Miércoles, 30 de septiembre de 2015
Introducción
Cuenca, siglo XVII
- Introducción
- Monumentos y puntos de interés
- Personajes de Cuenca del siglo XVII
- Mapa de los Monumentos y puntos de interés
- Más Cuenca
- Monográficos de Cuenca
Si en el siglo XV se habían puesto las bases para que en la siguiente centuria Cuenca experimentase una próspera situación económica, basada casi en su totalidad solamente en la industria textil y la ganadería, que llevó aparejado un importante crecimiento demográfico y urbanístico de la ciudad en el que se articuló la nueva estructura urbana que perduraría prácticamente sin cambios hasta bien entrado el siglo XIX, el siglo XVII traería por desgracia, al igual que para el resto del país, la ruina económica de esta importante ciudad castellana. Así, como podemos leer en el Censo de Tomás González1, Cuenca pasa de 3.095 vecinos pecheros2 en 1591, a 800 en 1646, y a 1.441 en 1694. El canónigo4 de la Catedral Trifón Muñoz y Soliva, en su obra "Historia de la Muy Noble Leal e Impertérrita Ciudad de Cuenca", Tomo II, de 1867, nos dice que en el siglo XVIII, concretamente en 1721, aún quedan 1.485 solares de casas arruinadas.
La caída de la economía conquense está motivada por el hecho de que al tener sólo dos importantes motores económicos, como eran los paños y el ganado, la caída de éstos arrastra consigo a toda Cuenca, una caída que comenzó en el siglo anterior, cuando en 1548, las Cortes de Valladolid prohibieron la venta de paños nacionales al extranjero, a la par que propiciaban la importación de éstos, una medida que causó un gran daño a la industria de textiles castellana. De hecho, ciento cincuenta años después, en 1693, el Concejo de Cuenca enviaba un memorial al rey Carlos II en el que justificaba la caída de la industria de paños conquense por la llegada de trajes y vestidos extranjeros. Miguel Caxa de Leruela (Palomares del Campo, Cuenca, 1562 o 1570 - 1631), Alcalde Mayor Entregador de la Mesta, nos da unas cifras que no pueden aclarar aún más lo que significó la caída de la industria de paños para la economía de la ciudad. Para las cuatrocientas mil arrobas7 de lana que en 1600 se lavaban, de las cuales más de la mitad iban al extranjero (unas doscientas cincuenta mil), en 1631 sólo entraban ocho mil. Estamos hablando de un derrumbe del 98% del negocio, prácticamente la desaparición del mismo y con ello de todos los puestos de trabajo que generaba.
Plaza de la Merced. De izquierda a derecha, Seminario de San Julián, del siglo XVIII, e Iglesia de la Merced y antigua entrada principal al Convento de la Merced, ambos del siglo XVII.
A lo largo del siglo, van desapareciendo algunas antiguas instituciones e industrias, a la par que, modestamente, se van instalando otras nuevas. Éste es el caso de la Casa de la Moneda, que se instala junto al Puente de San Antón en 1661, mientras desaparece la Ceca8, existente en la ciudad desde el siglo XV. En 1679, se crea en el país la Real y General Junta de Comercio, con el fin de, entre otros varios, traer artesanos extranjeros, algo que en Cuenca significó la llegada en 1686 de Hurbert Marechal de Hainault, originario de los Países Bajos, que instaló varias fábricas de lanería en la ciudad y sin duda con éxito, ya que cinco años después, Marechal tenía diez telares que siguió aumentando hasta dieciocho al año siguiente y llegar a totalizar veintidós al llegar el fin de siglo. Esta medida fue un pequeño revulsivo para la ciudad y propició la creación de otros telares, contabilizándose hasta treinta y dos en 1697 y cincuenta y uno en 1700.
Otra desgracia ocurrida durante el siglo XVII fue el incendio de 1633 que quemó la tercera parte de la ciudad. Pero no todo son tristezas en esta época, como las dos ocasiones en que Cuenca fue visitada por los reyes, con todo lo que ello lleva consigo. En 1604, es Felipe III quien entra en ella, siendo recibido jubilosamente por una ciudad que para tan importante ocasión había dispuesto de sus mejores galas y ofrecido al rey cuanto tenía, celebrándose una corrida de seis toros y unos juegos de caña en los que participaron tanto la nobleza local como la procedente de la Corte. En 1642, es Felipe IV quien pasa por la ciudad camino de la guerra que se libraba en Aragón y de la invasión francesa de Cataluña, permaneciendo en ella casi un mes (entre el 28 de mayo y el 25 de junio) y librándose la corrida de toros esta vez sobre una plaza armada sobre el río Júcar que se situó frente a la Fuente del Abanico, en el Recreo Peral.
Veamos ahora las construcciones levantadas en Cuenca en aquella época y que permanecen en pie aún en nuestros días.
Monumentos y puntos de interés ▲
En las inmediaciones del Castillo, encontramos el Convento de Carmelitas Descalzas de San José, cuyo origen hay que buscarlo en Huete (Cuenca), lugar en el que fue fundado el 3 de abril de 1588 por Isabel Coello de Guzmán, de la familia de los Condes de la Ventosa (diez años después se convertiría en priora), y al que acudieron Ana de la Cruz y Mariana de Jesús, del Convento de Burgos; Águeda de San José y Catalina de Santa Cruz, desde el de Toledo; y Ana de San Antonio, desde el Convento de Salamanca.
Será en 1603 cuando se trasladen a Cuenca, instalándose primero en una casa que les cedió Don Diego del Castillo, canónigo de la Catedral. Cinco años después, Don Sebastián de Covarrubias, también canónigo y autor del primer diccionario de lengua castellana, les cedería la huerta y el jardín de su casa, donde se irían el 22 de junio de 1608. Tras la muerte de Covarrubias, acaecida en 1622, heredaría su casa su sobrino, Fernando Ruiz de Alarcón, quien se la vendería a las monjas por 965.000 maravedíes9. Será en ese momento cuando se emprendan una serie de obras de remodelación que llevarían más tiempo del previsto, además de conllevar varios problemas, siendo el más importante el hecho de que apenas existía solar, pues se hallaban instaladas en la vertical de la Hoz del Huécar, por lo que habría que elevar un gran arco entre las rocas que hiciera de base sólida, algo que, lógicamente, encareció notablemente el coste de las obras; el trabajo pudo ser finalmente costeado gracias a las limosnas y a la generosidad de los devotos, como fue el caso de Don Jerónimo de Aguilar, quien donó 4.000 ducados10, y del propio rey Felipe IV, que en 1642, y aprovechando su estancia en Cuenca, dio otros 3.000, pudiendo dar por terminadas por fin las obras.
De este modo, en 1624 y con el maestro de cantería Juan de Celaya al frente, se elevaron las paredes de la fachada principal para que éstas fueran iguales a las ya existentes, utilizando para ello el mismo material, sillares11 y mampuestos12, y dándoles el mismo grosor, dos pies13 y cuatro dedos14, además de hacer las nuevas ventanas, iguales a las que ya había. Casi treinta años después, en 1651, Pedro García, maestro de carpintería y albañilería, construiría en la hospedería de las monjas cuatro celdas pequeñas, y realizaría una serie de trabajos en la cocina y el locutorio de la casa de la demandera, mientras que el albañil Antonio Velasco hacía la cocina y el refectorio15 de las monjas, además de la escalera principal del convento y un corredor cerrado con ventanas a la Hoz del Huécar. De todo ello, queda el antiguo patio de una de las casas, hoy claustro, datado de finales del siglo XVI, de dos plantas con columnas toscanas16 y zapatas30 en la planta inferior.
La Iglesia sería bendecida el 3 de abril de 1646 por Don Enrique Pimentel, obispo de la diócesis. El templo, con un diseño atribuido a Francisco de Mora y que en la actualidad guarda una configuración bastante cercana a la a la original, es de una sola nave y se cubre con una bóveda de medio cañón33 con lunetos34 y cúpula, las pinturas del altar mayor eran obra de Antonio Pereda, y el coro está separado de la clausura con un muro con rejas que perdió la decoración, como el altar mayor, durante la Guerra Civil, período durante el cual el convento sirvió de cárcel. En el exterior, la portada es un arco de medio punto35 que se enmarca entre pilastras; cuenta en su parte superior con una hornacina que alberga una figura de San José con el Niño, que está rematada por un frontón36 curvo y que tiene a ambos lados sendas pirámides con bolas.
Las carmelitas descalzas estuvieron en este convento hasta 1978, año en que vendieron el conjunto a la Diputación Provincial, trasladándose en 1983 a un inmueble de nueva construcción junto al Camino de Nohales. Así, fue transformado para acoger la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el Vicerrectorado de la Universidad de Castilla-La Mancha hasta que ésta se trasladó a un edificio propio. En la actualidad, y desde 1998, aquí podemos visitar las salas de exposiciones de la Fundación Antonio Pérez, además del Museo de Electrografía de Cuenca.
Localización: Calle de Julián Romero, 20. 16001 Cuenca.
Bajando por la Calle de San Pedro, una pequeña travesía nos lleva directos al antiguo Colegio de San José, o Colegio de Infantes de Coro de la Catedral, creado en el siglo XVII por el licenciado Don Diego Mazo de la Vega, canónigo y arcipreste de la Catedral de Cuenca, con el fin de acoger en él a los infantes de coro de este templo. Dependiendo directamente del cabildo catedralicio, abrió sus puertas el 17 de marzo de 1668, habiendo ya fallecido su fundador. Para poder acceder a él, los niños, no más de doce, debían contar con entre 8 y 12 años de edad, ser hijos de cristianos viejos y tener una voz de tiple37, algo esto último que se encargaba de examinar el Maestro de Capilla con un examen que realizaba ante los canónigos; la estancia en el colegio era gratuita, permaneciendo en él hasta cinco años, durante los cuales estudiaban, sobre todo, música y gramática; asimismo, en ese período estaban al servicio de la Catedral, participando en los actos solemnes que en ella tenían lugar, momento en el que se vestían con túnicas y mantos de color rojo con el cuello blanco, y un bonete38 también rojo.
Don Diego quería que el colegio estuviera en la mejor casa que hubiera en la Calle de San Pedro y que, principalmente, se hallara lo más cerca posible de la Catedral para que acudieran a los actos de culto con la mayor puntualidad. Como vemos, no pudo ser en la Calle de San Pedro, pero sí en las inmediaciones y a pocos metros de la Santa Iglesia.
Así pues, la casa en la que se instaló la institución deja ver dos plantas en la fachada principal y cinco en la trasera, pues cuenta con tres sótanos, y se cree que quizás se trataba de un edificio medieval que fue reformado para poder adaptarse a las necesidades del colegio. En su interior, tal y como dispuso su fundador, se crearon seis aposentos, o piezas, que estarían juntos y en los que dormirían los niños de dos en dos; además, en cada habitación se instalaría un bufete39 de pino con dos asientos de la misma madera y un candil40. Asimismo, disponían de un jardín que daba a la hoz del Huécar.
En la fachada principal se abre la portada, formada por dos cuerpos. El inferior, cuenta con una gran molduración, pero lamentablemente muy deteriorada, y un imponente dintel. El superior es una hornacina que, entre pilastras adosadas, acoge una imagen de San José con el Niño a cuya izquierda tiene, según algunos autores, el escudo del fundador, mientras que a la derecha puede que contara con otro blasón, por desgracia desaparecido. El conjunto queda rematado por un frontón partido adornado con bolas.
Tras sufrir la desamortización de Mendizábal41, el Colegio de San José y sus propiedades pasaron a manos del Estado, pero la falta de recursos hizo que en el año 1931 esta institución desapareciera, trasladándose los infantes al seminario y dejando de oírse sus voces en la Catedral ya de manera definitiva en torno a 1960. En 1950, el edificio sería adquirido por Fidel García Berlanga, hermano del conocido cineasta Luis García Berlanga, remodelándose así el inmueble y pasando a ser, desde 1953, un establecimiento hotelero al que acudirían importantes miembros de la cultura. Tras cerrar, años después, el 28 de marzo de 1983, volvería a abrir sus puertas de la mano de Jennifer Morter y Antonio Cortinas bajo el nombre de Posada de San José, actividad que continúa desarrollando en la actualidad.
Como curiosidad, se cuenta que el pintor Diego Velázquez pasó temporadas en el antiguo edificio, desde el que contemplaba las vistas de la hoz del Huécar, pues antes de ser colegio, la construcción primitiva había sido propiedad de la familia Martínez del Mazo, uno de cuyos hijos, Juan Bautista, padre del fundador del colegio, destacaba de manera notable en la pintura; por ello, se trasladaron a Madrid, donde entró en contacto con Velázquez, incorporándose así a su taller y llegando a casarse con una de las hijas del maestro, además de convertirse, tras su muerte, en su sucesor como pintor de Cámara.
El 6 de abril de 2005, el edificio fue incoado para su declaración como Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.
Localización: Calle de Julián Romero, 4. 16001 Cuenca.
Nos dirigiremos ya al antiguo Convento de la Merced. El origen de la historia de los Mercedarios Calzados en Cuenca, que es la que nos ocupa ahora, hay que buscarlo un siglo antes del que en este reportaje tratamos, es decir, en el XVI, pues fue entonces cuando se establecieron extramuros de la ciudad, en una zona que se conoce como la Fuensanta, quizás utilizando una construcción previa, probablemente una ermita, que adaptarían a sus necesidades. De su existencia da cuentas Anton Van Den Wyngaerde, quien en 1565 realiza un dibujo con una vista de Cuenca en el que se puede ver el convento, que se muestra como varias edificaciones realizadas en distintos momentos, sin una traza general, y compuesto por una Iglesia de tres naves con una torre de planta cuadrada en la cabecera y con las dependencias del convento a su alrededor.
Varias fueron las obras que se llevaron a cabo, siendo las más importantes a finales del siglo XVI: Don Sancho de Jaraba, cuya familia fundó el convento, remodelará la capilla mayor de la Iglesia en 1591, lugar en el estaban enterrados sus parientes; y cinco años después, en 1596, y por iniciativa del comendador42 Don Diego Arias de Jaraba, se levantaría una crujía44 de la mano del maestro de cantería Juan de la Sierra y de los maestros de carpintería Diego Gil, Francisco Pinarejo y Cristóbal de Valera, en la que se pondría la portada principal.
A mediados del siglo XVII, los frailes deciden abandonar su convento para trasladarse al núcleo urbano. La crisis económica de entonces había hecho que la población disminuyese y que hubiera un buen número de casas abandonadas y en estado de ruina, por lo que no les sería difícil hallar suelo en el que edificar. Sin embargo, esta misma crisis también afectaba a los religiosos, pues sus escasos medios les impedía encontrar un solar y levantar un edificio de nueva planta. Es en ese momento cuando hace su aparición la familia Hurtado de Mendoza, Marqueses de Cañete y Guardas Mayores de Cuenca, que decide cederles su palacio. De ese modo, en 1648 los mercedarios hacen su tan deseado traslado, finalmente a un edificio noble del siglo XVI que derribarían casi entero; éste era de planta cuadrada y contaba con un patio central, mientras que en cada ángulo tenía una torre rematada por un chapitel, una de las cuales aún puede verse hoy embebida en la construcción actual. Cabe mencionar que era una de las pocas casas a las que en aquella época llegaba el agua.
La adecuación del palacio no parece que tuvo mayor complicación, no ocurriendo lo mismo con la Iglesia, que a finales del siglo XVII todavía no estaba terminada y para cuyas obras unos frailes con escasos recursos tuvieron que pedir ayuda al cabildo catedralicio. La irregularidad del terreno hace que el templo se haya levantado sobre una cripta. Éste es de una sola nave y tiene el crucero muy poco marcado en su planta, además de contar con nichos45 poco pronunciados entre los contrafuertes46; una bóveda de medio cañón con lunetos y reforzada con arcos fajones47 cubre la Iglesia, arcos que no llegan al suelo en la zona del coro (éste en alto a los pies) debido a que ahí se situaba la sillería de los frailes; una cúpula elíptica con decoración de formas geométricas cierra el crucero, contando éste con un balcón de base muy ornamentada al que se accede a través del claustro alto. En el exterior, la fachada del templo es de estilo manierista48. En el primer cuerpo, se abre la portada, un arco de medio punto que se enmarca entre dos pares de pilastras cajeadas49 que acogen una hornacina a ambos lados sobre las que se colocan sendos frontones triangulares de pequeño tamaño. En el segundo cuerpo, destaca el escudo de los Marqueses de Cañete, patronos del convento, que se sitúa entre tres hornacinas, dos a los lados, entre pares de pilastras cajeadas como las anteriores, y una central; bolas y frontones triangulares hacen de remates. Dos ventanas a mitad de este segundo cuerpo dan iluminación al interior de la Iglesia. Se desconoce con exactitud el autor de esta obra, pues no se tiene ninguna constancia documental sobre él; sin embargo, algunos autores apuntan la posibilidad de que se pueda relacionar con ello al religioso mercedario fray Domingo Ruiz, maestro mayor de obras del Obispado de Cuenca durante los últimos años del siglo XVII.
Terminada la Iglesia, surgió la necesidad de ampliar el convento, pues se precisaba un mayor número de celdas ante el aumento de religiosos (29 en el siglo XVIII, frente a las 15 previstas en la primera construcción). Además, pensaban crear una biblioteca, una cocina y otras estancias para el funcionamiento del convento. Dicha ampliación sólo podía hacerse hacia el Norte, lugar en el que había una casa, también de los Marqueses de Cañete, que estaba en alquiler. Esta vivienda, de tres pisos y con fachada abierta a la Plaza Mayor, fue finalmente adquirida por los mercedarios el 3 de octubre de 1739, momento a partir del cual ya podrían realizar las obras necesarias.
Así, la casa conventual tiene ordenadas sus dependencias en torno a un claustro levantado en el siglo XVII en el lugar que antes ocupó el patio del palacio; es de planta cuadrada y algo irregular, cerrado y cuenta con dos alturas. Asimismo, se han conservado los muros del siglo XVI, realizados en mampostería y terminados con una cornisa de tejas; en el muro del lateral Este, sólo se abre una ventana cerrada con una reja de forja también del XVI. Por su parte, la fachada de la casa que compraron en 1739 para la ampliación fue reordenada para hacer más simétricos los huecos, convirtiéndose entonces en la principal del convento.
Antigua entrada principal del Convento de la Merced, actual entrada al Convento de las Esclavas del Santísimo Sacramento.
La portada del muro Este (principal en el siglo XVII) daba paso a un zaguán que llevaba a la escalera principal, que se cierra con una cúpula. Es una portada muy sencilla sobre cuya entrada, y de un cuerpo plano, sobresale el escudo del Marqués de Cañete, todo ello coronado con un frontón triangular y ornamentado con bolas y dados50, así como con sendos flameros51 en los que, en vez de poner bolas sobre los roleos52, se colocaron unas máscaras de mujer y hombre, respectivamente. A ambos lados del cuerpo superior, se abren dos ventanas bajo los escudos de los mercedarios.
El siglo XIX no fue muy próspero para el convento, pues durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), sufrió graves daños, y la desamortización de Mendizábal hizo que los frailes tuvieran que abandonar la que era su casa. A finales de siglo, el Ayuntamiento era el propietario del convento y pretendía instalar en él un museo con los fondos recogidos por la Comisión de Monumentos Históricos en 1882 (unos cien lienzos, diez tablas y algunas esculturas cedidas por escultores conquenses), algo que no se llegó a llevar a cabo; sí que llegó a acoger años antes, en 1844, el Instituto de Cuenca para la enseñanza, el primero que tuvo la ciudad, creado por Real Orden el 5 de octubre de ese mismo año e inaugurado el 3 de diciembre.
Antigua fachada Norte del Convento de la Merced, actual Iglesia del Convento de las Esclavas del Santísimo Sacramento.
En 1924, se le entregó al Obispado de Cuenca a cambio de que éste diera al consistorio las Casas Colgadas. Fue después de ese momento, y tras permanecer un tiempo cerrado, cuando el conjunto conventual volverá a tener un uso religioso, pues sería ocupado por las religiosas Esclavas del Santísimo Sacramento y María Inmaculada, conociéndose el convento en la actualidad como de las Esclavas, pues aún continúan en él, teniendo el acceso al templo por la Calle Alfonso VIII, frente a la Plaza Mayor. Por su parte, la que fuera su Iglesia formaría parte del Seminario de San Julián, siendo ahora salón del Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, situado en esta misma plaza.
En el año 2003, el que fuera Convento de la Merced fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.
Localización: Plaza de la Merced, 4 y 5, y Calle Alfonso VIII, 4. 16001 Cuenca.
Antiguo Asilo de Ancianos Desamparados, en la actualidad sede del Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha. Siglo XVII.
En la misma plaza y frente al Convento de la Merced y el Seminario, encontramos el edificio en el que estuvo instalado el antiguo Asilo de Ancianos Desamparados hasta que esta institución se trasladó a un edificio de nueva construcción en las afueras de la ciudad. El solar sobre el que se levantó fue propiedad, como el del convento, de los Marqueses de Cañete, siendo construido en mampostería. Cuando los ancianos dejaron este lugar, las dependencias del asilo fueron repartidas como estudios para diferentes artesanos y artistas locales hasta que con el tiempo quedaron en desuso.
En la actualidad, en él podremos visitar el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, así como un Planetario, contando en total con una superficie de unos seis mil metros cuadrados y siendo inaugurado el 15 de enero de 1999.
Sobre la primitiva portada de acceso, hoy cegada, aún podemos leer la inscripción que nos recuerda la función que cumplía el edificio: "Casa Asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados".
Localización: Plaza de la Merced, 1. 16001 Cuenca.
En la Calle Alfonso VIII, se halla la Casa-Palacio de los Clemente de Aróstegui, perteneciente a esta noble familia procedente de la localidad conquense de Villanueva de la Jara y de entre quienes destacó Alfonso Clemente de Aróstegui, canónigo de la Catedral de Cuenca y catedrático del Colegio de San Ildefonso de Madrid, entre otros cargos ya desempeñados en Roma, y su hermano Pedro, tesorero de la Catedral de Toledo, provisor61 de dicha diócesis y obispo de Larisa y Osma.
Levantada en el siglo XVII, es de planta irregular, contando con tres alturas en su fachada principal (Calle Alfonso VIII), de gran extensión; ésta conserva su carácter sólido y austero, pues salvo los balcones que en ella se abren, cuatro en la planta superior y cuatro en la segunda, las tres ventanas de la inferior, y la puerta de entrada, los únicos elementos ornamentales que podemos contemplar son los dos escudos nobiliarios que flanquean el balcón que se encuentra sobre la portada.
La fachada que queda en la parte trasera (Calle de Santa Catalina y hoz del Huécar), con balcones y disposición irregular de ventanas, muestra cinco plantas, dos de ellas de galería en uno de los cuerpos del edificio.
En lo que concierne a su interior, la casa está distribuida con una escalera, quedando coronada con una linterna62 octogonal que asienta sobre pechinas63 y contando con decoración de estilo rococó65 con elementos que representan flores y ángeles.
El 23 de septiembre de 2003, la Casa-Palacio de los Clemente de Aróstegui fue incoada para su declaración como Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.
Localización: Calle Alfonso VIII, 87. 16001 Cuenca.
La Iglesia de El Salvador se construyó inicialmente en la Baja Edad Media66 durante la expansión de la ciudad por su zona, una ampliación que continuaría en el siglo XVI, como puede observarse en el hecho de que al llegar entonces el suministro de agua a la ciudad, se instaló una fuente junto puerta de San Salvador. Es en el XVI cuando se realizaron diversas modificaciones y mejoras en la antigua Iglesia gótica, destacando las intervenciones llevadas a cabo en la Capilla Mayor y la Sacristía por maestros de la talla de Martín de Mendizábal "el Viejo", Pedro de la Vaca, Pedro de la Viña y Toribio de la Haza. Igualmente, en este siglo se recreció la altura de los muros y se levantaron capillas que se situaron entre los contrafuertes de la única nave de que consta el templo, a ambos lados de la misma, y de las que sabemos quiénes fueron algunos de sus propietarios; el Cabildo de la Virgen de la Soledad, el regidor67 Alonso de Luna, Isabel de Moya, Juan del Collado, o los Justinianos. No hay que olvidar la labor en esta misma centuria del carpintero Diego Gil, a quien se deben la nueva techumbre de madera para la Capilla Mayor y las cubiertas de la Sacristía y de dos de las nuevas capillas.
No obstante, a pesar de la mayor antigüedad del templo y de las obras antes mencionadas, es en el siglo siguiente, en el XVII, particularmente en 1656, cuando se lleva a cabo la obra de mayor calado del edificio, al colocar sobre los altos muros una nueva cubierta formada por una bóveda de cañón de piedra toba68 atravesada por lunetos y con arcos fajones que, apoyados sobre pilastras, le sirven de refuerzo. El dibujo de esta cubierta, realizado por el maestro de obras del Obispado Juan del Pontón, se conserva actualmente en el Archivo Histórico Provincial de Cuenca. Otro importante elemento construido también en este siglo es la portada principal de la Iglesia, formada por un arco de medio punto enmarcado entre pilastras y cubierto por un frontón triangular con bolas en sus extremos, al que rompe una hornacina con la imagen del Salvador. Esta hornacina repite en parte la composición inferior al estar formada también por un arco de medio punto entre pilastras, aunque en este caso el cornisamento carece de frontón, estando finalizado con tres bolas en las que resalta la mayor altura y tamaño de la central. Es de destacar que junto a esta portada se encuentra cegada parte de otra ojival69 gótica, presumiblemente la anterior, de la que se han conservado, en su lado izquierdo, dos de las columnas con capiteles de sus arquivoltas71. En el interior de la Iglesia, a pesar de las diversas reformas y de los graves destrozos y pérdidas sucedidos durante la Guerra Civil Española (1936-1939) (y quizás también en otros conflictos bélicos anteriores, como la Guerra de la Independencia o las Guerras Carlistas), han quedado las reminiscencias barrocas de la ornamentación que en su momento tuvo.
En el siglo XVIII, se reconstruye la Capilla del Santo Sepulcro, perteneciente al Cabildo de la Orden del Santo Sepulcro y en la que hasta no hace demasiado tiempo se les armaba caballeros. La capilla está rematada por una linterna y en su decoración se mezclan los motivos geométricos con los vegetales.
En el siglo XIX, ante el mal estado de la torre, que amenazaba con desplomarse, los fieles y vecinos de San Salvador demandaron su reparación, por lo que en 1863 se proyectó un ambicioso plan de obras, quizás por ser entonces la Iglesia principal de la ciudad, en el que se establecía el derribo de la torre y su traslado hasta la cabecera del templo. Este plan, fruto del arquitecto diocesano Juan José Trigueros, establecía también otras importantes actuaciones, como la de mejorar el aspecto interior de la Iglesia, o la de llevar la portada principal hasta el lateral Oeste y dotarla de un aspecto más monumental.
Sin embargo, no es hasta el siglo XX, en 1903, cuando se decide a llevar a cabo las obras, aunque con unas pretensiones más modestas, reduciéndose las mismas al coro de la Iglesia y al traslado de la torre. El autor de este nuevo diseño fue Luis López de Arce, quien ejecutó su tarea muy rápidamente, estando acabada la nueva torre, construida en piedra y ladrillo, y de unas dimensiones más bien reducidas, para 1905. De entre su carácter ecléctico, se puede observar un predominio de las formas neogóticas con algunos detalles mudéjares73.
El 16 de julio de 2002 es declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, según el Decreto 101/2002 de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Localización: Plaza del Salvador, s/n. 16001 Cuenca.
Es en el siglo XVI, particularmente en el año 1578, cuando al morir el arcediano74 de Alarcón y canónigo de la Catedral de Cuenca Don Marcos de Parada y Vidaurre, éste deja a la comunidad franciscana la casa y la huerta que tenía junto a la Hoz del Júcar. Ahí, junto a la Ermita de la Virgen de las Angustias, es donde se levantará el Convento de los Descalzos, o Convento de la Comunidad de Franciscanos Descalzos de San Pedro de Alcántara, o Convento de San Lorenzo Mártir, al ser ésta la advocación de su pequeña Iglesia conventual. Para llegar hasta él, hay que hacerlo por la Bajada de las Angustias, una escalera excavada en la roca, y cruzar el Portillo de los Descalzos, una apertura horadada en la roca, obras ambas realizadas durante el siglo XVIII por el notable arquitecto José Martín de Aldehuela (Manzanera, Teruel, 1729 - Málaga, 1802).
Pocos años después del anterior legado, el abad76 de la Sey, igualmente canónigo de la Catedral conquense y futuro arzobispo de Monreale, en Sicilia, Don Jerónimo Venero y Leyva, apoya financieramente la construcción de la Iglesia, ya que desea ser enterrado en la misma, contratando además el 2 de mayo de 1610 al carpintero y albañil Diego López para que se encargara de realizar la yesería del templo. Otros trabajos de los que hay pruebas fehacientes son los que efectuaron en el convento el 12 de agosto de 1779 los arquitectos Lorenzo Santa María y Fernando López. De todas estas obras, surgió una Iglesia pequeña, como suelen serlo las de esta Orden, de una única nave y con un crucero muy poco pronunciado cubierto por una cúpula. El interior del templo tenía el suelo formado por ladrillo, yeso y almagre77, los muros estaban enlucidos78 y rematados por un cornisamento que los recorría y hasta el que llegaban las diferentes pilastras con que contaba. Tras la Desamortización de Mendizábal de 1836, los monjes deben abandonar el convento y éste comienza su deterioro hasta llegar a la situación actual, en que sólo queda una parte de las dependencias conventuales que a mediados del pasado siglo XX, antes de pasar a manos privadas como se encuentra hoy día, utilizaba el Cardenal Segura como residencia de verano, por lo que también es conocido como Palacio del Cardenal Segura.
En la actualidad, se conservan las puertas de entrada al convento y la portada de la Iglesia, que podemos ver a izquierda y derecha respectivamente en la fotografía, en la que también mostramos la cruz de la que hablaremos más adelante. La puerta del convento está adintelada79 en piedra almohadillada80 bajo una hornacina, ya sin imagen, del mismo material y coronada por una cruz. La portada de la Iglesia está igualmente adintelada en piedra almohadillada, contando con un falso dintel situado bajo un arco de medio punto que, exteriormente, tiene la rosca82 recorrida por una moldura mixtilínea83 que sustenta sendos dados con pináculos84 en sus extremos.
La Cruz del Convento, como así se conoce a la cruz de piedra situada frente a la anterior portada, tiene varias leyendas, de las que relataremos dos de ellas. La primera nos habla de cómo su construcción se debe al arrepentimiento de un apóstata85, el artista Giralte del Flugo, que una noche tormentosa, tras encontrarse vagando, llegó hasta las puertas del convento, y dado que no quiso buscar socorro en él, escogió pasar la noche bajo uno de los grandes álamos con que contaba su atrio87, con tan mala suerte que el árbol fue derribado por un rayo y lesionó a Giralte. Recogido y cuidado por los monjes, en su deambular por el interior del convento descubrió la imagen de la Virgen de las Angustias con su hijo, una escena que le recordó a su mujer e hijos, tristemente fallecidos durante la construcción de una Iglesia, hecho que motivó su apostasía, al igual que la visión de tan venerada imagen logró que la fe volviera en él y que como muestra de arrepentimiento y agradecimiento construyera tan bella cruz. La otra leyenda, datada más recientemente que la anterior, aproximadamente en el siglo XVIII, nos cuenta cómo un joven de gran afición a las aventuras galantes conoció a una joven de nombre Diana, un nombre pagano entonces, con la que tuvo unos amores que se podrían llamar escandalosos para la época y que tras ser sorprendidos ambos por una noche igualmente tormentosa y levantar en brazos, en busca de refugio, a la joven con los vestidos mojados, descubrió que sus piernas terminaban en pezuñas de cabra, con lo que se dio cuenta de que su compañera de amores había sido en realidad el demonio. Abrazándose a la cruz, asustado, pidió perdón a Dios por sus pecados, rogándole que le protegiera del diablo, ante lo cual la bella joven desapareció y quedó en la cruz grabada la mano del arrepentido pecador como señal de que había sido perdonado.
Localización: Bajada de las Angustias, s/n. 16001 Cuenca.
La Ermita de la Virgen de las Angustias, situada junto a la Hoz del Júcar y a la que se llega igualmente mediante la Bajada de las Angustias, tras dejar atrás los casi colindantes restos del Convento de los Franciscanos Descalzos, es uno de los lugares de mayor veneración de los conquenses, los cuales le han venido rindiendo culto a la Virgen de las Angustias, co-patrona de la ciudad, desde la época medieval. Aunque no se sabe con exactitud la fecha en que comenzó dicho fervor religioso, sí se cree que ya en el siglo XIV existía en el lugar una pequeña ermita a los que los fieles acudían en peregrinación y que, según algunas fuentes, podía tener el nombre de Nuestra Señora de los Dolores.
Ésta situación de libre acceso al lugar cambió con la llegada y construcción del Convento de los Descalzos, a finales del siglo XVI, al quedar la ermita situada dentro de los límites conventuales y ser éste de clausura, lo que hacía más difícil continuar con el culto a la Virgen. Los monjes descalzos intentaron solventar dicho inconveniente situando una pequeña imagen junto a la puerta del convento, algo que no convención a los habitantes de Cuenca, quienes insistieron en poder acceder hasta el templo original, lo cual se solucionó construyendo uno nuevo en las cercanías del antiguo y colocando ahí la antigua imagen.
Una vez levantado el nuevo edificio, éste resultó enseguida pequeño ante la gran veneración que despertaba la antigua imagen, por lo que a finales del siglo XVII se decidió edificar otro mayor, el actual. Las obras del este nuevo templo y del acceso al mismo a través de una escalera perforada en la roca, obra ésta, al igual que la portada, del arquitecto José Martín de Aldehuela, finalizaron en 1756, siendo a destacar el año 1711 como fecha en la que la antigua imagen se sustituyó por una nueva escultura.
Aunque es un lugar en el que siempre, a través de todos estos siglos, puede haber alguien que acuda hasta él en sentida devoción, es el Viernes Santo, día en que la Cristiandad recuerda la crucifixión y muerte de Jesucristo, cuando el pueblo acude en masa junto a la Madre de Jesús a besar su manto y para, como podemos leer en el libro "Calles de Cuenca" de José Luis Muñoz y José Luis Pinos, "acompañar a la Virgen en su soledad", la cual ha sido descendida de su altar habitual y permanece a la misma altura del fervoroso peregrino. Quizás es entonces cuando se puede observar el rendido culto de los vecinos, quienes, dadas las reducidas dimensiones de la ermita que permiten la permanencia simultánea en su interior de muy pocas personas, aguardan durante horas en una larga cola que se va formando a través de la Bajada de las Angustias.
El acceso hasta la ermita se hace a través de un atrio enmarcado entre las viviendas del sacerdote y de la santera88, a las que se accede desde el crucero del templo. La portada, realizada por Martín de la Aldehuela, consta de dos cuerpos: uno inferior, en el que el vano89 de entrada está formado por un arco de medio punto enmarcado entre dos pilastras cajeadas; y uno superior, con un vano rectangular entre estípites90 y pirámides91 sobre roleos en los extremos laterales. En este mismo eje longitudinal y como si de un tercer cuerpo se tratara, se levanta, apoyada sobre tres conchas, la espadaña. En ella, se ve otros dos cuerpos, con dos vanos para campanas el inferior, y uno sólo el superior, los tres con arcos de medio punto sobre pilastras y encajonado el superior con dos pirámides sobre roleos en los laterales, y una bola sobre cuerpo piramidal saliente del remate superior.
El edificio, de nave única, está construido con planta de cruz latina92 y cubierto por una bóveda de medio cañón con lunetos y cúpula sobre pechinas en el crucero. En él, destaca la mayor longitud que se le ha dado al temploen relación a la que podía esperarse conforme a la anchura del mismo. En su interior encontramos, en primer lugar, el coro situado en alto y a continuación una reja que divide en dos el único tramo con que cuenta, estando situados tras ésta el presbiterio94 y su altar barroco95, pudiendo accederse por ambos laterales hasta el camarín96 de la Virgen.
En 1936, durante la Guerra Civil Española, la ermita fue asaltada y dañada, destruyéndose valiosos objetos de su interior, como los retablos, las imágenes sagradas, los objetos de plata y el órgano.
Localización: Bajada de las Angustias, s/n. 16001 Cuenca.
Lourdes Morales Farfán es Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. ↑
Antonio Enríquez Gómez (Cuenca, 1600 - Sevilla, 1663), comediógrafo, novelista y poeta español del Siglo de Oro que también escribió tratados políticos y obras para su difusión clandestina entre los criptojudíos97, ya que al parecer, Enríquez Gómez también lo era, al igual que su padre. De madre cristiana vieja98 y padre descendiente de judíos conversos, su abuelo había muerto por la Inquisición (según algunas fuentes en sus prisiones y según otras, quemado en Cuenca) y su abuela paterna fue encerrada por esta misma organización, siendo confiscados los bienes de su padre, quien debió huir del país para no sufrir una suerte similar a la de sus padres. Con estos antecedentes, Enríquez se trasladó hasta Sevilla, casándose con la cristiana vieja Isabel Basurto y pasando posteriormente a vivir en Madrid, en donde, además de pleitear con la Inquisición conquense para obtener la devolución de la herencia de su madre, confiscada junto a la de su padre, se dedicó al comercio textil antes de pasar a vivir, en 1635, a Burdeos. En 1643, reside en Ruán, en donde publica algunas de sus obras antes de volver a España en 1649 oculto bajo el nombre de Fernando de Zárate. En 1660, es quemado, en efigie99, en Sevilla, y en 1661, es encarcelado por la Inquisición sevillana, muriendo finalmente en sus prisiones.
Cristóbal García Salmerón (Cuenca, 1603 - 1666), pintor barroco, discípulo al parecer de Pedro de Orrente, que realizó trabajos para las catedrales de Cuenca y Málaga, y varios conventos madrileños, pudiendo destacarse el Retablo de San Juan Bautista, aún conservado de la Catedral de Cuenca, y un apostolado que debió ser muy celebrado en su tiempo, dada la gran cantidad de copias existentes.
Alonso Muñoz de Castilblanque, Caballero de la Orden de Calatrava, Regidor de Cuenca, Contador de la Inquisición y Cabeza de la cuadrilla de la Mesta conquense, que en 1649 presentó un importante memorial al Consejo Real en el que estudiaba los motivos que causaron la disminución del ganado ovino y bovino en el país, y los posibles remedios para su recuperación.
Andrés de Vargas (Cuenca, 1610 o 1613 - 1674), pintor barroco que fue alumno en Madrid de Francisco Camilo y que en 1652 volvió a Cuenca para la que sería su obra cumbre, la decoración de la Capilla del Sagrario en la Catedral. De él son los lienzos de los tres altares y las pinturas murales de la cúpula, el tambor y las pechinas. En la capital conquense, también realizó otros trabajos, como, se cree, un San Roque para la Iglesia de San Miguel y varios murales ya desaparecidos para su parroquia, la de Santa Cruz.
Más Cuenca ▲
- Cuenca (I): siglos IX a XIII, de su fundación a la conquista castellana
- Cuenca (II): siglos XIV a XV, desarrollo urbano y despegue económico
- Cuenca (III): siglo XVI, la expansión demográfica y la transformación de la ciudad
- Cuenca (V): siglo XVIII, el intento de regeneración de una ciudad barroca
- Cuenca (VI): siglo XIX, hundimiento de la producción y desamortización eclesiástica
- Cuenca (VII): siglo XX, la recuperación del casco histórico
- Índice de Monumentos de Cuenca
Monográficos de Cuenca ▲
- Cuenca: Calle de San Pedro
- Cuenca: Iglesia de San Pedro
- Cuenca: La Ciudad Encantada
- 1 Censo de Tomás González: Tomás González (Monforte de la Sierra, Salamanca, 1780 - Madrid, 1833), Capellán de Fernando VII, realizó, en 1829, el primer censo de población de la Corona de Castilla en el siglo XVI, complementado con los censos castellanos de 1646 y 1693-1694, así como con otros del resto del territorio peninsular. ↑
- 2 Pechero: Obligado a pagar o contribuir con pecho3. // Plebeyo. // Que no es noble. ↑
- 3 Pecho: Tributo que se pagaba al rey, al señor territorial o a cualquier otra autoridad. ↑
- 4 Canónigo: Eclesiástico que tiene una canonjía5. ↑
- 5 Canonjía: Prebenda6 por la que se pertenece al cabildo de iglesia catedral o colegial. ↑
- 6 Prebenda: Cualesquiera de los antiguos beneficios eclesiásticos superiores de las iglesias catedrales y colegiatas; como la dignidad, el canonicato, la ración, etc. ↑
- 7 Arroba: Peso equivalente a 11,502 kg. ↑
- 8 Ceca: Casa donde se labra moneda. ↑
- 9 Maravedí: Moneda española, efectiva unas veces y otras imaginaria, que ha tenido diferentes valores y calificativos. ↑
- 10 Ducado: Moneda de oro que se usó en España hasta fines del siglo XVI, de valor variable. // Moneda no acuñada equivalente a once reales de vellón, aumentada en una mitad más por la pragmática de febrero de 1680, y vuelta después a su valor primero. ↑
- 11 Sillar: Cada una de las piedras labradas, por lo común en forma de paralelepípedo rectángulo, que forma parte de una construcción de sillería. ↑
- 12 Mampuesto: Piedra sin labrar que se puede colocar en obra con la mano. ↑
- 13 Pie: Medida de longitud usada en muchos países, aunque con varia dimensión. ↑
- 14 Dedo: Medida de longitud, duodécima parte del palmo, que equivale a unos 18 mm. ↑
- 15 Refectorio: En las comunidades y en algunos colegios, habitación destinada para juntarse a comer. ↑
- 16 Columna toscana: Columna perteneciente al orden toscano17. Su altura es de catorce módulos23, fuste24 liso con mucho éntasis25, capitel de molduras y basa ática26 simplificada. ↑
- 17 Orden toscano: El que se distingue por ser más sólido y sencillo que el dórico18. ↑
- 18 Orden dórico: El que tiene la columna de ocho módulos o diámetros a lo más de altura, el capitel sencillo y el friso19 adornado con metopas21 y triglifos22. ↑
- 19 Friso: Parte del cornisamento que media entre el arquitrabe20 y la cornisa, donde suelen ponerse follajes y otros adornos. ↑
- 20 Arquitrabe: Parte inferior del entablamento, la cual descansa inmediatamente sobre el capitel de la columna. ↑
- 21 Metopa: En el friso dórico, espacio que media entre triglifo y triglifo. ↑
- 22 Triglifo: Adorno del friso dórico que tiene forma de rectángulo saliente y está surcado por tres canales. ↑
- 23 Módulo: Medida que se usa para las proporciones de los cuerpos arquitectónicos. En la antigua Roma, era el semidiámetro del fuste en su parte inferior. ↑
- 24 Fuste: Parte de la columna que media entre el capitel y la basa. ↑
- 25 Éntasis: Parte más abultada del fuste de algunas columnas. ↑
- 26 Basa ática: Basa formada por una escocia27 entre dos filetes28 y dos toros29. Es la más usada y de ella se derivaron otras. ↑
- 27 Escocia: Moldura cóncava cuya sección está formada por dos arcos de circunferencias distintas, y más ancha en su parte inferior. ↑
- 28 Filete: Componente de una moldura en forma de lista larga y angosta. ↑
- 29 Toro: Moldura convexa, semicircular o elíptica, que se usa en la basa de las columnas. ↑
- 30 Zapata: Pieza puesta horizontalmente sobre la cabeza de un pie derecho31 para sostener la carrera32 que va encima y aminorar su vano. ↑
- 31 Pie derecho: Madero que en los edificios se pone verticalmente para que cargue sobre él algo. ↑
- 32 Carrera: Viga horizontal para sostener otras, o para enlace de las construcciones. ↑
- 33 Bóveda de medio cañón: Bóveda de superficie generalmente semicilíndrica que cubre el espacio comprendido entre dos muros paralelos. ↑
- 34 Luneto: Bovedilla en forma de media luna abierta en la bóveda principal para dar luz a esta. ↑
- 35 Arco de medio punto: El que consta de una semicircunferencia. ↑
- 36 Frontón: Remate triangular de una fachada o de un pórtico. Se coloca también encima de puertas y ventanas. ↑
- 37 Tiple: Voz humana más aguda, propia especialmente de mujeres y niños. ↑
- 38 Bonete: Especie de gorra, comúnmente de cuatro picos, usada por los eclesiásticos y seminaristas, y antiguamente por los colegiales y graduados. ↑
- 39 Bufete: Mesa de escribir con cajones. ↑
- 40 Candil: Lamparilla manual de aceite, usada antiguamente, en forma de taza cubierta, que tenía en su borde superior, por un lado, la piquera o mechero, y por el otro el asa. ↑
- 41 Desamortización de Mendizábal: La Desamortización de Mendizábal, en 1836, obtuvo unos resultados muy alejados de lo que se deseaba: la creación de una clase media en España. Sin embargo, sí fue de gran importancia en la historia de España al expropiar gran parte de las posesiones eclesiásticas sin recibir la Iglesia nada a cambio. Desgraciadamente, las comisiones municipales encargadas de gestionar la venta de los terrenos modificaron los lotes de terreno en venta, agrupándolos en grandes partidas que alcanzaban unos precios sólo asumibles por la nobleza y la burguesía adinerada. ↑
- 42 Comendador: Caballero que tiene encomienda en alguna de las órdenes militares o de caballería. // Hombre que en las órdenes de distinción tiene dignidad superior a la de caballero e inferior a la de gran cruz. // Prelado43 de algunas casas de religiosos. ↑
- 43 Prelado: Superior eclesiástico constituido en una de las dignidades de la Iglesia, como el abad, el obispo, el arzobispo, etc. // Superior de un convento o comunidad eclesiástica. ↑
- 44 Crujía: Tránsito largo de algunos edificios que da acceso a las piezas que hay a los lados. // Espacio comprendido entre dos muros de carga. ↑
- 45 Nicho: Concavidad en el espesor de un muro, para colocar en ella una estatua, un jarrón u otra cosa. // Concavidad formada para colocar algo; como las construcciones de los cementerios para colocar los cadáveres. ↑
- 46 Contrafuerte: Machón saliente en el paramento de un muro, para fortalecerlo. ↑
- 47 Arco fajón: Arco adherente a una bóveda. ↑
- 48 Manierismo: Estilo artístico y literario del Renacimiento tardío, caracterizado por su refinamiento y artificiosidad. ↑
- 49 Cajear: Hacer una caja o hueco en una pieza para ensamblarla con otra. ↑
- 50 Dado: Neto. // Pedestal de la columna, considerándolo desnudo de las molduras alta y baja. ↑
- 51 Flamero: Candelabro que, por medio de mixtos contenidos en él, arroja una gran llama. ↑
- 52 Roleo: Voluta53 de capitel. ↑
- 53 Voluta: Adorno en forma de espiral o caracol, que se coloca en los capiteles de los órdenes jónico54 y compuesto56. ↑
- 54 Orden jónico: El que tiene la columna de unos nueve módulos o diámetros de altura, el capitel, adornado con grandes volutas, y dentículos55 en la cornisa. ↑
- 55 Dentículo: Cada uno de los adornos con forma de paralelepípedo rectángulo que, formando fila, se colocan en la parte superior del friso del orden jónico y en algunos otros miembros arquitectónicos. ↑
- 56 Orden compuesto: Orden que en el capitel de sus columnas reúne las volutas del jónico con las dos filas de hojas de acanto57 del corintio58, guarda las proporciones de este para lo demás y lleva en la cornisa dentículos y modillones60 sencillos. ↑
- 57 Acanto: Planta de la familia de las Acantáceas, perenne, herbácea, con hojas anuales, largas, rizadas y espinosas. // Ornato hecho a imitación de las hojas de esta planta, característico del capitel del orden corintio. ↑
- 58 Orden corintio: El que tiene la columna de unos diez módulos o diámetros de altura, el capitel adornado con hojas de acanto y caulículos59, y la cornisa con modillones. ↑
- 59 Caulículo: Cada uno de los vástagos que nacen del interior de las hojas que adornan el capitel corintio, y van a enroscarse en los ángulos y medios del ábaco. ↑
- 60 Modillón: Miembro voladizo sobre el que se asienta una cornisa o alero, o los extremos de un dintel. ↑
- 61 Provisor: Juez diocesano nombrado por el obispo, con quien constituye un mismo tribunal, y que tiene potestad ordinaria para ocuparse de causas eclesiásticas. ↑
- 62 Linterna: Torre pequeña más alta que ancha y con ventanas, que se pone como remate en algunos edificios y sobre las medias naranjas de las iglesias. ↑
- 63 Pechina: Cada uno de los cuatro triángulos curvilíneos que forman el anillo de la cúpula con los arcos torales64 sobre que estriba. ↑
- 64 Arco toral: Cada uno de los cuatro en que estriba la media naranja de un edificio. ↑
- 65 Rococó: Se dice del estilo barroco que predominó en Francia en tiempo de Luis XV. ↑
- 66 Baja Edad Media: Período que abarca los últimos siglos de la Edad Media (desde el XI o XII, hasta el XV). ↑
- 67 Regidor: Alcalde o concejal. ↑
- 68 Toba: Piedra caliza, muy porosa y ligera, formada por la cal que llevan en disolución las aguas de ciertos manantiales y que van depositándola en el suelo o sobre las plantas u otras cosas que hallan a su paso. ↑
- 69 Ojival: Se dice del estilo arquitectónico que dominó en Europa durante los tres últimos siglos de la Edad Media, y cuyo fundamento consistía en el empleo de la ojiva70 para toda clase de arcos. ↑
- 70 Ojiva: Figura formada por dos arcos de círculo iguales, que se cortan en uno de sus extremos y volviendo la concavidad el uno al otro. ↑
- 71 Arquivolta: Conjunto de molduras que decoran un arco en su paramento exterior vertical, acompañando a la curva en toda su extensión y terminando en las impostas72. ↑
- 72 Imposta: Hilada de sillares algo voladiza, a veces con moldura, sobre la cual va sentado un arco. ↑
- 73 Mudéjar: Se dice del estilo arquitectónico que floreció en España desde el siglo XIII hasta el XVI, caracterizado por la conservación de elementos del arte cristiano y el empleo de la ornamentación árabe. ↑
- 74 Arcediano: Dignidad en las iglesias catedrales. // En lo antiguo, el primero o principal de los diáconos75. // Juez ordinario que ejercía jurisdicción delegada de la episcopal en determinado territorio, y que más tarde pasó a formar parte del cabildo catedral. ↑
- 75 Diácono: Ministro eclesiástico y de grado segundo en dignidad, inmediato al sacerdocio. ↑
- 76 Abad: Superior de un monasterio de hombres, considerado abadía. // Dignidad superior de algunas colegiatas. // En los antiguos cabildos de algunas catedrales, título de una dignidad, ya superior, ya de canónigo. ↑
- 77 Almagre: Óxido rojo de hierro, más o menos arcilloso, abundante en la naturaleza, y que suele emplearse en la pintura. ↑
- 78 Enlucido: Blanqueado para que tenga buen aspecto. // Capa de yeso, estuco u otra mezcla, que se da a las paredes de una casa con objeto de obtener una superficie tersa. ↑
- 79 Arco adintelado: El que viene a degenerar en línea recta. ↑
- 80 Almohadillado: Que tiene almohadillas81. ↑
- 81 Almohadilla: Parte del sillar que sobresale de la obra, con las aristas achaflanadas o redondeadas. ↑
- 82 Rosca: Faja de material que, sola o con otras concéntricas, forma un arco o bóveda. ↑
- 83 Mixtilíneo: Dicho de una figura: Cuyos lados son rectos unos y curvos otros. ↑
- 84 Pináculo: Remate en la arquitectura gótica y, por extensión, en otros estilos, adorno terminal, piramidal o cónico. ↑
- 85 Apóstata: Persona que apostata86. ↑
- 86 Apostatar: Dicho de una persona: Abandonar públicamente su religión. ↑
- 87 Atrio: Andén que hay delante de algunos templos y palacios, por lo regular enlosado y más alto que el piso de la calle. ↑
- 88 Santero: Persona que cuida de un santuario. ↑
- 89 Vano: Parte del muro o fábrica en que no hay sustentáculo o apoyo para el techo o bóveda; por ejemplo, los huecos de ventanas o puertas y los intercolumnios. ↑
- 90 Estípite: Pilastra en forma de pirámide truncada, con la base menor hacia abajo. ↑
- 91 Pirámide: Sólido que tiene por base un polígono cualquiera y cuyas caras, tantas en número como los lados de aquel, son triángulos que se juntan en un solo punto, llamado vértice. // Monumento, por lo común de piedra o ladrillo, con forma de pirámide. ↑
- 92 Iglesia en cruz latina: Iglesia que se compone de dos naves, una más larga que otra, que se cruzan a escuadra 93. ↑
- 93 A escuadra: En forma de escuadra o en ángulo recto. ↑
- 94 Presbiterio: Área del altar mayor hasta el pie de las gradas por donde se sube a él, que regularmente suele estar cercada con una reja o barandilla. ↑
- 95 Barroco: Se dice de un estilo de ornamentación caracterizado por la profusión de volutas, roleos y otros adornos en que predomina la línea curva, y que se desarrolló, principalmente, en los siglos XVII y XVIII. ↑
- 96 Camarín: Capilla pequeña colocada algo detrás de un altar y en la cual se venera alguna imagen. ↑
- 97 Criptojudío: Aquella persona que se adhiere confidencialmente al judaísmo mientras que públicamente declara ser de otra fe. También se les llama criptojudíos a quienes descienden de judíos y mantienen, normalmente en secreto, algunas de sus tradiciones, a la par que se adhieren a otras religiones. ↑
- 98 Cristiano viejo: Descendiente de cristianos, sin mezcla conocida de moro, judío o gentil. ↑
- 99 Quemado en efigie: Si un acusado estaba ausente se le condenaba a la pena de muerte, quemándose en su lugar una figura que lo representaba. Esto no quiere decir que si era encontrado fuera automaticamente ejecutado, sino que se le volvía a procesar pudiendo salir absuelto (lo que sucedía con frecuencia). ↑
HORARIOS DE APERTURA/VISITA:
LOCALIZACIÓN Y COMUNICACIONES:
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Autovía
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FERROCARRIL:
Convencional:
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Alta Velocidad:
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AEROPUERTO:
Cuenca no dispone de aeropuerto,, los más cercanos están en: Madrid (Barajas) a 160 km., Valencia (Manises) a 195 Km., Albacete a 135 Km.
BIBLIOGRAFIA Y ENLACES EXTERNOS:
- Pedro J. Cuevas: "Cuenca"; Editorial Alfonsípolis; ISBN: 978-84-95963-89-5; Depósito Legal: CU-408-2009.
- María Luz Rokiski Lázaro: "Arquitecturas de Cuenca, Tomo I"; Servicio de Publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla - La Mancha; ISBN 84-7788-155-3; Depósito Legal: TO-0887-1995.
- Miguel Ángel Troitiño Vinuesa: "Arquitecturas de Cuenca, Tomo II"; Servicio de Publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla - La Mancha; ISBN 84-7788-156-1; Depósito Legal: TO-0887-1995.
- José Luis Muñoz y José Luis Pinós: "Calles de Cuenca"; Editorial Olcades; ISBN: 84-85520-00-9; Depósito Legal: CU-183-1977.
- José Luis Muñoz y José Luis Pinós: "Tierra de Cuenca"; Editorial Olcades; 1981; ISBN: 84-85520-08-4; Depósito Legal: CU-191-1976.
- Julio Larrañaga Mendia: "Cuenca: guía Larrañaga"; Estades, Artes Gráficas, S.A.; Depósito Legal: M.11.003-1966.
- Guillermo Fatá y Gonzalo M. Borrás: "Diccionario de Términos de Arte"; Alianza Editorial, S.A.; ISBN: 84-7838-388-3; Depósito Legal: M-36.868-1993.
- Pedro García Martín: "La Mesta"; Editorial Historia 16; 1990; ISBN: 978-84-7679-180-6.
- RESOLUCIÓN de 25 de septiembre de 2003, de la Dirección General de Patrimonio y Museos, de la Consejería de Cultura, por la que se incoa expediente para declarar bien de interés cultural, con categoría de monumento, el inmueble correspondiente a la «Casa-Palacio de los Clemente de Aróstegui», localizado en Cuenca. Boletín Oficial del Estado (BOE) nº 264, de martes, 4 de noviembre de 2003.
- RESOLUCIÓN de 6 de abril de 2005, de la Dirección General de Patrimonio y Museos, de la Consejería de Cultura, por la que se incoa expediente para declarar bien de interés cultural, con categoría de Monumento, la Posada de San José, en Cuenca. Boletín Oficial del Estado (BOE) nº 132, de viernes, 3 de junio de 2005.
- Decreto 302/2003, de 04-11-2003, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, el inmueble correspondiente al Convento de la Merced, localizado en Cuenca. Diario Oficial Castilla-La Mancha (DOCM) nº 158, de 7 de noviembre de 2003.
- Ciudades hispánicas Patrimonio de la Humanidad. Centro Virtual Cervantes. Cuenca
- Ayuntamiento de Cuenca
- Ayuntamiento de Cuenca. Ciudad Patrimonio de la Humanidad
- Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Cuenca
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- Aguas de Cuenca
- DRAE