentan hoy la nave y el crucero (si bien otras fuentes datan su colocación en la restauración anterior, de 1995), realizadas por el pintor segoviano Carlos Muñoz de Pablos, especialista en la creación, restauración y conservación de vidrieras, y director durante veinte años del Patronato de la Fundación del Centro Nacional del Vidrio, las cuales sustituyeron a las antiguas, del maestro Carrión. La cuatro vidrieras laterales aluden a las virtudes de la Virgen y las dos de los laterales del crucero representan a San Lucas y San Juan, mientras que el rosetón99 de la fachada Oeste es una alegoría100 del pecado original y su relación con la pureza de la Virgen María.
Conocida someramente su historia y el devenir de su construcción, pasemos ahora a la descripción de este edificio religioso.
Al exterior, el templo presenta unas trazas de gran sencillez. La cabecera aparece enfatizada con una cornisa volada compuesta de ladrillos moldurados y los dinteles se resuelven con sardineles101 en forma de peineta en los vanos de la Capilla Mayor y de la Capilla del Niño de la Bola, conocida antiguamente “como del Cristo de Rivas “sacristía vieja”” (sic), según el Tomo XV de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, dedicado a la zona Este.
La iglesia cuenta con dos accesos. Uno, lateral, se abre en la fachada del mediodía, a la altura del tercer tramo; éste se halla protegido por un pórtico compuesto por ocho arcos de medio punto102 sustentados por pilares de piedra caliza. El otro, el principal, se encuentra a los pies, abriéndose hacia la Calle Mayor; se trata de un arco de medio punto flanqueado por pilastras pareadas, enmarcado en un alfiz103 y rematado por un frontón triangular partido en su parte inferior por un gran óculo107 que da luz al coro. Tanto la cornisa, como los vanos y la imposta presentan un recercado de piedra caliza, único elemento decorativo de esta fachada; el vértice superior del frontón se corona con una cruz, también de piedra caliza.
Del conjunto, destaca la torre, reconstruida casi totalmente en el siglo XVIII, si bien, como vimos antes, todavía guarda en los cimientos y en el zócalo algunos restos originales. De planta cuadrada, se alza adosada al lado de la Epístola de la cabecera, algo poco frecuente, pues la situación tradicional suele ser a los pies de los templos. Está compuesta por cuatro cuerpos separados entre sí por impostas de piedra caliza, alojando el cuarto el campanario, en el cual se abren arcos de medio punto recercados en piedra y con pilastras pareadas flanqueándolos; la subida hasta el cuerpo de campanas se hace desde el interior de la torre por medio de una escalera de madera cubierta con bovedillas de revoltón108 y tramos sustentados por vigas que se apean directamente en el muro. Esta parte interna de la torre se ilumina gracias a unos pequeños vanos de reminiscencias mudéjares109.
En cuanto a la cubierta exterior de las naves, ésta se resuelve con una armadura de enripiado110 de pequeña escuadría111 hecha a par113 y nudillo115, y sobre la cual se ha instalado el tejado de teja cerámica árabe. Tanto la torre como el crucero se cubren con un chapitel de pizarra coronado por una aguja, una bola y una cruz.
Una vez dentro, nos encontramos con una iglesia de tres naves de igual altura, separadas entre sí por sendas hileras de pilares cruciformes que sostienen arcos de medio punto y divididas transversalmente en cuatro tramos, ocupando el cuarto un nártex116 cerrado por el cual se accede a la nave atravesando una puerta adintelada118 y flanqueada por dos medias pilastras de orden toscano120. La cabecera, orientada al Noreste, es de testero recto. En dos de los tramos de las naves laterales, se abren vanos133 recercados por piedra caliza, los cuales permiten el paso de la luz al interior del templo. Tres gradas nos conducen al Altar Mayor, dotado en su muro testero de un vano que hace de transparente134 al sagrario135, que se integra en el Retablo Mayor. La nave central queda cubierta por medio de una bóveda de cañón136 con lunetos137, mientras que las laterales lo hacen con bóvedas de arista138, estando sostenidas por pilares cruciformes en cuyos lados mayores se adosan pilastras toscanas y que, a la altura del crucero, se decoran mediante un friso de triglifos y gotas.
El presbiterio se cubre con una cúpula gallonada139 sobre pechinas en las que figuran San José, San Pedro, San Joaquín y Santa Ana, todas ellas de Santiago Carrasco. Al exterior, esta cúpula se cierra con un chapitel abierto con una pequeña buhardilla; el conjunto se remata con una linterna y una aguja140.
La Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción fue declarada Monumento Histórico-Artístico en el año 1983 y Bien de Interés Cultural en 1985, contando, además, con una protección integral, al hallarse inscrita en el Catálogo de Bienes Protegidos de las Normas Subsidiarias de Planeamiento Municipal del Ayuntamiento de Ajalvir, de 1991.
Cuenta Ajalvir con dos edificios religiosos más que se han conservado hasta nuestros días, además de la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción.
Menciona Pascual Madoz en su “Diccionario...” (1846) que “Fuera del pueblo en diferentes direcciones se encuentran dos ermitas”. Por su parte, Andrés Marín Pérez, en su “Guía de Madrid y su provincia” (1888-1889), dice que Ajalvir “Conserva además dos ermitas, en cuyas reducidas capillas se celebra con júbilo la festividad de sus titulares”. También Juan Ortega Rubio, en su “Historia de Madrid...” (1921), apunta que “Cerca del pueblo hay dos ermitas”. Como vemos, ninguno de los tres autores da detalle alguno de los templos, omitiendo incluso sus nombres correspondientes. Por su parte, Antonio Cantó Téllez, en su “Guía de la Provincia de Madrid” (1958), cita que “En dirección a Daganzo se encuentra la Ermita de San Roque, sin interés, y la de la Soledad a Poniente en el cementerio, también sin mérito artístico”. En el Tomo XV de la obra “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”, se refiere que “la hoja kilométrica del Instituto Geográfico, levantada en la segunda mitad del siglo XIX, muestra un “camino de la hermita” que coincidiría con el trazado del actual Camino del Calvario que conduce al cementerio” y se concluye que “En todo caso esta ermita se habría construido antes que el cementerio cuyas primeras sepulturas datan de 1906, quedando a partir de entonces insertada en el recinto prestando desde entonces el servicio de capilla”.
De ellas, pues, será la Ermita de la Soledad la que veamos en primer lugar. Situada en el extremo Noroeste del término municipal, dentro del recinto del cementerio, es la construcción más reciente de las dos. Se trata de un templo de planta casi cuadrada, estando hechos sus muros de tapial141 encalado142. El tejado, a cuatro aguas143 de teja árabe curva, cuenta con una cornisa volada realizada con ladrillo en esquinilla y dispuesto a tizón144, siendo ésta la única ornamentación presente en la ermita. La puerta de acceso es un arco carpanel145 carente de cualquier elemento decorativo.
La Ermita de la Soledad se encuentra incluida en el Catálogo de Bienes Protegidos de Ajalvir, de 1991, contando con una protección estructural.
Justo al otro extremo, al Noreste del municipio, hallaremos la Ermita de San Roque. Además de lo ya mencionado en otras fuentes y que vimos al hablar de la Ermita de la Soledad, en las Descripciones del Cardenal Lorenzana, en la segunda respuesta, se menciona que hay dos ermitas nuevas ubicadas extramuros, “[...] cerca más al pueblo la una, de Nuestra Señora de la Misericordia, y la otra del glorioso San Roque”, la primera de ellas, desaparecida y de la cual no se tienen más datos.
Hoy, este pequeño templo se halla incluido dentro del núcleo de población de Ajalvir, aunque a las afueras, alejado de su centro urbano. Su construcción se llevó a cabo en unos terrenos de naturaleza rústica que, antes de la desamortización de Mendizábal, fueron propiedad de la Iglesia y de los cuales se sabe que estaban amojonados146 con unas bolas de granito.
Se trata de un pequeño edificio de planta casi cuadrada, de no más de 54 m2. Sus muros, que se alzan sobre un zócalo de mampostería de piedra, son de ladrillo y tapial, aunque los cajones de este material han sido enlucidos148 y blanqueados en tres de los paramentos, habiendo sido sustituido en la fachada de los pies por mampostería de canto pelado. La puerta de acceso, que se abre en esta fachada, contaba originalmente con un tejadillo sustentado por dos columnas. La cubierta del templo es a cuatro aguas, con teja cerámica curva y rematada en su vértice central por una cruz.
La Ermita de San Roque cuenta con una protección estructural, al hallarse incluida en el Catálogo de Bienes Protegidos del Ayuntamiento de Ajalvir, de 1991.
Como vimos al comienzo de este reportaje, la diversificación económica vivida por Ajalvir y otras poblaciones agrícolas, favorecida por el comercio del trigo y los productos derivados de él, fomentaría, entre otros aspectos, la producción industrial del municipio, si bien ésta continuaría relacionada mayormente con el sector agrario. De este modo, la harina sería de los productos más comercializados de la localidad junto con el pan, que se horneaba en las varias panaderías con que contaba Ajalvir.
Ejemplo de ello es la antigua Fábrica de Harinas “La Mercedes”, localizada aún hoy, aunque en un avanzado estado de deterioro, a la salida de Ajalvir hacia Daganzo. Marín Pérez ya la menciona en su “Guía de Madrid y su provincia”, de 1888-1889, y, además, aparece marcada en el plano parcelario de 1860-70, por lo que su construcción podría datar de, aproximadamente, los años cincuenta del siglo XIX.
El conjunto está compuesto de dos cuerpos que forman una L, siendo de trazas sencillas y muros de ladrillo visto a los que, posteriormente, se le fueron añadiendo elementos que nada tienen que ver con la apariencia neomudéjar original. Los vanos, rectangulares y adintelados, se abren en los paramentos guardando una perfecta simetría. En cuanto a la cubierta original, ésta es a dos aguas con teja curva.
El edificio de la Fábrica de Harinas “La Mercedes” goza de una protección de categoría ambiental, estando incluido en el Catálogo de Bienes Protegidos de Ajalvir, de 1991.
Localización: En la confluencia de la Carretera de Daganzo con la Calle del Fresno. 28864 Ajalvir.
La tradición ganadera y agrícola de Ajalvir conllevó la configuración de un núcleo urbano en el que predominaron las Viviendas rurales junto con sus correspondientes dependencias agropecuarias, si bien en las últimas décadas, con el paulatino abandono de estas actividades, además del auge del sector inmobiliario, es frecuente ver incluso en el casco antiguo casas de esta tipología contiguas a otras de reciente construcción.
Las parcelas en las que se asientan las viviendas rurales no siguen una misma disposición en plano ni guardan unas mismas medidas unas con otras, de modo que, en unos casos, se prolongan hacia la calle paralela, mientras que, en otros, se presentan en paralelo al vial o formando un ángulo de dos calles que se cortan. En el primer y en el último caso, la casa se abre a la calle principal, haciéndolo la dependencia agropecuaria a una vía secundaria.
Dos de los ejemplos más significativos de esta tipología de edificios son la Vivienda rural en Calle Mayor, 1 y la Vivienda rural en Calle Mayor, 2. La primera presenta en sus muros verdugadas149 de ladrillo con cajones150, posiblemente, de mampostería o tapial encalados, algo característico de esta tipología de casas; los huecos, algunos de ellos de notable tamaño, están cerrados con rejería de forja, habiendo sido cegados los vanos que presentaba bajo la cubierta, lugar destinado al sobrado152; el tejado, a dos aguas, es de teja curva, presentando una cornisa volada sostenida por modillones153 de madera. En cuanto a la segunda, ésta podría datarse aproximadamente del siglo XVIII, según el Tomo XV de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, dedicado a la zona Este; su fachada se presenta enfoscada154 y blanqueada, abriéndose en ella la puerta de acceso, dotada de un dintel de madera, y una ventana enrejada; al igual que la anterior, su tejado es a dos aguas, sobresaliendo un alero de madera.
De las Dependencias agropecuarias, las construcciones más sencillas se componen de un corral, mientras que otras edificaciones más complejas son más amplias, según la importancia de la función de la propiedad. Así, en las más significativas, estas zonas auxiliares contaban con su propia entrada independiente de la de la vivienda, consistiendo ésta en un gran portalón por el que pudieran pasar los vehículos de labor. Algunos de estos portalones se han conservado en Ajalvir, incluyendo las puertas de madera originales, con la clavazón156 y el herraje. Un magnífico ejemplo de estos edificios es la Dependencia agropecuaria en Calle San Roque, esquina con Calle Carril.
Localización: Calle San Roque, esquina con Calle Carril. 28864 Ajalvir.
Existe un segundo tipo de casas que podemos denominar como Viviendas urbano-rurales y que, si bien mantienen muchas de las características de la tipología rural, se acercan igualmente, e incluso en mayor medida, a la vivienda urbana, de ahí el nombre dado.
En ellas, los huecos se abren en las fachadas con una distribución más cuidada, siguiendo una simetría ya premeditada. Además, se empiezan a utilizar algunos elementos decorativos, como el recercado en los vanos, realizado con materiales que ejercen un contraste en color y textura con respecto al resto del paramento.
Hay varias viviendas rurales que podrían incluirse en esta otra tipología, al haberse llevado en ellas una serie de modificaciones que las alejarían del tipo puramente rural, como han sido, por ejemplo, las reformas en la disposición de la casa o los cambios en el tamaño de los vanos, algunos de ellos, cegados, como los que se abrían en los sobrados de la bajo cubierta, convertidos ahora en una habitación más de la casa.
Varios son los ejemplos que de este tipo de construcción encontraremos en Ajalvir, de los cuales mostraremos aquí dos de ellos: la Vivienda urbano-rural en Calle Fragua, 17, en la que, además del color de la fachada, podemos ver los recercados a los que nos referíamos antes, en este caso, de piedra y colocados tanto en las ventanas como en la puerta de acceso; y la Vivienda urbano-rural en Calle Mayor, 6, donde los recercados crean una composición ornamental en conjunto con la combinación de colores rojo y blanco de la fachada.
Localización: Calle Fragua, 17 y Calle Mayor, 6. 28864 Ajalvir.
El último tipo de construcciones que veremos será el de las Viviendas urbanas, datadas en su mayoría de la segunda mitad del siglo XIX y de la primera del XX, y de las cuales hay varias repartidas por el casco viejo de Ajalvir. En ellas, las características varían dependiendo del momento en que fueron construidas, así como del gusto y de las posibilidades de sus propietarios; además, algunas de estas casas cuentan en su interior una organización más propia de las viviendas rurales ya que, antaño, pertenecieron a familias dedicadas a la agricultura, mientras que en el exterior ya puede apreciarse una imagen completamente urbana.
De este modo, las fachadas aparecen ya totalmente organizadas, con sus elementos dispuestos siguiendo una simetría y una homogeneidad, y con una correspondencia vertical. Por lo general, las viviendas de este tipo cuentan con dos plantas –aunque las más antiguas tienen una sola altura–, en cuyo caso la línea de los huecos del piso superior suele aparecer enfatizada con algún elemento ornamental o dotada de uno o más balcones con antepechos157 de forja; en cuanto a la planta baja, aquí se abren grandes ventanales verticales protegidos con guardapolvos158 y cerrados, igualmente, con rejerías de forja. Las cubiertas continúan siendo de teja cerámica curva, dispuestas a dos o más aguas y con alero sobre modillones de madera.
Uno de los edificios más antiguos de este tipo que hallamos en Ajalvir es la Vivienda urbana en Calle Mayor, 4, datada en el siglo XVIII, si nos guiamos por la inscripción del año “1792” que aparece en su dintel. Sus muros están construido en ladrillo y tapial, aunque la fachada aparenta haber sido modificada posteriormente. Tal y como explican en el Tomo XV de la obra “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”, “Posiblemente la reutilización de la planta superior como estancia de la vivienda llevó consigo la ampliación de un antiguo hueco de ventilación convirtiéndolo en un balcón al que se le añadió un recercado de ladrillo con motivos de estilo neomudéjar”. De su fachada, destaca la puerta de entrada, recercada con jambas y dintel de cantería, éste con una cruz en el centro; los dinteles de madera de algunos de sus huecos, como el del portón lateral o los de los balcones superiores; y la decoración de azulejos presente bajo el alero del tejado, entre los modillones.
Otra de las características propias de esta tipología de casas es el empleo del estilo neomudéjar en sus fachadas, con el ladrillo como el principal material, tanto constructivo como ornamental, creando con él formas geométricas y/o motivos horizontales con decoración en esquinilla o espiga en las cornisas y líneas de imposta, y formando parte, a sardinel, de los dinteles de las ventanas o los modillones de las cornisas de los tejados.
De un marcado estilo neomudéjar es, por ejemplo, la Vivienda urbana en Calle Mayor, 3, donde el empleo del ladrillo del que hablábamos antes es más que evidente, llamando también la atención en su fachada el balcón superior central y la pronunciada línea de imposta que delimita ambas plantas. Este edificio, además, se halla inscrito en el Catálogo de Bienes Protegidos del Ayuntamiento de Ajalvir, del año 1991, gozando de una protección estructural.
Otra de las muestras de este tipo de edificios es la Vivienda urbana en Calle Señor Cura, 3, antigua casa de la familia Montalvo, donde, a pesar de que la fachada se nos presenta bastante rehabilitada, parece haber mantenido la configuración original y se han conservado el prominente alero del tejado y la llamativa portada de piedra, sobre cuyo sobresaliente dintel se sitúan dos bolas herrerianas en las esquinas y se alza una cruz central.
Localización: Calle Mayor, 3 y 4, y Calle Señor Cura, 3. 28864 Ajalvir.
Lourdes Morales Farfán es Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. ↑
- 1 Alcarria: Terreno alto y, por lo común, raso y de poca hierba. ↑
- 2 Mozárabe: Dicho de una persona: De la población hispánica que, consentida por el derecho islámico como tributaria, vivió en la España musulmana hasta fines del siglo XI conservando su religión cristiana e incluso su organización eclesiástica y judicial. ↑
- 3 Andrés Marín Pérez: Bibliotecario de la Diputación provincial de Madrid y autor, entre otras, de la “Guía de Madrid”, una obra Geográfica-Histórico-Estadística de la provincia de Madrid publicada en los años 1888-1889. ↑
- 4 Alquería: Casa de labor, con finca agrícola, típica del Levante peninsular. // Caserío. ↑
- 5 Cuaternario: Dicho de un período geológico: Segundo de la era cenozoica, que abarca desde hace dos millones de años hasta la actualidad, caracterizado por la aparición de la especie humana y la alternancia de períodos glaciales y templados. ↑
- 6 Canto rodado: Piedra alisada y redondeada a fuerza de rodar impulsada por las aguas. ↑
- 7 Colada: Faja de terreno por donde pueden transitar los ganados para ir de unos a otros pastos, bien en campos libres, adehesados o eriales, bien en los de propiedad particular, después de levantadas las cosechas. ↑
- 8 Sílex: Pedernal. // Variedad de cuarzo, compacto, traslúcido en los bordes y que produce chispas al ser golpeado. ↑
- 9 Pechero: Obligado a pagar o contribuir con pecho10. ↑
- 10 Pecho: Tributo que se pagaba al rey, al señor territorial o a cualquier otra autoridad. ↑
- 11 Relaciones Topográficas de Felipe II: Las “Relaciones Topográficas de los Pueblos de España” (o “Relaciones histórico-geográficas de los pueblos de España”, según otros autores), realizadas por orden de Felipe II, fue una obra estadística con la que el rey pretendía dar una descripción lo más detalladamente posible de todas y cada una de las poblaciones que existían en los reinos bajo su mandato. Está formada por un total de siete tomos (seis para pueblos y ciudades, y uno monográfico para Toledo) y su original se encuentra en la biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Su estructura es la de un cuestionario concreto con interrogantes (o capítulos, como se llama en la obra) que tratan sobre diferentes aspectos (demográficos, sociológicos, estratégicos, geográficos y económicos) de las localidades. Estas preguntas debían ser respondidas por una delegación de hombres viejos, sabios o letrados, dando tanta información de cada municipio como fuera posible. ↑
- 12 Alcalde ordinario: Vecino de un pueblo que ejercía en él jurisdicción ordinaria13. ↑
- 13 Jurisdicción ordinaria: Jurisdicción que procedía del fuero común, en contraposición a la privilegiada. ↑
- 14 Villa: Población que tiene algunos privilegios con que se distingue de las aldeas y lugares. ↑
- 15 Picota: Rollo o columna de piedra o de fábrica, que había a la entrada de algunos lugares, donde se exponían públicamente las cabezas de los ajusticiados, o los reos. ↑
- 16 Chancillería: Chancillería: En la corona de Castilla, cada uno de los dos altos tribunales radicados en Valladolid y Granada. ↑
- 17 Carrasca: Encina, generalmente pequeña, o mata de ella. ↑
- 18 Maraña: Coscoja. // Árbol achaparrado semejante a la encina, en el que con preferencia vive el quermes que produce el coscojo. // Hoja seca de la carrasca o encina. ↑
- 19 Legua: Medida itineraria, variable según los países o regiones, definida por el camino que regularmente se anda en una hora, y que en el antiguo sistema español equivale a 5572,7 m. ↑
- 20 Dehesa: Tierra generalmente acotada y arbolada, por lo común destinada a pastos. ↑
- 21 Boyal: Perteneciente o relativo al ganado vacuno. Aplicado comúnmente a las dehesas o prados comunales donde el vecindario de un pueblo suelta o apacienta sus ganados, aunque estos no sean vacunos. ↑
- 22 Real: Moneda con diverso valor y factura según épocas y lugares. ↑
- 23 Maravedí: Moneda antigua española, efectiva unas veces y otras imaginaria, que tuvo diferentes valores y calificativos. ↑
- 24 Diezmo: Tributo del diez por ciento que sobre el valor de ciertas mercancías recibía el rey. // Contribución que pagaban los fieles a la Iglesia, consistente en la décima parte de sus frutos. ↑
- 25 Fanega: Medida de capacidad para áridos que, según el marco de Castilla, tiene 12 celemines26 y equivale a 55,5 l, pero es muy variable según las diversas regiones de España. // Fanega de tierra: Medida agraria que, según el marco de Castilla, contiene 576 estadales cuadrados29 y equivale a 64,596 áreas31, pero varía según las regiones. ↑
- 26 Celemín: Medida de capacidad para áridos, que tiene 4 cuartillos27 y equivale en Castilla a 4,625 l aproximadamente. // Medida antigua de superficie que en Castilla equivalía a 537 m2 aproximadamente, y era el espacio de terreno que se consideraba necesario para sembrar un celemín de trigo. ↑
- 27 Cuartillo: Medida de capacidad para áridos, cuarta parte de un celemín, equivalente a 1156 ml aproximadamente. // Medida de líquidos, cuarta parte de una azumbre28, equivalente a 504 ml. ↑
- 28 Azumbre: Medida de capacidad para líquidos equivalente a unos dos litros. ↑
- 29 Estadal cuadrado: Medida superficial o agraria que tiene 16 varas30 cuadradas y equivale a 11,226 m2. ↑
- 30 Vara: Medida de longitud que se usaba en distintas regiones de España con valores diferentes, que oscilaban entre 768 y 912 mm. ↑
- 31 Área: Unidad de superficie equivalente a 100 metros cuadrados. (Símbolo a). ↑
- 32 Beneficio curado: Oficio del clero, provisto de una dotación, que tiene por objeto la cura de almas y por el que su titular disponía de autoridad para administrar los sacramentos, tener jurisdicción y gobernar a los fieles de su parroquia. ↑
- 33 Ducado: Moneda de oro que se usó en España hasta fines del siglo XVI, de valor variable. ↑
- 34 Pie de altar: Emolumentos que se dan a los curas y otros ministros eclesiásticos por las funciones que ejercían, además de la congrua35 o renta que tienen por sus prebendas o beneficios. ↑
- 35 Congrua: Renta mínima de un oficio eclesiástico o civil o de una capellanía para poder sostener dignamente a su titular. ↑
- 36 Hijodalgo: Hidalgo. // Persona que por linaje pertenecía al estamento inferior de la nobleza. ↑
- 37 Alcabala: Tributo del tanto por ciento del precio que pagaba al fisco el vendedor en el contrato de compraventa y ambos contratantes en el de permuta. ↑
- 38 Forero: Hombre que pagaba foro39, pecho o tributo. ↑
- 39 Foro: Contrato consensual por el cual alguien cede a otra persona, ordinariamente por tres generaciones, el dominio útil de algo mediante cierto canon o pensión. // Canon o pensión que se paga en virtud de un foro. ↑
- 40 Breve: Documento emitido por el papa y redactado en forma menos solemne que las bulas41. ↑
- 41 Bula: Documento pontificio relativo a materia de fe o de interés general, concesión de gracias o privilegios o asuntos judiciales o administrativos, expedido por la Cancillería Apostólica y autorizado por el sello de su nombre u otro parecido estampado con tinta roja. ↑
- 42 Derecho de tanteo: Dar por algo el mismo precio en que ha sido rematado en favor de otra persona, por la preferencia que concede el derecho en algunos casos, como en el de condominio43. ↑
- 43 Condominio: Dominio de una cosa en común por dos o más personas. ↑
- 44 Lugar de señorío: Lugar que estaba sujeto a un señor particular, a distinción de los realengos45. ↑
- 45 Realengo: Dicho de un pueblo: Que no era de señorío ni de las órdenes. ↑
- 46 Mero imperio: Potestad que residía en el soberano y, por delegación, en ciertos señores o magistrados, para imponer, previo proceso, penas a los delincuentes. ↑
- 47 Mixto imperio: Facultad que residía en el soberano y, por delegación, en algunos señores o jueces para decidir las causas civiles y ejecutar las sentencias. ↑
- 48 Censo de Campoflorido: Censo realizado en 1712, siguiendo las órdenes del Real Consejero de Hacienda, con el fin de distribuir, de forma más justa, las cargas asociadas a la Guerra de Sucesión y que constituyó el primer censo de toda España, excepto País Vasco y Navarra. En 1717, tras la orden dada por el Marqués de Campoflorido de concentrarlo en la Secretaría de Hacienda, bajo su mando, tomó su nombre de Censo de Campoflorido. ↑
- 49 Catastro del Marqués de la Ensenada: Con el nombre de Catastro del Marqués de la Ensenada se conoce un censo de la población y de la riqueza de Castilla (con excepción de las provincias vascas, que no pagaban impuestos) realizado con fines fiscales, entre los años 1749 y 1756, por el ministro de Fernando VI don Zenón de Semovilla y Bengoechea, Marqués de la Ensenada. ↑
- 50 Vecino/Habitante: Como vecino se contabiliza únicamente al cabeza de familia y cada uno de ellos equivale a 4 o 5 habitantes. ↑
- 51 Pobre de solemnidad: Pobre que acudía a pedir limosna en las fiestas solemnes. ↑
- 52 Clero secular: Clero que no hace los votos de pobreza, obediencia y castidad. ↑
- 53 Alcalde mayor: Juez de letras que ejercía la jurisdicción ordinaria en algún pueblo. ↑
- 54 Alcalde de la hermandad: Alcalde que se nombraba cada año en los pueblos para que conociera de los delitos y excesos cometidos en el campo. ↑
- 55 Abacería: Puesto o tienda donde se venden al por menor aceite, vinagre, legumbres secas, bacalao, etc. ↑
- 56 Pie: Medida de longitud usada en muchos países, aunque con varia dimensión. ↑
- 57 Aranzada: Medida agraria de superficie, equivalente en Castilla a 4472 m2 y de valor variable en otras regiones. ↑
- 58 Censo del Conde de Aranda: Censo del Conde de Aranda: El Censo del Conde de Aranda, presidente del Consejo de Castilla, fue encargado entre los años 1768 y 1769 a los obispos que, para ello, recibieron las instrucciones de que, a través de los párrocos de sus respectivas diócesis, recogieran una serie de datos de éstas en un formulario. Así, los datos requeridos eran las circunstancias personales de todos los habitantes adscritos a las diferentes diócesis: edad (hasta 7, 16, 25, 40, 50 y mayores de 50), sexo y estado civil; además, se debía aportar información complementaria sobre el número de exentos en función de su condición: Hidalguía, Real Servicio, Real Hacienda, Cruzada e Inquisición; finalmente, se enumeraban los eclesiásticos y los sirvientes de Iglesia y de Hospitales. Como resultado general se obtuvo la cifra de 9,3 millones de habitantes, si bien se considera que el Censo de Floridablanca59 (posterior al del Conde de Aranda) es más fiable. Sin embargo, es importante destacar que el Censo del Conde de Aranda es considerado el primer censo, debido a que abarca todo el territorio nacional, además de que, por vez primera, se cuentan personas, no vecinos, a pesar de que omiten los de las tierras de Órdenes Militares; asimismo, y también por primera vez, la población es clasificada por sexo y edad. ↑
- 59 Censo de Floridablanca: Censo realizado por el ministro de Carlos III José Moñino y Redondo, Conde de Floridablanca, entre 1786 y 1787, y al que se considera el primer censo de población española realizado con técnicas modernas. En él, se obtuvo información sobre la estructura poblacional conforme a sexo, edad y estado civil, y una ordenación económica de todas las localidades de España. ↑
- 60 Corregimiento: Territorio bajo la jurisdicción de un corregidor61. ↑
- 61 Corregidor: Magistrado que en su territorio ejercía la jurisdicción real con mero y mixto imperio, y conocía de las causas contenciosas y gubernativas, y del castigo de los delitos. // Alcalde que libremente nombraba el rey en algunas poblaciones importantes para presidir el ayuntamiento y ejercer varias funciones gubernativas. ↑
- 62 Descripciones del Cardenal Lorenzana: Cuestionario que constaba de catorce preguntas y que tomaba su nombre del que fuera su promotor, el Cardenal Francisco Antonio de Lorenzana y Butrón (León, 22 de septiembre de 1722 - Roma, 17 de abril de 1804), que las mandó realizar en 1784 para de recabar información de todo tipo sobre la archidiócesis. Dichas preguntas debían ser contestadas por los vicarios, jueces eclesiásticos y curas párrocos del arzobispado. ↑
- 63 Intendencia: Distrito a que se extiende la jurisdicción del intendente64. ↑
- 64 Intendente: Persona que desempeña el cargo de jefe superior económico. ↑
- 65 Acólito: En el catolicismo, seglar que ayuda en el altar y administra la eucaristía como ministro extraordinario. // En el catolicismo, monaguillo que ayuda al sacerdote en la misa y en otros actos litúrgicos. // En el catolicismo, eclesiástico al que se le había conferido la superior de las órdenes menores, y cuyo ministerio en la Iglesia primitiva era servir al altar. ↑
- 66 Ordenado a título de patrimonio: Que en el momento de la ordenación, contaba, independientemente de su condición de religioso, con los medios económicos suficientes para asegurarse unas aceptables condiciones de vida. ↑
- 67 Recuento de Antonio Regàs: Investigación estadística de los 120 municipios que entonces formaban la provincia de Madrid que, entre 1824 y 1825, realizó el ingeniero e inventor Antonio Regàs Borrell i Berenguer. ↑
- 68 Sebastián Miñano: Sebastián Miñano y Bedoya (Becerril de Campos, Palencia, 1779 - Bayona, Francia, 1845) fue, además de escritor, periodista y político, un geógrafo e historiador español, autor del "Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal", una colección de 11 volúmenes publicada entre 1826 y 1829 y que está considerada como la más destacada obra de su tipo hasta la publicación del Diccionario de Madoz69. ↑
- 69 Diccionario de Pascual Madoz: El “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar” es una obra publicada entre los años 1846 y 1850 por Pascual Madoz. Según confiesa el autor, su realización le llevó más de quince años y contó para ello con la labor de veinte corresponsales y más de mil colaboradores. Este Diccionario está formado por 16 volúmenes en los que se describen todas las poblaciones de España, incluyendo en algunos casos su historia. ↑
- 70 Pósito: Institución de carácter municipal y de muy antiguo origen, dedicada a hacer acopio de cereales, principalmente de trigo, y prestarlos en condiciones módicas a los labradores y vecinos durante los meses de escasez. // Edificio destinado a guardar el grano del pósito. ↑
- 71 Desamortización: Desamortizar: Poner en estado de venta los bienes de manos muertas, mediante disposiciones legales. Por medio de varias desamortizaciones, se pusieron a la venta terrenos y otras propiedades de las llamadas “manos muertas” (la Iglesia y las órdenes eclesiásticas), quienes mediante donaciones y testamentos habían llegado a tener una extensión de terreno sólo inferior a las del rey y la aristocracia. Por estas expropiaciones y ventas la Iglesia no recibió nada a cambio. La Desamortización del ministro Mendizábal, llevada a cabo en 1836, fue una de las mayores y obtuvo unos resultados muy alejados de lo que se deseaba: la creación de una clase media en España. Sin embargo, sí fue de gran importancia en la historia de España, al expropiar gran parte de las posesiones eclesiásticas sin recibir la Iglesia, como decimos, nada a cambio. Desgraciadamente, las comisiones municipales encargadas de gestionar los trámites modificaron los lotes de terreno en venta, agrupándolos en grandes partidas que alcanzaban unos precios sólo asumibles por la nobleza y la burguesía adinerada. ↑
- 72 Cayetano Rosell y López: Bibliógrafo, dramaturgo, editor, historiador y traductor español nacido en Aravaca (Madrid) en 1817 y fallecido en Madrid en 1833. Oficial archivero de la Biblioteca Nacional en 1844 y miembro de la Real Academia de la Historia en 1856, que entre muchas otras obras, de ellas algunas comedias y zarzuelas, además de traducciones, escribió en 1865 la “Crónica de la provincia de Madrid”. ↑
- 73 Yunta: Par de bueyes, mulas u otros animales que sirven en la labor del campo o en los acarreos. ↑
- 74 Hectárea: Medida de superficie equivalente a 100 áreas. ↑
- 75 De hecho y de derecho: Distinción jurídico-administrativa entre los habitantes que están empadronados en un población determinada (de derecho) y los que, en el momento de contabilizar un censo, se encuentran en la misma, estén empadronados allí o no (de hecho). ↑
- 76 Juan Ortega Rubio: Historiador español nacido en Puebla de Mula (Murcia) en 1845 y fallecido en Madrid en 1921. Fue catedrático de historia en la Universidad Complutense de Madrid y publicó, entre otras obras, “Los pueblos de la provincia de Valladolid”, en 1895, e “Historia de Madrid y de los pueblos de su provincia”, en 1921. ↑
- 77 Escuela unitaria: Escuela, normalmente situada en el ámbito rural, en el que uno o dos maestros deben de atender a un pequeño número de alumnos, de diferente edad y grado de instrucción, durante toda la etapa de enseñanza primaria. ↑
- 78 Adobe: Masa de barro mezclado a veces con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al aire, que se emplea en la construcción de paredes o muros. ↑
- 79 Enjalbegar: Blanquear las paredes con cal, yeso o tierra blanca. ↑
- 80 Tahona: Molino de harina cuya rueda se mueve con caballería. // Panadería. ↑
- 81 Estafeta: Casa u oficina del correo, donde se entregan las cartas que se envían, y se recogen las que se reciben. ↑
- 82 Ándito: Corredor o andén que exteriormente rodea del todo o en gran parte un edificio. ↑
- 83 Mampostería: Obra hecha con mampuestos84 colocados y ajustados unos con otros sin sujeción a determinado orden de hiladas o tamaños. ↑
- 84 Mampuesto: Piedra sin labrar que se puede colocar en obra con la mano. ↑
- 85 Sillar: Piedra labrada, por lo común en forma de paralelepípedo86 rectángulo, que forma parte de un muro de sillería88. ↑
- 86 Paralelepípedo: Sólido limitado por seis paralelogramos87, cuyas caras opuestas son iguales y paralelas. ↑
- 87 Paralelogramo: Cuadrilátero cuyos lados opuestos son paralelos entre sí. ↑
- 88 Sillería: Fábrica hecha de sillares41 asentados unos sobre otros y en hileras. ↑
- 89 Lado del Evangelio y lado de la Epístola: En una Iglesia, se llama lado del Evangelio al situado en la parte izquierda desde el punto de vista de los fieles, mirando éstos hacia el altar, mientras que el de la Epístola es el de la parte derecha. Toman este nombre de los lados del presbiterio90 desde donde se lee el Evangelio y la Epístola durante la misa. ↑
- 90 Presbiterio: Área del altar mayor hasta el pie de las gradas por donde se sube a él, que regularmente suele estar cercada con una reja o barandilla. ↑
- 91 Linterna: Torre pequeña más alta que ancha y con ventanas, que se pone como remate en algunos edificios y sobre las medias naranjas de las iglesias. ↑
- 92 Mayordomo: Oficial que se nombra en las congregaciones o cofradías para que atienda a los gastos y al cuidado y gobierno de las funciones. ↑
- 93 Pechina: Cada uno de los cuatro triángulos curvilíneos que forman el anillo de la cúpula con los arcos torales94 sobre los que estriba. ↑
- 94 Arco toral: Cada uno de los cuatro en que estriba la media naranja de un edificio. ↑
- 95 Crucero: Espacio en que se cruzan la nave mayor de una iglesia y la que la atraviesa. ↑
- 96 Alarife: Arquitecto o maestro de obras. // Albañil. ↑
- 97 Chapitel: Remate de una torre, generalmente en forma piramidal o cónica. ↑
- 98 Frontón: Remate triangular o curvo de una fachada, un pórtico, una puerta o una ventana. ↑
- 99 Rosetón: Ventana circular calada, con adornos. ↑
- 100 Alegoría: Ficción en virtud de la cual un relato o una imagen representan o significan otra cosa diferente. ↑
- 101 Sardinel: Obra de albañilería hecha con los ladrillos colocados de canto, en posición vertical, adosados por sus caras. ↑
- 102 Arco de medio punto: Arco que consta de una semicircunferencia. ↑
- 103 Alfiz: Recuadro del arco árabe, que envuelve las albanegas104 y arranca bien desde las impostas106, bien desde el suelo. ↑
- 104 Albanega: Espacio triangular comprendido entre la rosca105 de un arco y el alfiz. ↑
- 105 Rosca: Faja de material que, sola o con otras concéntricas, forma un arco o bóveda. ↑
- 106 Imposta: Hilada de sillares algo voladiza, a veces con moldura, sobre la cual va sentado un arco. // Faja saliente de poco volumen, en la fachada de los edificios, que marca el forjado del piso. ↑
- 107 Óculo: Ventana pequeña redonda u ovalada. ↑
- 108 Revoltón: Bovedilla. // Bóveda pequeña que se forja entre viga y viga del techo de una habitación, con piezas cerámicas, hormigón, escayola u otro material. ↑
- 109 Mudéjar: Dicho de un estilo arquitectónico: Que floreció en España desde el siglo XIII hasta el XVI, caracterizado por la conservación de elementos del arte cristiano y el empleo de la ornamentación árabe. ↑
- 110 Ripio: Cascajo o fragmentos de ladrillos, piedras y otros materiales de obra de albañilería desechados o quebrados, que se utiliza para rellenar huecos de paredes o pisos. ↑
- 111 Escuadría: Conjunto de las dos dimensiones de la sección transversal de una pieza de madera que está o ha de ser labrada a escuadra112. ↑
- 112 A escuadra: En forma de escuadra o en ángulo recto. ↑
- 113 Par: Cada uno de los dos maderos que en un cuchillo114 de armadura tienen la inclinación del tejado. ↑
- 114 Cuchillo: Conjunto de piezas de madera o hierro que, colocado verticalmente sobre apoyos, sostiene la cubierta de un edificio o el piso de un puente o una cimbra. ↑
- 115 Nudillo: Zoquete o pedazo corto y grueso de madera, que se empotra en la fábrica para clavar en él algo; como las vigas de techo, marcos de ventana, etc. ↑
- 116 Nártex: Atrio117 o vestíbulo situado a la entrada de las iglesias paleocristianas y bizantinas. ↑
- 117 Atrio: Andén que hay delante de algunos templos y palacios, por lo regular enlosado y más alto que el piso de la calle. ↑
- 118 Dintel: Pieza horizontal superior de puertas, ventanas y otros huecos, apoyada en sus extremos sobre las jambas119 y destinada a soportar cargas. ↑
- 119 Jamba: Cada una de las dos piezas que, dispuestas verticalmente en los dos lados de una puerta o ventana, sostienen el dintel o el arco de ella. ↑
- 120 Orden toscano: Orden que se distingue por ser más sólido y sencillo que el dórico121. ↑
- 121 Orden dórico: Orden que tiene la columna de ocho módulos122 o diámetros a lo más de altura, el capitel125 sencillo y el friso126 adornado con metopas130 y triglifos131. ↑
- 122 Módulo: Medida que se usa para las proporciones de los cuerpos arquitectónicos. En la antigua Roma, era el semidiámetro del fuste123 en su parte inferior. ↑
- 123 Fuste: Parte de la columna que media entre el capitel y la basa124. ↑
- 124 Basa: Asiento sobre el que se pone la columna o la estatua. ↑
- 125 Capitel: Parte superior de una columna o de una pilastra, que la corona con forma de moldura y ornamentación, según el orden arquitectónico a que corresponde. ↑
- 126 Friso: Parte del entablamento127 en los órdenes clásicos que media entre el arquitrabe128 y la cornisa129, en ocasiones ornamentado de triglifos, metopas u otros elementos. ↑
- 127 Entablamento: Conjunto de molduras que corona un edificio o un orden de arquitectura y que ordinariamente se compone de arquitrabe, friso y cornisa. ↑
- 128 Arquitrabe: Parte inferior del entablamento, la cual descansa inmediatamente sobre el capitel de la columna. ↑
- 129 Cornisa: Parte superior del entablamento de un pedestal, edificio o habitación. ↑
- 130 Metopa: En el friso dórico, espacio que media entre triglifo y triglifo. ↑
- 131 Triglifo: Adorno del friso dórico que tiene forma de rectángulo saliente y está surcado por dos glifos132 centrales y medio glifo a cada lado. ↑
- 132 Glifo: Canal vertical poco profundo que decora el frente de los triglifos en los órdenes clásicos. ↑
- 133 Vano: En una estructura de construcción, distancia libre entre dos soportes y, en un puente, espacio libre entre dos pilas o entre dos estribos consecutivos. ↑
- 134 Transparente: Ventana de cristales que ilumina y adorna el fondo de un altar. ↑
- 135 Sagrario: Parte interior del templo, en que se reservan o guardan las cosas sagradas, como las reliquias. // Lugar donde se guarda y deposita a Cristo sacramentado. ↑
- 136 Bóveda de cañón: Bóveda de superficie generalmente semicilíndrica que cubre el espacio comprendido entre dos muros paralelos. ↑
- 137 Luneto: Bovedilla en forma de media luna abierta en la bóveda principal para dar luz a esta. ↑
- 138 Bóveda de arista: Bóveda de aljibe. // Bóveda cuyos dos cañones semicilíndricos se cortan el uno al otro. ↑
- 139 Gallón: Cada uno de los segmentos cóncavos de ciertas bóvedas, rematados en redondo por su extremidad más ancha. ↑
- 140 Aguja: Chapitel estrecho y alto de una torre o del techo de una iglesia. ↑
- 141 Tapial: Pared o trozo de pared que se hace con tierra amasada. ↑
- 142 Encalar: Blanquear con cal algo, principalmente una pared. ↑
- 143 Agua: Vertiente de un tejado. ↑
- 144 A tizón: Dicho de construir: Con la dimensión más larga del ladrillo o piedra colocada perpendicularmente al paramento. ↑
- 145 Arco carpanel: Arco que consta de varias porciones de circunferencia tangentes entre sí y trazadas desde distintos centros. ↑
- 146 Amojonar: Señalar con mojones147 los linderos de una propiedad o de un término jurisdiccional. ↑
- 147 Mojón: Señal permanente que se pone para fijar los linderos de heredades, términos y fronteras. ↑
- 148 Enlucido: Poner una capa de yeso o mezcla a las paredes, techos o fachadas de los edificios. ↑
- 149 Verdugada: Verdugo. // Hilada horizontal, doble o sencilla, de ladrillo en una fábrica de tierra o mampostería. ↑
- 150 Cajón: Cada uno de los espacios en que queda dividida una tapia o pared por los machones151 y verdugadas de material más fuerte. ↑
- 151 Machón: Pilar de fábrica. ↑
- 152 Sobrado: Cada uno de los altos o pisos de una casa. ↑
- 153 Modillón: Miembro voladizo sobre el que se asienta una cornisa o alero, o los extremos de un dintel. ↑
- 154 Enfoscar: Guarnecer con mortero155 un muro. ↑
- 155 Mortero: Conglomerado o masa constituida por arena, conglomerante y agua, que puede contener además algún aditivo. ↑
- 156 Clavazón: Conjunto de clavos puestos en alguna cosa, o preparados para ponerlos. ↑
- 157 Antepecho: Pretil o baranda que se coloca en lugar alto para poder asomarse sin peligro de caer. ↑
- 158 Guardapolvo: Tejadillo voladizo construido sobre un balcón o una ventana, para desviar el agua de lluvia. ↑
LOCALIZACIÓN Y COMUNICACIONES:
AUTOBUS:
INTERURBANOS:
- Línea 215: Torrejón de Ardoz - Paracuellos de Jarama.
- Línea 251: Torrejón de Ardoz - Valdeavero - Alcalá.
- Línea 252: Torrejón de Ardoz - Daganzo - Alcalá.
- Línea 254: Valdeolmos / Fuente el Saz - Alcalá de Henares.
- Línea 256: Madrid (Canillejas) - Daganzo - Valdeavero.
- N204: Madrid (Canillejas) - Paracuellos - Daganzo.
CARRETERAS:
Desde Madrid:
- Por la A-2 > M-113.
- Por la R-2 > M-113.
- Por la M-50 > M-113.
TREN:
METRO:
METRO LIGERO/TRAVÍA:
Los datos de comunicaciones se han tomado, en julio de 2021, de la Guía Turística de Ajalvir, de la web del Consorcio de Transportes de Madrid y de Google Maps.
BIBLIOGRAFIA Y ENLACES EXTERNOS:
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- Ministerio de Cultura y Deporte - Portal de Archivos Españoles; Catastro de Ensenada
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- INE - Alteraciones de los municipios en los Censos de Población desde 1842, Ajalvir
- INE: Instituto Nacional de Estadística - Madrid: Población por municipios y sexo
- Dirección General de Carreteras e Infraestructuras - Carreteras de la Comunidad de Madrid
- Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid - Macromagnitudes económicas - Ajalvir
- NOMECALLES - Nomenclátor oficial y Callejero
- Web oficial de Vetraria Muñoz de Pablos
- Web oficial del Ayuntamiento de Ajalvir.
- Plan General de Ordenación Urbana. Catálogo de Bienes Protegidos
- Diccionario Español de Ingeniería de la Real Academia de Ingeniería
- DRAE