Miércoles, 18 de febrero de 2015
Nuestro recorrido por la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia nos lleva en este reportaje a la nave central del templo, de modo que iremos viendo con detenimiento los distintos espacios que la conforman: el trascoro, el coro, la Vía Sacra, el crucero y su impresionante cúpula, la Capilla Mayor con su magnífico Retablo y, por último, la girola y las capillas abiertas en ella. Así, conoceremos los avatares históricos y constructivos que acaecieron durante los años en que todos estos elementos fueron levantados y veremos cómo el gusto barroco se irá entremezclando decorativamente con las líneas góticas de la fábrica de la Catedral.
Aunque la cabecera del templo no fue terminada hasta finales del siglo XVII, habiendo trascurrido más de 150 años desde el inicio de las obras, el estilo de la misma no es sustancialmente diferente al del resto del edificio, y es que el Cabildo y los encargados de la fábrica lograron conservar la unidad estilística, algo perfectamente reconocible en la complicada bóveda de la Capilla Mayor, construida a finales de dicho siglo y que sigue siendo de crucería1, como las del resto del templo. Así, cuando en 1685, tras la finalización el año anterior de la cúpula del crucero, se tiran los muros que han estado cerrando las naves desde aproximadamente 1543 y separándolas de la cabecera, permitiendo el culto en aquellas mientras ésta era terminada, no hay varios estilos diferentes unidos en un único edificio. Es una catedral gótica, que aunque fue construida durante el Renacimiento y finalizada en tiempos del barroco4, de los que adoptó algunos elementos, no ha perdido la esencia con que fue diseñada, por Juan Gil de Hontañón, en primer lugar, y continuada, a su muerte, por su hijo Rodrigo (Rascafría, Segovia (en la actualidad Madrid), 1500 - Segovia, 1577).
Pero no nos demoremos más y adentrémonos en el corazón de la Dama de la Catedrales.
Localización: Calle Marqués del Arco, 1. 40003 Segovia.
Comencemos este nuevo recorrido por la Catedral segoviana situándonos frente al Interior de la fachada principal, continuando así el iniciado en la Catedral de Segovia (I): el exterior del templo y la Nave del Evangelio, que finalizaba en la Capilla de La Concepción, situada junto a dicha portada. Desde aquí, nos fijaremos primero en el paramento8 interior de la fachada principal (occidental), en donde, sobre el parteluz9 de la Puerta del Perdón, tenemos la imagen gótica de Nuestra Señora del Perdón, una de las pocas esculturas de época medieval de la Virgen María con que cuenta el recinto catedralicio. A cada lado de esta puerta se encuentran dos cruces de consagración10 del templo sobre cornucopias12 y, por encima de la anterior escultura, hay un cuadro de Nuestra Señora de la Antigua, fechado a finales del siglo XVI o principios del XVII. Sobre el mismo eje horizontal de ésta hay otras cuatro pinturas, éstas ya del siglo XVII, en las que se muestran diferentes imágenes de la vida de Santo Tomás de Villanueva (Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 1486 - Valencia, 1555).
En la imagen que adjuntamos, se puede observar el comienzo de las bóvedas góticas que cubren las dos naves laterales y los arcos ojivales sobre los que éstas se sustentan en la fachada Oeste, contando cada uno de ellos con una ventana de arco ojival con vidriera. La nave central, de mayor altura, tiene, al mismo nivel de los anteriores, una arcada con dos arcos ciegos13 de medio punto15.
Sigamos el recorrido por la nave central, deteniéndonos en el siguiente elemento, el Trascoro, situado enfrente del anterior y construido a finales del siglo XVIII, concretamente en 1782, cuando el Cabildo Catedralicio16, con el fin de mejorar el aspecto nada destacable que presentaba aquel espacio, solicita del rey Carlos III (Madrid, 1716 - 1788) la cesión del retablo de mármol que construyó el escultor francés Hubert Dumandre en 1758 para la Capilla del Palacio de Riofrío, ya que éste se encontraba entonces deshabitado. Tras acceder el rey a la petición, el Cabildo encarga al maestro de obras de la Catedral, Antonio de la Torre, y al hijo de Dumandre, Joaquín, el traslado de la pieza en cuestión hasta la Catedral, en donde, ante el mayor ancho del espacio a cubrir por el retablo, y dado que éste sólo cuenta con un cuerpo central, se decide su ampliación mediante la adición de sendas alas que lo prolonguen hasta hacerlo colindante con los pilares laterales.
Para dicho proyecto, el Cabildo seleccionó inicialmente a Joaquín Dumandre, pero al no quedar contento con su diseño, el cual iba a impedir la visibilidad de la bella nave central, recurrieron al por entonces Secretario de Estado, entre 1777 y 1792, José Moñino y Redondo (Murcia, 1728 - Sevilla, 1808), I Conde de Floridablanca, quien para el puesto designó a Juan de Villanueva (Madrid, 1739 - 1811). Villanueva realizó un proyecto sensiblemente diferente al de Dumandre, con un trascoro de menor altura que no obstaculizase la iluminación del coro, pero al no ser de su agrado un trabajo de un estilo que se podría llamar 'barroco cortesano', se apartó del mismo en 1783, viéndose de nuevo el Cabildo en la tesitura de buscar a alguien que lo realizara. Ésta vez llamaron al ya anciano Ventura Rodríguez (Madrid, 1717 - 1785) quien, para evitar desairar al Conde de Floridablanca, el cual esperó un año antes de ratificar el nuevo nombramiento, no efectuó grandes cambios en el proyecto de Villanueva, recogiendo además alguna de las disposiciones de Dumandre, con lo que tampoco desairaba al Cabildo. Los trabajos se finalizaron en 1787, dos años después de su muerte, y es de especial mención que en las obras de este trascoro, una obra de limitada importancia, participaron los dos mejores arquitectos españoles del siglo XVIII, Ventura Rodríguez, proveniente del barroco clasicista, y Juan de Villanueva, representante del neoclacisimo17. A continuación quedaba por terminar el lateral que da hacia el coro, acabado por Juan Estévez en 1788, y los costados del coro, obra estos últimos del arquitecto segoviano Juan de la Torre y López, quien los culminaría en 1792. Asimismo, al año siguiente se colocó una reja para la protección y cierre de la capilla por su lateral Sur, obra de Félix Egido, también natural de Segovia.
Finalmente, tras las diversas intervenciones habidas, el 20 de octubre de 1793, en la víspera de la fiesta del Santo Patrón de la Diócesis, San Frutos19, y con la presencia del Ayuntamiento, se inaugura el retablo, siguiendo para ello un ritual de 1748, cuando se trasladaron los restos de San Frutos. En la actualidad, cada 25 de octubre, día del Patrón, frente al trascoro se canta un popular villancico23.
Veamos a continuación y un poco más detenidamente este retablo que, originalmente, era de forma ligeramente cóncava conforme a la planta elíptica de la capilla palaciega de la que procedía. En la hornacina central, se guarda la urna de plata con las reliquias24 de San Frutos, que fue labrada en 1633 por Sebastián de Paredes, platero de Segovia. Enmarcando el anterior conjunto, tenemos, dispuestas por parejas, cuatro columnas de mármol negro con basas25 y capiteles dorados, de orden compuesto estos últimos, que sostienen, entre las imágenes de San Pedro y San Pablo, un frontón26 curvo partido con las figuras de Dios Padre y Dios Hijo. Sobre ellos y por detrás de sí, en un ático27 rectangular y sobre un haz de rayos sostenido por ángeles, se encuentra representado mediante una paloma, símbolo característico del mismo, el Espíritu Santo, tercera figura de la Santísima Trinidad28. En el otro lado del ático, mirando hacia el coro y visible desde éste, Estévez situó, bajo un frontón triangular sostenido por dos columnas, una imagen de mármol blanco de la Virgen Inmaculada.
En cada uno de los dos cuerpos laterales que unen el retablo con las columnas de la nave central, hay sendas hornacinas con las imágenes de San Felipe y Santa Isabel, realizadas en honor a Felipe V (Versalles, Francia, 1683 - Madrid, 1746) e Isabel de Farnesio (Parma, Italia, 1692 - Aranjuez, 1766), padres de Carlos III. Tanto estas esculturas como todas las de este lateral son también de mármol blanco.
A continuación, nos detendremos en los Costados del coro, por donde este último, nuestro siguiente punto, se une al trascoro y en los que destacan, elevándose por encima del único cuerpo bajo con que cuentan, las magníficas estructuras de los dos órganos del coro.
Estos laterales fueron obra, como ya vimos antes, de Juan de la Torre y López, quien los realizó en 1792 de madera estucada29, un material más económico que la piedra o el mármol, al igual que son también de madera, pintada de blanco en este caso, las imágenes de los cuatro evangelistas existentes en sus hornacinas laterales. Así, las de San Marcos y San Lucas se encuentran en el lado del Evangelio30, y las de San Juan y San Mateos en el de la Epístola, atribuyéndose la autoría de las mismas al escultor castellano Manuel Adeba Pacheco (Medina de Rioseco, Valladolid, 1720 - 1792).
Prosigamos nuestro recorrido entrando en el Coro, considerado, junto a la Capilla Mayor y la llamada Vía Sacra, pasillo central que une a ambos, el lugar más señorial del recinto, al estar reservado para la asistencia a los cultos del Obispo y del Cabildo de la Catedral. Cuenta con dos filas de asientos, alta y baja, dispuestas en forma de U y que suman un total de 116 plazas, estando incluidas entre ellas las de los Reyes y la del Obispo. Este coro, de estilo gótico, procede, al igual que el Claustro, de la antigua Catedral, de donde fue trasladado en el año 1558 y vuelto a levantar aquí por Juan Gil y Jerónimo de Amberes, entalladores31 ambos. Es entonces cuando se lleva a cabo su primera ampliación, añadiéndosele ocho nuevos asientos, cuatro altos y cuatro bajos. Igualmente, son de entonces las piezas de madera decorada con grutescos32 que hay situadas a ambos lados del Sillón Episcopal33. El siguiente aumento de sillas se efectúa en 1789, cuando el ebanista34 afincado en La Granja Fermín Huici construye otras dieciocho, diez altas y ocho bajas, con el fin de adaptar el coro al nuevo trascoro, construido entonces; se realizaron en el mismo estilo de las ya existentes, con lo que se pueden considerar una de las primeras obras de estilo neogótico35.
Los respaldos de los asientos están decorados a base de dibujos geométricos, siendo diferentes los de ambos niveles de filas; así, en la inferior, toman como base de los trazados la circunferencia y el rectángulo, y en la superior, imitan ventanas decoradas con maineles36 y tracerías37. En esta última fila destacan los doseletes38, que, unidos y apoyados sobre finas columnas, forman una arcada de arcos conopiales39 adornados también con labor de tracería. La decoración continúa en los brazos de los sillones (no así en las misericordias40 de los mismos, carentes de cualquier ornato), en donde, dentro de círculos de pequeño tamaño, aparecen dibujos basados en temas naturalistas.
Hay cuatro sillas diferentes a las demás: las dos destinadas a los reyes y otra situada junto a la del rey y que pudo ser la del Obispo hasta la instalación de la del monarca; si así fuera, es entonces, en el siglo XV, durante el mandato (1461 - 1497) del obispo Arias Dávila (Segovia, 1436 - Roma, 1497), cuando se traslada el Sillón del Obispo (la cuarta silla distinta) hasta su lugar actual, al fondo y en el centro del tramo que une ambos extremos de la U. Cuenta con las armas de dicho prelado41 y está coronada por un doselete que Huici reconstruyó en el año 1789, a la par que las sillas antes mencionadas. Por encima de este tramo, se puede ver a la Virgen Inmaculada situada por Estévez en la lateral trasero del trascoro. Las dos sillas reales son diferentes en cuanto a sus escudos y su decoración. La del lado del Evangelio (Norte del recinto) está rematada por un doselete coronado por un león (emblema del antiguo Reino de León) abanderado sometiendo a un sarraceno, como defensor de la fe que es el rey, y el respaldo está decorado con cuatro escudos policromados de Castilla y León, y el mismo número de granadas dispuestas en forma de cruz y situadas entre los anteriores; dicho fruto era el emblema del rey Enrique IV (Valladolid, 1425 - Madrid, 1474) ("agridulce es reinar"), a quien le gustaba seguir las ceremonias religiosas desde el coro. La del lado de la Epistola (Sur del templo) tiene cuatro escudos con las armas de Castilla y de Portugal, en honor de la reina Doña Juana (Quinta de Monte Olivete, Almada, Portugal, 1439 - Madrid, 1475), esposa de Enrique IV, y el doselete, que igualmente la remata, tiene las armas de Castilla.
Los dos órganos del coro fueron construidos ambos en el siglo XVIII; el más antiguo de los dos fue regalado por el que fuera obispo de Segovia entre 1649 y 1699, Bartolomé de Ocampo y Mata (Madrid, 1640 - Plasencia, 1703), y el otro, por el también obispo segoviano entre 1765 y 1773, Juan José Martínez Escalzo (Sesma, Navarra, 1704 - Segovia, 1773). El primero, situado en el lado de la Epístola, lo construyó en 1702 el fabricante de órganos Pedro Liborna, y el segundo, emplazado enfrente, es una obra de 1770 de Pedro y José Chavarria, siendo la caja fruto del trabajo del tallista Juan Maurat.
Finalizamos este recorrido por el coro catedralicio mencionando el facistol42 y la reja del mismo. El primero es del siglo XVI y en él destacan su pie de estilo renacentista y los trofeos que lo adornan, estando su fábrica atribuida a Vasco de la Zarza, uno de los primeros escultores en dicho estilo del país. La reja que cierra el coro, instalada en 1729, es de estilo barroco y fue realizada en Elgoibar por el rejero Antonio de Elorza (1680 - 1734). Dicho artesano realizó un gran número de las rejas de la Catedral, teniendo casi todas las mismas características: estar formadas por dos cuerpos rematados por frisos43 dorados, estar divididas verticalmente en tres calles y contar con una profusa coronación de hojarasca y medallones, igualmente dorados en gran parte.
Por delante del coro, que ocupa los tramos tres y cuatro de la nave central (se empieza a contar por los pies de la Iglesia), se encuentran el tramo quinto y el crucero, ambos abiertos a los fieles en general, por lo que los miembros del coro disponían de un pasillo privado, la llamada Vía Sacra, delimitada por barandillas y enlosada con lápidas de obispos. Fue erigida también en 1733 por Elorza, y por ella, se desplazaba el personal que asistía a las distintas ceremonias religiosas desde el coro hasta el presbiterio45.
En esta vía, adosado a uno de los pilares torales46, del lado del Evangelio, se encuentra un bello púlpito48 construido en mármol, con las figuras de la Inmaculada y de los cuatro evangelistas, que fue trasladado desde el antiguo Convento Franciscano de Cuellar, desaparecido como tal tras su desamortización49 en el siglo XIX. Dicho convento fue fundado en el siglo XIII, en la localidad de Cuellar (Segovia) y desde el siglo XV, la Casa Ducal de Alburquerque asumió su patronazgo, construyendo en la Capilla Mayor del mismo el panteón de dicha Casa, de ahí que en el púlpito se puedan ver las armas de los Alburquerque.
Llegamos ahora hasta el crucero de la Catedral, donde se cruzan la nave mayor del templo y la que la atraviesa, y la Cúpula situada sobre el mismo, una de las estructuras más problemáticas en la construcción de los templos, como pueden atestiguar los derrumbes en España de los cimborrios50 de las catedrales de Sevilla, en 1511 (algo que volvería a suceder en el siglo XIX durante las obras de restauración del crucero de 1882, en que nuevamente se derrumbaría el cimborrio, esta vez por el pilar gemelo al que igualmente se vino abajo en el siglo XVI), y de Burgos, en 1539. Por ello, el canónigo51 Juan Rodríguez, nombrado fabriquero54 de las obras del templo en 1524, insistirá siempre en la fortaleza que deben de tener los cuatro pilares torales encargados de sostenerlo, elaborándose durante el siglo y medio que trascurriría hasta su finalización un gran número de proyectos que eliminarían el cimborrio gótico y escogerían la cúpula renacentista. El primer diseño para rematar el crucero es de los Hontañón y consistió en una bóveda formada por un cuerpo cúbico55 al que cerraría una crucería trasdosada57 por una bóveda rebajada y rematada por una aguja. A continuación, en otro proyecto del siglo XVI, se continúa con la misma forma, sólo que en el tambor59 de una cúpula en este caso, y también sobre nervios de crucería, se abren ocho ventanas y aparece una linterna60 rematando el conjunto. Otros tres nuevos diseños del mismo siglo insisten en el cuerpo cúbico, diferenciándose básicamente entre sí en que sólo uno dibuja la bóveda, a diferencia de la cúpula, sin tambor, que seleccionan los otras dos. En un nuevo diseño de los años sesenta de dicho siglo, Rodrigo Gil de Hontañón dibuja una cúpula de media naranja61 apoyada directamente sobre pechinas62 y a la que ha privado del cuerpo cúbico y del tambor, estando dotada de casetones y rematada por una linterna.
En 1630, el segoviano Pedro de Brizuela (Segovia, 1555 - 1631) diseñaría una cúpula de media naranja trasdosada y levantada sobre tambor, apoyado éste, a su vez, en las pechinas situadas sobre los fuertes pilares torales diseñados para sostener un cimborrio, muy similar a la actual y que nunca se levantaría, quizás por la muerte del arquitecto al año siguiente, o quizás por la mala situación económica del Cabildo. Sea por uno o por otro motivo, las obras no se intentaron reanudar hasta el año 1649, paralizándose de nuevo por las mismas causas de falta de liquidez en 1656, el mismo año en que Francisco del Campo Agüero era nombrado maestro de obras de la Catedral. Dicho maestro propuso un nuevo diseño en 1660, interesándose por él el mismo Ayuntamiento, pero al morir el arquitecto volvió a detenerse todo. Tras consultar sobre el último boceto a los jesuitas Pedro de Matas y Francisco Bautista, y sugerir este último una menor altura para el diseño de Del campo, el nuevo maestro de obras, Francisco Viadero, después de consultar también con la Catedral de Sevilla, se muestra de acuerdo con el jesuita y comienzan las nuevas obras, siendo supervisadas también por el Padre Bautista. Sin embargo, por la ya crónica escasez económica, en 1674 se vuelven a interrumpir las mismas, solicitando el Cabildo a la Reina Mariana de Austria (Wiener Neustadt, Austria, 1634 - Madrid, 1696), viuda de Felipe IV (Valladolid, 1605 - Madrid, 1665) y nombrada por él mismo regente (entre 1665 y 1675) durante la minoría de edad de Carlos II (Madrid, 1661 - 1700), una autorización para pedir ayuda económica en las Indias y así poder finalizar el trabajo. En el año 1682, se terminan los cuatro evangelistas que Andrés de Monasterio esculpió en las pechinas y Blas de María acaba un balcón de hierro destinado a la cornisa interior, finalizando la cúpula en 1685.
Finalmente, la cúpula construida está apoyada sobre pechinas y levantada sobre un cuerpo, abierto en cada uno de sus cuatro laterales por una ventana con arcos de medio punto, que imita a los cúbicos que fueron proyectados durante el siglo XVI. La linterna que la remata tiene ocho ventanas y está coronada por una cruz que fue añadida durante el pasado siglo XX, siendo visibles, exteriormente, cuatro botareles63 que, apoyados sobre los pilares torales, constituyen un curioso sincretismo entre el gótico y el barroco.
Llegamos, tras dejar atrás la Vía Sacra y habernos detenido en el crucero, hasta la Capilla Mayor, el lugar destinado al Cabildo y que no fue terminado hasta el siglo XVII, encontrándose aún en 1657 rematada solamente con tapia65 y ladrillo, y techada de madera, una estructura colocada de manera temporal; sin embargo, había transcurrido ya tanto tiempo que las vigas comenzaban a dañarse y se producían pequeños desprendimientos de tierra, lo que motivó que se urgiera a su finalización. Aunque todo parece indicar que sus muros estaban destinados a sostener un retablo de gran importancia, el declive económico experimentado por la ciudad (y por España) en aquellos años hizo que la Catedral no dispusiera de los fondos necesarios para costearlo, no existiendo como destacable más que un altar de plata, que no debió de ser excesivamente meritorio cuando se decidió sustituirlo por el actual. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, en 1767, el Cabildo solicita permiso a Carlos III para construir un retablo digno de este templo, algo que es autorizado por el rey, quien además dispone que se financie a costa del patrimonio confiscado a los jesuitas66. El proyecto quedó a cargo del arquitecto favorito del monarca, Francisco Sabatini, que hizo diferentes diseños y los presentó al soberano para que éste seleccionara el que considerase más adecuado.
El diseño escogido por Carlos III para Retablo Mayor de la Catedral es semicircular y está formado por banco, cuerpo central de tres calles y ático. Se construyó en los talleres del Palacio Real de Madrid por los italianos Nicolás Rapa y Domingo Galeotti, los mismos que construyeron la capilla de dicho palacio, y el bronce del mismo fue obra de José Fichardoni y Antonio Vendetta; como es posible deducir, al igual que Sabatini, sus colaboradores también son italianos. Para su fábrica se utilizaron mármoles procedentes solamente de canteras nacionales, dentro de la política entonces existente de desarrollar los recursos del país. Cuenta con una hornacina central con la imagen de Nuestra Señora de la Paz, a la cual está consagrado el retablo, y cuatro columnas corintias67 enmarcando el anterior conjunto, dispuestas por parejas y con las imágenes de San Frutos y San Geroteo en los intercolumnios de las mismas. Las figuras de los hermanos del primero, San Valentín y Santa Engracia, están situadas sobre la cornisa que cierra este cuerpo central, flanqueando el ático con el anagrama de la Virgen María dentro de una gloria73 de ángeles y nubes.
La Virgen es una obra gótica, quizás tallada en Francia, que tradicionalmente se cree que fue un regalo de Enrique IV. Está dotada de una vestidura de plata que en el último tercio del siglo XVIII, aproximadamente en 1770, fue restaurada por el platero de Roma Antonio Fabio Vendetti, quien le construyó la silla con que cuenta y fue autor también de un expositor conservado en las oficinas catedralicias y de seis blandones74, anteriormente dispuestos en éste lugar y que en la actualidad permanecen expuestos en la Capilla de Santa Catalina. Las demás figuras están hechas de madera estucada y son fruto del trabajo de Manuel Adeba Pacheco, a quien ya vimos cómo también se le atribuye la autoría de los evangelistas presentes en ambos costados del coro. Las dos grandes lámparas que señalan la presencia del santísimo y que vemos colgando de las columnas son de plata, obra de 1739 del platero José Pérez, mientras que las candeleras del retablo son del artesano Damián de Castro, orfebre76 de Córdoba que las realizó en 1769.
Francisco Sabatini, orgulloso de su obra, quiso mejorar la iluminación de la misma, y para ello sustituyó por vidrios incoloros, primero, en 1769, las vidrieras de esta capilla y de los tramos inmediatos de la nave central, y a continuación, en 1770, las de la fachada Oeste, en donde estaba representado el Juicio Final. Aún quiso resaltar más la visión del mismo, estucando las paredes de la capilla, algo que al contar con la oposición del Cabildo, que sopesó la idea de entelarlas, no llegó a realizarse. Las obras, comenzadas en 1770, finalizaron el 28 de julio de 1775, consagrándose el retablo el 7 de septiembre del mismo año y oficiándose al día siguiente la primera misa, algo que fue celebrado con la composición de una misa para dicha ocasión por el maestro de capilla Juan Montón y Mallen.
La capilla se cierra, junto al muro semicircular que sostiene el Retablo Mayor, con tres rejas forjadas en los mismos talleres de Elorza que hicieron la del coro. El cuerpo inferior de las mismas los forjó, en 1694, Bartolomé Elorza; el superior de la central, su hijo Antonio, en 1733; y los dos de las laterales, Gaspar de Aguirre, sucesor de los anteriores, en 1736. En el centro de la hojarasca que remata las rejas laterales, se encuentran dos bustos en cada una de ellas, tallados por Mateo Negrete, uno por la cara interior y otro por la exterior. En el lado de la Epístola, están los de Santa Engracia y San Geroteo, y en el del Evangelio, los de San Frutos y San Valentín.
A principios del siglo XX, en 1916, durante las fiestas en que Nuestra Señora de la Fuencisla fue coronada como patrona de la ciudad, se llevó a cabo una intervención en la Capilla Mayor en la cual se adelantó la balaustrada, se cambió el enlosado y se instalaron nuevas vidrieras en el ábside de la capilla con las imágenes de los santos segovianos San Frutos, San Valentín y Santa Engracia, de la Virgen, de San Geroteo, de San Remigio (patrón del obispo de entonces) y del jesuita San Alonso Rodríguez (Segovia, 1532 - Palma de Mallorca, 1617).
En 1940, hubo un pequeño cambio en los elementos de la Capilla Mayor, al añadirle unos candelabros del siglo XIX realizados de jaspe y bronce, que posteriormente se retiraron para situarlos en la escalera de la librería, donde en el momento de realizar estas fotos (año 2012) aún permanecían.
Abandonamos la Capilla Mayor y nos dirigimos ahora a la Girola, en la que recorreremos cada una de las capillas que forman parte de ella. De los archivos que se conservan en la Catedral, uno de los documentos, un plano sobre pergamino, puede atribuirse al diseño realizado por Juan Gil de Hontañón para la construcción del templo; en él, aparece plasmada la idea de una "[...] cabecera con girola de cinco capillas radiales, pentagonales, y dos cuadradas al principio", tal y como recoge José Antonio Ruiz Hernando en "La Catedral de Segovia".
Tras la muerte de Rodrigo Gil de Hontañón en 1577 (o 1574, según apuntan otras fuentes), quien había sido contratado en 1560 por segunda vez para la realización de la cabecera, estaba finalizado el trazado de la girola con sus capillas hasta la cornisa y las ménsulas77 desde las que arrancaría la crucería de las bóvedas. Será entonces cuando se sucedan las contrataciones de diferentes arquitectos, contratistas y aparejadores, algunos de ellos con la experiencia de haber trabajado en las obras del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, a quienes se les encargará concluir la girola. De entre todos ellos, cabría mencionar a Rodrigo del Solar, maestro de obras entre 1590 y 1606, y a Pedro de Brizuela, que lo sería entre 1607 y 1632, cuando fallece. Lamentablemente, los libros de fábrica de entre los años 1577 y 1604 están desaparecidos, por lo que poco se conoce de lo acaecido en ese período, salvo lo que ha llegado a nosotros a través de contratos y otros documentos.
Así, en 1591, los maestros Bartolomé de la Pedraja y Bartolomé de Lorriaga (o Elorriaga) firman las condiciones para continuar las obras siguiendo lo previsto por Hontañón; sin embargo, Pedraja muere en 1594 y Lorriaga al año siguiente, lo cual, unido a la crisis económica de esos años, hace que los trabajos sean notablemente lentos. En 1599, será Rodrigo del Solar quien firme las cláusulas para finalizar las capillas de la girola. Ya a comienzos del siglo XVII, Del Solar propondría las condiciones para la realización del cuerpo de luces, tras el cual se iniciaría el abovedamiento de este espacio, pero una vez más la crisis haría que esto último se pospusiese hasta pasada la mitad de siglo. Es más, los últimos tramos de la girola serían cubiertos ya en 1671, siendo maestro Francisco Viadero, mientras que sus capillas se cerrarían con unas rejas de madera talladas entre 1684 y 1690.
Veamos, pues, las capillas que conforman este espacio de la Catedral de Segovia.
Comenzamos nuestro recorrido en el lado de la epístola de la girola, donde se abre el Arco de capilla de ingreso a la del Santísimo Sacramento, o Capilla del Sagrario, antigua Sacristía trazada por Rodrigo Gil de Hontañón, realizado en 1590. Se trata de un espacio cubierto por una bóveda de crucería en el que vemos, a la izquierda, un Crucificado flanqueado por otras dos figuras religiosas, y a la derecha, dos lienzos. En la pared frontal, se abren los accesos a la Capilla del Santísimo Sacramento: una puerta central, con arco de medio punto sobre el que se sitúa un pequeño retablo, y dos laterales, de formas adinteladas y que presentan en su parte superior las armas del Cabildo.
A su izquierda, se encuentra la Capilla de San Pedro, cuya fundación se llevó a cabo en la antigua Catedral de Santa María por quien fuera escribano78 de cámara79 de Enrique IV, Pedro de Segovia. La importancia de su capellanía80 era tal, que tanto ésta, como sus restos, fueron trasladados a la capilla de entrada al claustro de la nueva Catedral, que por entonces se hallaba en construcción. Sin embargo, en 1788 se decide su traslado, motivado por la incomodidad que suponía el paso continuo con los materiales de las obras que se estaban llevando a cabo para la construcción del trascoro.
Así, su nueva ubicación sería donde la vemos hoy, la que era conocida como del pozo y que en la actualidad lleva el nombre de Capilla de San Pedro, para la que se acordó hacer una reja de madera y a la que se trasladaron tanto la capellanía como el retablo que en 1585 habían encargado a Pedro de Bolduque. Éste es de madera dorada y consta de un solo cuerpo rematado por un frontón curvo partido. En el centro, se hallan las figuras de Jesús atado a la columna y de San Pedro; en el banco, figura un relieve en el que se representa el tema del 'Quo Vadis'; y finalmente, el conjunto queda coronado por un ático que cuenta con una pintura de Cristóbal Velasco con la Crucifixión de San Pedro.
A su lado, la Capilla de San Ildefonso presenta una decoración mural igual a la anterior, teniendo también una reja idéntica. En el interior, podemos contemplar un retablo realizado en madera estucada a finales del siglo XVIII en estilo barroco clasicista.
En él, podemos contemplar un relieve con la escena de la Imposición de la Casulla a San Ildefonso por la Virgen, siendo una réplica casi exacta del que se encuentra en la Catedral de Toledo. En cuanto a su autor, se baraja la posibilidad de que fuera Manuel Adeba Pacheco, protegido de Felipe de Castro (c. 1711 - 1775), este último escultor de cámara de Fernando VI y director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
También merece la pena mencionar los dos cobres flamencos que cuelgan en las paredes: Jesús en la piscina de Bethseda, de Pieter van Lint (Amberes, 28 de junio de 1609 - ibídem, 25 de septiembre de 1690), y un 'Nolli me tangere', de Willen van Herp (Amberes, c. 1614 - 1677).
La siguiente es la Capilla de San Geroteo, o Jeroteo, ubicada en lo que antes fue Capilla de San Juan. El cambio de nombre vino en el último tercio del siglo XVIII, concretamente en el año 1770, cuando Don Juan José Martínez Escalzo, obispo por entonces de Segovia, pide que se cambie su advocación por la de San Geroteo, de quien la tradición dice que fue el primer obispo de Segovia, nombrado por el propio San Pablo.
Es también en 1770 cuando se encarga el retablo que la preside a Juan Maurat, tallista de la caja del órgano, inspirándose para ello en el retablo de la Capilla de San Frutos, que veremos a continuación. Dividido en tres calles separadas por columnas, las hornacinas acogen tres esculturas realizadas en 1771 por Manuel Adeba Pacheco: en el centro, San Geroteo, y a los lados, San Juan y San Vicente Ferrer. El sagrario, por su parte, muestra una pintura de la Virgen con el Niño. Al año siguiente, sería dorado por Santiago Casado.
Los restos de Martínez Escalzo descansan en esta capilla, tal y como podemos ver en la lápida del suelo, habiéndole sido concedida por el Cabildo tras su petición de ser enterrado a su muerte en el interior de la Catedral. En el mismo año de su fallecimiento, 1773, era colocada la reja de forja, obra de Gregorio de Aguirre realizada en Elgoibar (Guipúzcoa), la cual doraría también Santiago Casado.
La Capilla de San Frutos fue dedicada a este santo en el año 1684. Hasta entonces, las reliquias de éste y de sus hermanos San Valentín y Santa Engracia se encontraban en una capilla situada en el lado Norte del crucero, cerca de donde estaba el muro que separó las naves de la cabecera mientras ésta estaba en construcción. Así, cuando este muro fue derribado, también lo fue la capilla, trasladándose, pues, la advocación a la que hoy ocupa el centro de la girola. Será más adelante, ya en el siglo siguiente, y concretamente en el año 1715, cuando se le encargue las trazas del retablo a Pedro Laínez, que dibujó dos proyectos, uno para madera y otro para mármol, acordándose llevar a cabo el segundo. Sin embargo, al no hallarse un material adecuado, la obra quedó en suspenso. Será en ese momento cuando se ofrezca a realizarla Pablo Herranz de Sierra, que iniciaría el retablo en otros materiales, si bien sólo se llegaría hacer el zócalo, ya que murió justo cuando iba a comenzar la construcción del primer cuerpo. A su muerte, continuaron la obra sus sobrinos, Fabián y Alonso de Cabezas, quienes remataron el zócalo, deteniéndose aquí los trabajos y no volviéndose a saber más sobre ello.
En el año 1737, el obispo Don Domingo Valentín Guerra, abad de la Colegiata de La Granja (Segovia) y confesor de la reina Isabel de Farnesio, quiso dar a San Frutos una nueva ubicación e inició la construcción de lo que iba a ser una rica capilla que, con un diseño de Juan Bautista Sachetti, estaría en el exterior de la Catedral, al lado de la haceduría y aneja a la de San Antón, que veremos más adelante. Sin embargo, en 1742 fallecería, quedando las obras inconclusas. Los marqueses de Guerra, herederos del obispo, viendo que lo realizado era casi una ruina, acordarían entonces junto con el Cabildo devolver la advocación del santo a la capilla central de la girola.
De este modo, en 1747 se concierta la realización de los tres retablos que hoy contemplamos en ella, con San Frutos presidiendo la capilla y a los lados sus hermanos, Santa Engracia y San Valentín, siendo su autor Domingo Martínez, a quien también debemos la reja, colocada un año después.
Cabe mencionar que frente a la capilla, en la pared del trasaltar de la Capilla Mayor, podemos contemplar la lápida de consagración de la Catedral a la Asunción de Nuestra Señora y a San Frutos el 16 de julio de 1748 por el obispo Don Juan José Martínez Escalzo.
A continuación, veremos la Capilla de San Antonio, cuyo retablo fue donado por un devoto, del que se desconoce su identidad, en el año 1782. Aunque es muy similar al de San Geroteo, en este caso los nichos laterales están anulados y la madera, en lugar de estar dorada, está estucada imitando mármoles.
Así, en el centro podemos contemplar una talla anónima del siglo XVIII de San Antonio con el Niño, con un santo jesuita y Santa Teresa a los lados; esta última es moderna y ocupa el lugar que en su día lo hacía una talla del jesuita segoviano San Alfonso Rodríguez, en la actualidad colocado en la Capilla de San Frutos.
Las paredes fueron pintadas en 1784 gracias al mismo devoto donante del retablo, destacando en la decoración una Inmaculada de Bayeu.
De Ramón Bayeu es el lienzo que encontramos en el retablo que preside la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, realizado en 1789. En la parte inferior de la capilla, pasando de la media altura de los muros, grupos de ángeles inscritos en círculos exaltan el rosario, mientras que más arriba, en los paños81 que median entre la bóveda y la cornisa, podemos observar dos escenas relacionadas con la Virgen: en la de la izquierda, ésta aparece con sus padres, San Joaquín y Santa Ana, siendo la de la derecha una Sagrada Familia con Santa Isabel y San Juanito.
La reja, realizada en bronce, es de estilo neoclásico y fue diseñada por Alfonso Rodríguez en 1795, aunque le faltan el escudo del obispo y los remates.
En cuanto a la lápida que se halla en el suelo, José Antonio Ruiz Hernando la describe como perteneciente a "[...] una curiosa "venerable" segoviana María Quintana, cuyo retrato pende de la pared".
Vamos llegando al final y nos detenemos ahora en la Capilla de San José, una de las más sencillas del templo. El plano de su retablo era mostrado por el obispo Don Francisco Jiménez en octubre de 1791 al Cabildo y en él, era posible apreciar cómo sigue las líneas generales del por entonces recién consagrado Altar Mayor.
La hornacina acoge una imagen de San José, mientras que el ático nos muestra a San Juan de la Cruz y Santa Teresa flanqueando un relieve central de San Juan Bautista, todo ello de madera pintada y atribuido a Manuel Adeba Pacheco.
Y terminamos nuestro recorrido por la girola de la Catedral en la capilla que está a nuestra izquierda, la única que hay instalada en el lado del Evangelio del transepto82 y la de mayor tamaño con que cuenta el templo, a excepción de del Sagrario. Se trata de la Capilla de San Antón, concebida como lugar de enterramiento para Don Antonio Idiáquez Múgica, obispo de Segovia entre los años 1613 y 1615 (año este último de su muerte) y miembro de una ilustre familia, quien, ya enfermo, comunicó al deán83 del Cabildo catedralicio el deseo de que sus restos descansaran en este templo, lo cual le sería concedido, dejando él dispuesto en su testamento que la capilla estuviera bajo la advocación de San Antonio Abad.
Sin embargo, el recinto permanecería desnudo hasta finales de siglo, momento en el que José Vallejo Vivanco, maestro de las obras reales, trazaría el retablo en el año 1695, siendo finalizado en 1697. Consta de un solo cuerpo, dividido en tres calles por cuatro columnas salomónicas84; en la calle central, se halla la hornacina que acoge la escultura del santo titular, obra de Pedro Valle realizada en 1706, siendo la peana de Matías de Ortega, mientras que en las laterales podemos ver sendas pinturas de Francisco Herranz, vidriero de la Catedral, en las que aparecen representados dos milagros de San Frutos: el conocido como la "cuchillada"86 y el del harnero con la hostia consagrada87. El banco se apoya sobre un zócalo de granito y muestra las armas de los Múgica, a la izquierda, y de los Idiáquez, a la derecha; asimismo, por encima de la mesa del altar se puede ver un lienzo con la visita de San Antonio a San Pablo y su entierro. Por su parte, el ático incluye las ventanas góticas que iluminan la capilla, encuadradas por estípites88, acogiendo el central una hornacina con una talla de la Asunción, obra de Andrés de la Cuesta.
Pedro Valle sería también el autor del sepulcro del obispo Idiáquez, situado a la izquierda de la capilla, siguiendo las trazas del maestro de cantería Carlos de Colina; comenzado en 1712, fue terminado por el escultor José Galván, quien finalizaría las figuras del obispo en posición orante y de los pajes que Valle dejó inconclusas. Pintada la caja del sepulcro de blanco por Pedro Gutiérrez, a mediados del siglo XVIII fue cubierto del mismo color el resto por parte de Tomás Abel. El conjunto queda enmarcado por un arco mixtilíneo89 de madera, una obra debida a Pedro Laínez, que se apoya en pilastras de piedra de Francisco Cantero.
La reja que cierra la capilla, coronada con las armas del obispo, es de Antonio de Elorza, siendo instalada en 1729 sobre un zócalo de granito del maestro de cantería Antonio Marrón, pintada de negro y color por Pedro Gutiérrez, y dorada por Tomás Abel en 1755, mientras que la lámpara de plata que vemos dentro fue hecha en 1714 por el orfebre Bartolomé Moreno.
Lourdes Morales Farfán es Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. ↑
En "una Ventana desde Madrid (uVdM)" queremos dar las gracias al Excmo. Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia por que nos permitiera la toma de fotografías en el templo, sin lo cual no hubiera sido posible que este reportaje viera la luz. Asimismo, agradecemos la ayuda prestada a todo el personal de la Catedral, en especial a los encargados de seguridad, por guiarnos a través de nuestro recorrido por el templo y por su colaboración y constante cuidado a la hora de que el trabajo saliera correctamente.
Otros de los elementos que el visitante de la Catedral no debe pasar por alto son las vidrieras. Realizadas por Pierre de Holanda, Pierre de Chiberri, Gualter de Ronch, Nicolás de Holanda y Nicolás de Vergara, se comenzaron a colocar entre 1544 y 1549 (salvo las del crucero y las de la girola, como veremos), y siguen un esquema compositivo en el que se nos narran distintos ciclos: en las naves laterales, el Misterio de la Redención, comenzando en el lado de la Epístola con la Anunciación y terminando en el lado del Evangelio con la Magdalena; en la nave central, la Pasión de Cristo, desde la Oración en el Huerto y hasta la Ascensión; en el crucero, la Vida de la Virgen; y en la girola, la Vida Pública de Jesús. Las que hay dispuestas en las naves ofrecen una lectura cuyo orden correcto sería: primero, las del lado de la Epístola; después, las del Evangelio; y por último, las de la nave central, viendo en primer lugar las del lado Sur y, a continuación, las del lateral Norte. Asimismo, éstas se componen por tres huecos, estando el central dedicado a un tema del Nuevo Testamento relacionado con la Vida y la Pasión de Cristo, mientras que a los lados figuran episodios del Antiguo Testamento.
De este modo, y para no hacer excesivamente denso este reportaje con una explicación detalladamente religiosa e iconográfica de cada una de las escenas de las vidrieras, por no ser ese nuestro cometido, pasaremos tan sólo a enumerar aquí las que se pueden contemplar en la nave central, en el crucero y en la girola, con un orden de izquierda (I), central (C) y derecha (D) en aquellas que son triples, e indicando también su autor y la fecha en que fue colocada.
- Nave central (lateral Sur, inicio de la Pasión de Cristo):
1) Ester y Asuero (I) - La Oración del Huerto (C) - El profeta Daniel (D). Gualter de Ronch, 1545.
2) Jesús vendido por sus hermanos (I) - El Prendimiento (C) - La reina Jezabel (D). Pierre de Holanda y Pierre de Chiberri, 1546.
3) Jeremías hostigado (I) - Flagelación (C) - Isaías (D). Gualter de Ronch, 1545.
4) Ciro y Daniel (I) - Cristo ante Pilatos (C) - Ceguera de Sansón (D). Pierre de Holanda y Pierre de Chiberri, 1546.
5) Isaac (I) - Cristo con la Cruz a cuesta (C) - Noemí regresa a Belén (D). Pierre de Holanda y Pierre de Chiberri, 1546.
- Nave central (lateral Norte, continuación de la Pasión de Cristo):
1) Moisés y la serpiente de bronce (I) - La Crucifixión (C) - Institución de la Pascua (D). Pierre (no se especifica cuál de ambos), 1547.
2) Sansón ante Gaza (I) - Descendimiento (C) - Jonás y la ballena (D). Pierre de Holanda y Pierre de Chiberri, 1547.
3) David y los Amalecitas (I) - Bajada al Limbo (C) - Salida de los israelitas de Egipto (D). Pierre de Holanda y Pierre de Chiberri, 1548.
4) Sansón sale de Gaza (I) - Resurrección (C) - Jonás sale de la ballena (D). Pierre de Holanda y Pierre de Chiberri, 1548.
5) Historia de Enoc (I) - Ascensión (C) - Elías arrebatado al cielo (D). Sobre la primera de ellas, José Antonio Ruiz Hernando nos indica que es de Pierre de Holanda y Pierre de Chiberri, del año 1548; sin embargo, no aparecen datos de las otras dos.
- La ventana alta de la fachada Occidental contó en su momento con la escena del Juicio Final, pero a finales del sigo XVIII fue sustituida por vidrios incoloros, tal y como ya apuntamos en el reportaje.
- Todas las vidrieras del crucero fueron realizadas entre 1674 y 1689 por Francisco Herranz, pertiguero 90 de la Catedral, y se refieren a la Vida de la Virgen. Se inicia el recorrido en la ventana del ángulo Este-Sur, terminando en la ventana inmediata, en la vertical situada en la nave de la girola:
1) Natividad de la Virgen.
2) Rosetón Sur con ángeles músicos.
3) Presentación en el templo.
4) Desposorios de la Virgen.
5) Pentecostés.
6) Muerte de la Virgen.
7) Rosetón Norte con ángeles músicos.
8) Asunción.
9) Coronación.
10) Inmaculada.
- Sustituidas las vidrieras de la Capilla Mayor por vidrios incoloros, como ya se ha dicho, de la cabecera sólo se han conservado las de la girola, que serán las que veamos, empezando por el lado izquierdo. Al igual que las anteriores, son obra de Francisco Herranz de entre 1674 y 1689, y narran la Vida Pública de Jesús, haciendo especial hincapié en los milagros:
1) Visita a Nicodemus - Expulsión del demonio del mundo.
2) Curación de la vida de San Pedro (I) - La samaritana (C) - La hemorroísa (D).
3) Curación del sordomudo (I) - Curación en la piscina de Betzata (C) - Curación del hidrópico (D).
4) Vocación de Pedro y de Andrés (I) - Misión de Pedro (C) - La tempestad calmada (D).
5) San Pedro extrae un didracma de la boca del pez (I) - Multiplicación de los panes y los peces (C) - Maldición de la higuera (D).
6) Resurrección del hijo de la viuda de Nain (I) - La mujer adúltera (C) - Curación de la hija de la cananea (D).
7) Curación del hombre de la mano seca (I) - Curación del ciego de nacimiento (C) - Curación del paralítico (D).
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- Murallas de Segovia
- 1 Crucería: Sistema constructivo propio del estilo gótico2, en el cual la forma de bóveda se logra mediante el cruce de arcos diagonales, llamados también ojivas o nervios. ↑
- 2 Gótico: Se dice del arte que se desarrolla en Europa desde el siglo XII hasta el Renacimiento3. ↑
- 3 Renacimiento: Época que comienza a mediados del siglo XV, en que se despertó en Occidente vivo entusiasmo por el estudio de la Antigüedad clásica griega y latina. ↑
- 4 Barroco: Se dice de un estilo de ornamentación caracterizado por la profusión de volutas5, roleos6 y otros adornos en que predomina la línea curva, y que se desarrolló, principalmente, en los siglos XVII y XVIII. ↑
- 5 Voluta: Figura en forma de espiral. ↑
- 6 Roleo: Voluta de capitel7. ↑
- 7 Capitel: Parte superior de la columna y de la pilastra, que las corona con forma y ornamentación distintas, según el estilo de arquitectura a que corresponde. ↑
- 8 Paramento: Cada una de las dos caras de una pared. ↑
- 9 Parteluz: Columna delgada que divide en dos un hueco de ventana. ↑
- 10 Cruz de consagración: Se llama así a cada una de las doce cruces bendecidas que, en representación de los apóstoles y para la gloria de Dios, se colocan en un templo durante la ceremonia de su consagración11. ↑
- 11 Consagrar: Hacer sagrado a alguien o algo. ↑
- 12 Cornucopia: Espejo de marco tallado y dorado, que suele tener en la parte inferior uno o más brazos para poner bujías cuya luz reverbere en el mismo espejo. ↑
- 13 Arco ciego: El que tiene tapiada su luz14. ↑
- 14 Luz: Distancia horizontal entre los apoyos de un arco, viga, etc. ↑
- 15 Arco de medio punto: El que consta de una semicircunferencia. ↑
- 16 Cabildo: Cuerpo o comunidad de eclesiásticos capitulares de una iglesia catedral o colegial. ↑
- 17 Neoclasicismo: Corriente literaria y artística, dominante en Europa en la segunda mitad del siglo XVIII, la cual aspira a restaurar el gusto y normas del clasicismo18. ↑
- 18 Clasicismo: Estilo literario o artístico fundado en la imitación de los modelos de la Antigüedad griega o romana. ↑
- 19 San Frutos: Según la tradición, San Frutos, o San Frutos Pajarero (Segovia, 642 - Carrascal del Río, 715), y sus hermanos Santa Engracia y San Valentín pertenecían a una rica familia segoviana descendiente de patricios20 romanos, que a la muerte de sus padres repartieron los bienes entre los más necesitados y se retiraron como eremitas21 a vivir en soledad y oración. A la edad de 73 años, San Frutos murió en la Ermita del mismo nombre, siendo enterrado allí por sus hermanos, que continuaron su vida de oración en la Ermita de San Zoilo hasta que murieron decapitados por los invasores árabes. En el siglo XI, los restos de los tres hermanos se llevaron hasta la antigua Catedral, de donde pasaron a la actual, en la que actualmente se veneran22. ↑
- 20 Patricio: Descendiente de los primeros senadores romanos establecidos por Rómulo, que formaban la clase social privilegiada, opuesta a los plebeyos. ↑
- 21 Eremita: Ermitaño. Persona que vive en soledad, como el monje, y que profesa vida solitaria. ↑
- 22 Venerar: Respetar en sumo grado a alguien por su santidad, dignidad o grandes virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda. // Dar culto a Dios, a los santos o a las cosas sagradas. ↑
- 23 Villancico: Canción popular, principalmente de asunto religioso, que se canta en Navidad y otras festividades. ↑
- 24 Reliquia: Parte del cuerpo de un santo. // Aquello que, por haber tocado ese cuerpo, es digno de veneración. ↑
- 25 Basa: Pieza inferior de la columna en todos los órdenes arquitectónicos excepto en el dórico. ↑
- 26 Frontón: Remate triangular de una fachada o de un pórtico. Se coloca también encima de puertas y ventanas. ↑
- 27 Ático: Parte superior de la calle central de un retablo cuando sobresale del último piso. ↑
- 28 Santísima Trinidad: Distinción de tres personas divinas en una sola y única esencia, misterio inefable de la religión cristiana. ↑
- 29 Estuco: Masa de yeso blanco y agua de cola, con la cual se hacen y preparan muchos objetos que después se doran o pintan. ↑
- 30 Lado del Evangelio y lado de la Epístola: En una Iglesia, se llama lado del Evangelio al situado en la parte izquierda desde el punto de vista de los fieles, mirando estos hacia el altar. Mientras que el de la Epístola es el de la parte derecha. Toman este nombre de los lados del presbiterio desde donde se lee el Evangelio y la Epístola durante la misa. ↑
- 31 Entallar: Hacer figuras de relieve en madera, bronce, mármol, etc. // Hacer cortes en una pieza de madera para ensamblarla con otra. ↑
- 32 Grutesco: Se dice del adorno caprichoso de bichos, sabandijas, quimeras y follajes. ↑
- 33 Episcopal: Perteneciente o relativo al obispo. ↑
- 34 Ebanista: Persona que tiene por oficio trabajar en ébano y otras maderas finas. ↑
- 35 Neogótico: Estilo arquitectónico desarrollado en la primera mitad del siglo XIX. Influenciado por el romanticismo, se caracteriza por el rechazo del clasicismo y por la recuperación del arte gótico medieval. Los países donde más se desarrolló este estilo fueron el Reino Unido, Francia y los países germánicos. ↑
- 36 Mainel: Miembro arquitectónico, largo y delgado, que divide un hueco en dos partes verticalmente. ↑
- 37 Tracería: Decoración arquitectónica formada por combinaciones de figuras geométricas. ↑
- 38 Doselete: Miembro arquitectónico voladizo, que a manera de dosel se coloca sobre las estatuas, sepulcros, etc. ↑
- 39 Arco conopial: El muy rebajado y con una escotadura en el centro de la clave, que lo hace semejante a un pabellón o cortinaje. ↑
- 40 Misericordia: Pieza en los asientos de los coros de las iglesias para descansar disimuladamente, medio sentado sobre ella, cuando se debe estar en pie. ↑
- 41 Prelado: Superior eclesiástico constituido en una de las dignidades de la Iglesia, como el abad, el obispo, el arzobispo, etc. ↑
- 42 Facistol: Atril grande donde se ponen el libro o libros para cantar en la iglesia. El que sirve para el coro suele tener cuatro caras para poner varios libros. ↑
- 43 Friso: Parte del cornisamento que media entre el arquitrabe44 y la cornisa, donde suelen ponerse follajes y otros adornos. ↑
- 44 Arquitrabe: Parte inferior del entablamento, la cual descansa inmediatamente sobre el capitel de la columna. ↑
- 45 Presbiterio: Área del altar mayor hasta el pie de las gradas por donde se sube a él, que regularmente suele estar cercada con una reja o barandilla. ↑
- 46 Pilar Toral: Pilares de sostén de los arcos torales47. ↑
- 47 Arco toral: Cada uno de los cuatro en que estriba la cúpula de un edificio. ↑
- 48 Púlpito: Plataforma pequeña y elevada con antepecho y tornavoz, que hay en algunas iglesias para predicar desde ella, cantar la epístola y el evangelio y hacer otros ejercicios religiosos. ↑
- 49 Desamortizar: Poner en estado de venta los bienes de manos muertas, mediante disposiciones legales. Tras varias desamortizaciones, se puso a la venta terrenos y otras propiedades de las llamadas "manos muertas" (la Iglesia y las órdenes eclesiásticas), quienes mediante donaciones y testamentos habían llegado a tener una extensión de terreno sólo inferior a las del rey y la aristocracia. Por estas expropiaciones y ventas, la Iglesia no recibió nada a cambio. ↑
- 50 Cimborrio: Cuerpo cilíndrico que sirve de base a la cúpula y descansa inmediatamente sobre los arcos torales. ↑
- 51 Canónigo: Eclesiástico que tiene una canonjía52. ↑
- 52 Canonjía: Prebenda53 por la que se pertenece al Cabildo de iglesia catedral o colegial. ↑
- 53 Prebenda: Cualesquiera de los antiguos beneficios eclesiásticos superiores de las iglesias catedrales y colegiatas; como la dignidad, el canonicato, la ración, etc. ↑
- 54 Fabriquero: Persona que en las iglesias cuidaba de la custodia y la inversión de los fondos dedicados a los edificios y a los utensilios y paños del culto. ↑
- 55 Cúbico: Perteneciente o relativo al cubo geométrico56. ↑
- 56 Cubo geométrico: Sólido regular limitado por seis cuadrados iguales. ↑
- 57 Trasdós: Superficie exterior convexa de un arco o bóveda, contrapuesta al intradós58. ↑
- 58 Intradós: Superficie inferior de un arco o bóveda. ↑
- 59 Tambor: Muro cilíndrico que sirve de base a una cúpula. ↑
- 60 Linterna: Torre pequeña más alta que ancha y con ventanas, que se pone como remate en algunos edificios y sobre las medias naranjas de las iglesias. ↑
- 61 Media naranja: Bóveda de forma semiesférica. ↑
- 62 Pechina: Cada uno de los cuatro triángulos curvilíneos que forman el anillo de la cúpula con los arcos torales sobre que estriba. ↑
- 63 Botarel: Contrafuerte. // Machón64 saliente en el paramento de un muro, para fortalecerlo. ↑
- 64 Machón: Pilar de fábrica. ↑
- 65 Tapia: Cada uno de los trozos de pared que de una sola vez se hacen con tierra amasada y apisonada en una horma. ↑
- 66 Expulsión de los Jesuitas: En 1767, Carlos III expulsó a los Jesuitas del Imperio Español, acusándolos de haber estado detrás de los motines del año anterior. ↑
- 67 Corintio: El que tiene la columna de unos diez módulos o diámetros de altura, el capitel adornado con hojas de acanto y caulículos68, y la cornisa con modillones69. ↑
- 68 Caulículo: Cada uno de los vástagos que nacen del interior de las hojas que adornan el capitel corintio, y van a enroscarse en los ángulos y medios del ábaco70. ↑
- 69 Modillón: Miembro voladizo sobre el que se asienta una cornisa o alero, o los extremos de un dintel71. ↑
- 70 Ábaco: Parte superior en forma de tablero que corona el capitel. ↑
- 71 Dintel: Parte superior de las puertas, ventanas y otros huecos que carga sobre las jambas72. ↑
- 72 Jamba: Cada una de las dos piezas labradas que, puestas verticalmente en los dos lados de las puertas o ventanas, sostienen el dintel o el arco de ellas. ↑
- 73 Gloria: En pintura, rompimiento de cielo, en que se representan ángeles, resplandores, etc. ↑
- 74 Blandón: Candeleros75 grandes para velas de cera. ↑
- 75 Candelero: Utensilio que sirve para mantener derecha la vela o candela, y consiste en un cilindro hueco unido a un pie por una barreta o columnilla. ↑
- 76 Orfebre: Persona que labra objetos artísticos de oro, plata y otros metales preciosos, o aleaciones de ellos. ↑
- 77 Ménsula: Miembro de arquitectura perfilado con diversas molduras, que sobresale de un plano vertical y sirve para recibir o sostener algo. ↑
- 78 Escribano: Persona que por oficio público está autorizada para dar fe de las escrituras y demás actos que pasan ante él. ↑
- 79 Cámara del rey: Fisco real. ↑
- 80 Capellanía: Fundación en la que ciertos bienes quedan sujetos al cumplimiento de misas y otras cargas pías. ↑
- 81 Paño: Lienzo de pared. ↑
- 82 Transepto: En las iglesias, nave transversal que cruza perpendicularmente a la principal. ↑
- 83 Deán: Canónigo que preside el cabildo de la catedral. ↑
- 84 Columna salomónica: Columna que tiene el fuste85 contorneado en espiral. ↑
- 85 Fuste: Parte de la columna que media entre el capitel y la basa. ↑
- 86 Milagro de la "cuchillada" de San Frutos: Este milagro tuvo lugar en las inmediaciones de donde San Frutos se había instalado con sus hermanos, Santa Engracia y San Valentín, a orillas del río Duratón. Cuenta la tradición que una campaña musulmana llegó hasta las Hoces del Duratón, refugiándose las poblaciones de los alrededores en los salientes de las rocas. Cuando los musulmanes llegaron, el santo hizo en el suelo una raya con su báculo y les pidió que no la atravesaran. En ese momento, la tierra se abrió por donde había trazado la línea, hendiéndose la peña y huyendo los musulmanes. En la actualidad, esta hendidura es conocida como "la cuchillada de San Frutos". ↑
- 87 Milagro del harnero con la hostia consagrada de San Frutos: Se trata del último milagro que el santo habría obrado en vida. Una vez más, nos remitimos a la tradición, que nos cuenta que un musulmán que vivía en la zona a la que se había retirado San Frutos negó la Eucaristía, afirmando que la sagrada forma no era el cuerpo de Cristo y que un animal cualquiera se la comería si la pusieran entre la cebada. Ante esto, San Frutos negó que aquello pudiera ocurrir, añadiendo que antes de hacer eso, el animal reconocería en la hostia consagrada a Dios y lo reverenciaría, tomándolo como su Señor. Y al parecer, eso fue lo que ocurrió cuando escondieron la hostia en la comida de un burro: el animal, al verla, se arrodilló ante ella. ↑
- 88 Estípite: Pilastra en forma de pirámide truncada, con la base menor hacia abajo. ↑
- 89 Arco mixtilíneo: Arco en el que se mezclan las líneas rectas y las curvas. ↑
- 90 Pertiguero: Ministro secular91 en las iglesias catedrales, que asistía acompañando a los que ofician en el altar, coro, púlpito y otros ministerios, llevando en la mano una pértiga o vara larga guarnecida de plata. ↑
- 91 Secular: Seglar. // Dicho de un sacerdote o del clero: Que vive en el siglo92 , a distinción del que vive en clausura. ↑
- 92 Siglo: Mundo de la vida civil, en oposición al de la vida religiosa. ↑
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AEROPUERTO:
Segovia no dispone de aeropuerto, los más cercanos son:
- Aeropuerto de Madrid-Barajas en Madrid, a 87 kilómetros.
- Aeropuerto de Villanubla en Valladolid, a 125 kilómetros.
- Aeropuerto de Salamanca en Salamanca, a 164 kilómetros.
BIBLIOGRAFIA Y ENLACES EXTERNOS:
- José Antonio Ruiz Hernando: "La Catedral de Segovia"; Edilesa; ISBN: 84-8012-069-X; Depósito Legal: LE-1.022-1994.
- José Antonio Ruiz Hernando: "La catedral de Segovia en el Barroco", en "Las catedrales españolas del barroco a los historicismos"; Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones, Murcia, pp. 213-246. ISBN 84-8371-427-2.
- José Antonio Ruiz Hernando: "Una obra del barroco segoviano. La Capilla de San Antón en la Catedral de Segovia"; Estudios Segovianos, Año 1989, Volumen XXX, Número 86; pp. 137-161; Real Academia de Historia y Arte de San Quirce; ISSN: 0210-7260.
- Francisco Javier Cabello y Dodero: "Guía de Segovia"; Junta Provincial de Turismo; Segovia, 1949.
- Mariano Sáez y Romero: "Las calles de Segovia: noticias, tradiciones y curiosidades"; Impreso en el año 1918 por el impresor y librero Antonio San Martín.
- José Antonio Ruiz Hernando: "Las vidrieras de la Catedral de Segovia. Naves laterales"; Estudios Segovianos, Año 2008, Volumen LI, Número 108; pp. 547-582; Real Academia de Historia y Arte de San Quirce; ISSN: 0210-7260.
- La Catedral de Segovia en SegoviaWeb
- Ruiz Hernando, José Antonio (1985). Ventura Rodriguez y Juan de Villanueva en el Trascoro de la Catedral de Segovia. En: "Estudios sobre Ventura Rodríguez : (1717-1785)". Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
- Diócesis de Segovia
- Catedral de Segovia
- DRAE