Miércoles, 24 de marzo de 2021
Introducción
Contenidos
- Introducción
- Resumen histórico
- Monumentos y puntos de interés
- Mapa de los Monumentos y puntos de interés
Al Este de la Comunidad de Madrid, a unos 45 km. de la capital y a 817 metros de altitud, se encuentra Corpa, un municipio madrileño de 723 habitantes, según el Padrón municipal del 1 de enero de 2020, y 25,9 km2 de superficie. Limita, al Norte, con Anchuelo y Santorcaz; al Este, con Pezuela de las Torres; al Sur, con Nuevo Baztán; y al Oeste, con Valverde de Alcalá y Villalbilla. Sobre el origen de su nombre, Corpa, hay dos opiniones distintas. Una, la mayoritaria, lo sitúa en la palabra al-quarw, abrevadero, en árabe, mientras que la otra aduce que se refiere al vocablo qurb, vecino, también en árabe.
En esta parte de la comunidad madrileña, en la que las alcarrias1 y los páramos2 son mayoritarios, la superficie de este término municipal es accidentada, con depresiones kársticas3, cuyas vertientes, calizas y rocosas, no son aptas para el cultivo. Dispone de varios cursos de agua, entre los que destacan los arroyos de la Vega, que atraviesa de Norte a Sur la zona Este del término municipal, y de la Pantueña, que lo cruza de Oeste a Nordeste. Además de éstos, son de destacar también, por su cercanía a Corpa –el único núcleo de población del municipio–, los arroyos de los Conejos, al Oeste del casco urbano, y de Valdenabos, al Este.
Igualmente, en el territorio son abundantes, gracias al sistema kárstico antes mencionado, los manantiales de agua. De hecho, durante la Edad Moderna, el agua de Corpa era muy conocida gracias a sus propiedades diuréticas y laxantes. Miguel de Cervantes la menciona en La Ilustre Fregona:
“[...] la fuente de Argales, famosa por su antigüedad sus aguas, a despecho del Caño Dorado y de la reverenda Priora, con paz sea dicho de Leganitos de la estremadísima Fuente Castellana, en cuya competencia pueden callar Corpa y la Pizarra de la Mancha”.
Un manantial a destacar entonces en Corpa era la llamada Fuente del Rey, situada hoy en el término municipal de Nuevo Baztán, cuya agua la bebieron, por sus propiedades curativas, los reyes Felipe II, Felipe III y Felipe IV, además de ser embotellada y llevada hasta el mismo Flandes. Esta fuente disponía hasta de un sumiller4 en la Corte de los Austrias. Su consumo por parte de los reyes fue abandonado por decisión de Carlos II, al no haber curado a su padre, Felipe IV, del mal que lo aquejaba: piedras en los riñones.
El término es atravesado por las carreteras locales M-225 –que lo cruza de Este a Oeste, comunicando los municipios de Pezuela de las Torres con Valverde de Alcalá, y rodea, por el Este, el núcleo urbano de Corpa– y M-233 –que comunica los municipios de Corpa y Villalbilla, y se une a la anterior al Norte del núcleo de población–. Además de estas dos, al Sudoeste, el municipio es atravesado por la M-204, carretera comarcal que va de Alcalá de Henares a Perales de Tajuña.
En cuanto a las vías pecuarias, por Corpa pasan, de Norte a Sur, el Cordel de La Galiana; de Este a Oeste, la colada del camino viejo de Pezuela de las Torres; y desde el Cordel de La Galiana, cuando éste abandona el casco urbano, la colada de Corpa a Valverde de Alcalá, la cual trascurre en paralelo al arroyo de la Pantueña, coincidiendo en muchos de sus tramos con la M-225.
A pesar de que, según las prospecciones arqueológicas, en la zona ha habido presencia humana desde la Edad del Bronce, se desconoce, en cambio, de cuándo son los orígenes del pueblo.
Así, aunque siguiendo la opinión más extendida sobre el origen de su nombre se podría deducir la existencia de un manantial sobre el que situar la fundación de la villa en época islámica, no han aparecido restos arqueológicos de origen árabe que refrenden dicha idea. Es por ello que dichos orígenes se cree que corresponden a la época de la reconquista de la antigua capital visigoda, Toledo, en el año 1085, y, con ella, de toda la zona de Alcalá. Corpa surgiría entonces alrededor de lo que hoy es la Fuente Grande, existiendo cerca, además, un anterior asentamiento, el despoblado de Valdemolinos, situado al Sur del pueblo, en el arroyo del Arrecueros.
En 1109, Alcalá es tomada por los almorávides5, permaneciendo en sus manos hasta el año 1118, momento en que vuelve definitivamente a pertenecer a los castellanos, al ser reconquistada por don Bernardo de Séridac, arzobispo de Toledo.
Veinte años después, en 1129, el rey de Castilla Alfonso VII dona la fortaleza de Alcalá y todo su territorio, en el que está incluido Corpa, al arzobispo de Toledo, don Raimundo de Sauvetat. Más adelante, en 1135, este mismo arzobispo otorga a la comarca el que va a ser su primer ordenamiento jurídico, el llamado fuero viejo.
En 1223, el arzobispo don Rodrigo Jiménez de Reda otorgaría dos nuevos fueros: el del común de la tierra, del 27 de enero, y el de la villa de Alcalá, del 4 de mayo. Desde entonces y hasta 1509, cuando el Cardenal Cisneros los refunda –y modifique– en el llamado fuero nuevo, éstos serán el ordenamiento jurídico por el que se regirá la Comunidad de Villa y Tierra de Alcalá.
Del siglo XV es el primer documento en el que aparece Corpa; se trata del pleito que enfrentó, entre los años 1421 y 1424, a las aldeas de la tierra de Alcalá con la propia Alcalá, a cuenta del pago de la reparación de la cerca de esta villa. El nombre de Corpa aparece al firmar como testigo un vecino de esta localidad, Pedro Fernández Gordo, en la sentencia de 1421 y es nuevamente nombrado en el acuerdo de 1424 que pone fin al litigio.
La tierra de Alcalá se organizó como una Comunidad de Villa y Tierra con cabecera en Alcalá y dividida, para su mejor organización, en otras unidades menores llamadas cuartos. Corpa formó parte, entre 1495 y 1530, del cuarto de Pezuela de las Torres, en el que también estaban incluidas Olmeda, Orusco y Villar.
Ya en el siglo XVI, Corpa aparece en el Censo de Pecheros6 de Carlos V, de 1528, con el nombre de Corpar. Según esta obra, tiene una población de 152 vecinos pecheros y continúa formando parte de la Mesa Arzobispal de Toledo.
En 1537, se modificó el cuarto de Pezuela de las Torres con la unión de Carabaña y el pase de Corpa a cabecera del cuarto, un puesto éste del que sería desplazada en 1584 por Carabaña.
Es durante esta centuria cuando la población es separada del arzobispado de Toledo y pasa a ser una villa de realengo8; es decir, no depende de ningún señorío ni orden militar, sino directamente del propio rey. El 23 de diciembre de 1578, el corregidor10 de la villa de Uceda y juez de comisión comienza la toma de posesión de la villa en nombre del rey, finalizando dicha toma el 29 de enero de 1579. Así, Corpa pasó a tener jurisdicción civil y criminal, alta y baja, mero y mixto imperio, y permanecería siempre dentro del patrimonio del rey de Castilla, sin que pudiera ser donada, vendida o enajenada, o unida a otra villa.
Antes de obtener este privilegio de villazgo, ya hubo otras dos ocasiones, durante los reinados de Carlos I, en 1554, y de Felipe II, en 1564, en que Corpa fue una villa real. No obstante, en el primero, tras estar inicialmente de acuerdo los vecinos, al final votaron en contra, tras reparar en la escasez de los recursos económicos de que disponían para poder ser independientes. En el segundo, en cambio, fue la propia Alcalá la que se ofreció a pagar los 3.510.000 maravedíes13 que Corpa y Pezuela de las Torres se habían ofrecido a pagar a la Corona a cambio de su segregación de Alcalá. Y es que de esta última población se habían separado en los últimos años hasta quince de sus pueblos, por lo que sólo quedaban seis, de los que Corpa y Pezuela eran los mayores.
Este tercer intento, que terminó con la escisión de Corpa de la Mesa Arzobispal de Toledo, comenzó de manera distinta a la consecución del privilegio de villazgo ya que en sus inicios fue una operación de venta de la Corona con la que ésta hacía frente a las deudas contraídas con la familia del príncipe de Salerno, Nicolás Grimaldi. Como, una vez consumada esta venta, el Concejo de Corpa disponía de tres meses para que ejercer el derecho de recompra, en septiembre de 1578 lo hizo valer, firmándose el mismo día 15 de dicho mes la escritura de compra por un valor de 4.592.540 maravedíes, más otros 42.500 que había que pagar al príncipe por las rentas jurisdiccionales.
Para que esta operación fuera posible sin que el arzobispado toledano pudiera oponerse a ella, debemos retroceder al Breve14 Apostólico del 6 de abril de 1574, por el que el Papa Gregorio XIII otorgaba al rey Felipe II la autoridad para vender cualquier villa o lugar de la iglesia cuyas rentas fueran inferiores a los cuarenta mil ducados15 anuales. Esta concesión fue una ayuda a los ingentes gastos militares que Felipe II soportaba en su defensa de la Iglesia católica frente a los herejes y a los infieles.
Para el año 1591, conforme al Censo de la Corona de Castilla, Corpa sumaba un total de 262 vecinos, de los que tres eran clérigos, doce, hidalgos, y 247, pecheros.
Sin embargo, la independencia de Alcalá no tuvo los efectos positivos esperados, debido a la gran deuda contraída para su obtención. En 1605, Corpa debía 11.400 ducados (dado que cada ducado equivalía a 375 maravedíes, tenemos que aún quedaban por pagar 4.275.000 maravedíes) y las rentas de sus bienes de propios16 habían descendido de 300 a 200 ducados. A estos 11.400 ducados, estaban sumados los 8.700 que aún restaban de la compra del privilegio de villazgo y las rentas no pagadas correspondientes a los censos sobre los bienes públicos y privados de la villa. Asimismo, debido a la pobreza del término, muchos vecinos habían emigrado y la población había descendido de 260 a 131 vecinos, por lo que aún era más difícil hacer frente a sus deudas.
Anteriormente, en 1602, el Consejo de Gracia y Justicia, ante una demanda de los acreedores del pueblo, había dictado sentencia a favor de éstos, retirándose la jurisdicción a la villa y traspasándola a los acreedores para que pudieran, así, cobrarse las deudas. En 1604, volvió la jurisdicción al pueblo, pero, mientras, los acreedores habían causado daños por un valor superior a lo adeudado, sumando esta destrucción, según los propios vecinos, veinticinco o treinta mil ducados.
Dado que su producción sería embargada, muchos vecinos dejaron de cultivar y de recoger los sembrados, abandonando el 75% de los cultivos de cereales, olivos y viñas, y bajando la producción de trigo de unas 13 ó 14 mil fanegas anuales a sólo unas 4.000.
Ante esta situación, el pueblo sólo vio como solución renunciar a su jurisdicción y vender ésta en subasta pública, lo que solicitaron al rey Felipe III. Es por ello que, el 20 de septiembre de 1605, el Consejo de Hacienda expidió una Real Cédula17 por la que el licenciado Silva de Torres, alcalde de la Casa y Corte de la Villa de Madrid entre 1602 y 1607, debía convocar en Corpa un concejo abierto en el que votar dicha solicitud y averiguar si el dinero que se pudiera obtener con esta venta era suficiente para pagar todo lo que debía el pueblo. Silva de Torres comisionó a su alguacil el 17 de octubre, quien se desplazó a Corpa y convocó a los vecinos, votando todos ellos en favor de dicha venta.
Como también se había averiguado que era económicamente posible saldar las deudas con esta venta, Felipe III la autorizó el 21 de noviembre en Tordesillas, debiendo pagar el pueblo 500 ducados por esta licencia, una cantidad que se sumaría al precio de venta. A finales de diciembre, se puso a la venta la jurisdicción de la villa, anunciándose ésta por un período de 30 días y resultando ser su comprador, por 10.200 ducados, el Secretario de Estado Pedro Franqueza, conde de Villalonga.
La escritura de venta se firmó en febrero de 1606 en Valladolid y en enero de 1607, menos de un año después, el Secretario de Estado fue detenido y trasladado a Ocaña, acusado de corrupción administrativa. Su juicio comenzó en 1609 y pocos meses más tarde fue declarado culpable, por lo que se le condenó a prisión de por vida, a la pérdida de sus títulos y al pago de 1.400.000 ducados a la Real Hacienda, lo que lo dejó en la ruina a él y a su familia.
Corpa queda así como una localidad embargada y es vendida en pública subasta a don Luis de Velasco, marqués de Salinas. El 28 de abril de 1621, el señorío es vendido por don Fernando Altamirano y Velasco, conde de Santiago, a don Juan Ibáñez de Segovia, marqués de Mondéjar.
Tras la creación del marquesado de Corpa por el rey Carlos II, el 12 de junio de 1683, éste es otorgado al hermano del marqués de Mondéjar, el coronel Luis Ibáñez de Segovia y Peralta, Corregidor de Cuzco y Angaraes (en Perú). Este marquesado fue heredado por Mateo Ibáñez y Orellana, quien fue desterrado a Chile tras apoyar al pretendiente de la Casa de Austria durante la Guerra de Sucesión Española (1701-1713). El marquesado lo heredó su hijo, Mateo Ibáñez de Segovia e Ibáñez, quien, al morir, se lo dejó igualmente a su hijo, Mateo Ibáñez de Segovia y Molina, que moriría sin hijos, por lo que pasó a manos de la hermana de éste, la condesa de Torreblanca, Nicolasa Ibáñez de Segovia y Molina. Tras la renuncia de la condesa de Torreblanca por problemas económicos, el título fue solicitado por el Oidor de Lima Juan José de la Puente Ibáñez, a quien se le reconoció en 1786. Además, don Juan José de la Puente compró el palacio y la villa de Corpa a quienes seguían siendo sus dueños, los marqueses de Mondéjar. A la muerte de De la Puente Ibáñez, el marquesado pasa a manos de su sobrino, don Lorenzo Benigno de la Puente y Carrillo de Albornoz, VI marqués de Corpa, con quien el título quedaría suspendido al haber apoyado Benigno de la Puente la independencia de España de los territorios de la América continental española. El título no sería rehabilitado hasta el año 1905 con el VII marqués de Corpa.
Después de estas breves líneas sobre el marquesado de Corpa, continuemos con la historia del pueblo donde la dejamos, en el siglo XVII, con la villa arruinada y perdida su jurisdicción en pública subasta. Sobre esta centuria, es poca la información de que disponemos, al igual que de la mayoría de las poblaciones madrileñas que tratamos. Y es que no fue un siglo en el que abundaran los censos y descripciones geográficas. Lo que sí fue es un período en el que España tuvo diversas epidemias de peste, entre ellas, la sucedida entre 1591 y 1614, que, debido a su elevada mortalidad, puso a muchas localidades al borde de la desaparición. Además, las pobres cosechas de algunos años, con la consiguiente mala alimentación, y las múltiples guerras que el Imperio Español sostenía en Europa provocaron una gran despoblación y empobrecimiento del país.
Pasamos al siglo XVIII, el Siglo de las Luces, o de la Ilustración, del que suele haber bastante más información sobre las distintas poblaciones españolas que vamos recorriendo en uVdM.
Comenzamos con el Censo de Campoflorido18, de 1712, en el que Corpa aparece como una población de 25 vecinos de la provincia de Guadalajara. Nótese cómo la población del municipio ha descendido en más de un 90% desde los 262 vecinos que sumaba en el Censo de la Corona de Castilla, de 1591, pasando por los 131 de principios del siglo XVII. No hay que olvidar que, a las calamidades en forma de peste, guerras y hambre del siglo XVII, hay que sumar la Guerra de Sucesión al trono español, librada entre 1701 y 1713 entre el heredero designado por Carlos II, Felipe V, y el candidato austríaco, el archiduque Carlos.
Continuamos con el Catastro del Marqués de la Ensenada, de 1752. Aquí, Corpa forma parte de la Intendencia de Toledo y la población ha aumentado hasta los 113 vecinos y 437 habitantes19), de los que 66 son vecinos pecheros, 35, jornaleros, y 12, pobres de solemnidad20. Además, cuenta con 3 miembros del clero secular21.
Según este catastro, en Corpa, se cultiva trigo, avena, cebada, centeno, cáñamo, vides y olivos, y dispone, asimismo, de 22 colmenas de la que obtener miel. Contaba el pueblo con un cirujano, pero no con médico ni boticario, siendo atendido por los de Santorcaz. Igualmente, carecía de maestro, encargándose de sus funciones el sacristán, quien las simultaneaba con las de notario. En cuanto al resto de oficios, éstos eran cuatro herreros, cuatro panaderos (dos sólo por temporadas), tres albañiles (dos maestros y un aprendiz), un calero, un carretero, un estanquero de tabacos y un tejedor.
Los comercios se dividían entre una tienda, que funcionaba como mercería, pescadería y taberna, y un mesón, con un depósito de granos en su altura superior. En cuanto al sector industrial, éste se limitaba a dos almazaras22, una, privada, y otra, perteneciente al concejo, situada junto a la Fuente Grande; dos molinos de zumaque23, uno, del marqués de Mondéjar, y otro, privado; y una tenería24 dedicada al curtido de suelas y cordobán25, propiedad del marqués.
Corpa disponía entonces, además de la Iglesia Parroquial de Santo Domingo, con las ermitas de la Concepción, de San Roque y de San Sebastián. Para 1776, la Ermita de San Roque estaba en muy mal estado, la de San Sebastián se estaba volviendo a construir y la de la Concepción había cambiado su advocación a la del Santísimo Cristo. Hoy, ya no existe ninguna de las tres, y la que actualmente recibe el nombre del Santísimo Cristo es una nueva construcción del primer cuarto del siglo XX. También tenía entonces Corpa, según el Catastro de Ensenada, un hospital dedicado tanto a alojar a los viajeros pobres como a tratar a los vecinos enfermos.
Nuestra siguiente obra consultada es el Censo del Conde de Aranda26, de 1768. En él, Corpa pertenece a la provincia de Toledo, dentro del Corregimiento de Alcalá de Henares, y tiene 462 habitantes (253 varones y 209 hembras).
En 1787, conforme al Censo del Conde de Floridablanca, Corpa es una villa de un señorío secular que forma parte de la intendencia de Toledo, dentro del partido de Alcalá de Henares. Cuenta con alcalde ordinario28 de señorío y tiene 515 habitantes (265 varones y 250 hembras) que se dividen en un vecino militar, un escribano, un estudiante, 29 labradores, diez medios labradores, 59 jornaleros, seis artesanos, 16 criados y 13 pobres de solemnidad, además de un cura, un beneficiado30 y un sacristán.
Iniciamos el siglo XIX, una centuria que, recordemos, para España, una de las principales potencias europeas a sus inicios, significó la invasión y destrucción del país durante la Guerra de la Independencia contra la Francia napoleónica, la pérdida de la América continental española, tres guerras carlistas, numerosos pronunciamientos militares y, finalmente, la desaparición de lo que quedaba del Imperio Español en América y Oceanía tras la derrota frente a los Estados Unidos de América, durante la guerra de 1898, y la venta a Alemania, en 1899, de las islas Carolinas y Marianas, en Oceanía.
A los estragos de todas estas desdichas, las pequeñas localidades no son inmunes, luego veamos cómo transcurrió esta centuria en el municipio de Corpa. Aunque no han quedado registros escritos de los daños causados aquí por el invasor francés durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) –además de las incautaciones diarias a las que sometían a las localidades de la comarca para obtener las provisiones necesarias con los que sostenerse–, sí se sabe que sus tropas, tras establecer una guarnición en el pueblo, robaron los objetos de liturgia de la iglesia, parte de los cuales aún no habían sido repuestos en 1881, y profanaron el cuerpo incorrupto del mártir Francisco Collantes, al que en dos ocasiones tiraron desde lo alto del campanario de la iglesia.
Los primeros datos que utilizamos son los del Recuento de Antonio Regàs31, realizado entre 1824 y 1825, en el que Corpa tiene 85 vecinos y pertenece a la provincia de Madrid.
Entre 1826 y 1829, Sebastián Miñano32 publicó su “Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal”. En él, vemos que Corpa es para entonces una villa secular de la provincia de Madrid, dentro del partido de Alcalá y del arzobispado de Toledo. Tiene 100 vecinos y 406 habitantes, y tiene una parroquia, una ermita y un pósito34. Produce granos y legumbres, y cuenta, igualmente, con pastos y ganado.
Debemos recordar aquí la nueva organización territorial de España, de 1833, y la desaparición definitiva de los señoríos en 1837, por lo que Corpa dejó de formar parte del señorío del marqués de Mondéjar.
Antes de continuar, veamos someramente los datos de población de Corpa entre 1842 y 1900. En 1842, el pueblo tiene 656 habitantes de derecho35 y 110 hogares; en 1857, 543 habitantes de hecho y 140 hogares; en 1860, 595 de hecho y 157 hogares; en 1877, 598 de hecho, 600 de derecho y 174 hogares; en 1887, 604, 625 y 187, respectivamente; en 1897, 649, 640 y 162, en el mismo orden; y en 1900, 609 habitantes de hecho, 624 de derecho y 170 hogares.
Tras la obra de Miñano, consultamos el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, publicado entre 1846 y 1850 por Pascual Madoz. Aquí, Corpa tenía 110 vecinos, 440 habitantes, y formaba parte de la provincia, audiencia territorial y capitanía general de Madrid, del partido judicial de Alcalá de Henares y de la diócesis de Toledo. Madoz escribe sobre cómo su clima propicia la existencia de procesos catarrales.
Corpa posee, en estos años, 115 casas repartidas por once calles y callejones, además de una plaza. Tiene la Iglesia Parroquial de Santo Domingo, una casa de Ayuntamiento en la que se sitúa la cárcel, una casa palacio, una escuela de instrucción primaria para ambos sexos, la Ermita de San Roque, dos fuentes de “buenas aguas” en las afueras y un cementerio.
Madoz es uno de los autores que señala la existencia en su término del despoblado de “Vademolinos” (sic). Sobre sus terrenos, clasifica éstos como de segunda y tercera calidad, existiendo tres montes con robles y una suficiente cantidad de huertos regados con el agua de la “fuente principal” (citada con este nombre, suponemos que se refiere a la Fuente Grande). De sus caminos, que la comunican con los pueblos vecinos, leemos aquí que están “en mal estado”.
La producción del pueblo es principalmente agrícola, destacando, por su volumen, los cultivos de trigo y vides, y contando, asimismo, con cebada, avena, centeno y aceite, calificado éste como de “buena calidad”. Conserva ganado vacuno y mular para las labores en el campo. Además, en sus campos, hay caza de conejos, liebres y perdices. La industria de Corpa se circunscribe entonces a un molino de aceite y la derivada de la agricultura. El comercio consiste en la exportación del grano y del vino sobrantes.
En este siglo, desparece el hospital como consecuencia de las distintas desamortizaciones36 habidas en este período. En 1859, el Ayuntamiento solicitó un presupuesto de reparación, cuya suma, de 32.440 reales, resultó inasumible para las arcas municipales.
En 1865, Cayetano Rosell y López37 publicó su “Crónica de la Provincia de Madrid”, en la que los datos sobre Corpa son bastante limitados, asignando una población de 543 habitantes. Una cifra ésta que es idéntica a la del Censo de 1857 que vimos antes, por lo que desconocemos si los datos de Rosell estaban actualizados ya que en un censo posterior, el de 1860, Corpa tiene una población 595 personas.
Plano de Corpa de 1876 (POBL280736_1876_CORPA CC-BY 4.0 ign.es).
Llegamos a la “Guía de Madrid y su provincia”, una obra que Andrés Marín Pérez38 realizó entre 1888 y 1889. En esta guía, Corpa tiene una población de 207 vecinos y 607 almas, habitando un total de 139 casas que se dividen en 40 de un piso, 96, de dos, y tres, de varios. Marín Pérez considera que todas ellas se encuentran en “regular estado”. Volvemos a leer aquí sobre los catarros en el lugar, mencionando el autor que éstos, la pulmonía y “demás enfermedades” respiratorias son frecuentes en el pueblo a causa de los fríos y húmedos aires invernales.
Sobre la Iglesia Parroquial de Santo Domingo, Marín Pérez escribe que no está mal restaurada, que es espaciosa y que cuenta con los altares Mayor, de San Antonio, San Isidro, San Nicolás, Santa Ana, la Virgen de la Agonía, la Virgen del Carmen y la Virgen del Rosario, además de las capillas de la Virgen De los Dolores y del Santísimo Cristo de la Salud. En el pueblo, queda también la Ermita de San Roque y habla de la existencia de las cofradías de San Isidro, San Roque, San Sebastián, la Virgen de la Encarnación y la Virgen del Rosario.
Disponía el municipio de dos escuelas de instrucción primaria completa, una de niños, con 40 alumnos, y otra de niñas, con 50, atendidas por un maestro y una maestra que cobraban, respectivamente, 236 y 134 pesetas. Sobre la desigualdad de sueldos, creemos interesante copiar el texto de Marín Pérez: “Llamamos la atención del Ayuntamiento y Junta local acerca de la diferencia de retribuciones entre los maestros, confiando en que a la mayor brevedad posible igualarán las de la profesora, conforme han igualado los sueldos en virtud de la ley dada para este fin, con objeto de que acabasen para siempre las enojosas desigualdades”.
Contaba la población con médico, farmacéutico y veterinario. El médico cobraba 250 pesetas por atender a 18 vecinos pobres y 1.750 por atender a los vecinos acomodados; el farmacéutico, 250 pesetas por los vecinos pobres y era contratado, de manera particular, por los acomodados mediante igualas39 individuales. El veterinario atendía a 69 mulas, 66 asnos y 72 vacas por 49,95 hectolitros de trigo, además de lo que cobraba, al contado, por la labor de herraje.
En el municipio había juez y fiscal, y un Ayuntamiento formado por siete concejales, una Junta Municipal de, igualmente, siete vocales, un secretario y un alguacil. En la parte baja de la Casa Consistorial, existía una cárcel. Sobre la única posada del pueblo, Marín Pérez escribe que “da regular dormitorio y reducida comida”, considerando ésta pobremente aderezada y siendo el precio, por todo ello, de 2,50 pesetas.
La agricultura, de la que escribe Andrés Marín Pérez que se encuentra en “regular estado”, ocupaba 2.474 hectáreas (ha), 9 áreas (a) y 35 m2 que se repartían, en cuanto al producto cultivado, de la siguiente forma: 1.699 ha, 3 a y 36 m2 eran para todo tipo de cereales; 308 ha, 7 a y 14 m2, para vides; 36 ha, 95 a y 99 m2, para olivos; y 38 ha, 7 a y 12 m2, de verduras y legumbres de regadío. También se contabilizaban entonces las 399 ha, 96 a y 74 m2 de robles, buenos pastos y caza abundante que tenían los montes de Cobertero, Sotillo y Toconal.
La ganadería se limitaba a 69 mulas, 66 asnos y 72 vacas, mientras que el sector industrial se reducía a la elaboración de pan y a la obtención de aceite y vino. El comercio consistía en la exportación del sobrante de carnes, granos y demás productos, y en la importación de telas, ultramarinos y restos de productos que fuesen necesarios.
Nos situamos ya en el siglo XX, en el que, tras las cifras de población de 1900 que mostramos antes, tenemos las de 1910, en donde Corpa aparece con una población de 586 habitantes de hecho, 608 de derecho y 157 hogares, y las de 1920, con unas cifras de 538, 603 y 137, respectivamente. Durante los primeros años de este siglo, es cuando la electricidad llega al pueblo. La compañía encargada de su suministro, desde sus instalaciones en el molino de Pezuela de las Torres, era La Flor de Tajuña, que permaneció dando este servicio hasta la década de los años 50.
Antes de continuar, consultamos la información disponible sobre Corpa que Juan Ortega Rubio40 escribió en su “Historia de Madrid y de los pueblos de su provincia”, de 1921. En este texto, volvemos a ver cómo se considera que el pueblo está situado en un “terreno llano y algo pedregoso”. De su población, Ortega Rubio nos da las cifras de 1910 y, tras contar el desconocimiento sobre el origen de su nombre, comenta que existen opiniones que aseguran que la localidad fue repoblada por cristianos.
De la Iglesia Parroquial de Santo Domingo, Ortega nos cuenta que es espaciosa y que posee un retablo cuyas pinturas tienen valor artístico. Igualmente, leemos aquí acerca de la existencia, al Norte del pueblo, de la Ermita de San Roque. La villa seguía contando con una Casa Consistorial, de la que este autor opina que es “modesta”, y dos escuelas, una de niños y otra de niñas. Asimismo, disponía de un paseo arbolado y de dos fuentes, la vieja y la nueva, de “excelentes y abundantes” aguas aptas para el consumo.
Ortega Rubio, además de escribir sobre la existencia del despoblado de Valdemolinos, habla de cómo esta es una tierra de cultivos de cereales, olivos y viñas con tres montes de robledales, y de que su agricultura se encuentra en un estado “regular”, mientras que su ganadería es “escasa”. Sobre su industria, manifiesta que se limita a la producción de pan, vino y aceite, mientras que el comercio, tanto de importación como de exportación, es exiguo.
En 1930, la población ha continuado descendiendo hasta los 537 habitantes de hecho, 523 de derecho y 139 hogares. Un descenso que continúa tras la Guerra Civil Española (1936-1939), al contabilizarse 526, 590 y 138, respectivamente. Durante el conflicto, Corpa estuvo lejos de los frentes de batalla, pero no así de algunas de sus consecuencias, como la quema de la Iglesia de Santo Domingo, cuya reconstrucción no comenzó hasta 1943, como veremos más adelante.
Entre 1956 y 1961, se publicó el “Diccionario Geográfico de España”, donde se muestra Corpa como un municipio y villa de la provincia de Madrid, dentro del partido judicial de Alcalá de Henares, de 589 habitantes. Aquí, se describe su terreno como muy accidentado, apuntando, como más destacados, los cerros Carrabilla, Llano Azarrago y Matasiete. Se vuelve a mencionar la existencia de bastantes fuentes naturales, pero en este caso se consideran como demasiado calizas. De la vegetación existente en las áreas sin cultivar, se citan los álamos negros y chopos, mientras que de la caza que hay en el término, se enumeran zorros, liebres, conejos y perdices.
De la agricultura de entonces, en este diccionario geográfico aparece que el pueblo tiene cultivos de secano y de regadío. El de secano se divide entre 1.600 ha de cereales, 20 a de viñedos y 15 a de olivos, mientras que el de regadío se basa en huertas concentradas en el valle del arroyo de Pantueña, regándose con el agua de éste y con la de un pozo.
Plaza de la Constitución. De derecha a izquierda, vemos el Palacio de los Marqueses de Mondéjar, el Ayuntamiento, la antigua Clínica, el Pósito y el muro Norte del Campanario.
La cabaña ganadera nos la enumera contabilizando cinco cabezas de ganado caballar, diez de asnal, dos de vacuno para labor, ochenta de mular, sesenta de cabrío, 800 de lanar, 115 de cerda y 3.000 aves de corral, contando el pueblo con cuatro granjas avícolas.
También vemos la existencia en Corpa de varias canteras dedicadas a la extracción de piedra caliza. En cuanto a su industria, está aquí representada por una fábrica de conservas vegetales, un molino de piensos y una producción casera de quesos. El sector comercial lo constituyen cuatro tiendas de comestibles y dos carnicerías.
En cuanto al sector de las comunicaciones, se cuenta con la carreteras de Madrid y de Brihuega a Villarejo de Salvanés, además de dos camiones y treinta aparatos de radio.
El pueblo tenía entonces 141 viviendas, de las que 139 son en compacto41 y dos en diseminado42, y 35 edificios en compacto destinados a diferentes fines; dos escuelas nacionales, una de niños y otra de niñas; un médico y un botiquín de urgencias. Desde los años 40, se han construido en el pueblo las escuelas y las viviendas para los maestros, se ha reconstruido la iglesia y se han llevado a cabo obras de urbanización. Los deportes y espectáculos con que cuenta son pelota a mano, una corrida de toros que se celebra durante sus fiestas del 12 de septiembre y una sesión de cine una vez a la semana.
En la “Guía de la provincia de Madrid”, publicada en 1958 por Antonio Cantó Téllez, Corpa aparece como un término de tierras fértiles, al estar regadas por diversos manantiales, y se vuelve a mencionar la existencia del despoblado de Valdemolinos. Cantó Téllez habla de la belleza del paisaje que rodea el pueblo y de cómo éste cuenta con correo, coche de línea, médico y bar. De la Ermita de San Roque, Téllez dice que se encuentra en ruinas y la califica como carente de interés.
En 1950, el número de habitantes aumentó hasta los 569 habitantes de hecho, 589 de derecho y 137 hogares; un aumento que no continuó durante las décadas siguientes, al igual que en muchas otras poblaciones de España, en las que la población emigraba del campo a la ciudad en busca de unas mejores condiciones de vida. Así, en 1960, tenemos 536, 555 y 139, respectivamente; en 1970, 499, 513 y 131, en el mismo orden; en 1981, 369, 369 y 118; y en 1991, 368, 351 y 111, en igual orden.
Con el nuevo siglo, la tendencia cambia y en 2001, la población –en adelante ya sólo se contabiliza la de derecho– suma 444 habitantes de derecho y 165 hogares; un número que sube hasta los 630 y 260, respectivamente, de 2011; los 669 habitantes, de 2015; o los 723, de 2020.
En el año 2018, según el Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid, Corpa tenía un Producto Interior Bruto (per cápita) de 7.518€, inferior al de la zona, de 19.114€, y al de la comunidad madrileña, de 34.917€. Este PIB se reparte en un 19,05% de los servicios a empresas y particulares; un 15,52%, de los de distribución y hostelería; un 3,36%, de minería, industria y energía; un 2,98%, de agricultura y ganadería; un 1,32%, de construcción; y un 57,81%, de otros servicios. En cuanto al Indicador de Renta Disponible Bruta Municipal de 2018, éste es de 13.083,77€, inferior al zonal, de 14.203,78€, y al regional, de 19.772,64€.
Monumentos y puntos de interés
Nuestro recorrido comienza en la Plaza de la Constitución, lugar en el que se concentra un importante conjunto civil y religioso debido a los edificios que en él se hallan.
Así, nuestra primera parada aquí será la Iglesia de Santo Domingo de Silos, que cierra la plaza por el Sureste.
Durante la Guerra Civil Española, la iglesia sufriría los efectos de la contienda, siendo destruida su cubierta y perdiéndose todas las capillas, así como el coro, que se situaba a los pies, el baptisterio43 y el pórtico. Tal y como podemos leer en el Tomo XVI de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, dedicado al Este de la región, “Sus escombros quedaron diseminados por la plaza hasta que en 1942 el Ayuntamiento contrató a dos pedreros (Alfonso Bernal Casado y Gregorio Rodríguez) para que los retirasen. Su trabajo costó 2.500 pesetas que fueron recaudadas mediante donativos aportados por los vecinos del pueblo. En mayo de 1943 la labor de retirada estaba concluida y comenzó la reconstrucción de la iglesia”. En la misma obra antes citada, apuntan que, a pesar de que no ha sido posible localizar el proyecto, se ha conservado un expediente en el Archivo General de la Administración que lo fecha en 1943, siendo el presupuesto de 182.284,07 pesetas. Cuatro años después, en junio de 1947, se firmaría la primera certificación de la obra, correspondiente a los trabajos ejecutados entre el 7 de enero y el 10 de mayo de ese año.
Así pues, la imagen del templo que ha llegado a nuestros días es la de esta reconstrucción, a excepción de la torre, la sacristía y los contrafuertes de la cabecera. En el interior y en la cornisa sobre la que se apoya la cubierta, se emplearía el ladrillo como material constructivo, mientras que en el exterior, se mantendría la fábrica de mampostería44.
La casa parroquial, que vemos en un lateral, es una construcción posterior, levantada adosada al muro Oeste de la iglesia.
Con la destrucción del edificio, también se perdería prácticamente todo el archivo parroquial, por lo que los datos sobre el templo no son demasiados. Si bien en el libro “Tierras de Alcalá. El valle del Henares (I)”, de la serie “Pueblos y Ciudades” de la colección “Biblioteca Madrileña de Bolsillo”, apuntan que “El origen del edificio parece ser de finales del siglo XII”, las primeras noticias que hay documentadas son de 1592, año en que a don Francisco Collantes y a su esposa María de Salaya les fue concedido un permiso por parte del Arzobispado de Toledo para que construyeran una capilla en el lateral de la Epístola46 del Altar Mayor. Para ello, el matrimonio cedería, en contraprestación, dos tierras, pero el 24 de mayo daría comienzo un pleito tras descubrirse que una de las tierras ya estaba vinculada a otra persona; gracias a esta documentación judicial, se puede extraer que para esta fecha las obras de la capilla ya habían dado comienzo.
Torre del templo, cuyo campanario fue restaurado a mediados del siglo XX, tras ser destruido durante la Guerra Civil.
Casi dos siglos después, en 1762, Manuel Alarcón, maestro de obras y vecino de Corpa, pediría licencia para construir otra capilla, en este caso, bajo la advocación de la Virgen de los Dolores, la cual estaría en el hueco de un gran arco abierto en el lateral Norte de la nave, frente a la Capilla del Santísimo Cristo y al Altar de San Nicolás de Bari. Para su construcción, Alarcón tendría que dividir en dos el espacio que generaba el arco, además de reformar el acceso a la torre, que, a partir de entonces, pasaría a ser directo desde el pórtico del templo. Presentados los planos y los informes técnicos, el arzobispado daría luz verde al proyecto, quedando la capilla terminada en 1766.
Se sabe que la cubierta original de la iglesia era de madera a dos aguas48 y que en 1768, el visitador eclesiástico ya mencionó que era necesario construir una bóveda de yesería que cubriese la nave; no obstante, la carencia de recursos económicos, como viene siendo habitual, hizo que el proyecto quedase paralizado hasta 1776, año en que se retomaron las gestiones para que la diócesis concediera el permiso. Para 1779, todavía se estaban llevando a cabo los trámites, los cuales fructificaron en 1782. Seis años más tarde, en 1788, la bóveda estaba finalizada, siendo su autor el maestro de obras Feliciano Conejo.
En cuanto a la sacristía, se desconoce quién fue su autor, pero sí se sabe que está datada en 1744 y que su obra costó 2.822 maravedíes.
Plano de Corpa de 1876 (POBL280736_1876_CORPA CC-BY 4.0 ign.es).
Andrés Marín Pérez, en el Tomo I de su “Guía de Madrid y su provincia”, nos dice, como vimos anteriormente, que la iglesia está “no mal restaurada”, que es “bastante espaciosa” y que se halla “dividida en los 8 altares siguientes: Mayor, San Isidro, Rosario, San Antonio, Santa Ana, San Nicolás, el Carmen y la Agonía, mas (sic) dos capillas tituladas de los Dolores y del Santísimo Cristo de la Salud”.
En la obra “Tierras de Alcalá. El valle del Henares (I)”, citan a Antonio Cantó Téllez, quien escribiría que “Su antigua iglesia de Santo Domingo de Silos tiene en su retablo mayor algunas pinturas que poseen valor artístico. Debajo del coro se ve un cuadro de Jesús con la cruz a cuestas, que es atribuido al Divino Morales. Debajo del cuadro existe un arcón, donde se conserva la momia, visible a través de unos cristales, de D. Francisco Collante, hijodalgo de esta villa, protector de artistas y desvalidos, muerto a mano airada el 8 de octubre de 1626”.
La entrada a la iglesia se abre en el lateral Sur, estando cubierta por un pórtico que apoya sobre cuatro pilastras de mampostería. Del exterior, destaca la torre, construida, igualmente, en mampostería y que se alza también en el Sur; una escalera de caracol situada en su interior nos permite ascender hasta el cuerpo de campanas, elemento realizado en una restauración posterior del templo.
De trazas sencillas, estamos ante una iglesia compuesta por una sola nave dividida en cuatro tramos por los arcos fajones49 que forman la bóveda de medio cañón50 de yesería que la cubre, la cual sustituye a la primitiva de estilo barroco51. Dichos arcos quedan sustentados por pilastras que se hallan adosadas a los muros. En el paramento Sur, dos arcos de medio punto52 acogen una capilla de pequeñas dimensiones y la sala por la que se accede a la torre. La sacristía, al lado del presbiterio, es una estancia de planta rectangular, de apariencia sobria, que se cubre por medio de una cubierta a tres aguas.
La Iglesia de Santo Domingo de Silos cuenta con una protección integral, al hallarse recogida, desde 1997, en el Catálogo de Bienes Protegidos de Corpa.
El lado Norte de la plaza queda cerrado por el Palacio de los Marqueses de Mondéjar. Pocos son los datos que se tienen sobre su construcción. En 1753, se menciona en el Catastro de Ensenada que en la plaza de la villa se halla la casa de los marqueses de Mondéjar, siendo ésta descrita como “una casa en la Plaza publica desta villa, con vivienda baja alta, corral sin cercas, y en el una cueba sin vasijas, y linda a oriente con casa del Mayorazgo de Collantes mediodía la plaza principal poniente corral de Gabriel Lozano y partte corraliza de don Anttonio Salzedo, vale de renta en cada año diez ducados. Tiene de frente al medio día donde esta la puerta 23 baras, alto 8, fondo cubierto 10, descubierto quarenta y una; fabrica de cal y canto bien tratada, fondo de la cueba, 15”. En el citado Tomo XVI de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, señalan que “La descripción es muy somera pero no parece que corresponda con el palacio actual”.
También en esta obra, aluden a algunos investigadores a la hora de establecer la autoría de la construcción del inmueble, atribuyéndola a “Juan José de la Puente Ibáñez, de la orden de Calatrava, marqués de Corpa y Oidor de Lima, que adquirió la villa y el palacio a finales del siglo XVIII”. Como prueba que sustente esta teoría, mencionan un escudo que se habría conservado en el interior del palacio y que, antaño, estuvo colocado sobre la portada principal; en él, estarían representadas las armas de los De la Puente, además de los atributos de un caballero de la Orden de Calatrava. “Sin embargo”, añaden en el libro antes mencionado, “la correcta identificación del escudo no permite atribuir la fábrica del palacio a este momento concreto, ya que el nuevo propietario pudo limitarse a colocar su heráldica como signo de posesión en el lugar que ocupaba la de los Mondéjar”.
De estilo barroco, inspirado arquitectónicamente en los palacios de la Corte, los muros del edificio se alzan sobre un zócalo de piedra con el que, además, se pudo salvar el gran desnivel de la Calle del Agua, donde se asienta. Unos pequeños huecos permiten el paso de luz a las bodegas. El resto de los paramentos está construido en mampostería y ladrillo.
La fachada principal del palacio queda organizada por medio de un cuerpo longitudinal central que se divide en dos alturas, estando flanqueado por dos torreones de altura superior cubiertos por un tejado a cuatro aguas, mientras que el del edificio es a dos. La portada principal la enmarcan dos columnas toscanas53 que sostienen el balcón principal, éste abierto en el piso alto. Los vanos66 se organizan simétricamente conforme al eje central que marca la portada, estando los del piso bajo recercados con cantería ornamentada con molduras de factura sencilla y cerrados con rejería de forja, mientras que en la planta alta se aprecia un recercado de ladrillos saliente, teniendo aquí balcones. En las torres, las ventanas que se abren siguen el mismo esquema. En el Tomo XVI de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, apuntan que “Una de ellas se desmontó cuando el palacio fue reconvertido en varias viviendas y se habilitó una de las ventanas inferiores como puerta a la calle”.
La fachada posterior es de unas trazas más toscas, si bien se repite el mismo esquema compositivo y simétrico que en la principal, además de contar con igual número de vanos. Aquí, en esta parte trasera, un gran patio acogía en tiempos las dependencias destinadas al servicio.
El interior del palacio ha sufrido las reformas constantes de los sucesivos dueños que ha ido teniendo a lo largo de los años desde el siglo XIX, por lo que, en la actualidad, está completamente transformado. Así, por ejemplo, sus estancias fueron compartimentadas con tabiques de ladrillo, por lo que hoy es prácticamente imposible saber cuál era la disposición original de éstas, o qué uso tenía cada una. Sí se conoce que todas las dependencias se organizaban alrededor del zaguán de entrada, comunicando éste de manera directa con el patio trasero y dividiendo el palacio en dos mitades iguales; también es probable que, sobre él, se hallara una habitación de considerables dimensiones –ocuparía el espacio que se corresponde con tres vanos de la fachada principal– y de carácter representativo.
Desde 1997, el Palacio de los Marqueses de Mondéjar goza de una protección estructural, según consta en el Catálogo de Bienes Protegidos del municipio.
Adosada al Ayuntamiento y cerrando el lateral Oeste de la Plaza de la Constitución, tenemos la antigua Clínica y Vivienda del Médico.
En septiembre de 1966, el consistorio cedería este solar para la construcción de este inmueble, presentando la Diputación Provincial, al mes siguiente, el proyecto de este conjunto sanitario.
Se trata de un edificio de planta rectangular construido en ladrillo visto y carente de decoración alguna en sus fachadas. Compuesto de dos alturas, la cubierta es un tejado a cuatro aguas. En la fachada principal, se abren las dos puertas por las que se accedía a las salas propias de la clínica, como son la sala de espera, la enfermería, la propia consulta y el despacho, y a la escalera, por la que se subía hasta la planta alta, donde estaba instalada la vivienda del doctor, formada ésta por tres dormitorios, un comedor, una cocina y dos aseos.
Al Suroeste de la plaza, se sitúa el edificio del antiguo Pósito Municipal, de planta rectangular y cubierto por medio de una techumbre de madera de teja árabe a cuatro aguas. Sus muros se levantan sobre un zócalo de mampostería, el mismo material empleado en los paramentos, sólo que aquí, se dispone junto con el ladrillo. En cuanto a las esquinas, éstas quedan reforzadas mediante sillares67.
En la fachada principal, se abría un arco de medio punto de ladrillo por donde se introducía el grano. En la parte alta de la fachada, había tres pequeños vanos que permitían la ventilación necesaria de las cámaras donde se almacenaba el cereal.
Su construcción podría ser fechada alrededor de la segunda mitad del siglo XVIII, pues todavía no aparece citado en el Catastro de Ensenada. Sí se sabe que para 1848 estaba arruinado y que sería adquirido por un vecino de Pezuela de las Torres de nombre Mariano Bachiller, quien pagaría por el edificio 2.240 reales de vellón71. Más adelante, el inmueble sería dividido en dos propiedades diferentes, siendo compartimentado su interior y habiendo abierto uno de los propietarios un portón en una de las fachadas laterales.
Se dice que el edificio fue utilizado como cárcel, si bien no hay ninguna fuente documental que corrobore este hecho, además de que Pascual Madoz ubica la prisión municipal en la planta baja de la Casa Consistorial, por lo que la afirmación queda ligada a la tradición oral. Como apuntan en el Tomo XVI de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, “Puede que, como ocurriera con el granero pontificial de Pezuela de las Torres, al tratarse de un edificio sólido y con pocos vanos, fuese empleado para ese fin en momentos concretos, pero su uso histórico fue el de pósito”.
El edificio del antiguo Pósito Municipal se encuentra inscrito en el Catálogo de Bienes Protegidos del Ayuntamiento de Corpa, de 1997, teniendo una protección estructural.
Localización: Calle Procesiones, esquina con Plaza de la Constitución. 28811 Corpa.
Varias son las fuentes con que cuenta el municipio de Corpa. Sin embargo, su red de abastecimiento de agua por el casco urbano no se llevó a cabo hasta el año 1959. Hasta entonces, los corpeños debían bajar a la Fuente Grande, que veremos más adelante, si querían llenar sus vasijas de agua.
Con este plan, se proyectó que el agua sería captada desde el arroyo Arrecueros, donde se instalaría una bomba, mientras que la cañería de distribución pasaría por la Calle Cruces hasta desembocar en un depósito ubicado en las Eras.
Una vez realizado este planeamiento, lo siguiente sería la instalación de las fuentes, que sería un total de tres. Una de ellas estaría junto al grupo escolar, la otra sería la Fuente de la Plaza de la Alegría y la tercera, la Fuente de la Plaza de la Constitución, colocándose esta última en el centro de este espacio, lugar en el que estaría hasta hace unos años. Estaba compuesta por un pilón circular en el que se alzaba un surtidor, igualmente circular, con cuatro caños, además de un remate de piedra.
Tras la reforma de la Plaza de la Constitución, la fuente sería desmontada, siendo utilizados algunos de sus elementos ornamentales en la nueva fuente, que sería colocada en un lateral de la plaza.
Esta Fuente lateral de la Plaza de la Constitución, toda ella de piedra, está formada por un murete curvilíneo al que se adosa un pilar del que sale un surtidor que vierte el agua a una pequeña pila situada en el suelo.
Su aspecto nos recuerda al de algunos tipos de fuentes de las construidas por el Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones tras acabar la Guerra Civil en pueblos como Cervera de Buitrago, Robregordo o Puebla de la Sierra, entre otros.
La nueva Fuente central de la Plaza de la Constitución está construida igualmente en piedra –con la parte superior de granito– y forma una estructura en espiral que asciende hasta terminar en un cuerpo central con un surtidor que remata un adorno igualmente de piedra.
En cuanto a la Fuente de la Plaza de la Alegría, ésta está compuesta por un gran pilón octogonal de piedra, en cuyo centro se alza una estructura con forma de seta de la que sobresale el único surtidor con que cuenta.
Localización: Plaza de la Constitución y Plaza de la Alegría. 28811 Corpa.
Dos son los tipos de casas que encontraremos en nuestro recorrido por el casco urbano de Corpa: las viviendas rurales y las urbano-rurales. Y es que la vivienda urbana tradicional ha sido renovada casi por completo, habiéndose conservado algunas construcciones, sobre todo, en la Calle Mayor, vía donde aún es posible encontrar una mezcla de las tres tipologías de casas.
Repartidas por el núcleo urbano del pueblo, podremos localizar varias Viviendas rurales. Éstas, construidas generalmente entre medianeras72, suelen constar de una sola planta a la que se añade un sobrado73, si bien en algunas se ha aumentado su altura para que este elemento sea reutilizado instalando en él habitaciones. Aunque la mayoría son viviendas unifamiliares de pequeño tamaño, podemos ver algunas casas más amplias en la Calle Mayor, las cuales han sido divididas entre varios propietarios. En cuanto a los materiales, el más utilizado es el tapial74 blanqueado, siendo también usada la mampostería de canto rodado75.
En la parte trasera de estas viviendas, se instalaban las dependencias de labor, contando la mayor parte, asimismo, con bodegas excavadas debajo de ellas.
En las fachadas, los huecos abiertos no son de grandes dimensiones, mientras que la puerta de acceso suele estar descentrada con respecto al eje central. También cuentan con pequeños huecos de ventilación las cámaras superiores, siendo éstos circulares o rectangulares. Un ejemplo de este tipo de casas es la Vivienda rural en la Calle Mayor, 37. Como dato llamativo, las ventanas suelen carecer de rejería que las cierre y, en caso de tenerla, son muy sencillas, habiendo algunos ejemplos de diseño un tanto más complejo en la Calle Mayor.
Localización: Ejemplo en la Calle Mayor, 37, si bien se hallan diseminadas por todo el casco urbano del pueblo. 28811 Corpa.
Pocas son las Viviendas urbano-rurales que todavía se pueden encontrar en Corpa, aunque aún hay algunas en lugares como la Calle del Agua, la Calle Mayor o la Plaza de la Alegría, en ocasiones, construidas entre medianeras, y otras veces, de manera aislada.
Se reconocen en estas casas algunos rasgos urbanos, como la composición regular de las fachadas, con huecos ordenados y cerrados con rejas, así como otros provenientes de las viviendas rurales, como los materiales empleados –el tapial y la mampostería encalada76–, la carencia de ornamentación en las fachadas y el haber conservado su uso agrícola, por lo que se necesitan espacios libres adosados destinados a las labores del campo, si bien en el pueblo estos espacios se han reducido en numerosos casos para ser convertidos en patios traseros. Asimismo, es habitual que estas viviendas cuenten con bodegas subterráneas.
Se componen, generalmente, de dos plantas más un sobrado, recreciéndose éste en ocasiones para convertirse en una altura más. Los tejados, a dos aguas, son de teja curva sobre una estructura de madera. Los vanos de las fachadas son sencillos y, normalmente, cerrados con rejas de forja. Según leemos en el Tomo XVI de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, “Aunque pudieran tenerlos en origen, ninguna conserva los balcones de las ventanas de los pisos superiores, elementos que sí se emplean con profusión en las viviendas de nueva planta”.
Un claro ejemplo de este tipo de casas es la antigua Vivienda de la familia Collantes, situada en el número 2 de la Calle del Agua, un gran inmueble de planta cuadrada que consta de dos plantas más un sobrado cubierto con un tejado a dos aguas. Al igual que ocurriera con el Palacio de los marqueses de Mondéjar, el desnivel de esta vía hizo que el edificio tuviera que ser construido sobre un zócalo de mampostería que salvara la diferencia del solar. Su fachada se organiza de manera simétrica, centrándose en un eje vertical marcado por la puerta. Sobre su dintel77, podemos contemplar el escudo familiar. Las ventanas de la planta baja de la fachada principal quedan cerradas mediante rejas sencillas, mientras que las superiores cuentan con pequeños antepechos79 de rejería. En la fachada lateral, se abren otras dos ventanas, cerrada la principal con una reja más elaborada que las anteriores. En el lado Oeste, está adosada la cochera, con acceso por medio de un portón metálico; tras ella, se abre un patio de servicio del que parte una galería elevada que comunica con la vivienda; dicha galería queda cubierta con un tejado a un agua sustentado por pies derechos80 de madera con zapatas81 muy sencillas, cerrando el espacio entre cada uno de ellos un antepecho de tapial enyesado.
Otras muestras de esta tipología son la Vivienda urbano-rural en la Plaza de la Alegría, 1 y la Vivienda urbano-rural en la Plaza de la Alegría, 4, entre otras.
Localización: La antigua Vivienda de la familia Collantes se halla en la Calle del Agua, 2. Hay otros ejemplos de viviendas urbano-rurales en la Plaza de la Alegría 1 y 4. 28811 Corpa.
De las tres ermitas con que contaba Corpa –cada barrio tenía una, tomando de ellas su nombre, y debían ser reparadas y conservadas por las autoridades municipales–, ya vimos al inicio de este reportaje que sólo ha llegado a nuestros días la Ermita del Cristo de la Piedad.
En la visita eclesiástica de 1749, son mencionadas las tres: la de San Roque, que veremos a continuación, la de San Sebastián y la de la Concepción. Ya para la visita de 1776, la Ermita de la Concepción había cambiado su nombre al del Santísimo Cristo, mencionándose que era necesario hacer algunos arreglos en su tejado. En la relación de locales destinados al culto de 1885, sólo se citará la Ermita de San Roque.
En el año 1922 se construye y se consagra esta nueva Ermita del Santísimo Cristo, ubicada junto al cementerio, y aunque fue destruida durante la Guerra Civil, ha sido restaurada ya en época reciente.
El pequeño templo es de planta rectangular y está construido en mampostería, con sillares reforzando las esquinas y recercando la portada, quedando cubierto por un tejado a dos aguas.
En su interior, se da culto al Santísimo Cristo de la Piedad, patrón de Corpa y en cuyo honor se celebran las fiestas del pueblo, si bien la imagen original se perdió, siendo la actual una talla moderna.
La Ermita del Cristo de la Piedad cuenta con una protección integral dentro del Catálogo de Bienes Protegidos del Ayuntamiento de Corpa, de 1997.
Otra de las ermitas con que contaba Corpa, además de la del Cristo de la Piedad y la de San Sebastián, era la Ermita de San Roque.
Ubicada en las proximidades del cruce entre la M-223 y la M-225, en el cerro que se alza sobre el polideportivo municipal, a nuestros días ha llegado tan sólo parte de sus restos, apenas unas cuantas piedras que nos dan cuenta de lo que pudo ser la planta, ligeramente rectangular, de este pequeño templo.
Ya en la visita que realizó el visitador eclesiástico en el año 1776 encontró la ermita muy deteriorada; de hecho, la imagen del santo había sido trasladada a la Iglesia de Santo Domingo.
En el siglo siguiente, concretamente en 1885, en la relación de locales destinados al culto que citábamos anteriormente, tan sólo se hace mención a la Ermita de San Roque, definiéndose como un edificio rectangular, de pequeño tamaño –5 metros de largo por 3 de ancho y 2 y medio de alto, según el párroco de Corpa–, con un único acceso y provisto de un sólo altar.
Su desaparición tuvo lugar en la primera mitad del siglo XX.
Localización: En las proximidades del cruce entre la M-223 y la M-225, en el cerro que se alza sobre el polideportivo municipal. 28811 Corpa.
Como ya dijimos anteriormente, varias son las fuentes con que cuenta Corpa, pueblo que se caracteriza por la riqueza de las aguas de sus manantiales. Una de ellas es la conocida como Fuente Nueva, o Fuente Pequeña, de la que pocos son los datos que se tienen.
Situada en la parte baja del pueblo, al lado de la M-225, se tiene constancia de que ya aparece citada en distintos textos del siglo XVIII, por lo que se puede deducir que su construcción debió de llevarse a cabo en época anterior.
Se trata de una fuente realizada en piedra caliza, lo que le confiere un aspecto totalmente rústico. En ella, un pequeño caño vierte el agua a un pilón alargado y estrecho. De aquí, el líquido elemento va a un abrevadero de tamaño mayor y dispuesto para que el ganado pueda saciar su sed.
La Fuente Nueva posee una protección integral, tal y como consta en el Catálogo de Bienes Protegidos de Corpa, del año 1997.
Localización: Al lado de la M-225, en la parte baja del pueblo. 28811 Corpa.
Nuestra siguiente parada se halla a no demasiados metros desde donde nos encontramos. Se trata de la Fuente Grande, una de las más emblemáticas de Corpa. Su construcción fue llevada a cabo en el año 1897 por dos maestros canteros de nombre Francisco y Vicente, y durante años, fue la fuente de la que se abasteció todo el pueblo.
Su localización, en plena Cañada Real Segoviana, está en lo que llama descansaderos, lugares en los que los pastores y su ganado paraban, como su nombre indica, a descansar durante la trashumancia88.
En ella, tres son los caños por los que brota el agua, que va a caer a un pilón alargado y estrecho que mide unos 10 metros de largo por 1,5 de ancho, aproximadamente; de aquí, el agua pasa a un gran abrevadero que, tiempo atrás, se era utilizado tanto por las mujeres, para lavar la ropa, como por el ganado, para saciar la sed.
Cuando rebosa el pilón, se genera un pequeño arroyo que lleva agua todo el año; con ella y con la del manantial de La Minilla, se riegan las huertas que se hallan más abajo.
La Fuente Grande goza de una protección integral, al hallarse incluida en el Catálogo de Bienes Protegidos de Corpa, de 1997.
Localización: Calle de las Cruces, junto a la M-225. 28811 Corpa.
Ya comentamos al inicio de este reportaje que Corpa carecía de molinos de harina, pero que sí contaba con dos almazaras. Una de ellas era de propiedad privada y se hallaba instalada en la casa de su dueña, de nombre Manuela Guerrero, quien la utilizaba únicamente para moler su propia producción de aceitunas. Según el Tomo XVI de la colección “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, en donde citan el Catastro de Ensenada, esta almazara “Se encontraba en el barrio del Romeral y contaba con dos plantas dedicadas a viviendas y cámaras, bodega con cocedero, pajar, dos cuadras, corral y el molino aceitero”.
De la otra Almazara, la que aquí nos ocupa, el propietario era el concejo. Se encuentra en las inmediaciones de la Fuente Grande y, en la actualidad, de ella sólo queda un viejo edificio arruinado. Una vez más, en el mencionado Tomo XVI de “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid”, citan el Catastro de Ensenada, donde la describen así: “Un molino azeytero en el sittio del corro (¿?) inmediato a esta villa de la que se compone de un quarto y un corral sin cerca, con una piedra que muele de continuo mes y medio, que linda a oriente con calmos, mediodia solar de Francisco Ayala, Poniente con el camino que llevan los de Pezuela a Santorcaz y norte calmos; vale en renta quinientos y seis rreales en cada año. Tiene de frente al poniente donde esta la puerta, 13 baras, alto 3, fondo cubierto 21, fabrica de canto y varro mal tratada”.
Localización: Calle de las Cruces, en las inmediaciones de la Fuente Grande. 28811 Corpa.
Nuestra última parada la tendremos en la Fuente de la Hontanilla, una de las tantas fuentes naturales con que cuenta Corpa. Para llegar a ella, sólo tendremos que seguir el sendero que parte de tras la Fuente Grande, hacia nuestra derecha, aunque tendremos que estar atentos, pues no se halla a simple vista, sino un tanto oculta entre los matorrales. Por el camino, podremos disfrutar de los paisajes que nos ofrecen la vega, las huertas y el páramo.
Como podemos ver en la fotografía que acompaña estas líneas, la Fuente de la Hontanilla es un manantial natural que brota de entre las piedras y que cae a una pequeña pileta de piedra caliza.
Localización: Coordenadas de Google Maps (40.41713, -3.25051). 28811 Corpa.
Lourdes Morales Farfán es Licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. ↑
- 1 Alcarria: Terreno alto y, por lo común, raso y de poca hierba. ↑
- 2 Páramo: Terreno yermo, raso y desabrigado. // Lugar frío y desamparado. ↑
- 3 Kárstico: Dicho de una formación caliza: Producida por la acción erosiva o disolvente del agua. ↑
- 4 Sumiller: Persona experta en vinos y licores que, en los grandes hoteles, restaurantes, etc., sugiere a los clientes la bebida apropiada para la ocasión. // Jefe o superior en algunas oficinas y ministerios de palacio. ↑
- 5 Almorávide: Dicho de una persona: De una tribu guerrera del Atlas que fundó un vasto imperio en el occidente de África y llegó a dominar toda la España árabe desde 1093 hasta 1148. ↑
- 6 Pechero: Obligado a pagar o contribuir con pecho7. ↑
- 7 Pecho: Tributo que se pagaba al rey, al señor territorial o a cualquier otra autoridad. ↑
- 8 Realengo: Dicho de un pueblo: Que no era de señorío9 ni de las órdenes. ↑
- 9 Señorío: Territorio perteneciente al señor. ↑
- 10 Corregidor: Magistrado que en su territorio ejercía la jurisdicción real con mero11 y mixto imperio12, y conocía de las causas contenciosas y gubernativas, y del castigo de los delitos. // Alcalde que libremente nombraba el rey en algunas poblaciones importantes para presidir el ayuntamiento y ejercer varias funciones gubernativas. ↑
- 11 Mero imperio: Potestad que residía en el soberano y, por delegación, en ciertos señores o magistrados, para imponer, previo proceso, penas a los delincuentes. ↑
- 12 Mixto imperio: Facultad que residía en el soberano y, por delegación, en algunos señores o jueces para decidir las causas civiles y ejecutar las sentencias. ↑
- 13 Maravedí: Moneda antigua española, efectiva unas veces y otras imaginaria, que tuvo diferentes valores y calificativos. ↑
- 14 Breve: Documento emitido por el papa y redactado en forma menos solemne que las bulas. ↑
- 15 Ducado: Moneda de oro que se usó en España hasta fines del siglo XVI, de valor variable.. ↑
- 16 Bienes propios o de propios: Bienes de un municipio o entidad local menor no afectos al uso común de los vecinos sino a producir rentas patrimoniales ↑
- 17 Real Cédula: Despacho del rey, expedido por algún consejo o tribunal superior, en que se concedía una merced o se tomaba alguna providencia. ↑
- 18 Censo de Campoflorido: Censo realizado en 1712, siguiendo las órdenes del Real Consejero de Hacienda, con el fin de distribuir de forma más justa las cargas asociadas a la Guerra de Sucesión y que constituyó el primer censo de toda España, excepto País Vasco y Navarra. En 1717, tras la orden dada por el Marqués de Campoflorido de concentrarlo en la Secretaría de Hacienda, bajo su mando, tomó su nombre de Censo de Campoflorido. ↑
- 19 Vecino/Habitante: Como vecino se contabiliza únicamente al cabeza de familia y cada uno de ellos equivale, aproximadamente, a 4 o 5 habitantes. ↑
- 20 Pobre de solemnidad: Pobre que acudía a pedir limosna en las fiestas solemnes. ↑
- 21 Clero secular: Clero que no hace los votos de pobreza, obediencia y castidad. ↑
- 22 Almazara: Molino de aceite. ↑
- 23 Zumaque: Vino de uvas. ↑
- 24 Tenería: Curtiduría. // Sitio o taller donde se curten y trabajan las pieles. ↑
- 25 Cordobán: Piel curtida de macho cabrío o de cabra. ↑
- 26 Censo del Conde de Aranda: El Censo del Conde de Aranda, presidente del Consejo de Castilla, fue encargado entre los años 1768 y 1769 a los obispos que, para ello, recibieron las instrucciones de que, a través de los párrocos de sus respectivas diócesis, recogieran una serie de datos de éstas en un formulario. Así, los datos requeridos eran las circunstancias personales de todos los habitantes adscritos a las diferentes diócesis: edad (hasta 7, 16, 25, 40, 50 y mayores de 50), sexo y estado civil; además, se debía aportar información complementaria sobre el número de exentos en función de su condición: Hidalguía, Real Servicio, Real Hacienda, Cruzada e Inquisición; finalmente, se enumeraban los eclesiásticos y los sirvientes de Iglesia y de Hospitales. Como resultado general se obtuvo la cifra de 9,3 millones de habitantes, si bien se considera que el Censo de Floridablanca27 (posterior al del Conde de Aranda) es más fiable. Sin embargo, es importante destacar que el Censo del Conde de Aranda es considerado el primer censo, debido a que abarca todo el territorio nacional, además de que, por vez primera, se cuentan personas, no vecinos, a pesar de que omiten los de las tierras de Órdenes Militares; asimismo, y también por primera vez, la población es clasificada por sexo y edad. ↑
- 27 Censo del Conde de Floridablanca: Censo realizado por el ministro de Carlos III José Moñino y Redondo, Conde de Floridablanca, entre 1786 y 1787, y al que se considera el primer censo de población española realizado con técnicas modernas. En él, se obtuvo información sobre la estructura poblacional conforme a sexo, edad y estado civil, y una ordenación económica de todas las localidades de España. ↑
- 28 Alcalde ordinario: Vecino de un pueblo que ejercía en él jurisdicción ordinaria29. ↑
- 29 Jurisdicción ordinaria: Jurisdicción que procedía del fuero común, en contraposición a la privilegiada. ↑
- 30 Beneficiado: En la Iglesia católica, presbítero o clérigo que goza de un beneficio eclesiástico. ↑
- 31 Recuento de Antonio Regàs: Investigación estadística de los 120 municipios que entonces formaban la provincia de Madrid que, entre 1824 y 1825, realizó el ingeniero e inventor Antonio Regàs Borrell i Berenguer. ↑
- 32 Sebastián Miñano: Sebastián Miñano y Bedoya (Becerril de Campos, Palencia, 1779 - Bayona, Fracia, 1845) fue, además de escritor, periodista y político, un geógrafo e historiador español, autor del "Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal", una colección de 11 volúmenes publicada entre 1826 y 1829 y que está considerada como la más destacada obra de su tipo hasta la publicación del Diccionario de Madoz33. ↑
- 33 Diccionario de Pascual Madoz: El “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar” es una obra publicada entre los años 1846 y 1850 por Pascual Madoz. Según confiesa el autor, su realización le llevó más de quince años y contó para ello con la labor de veinte corresponsales y más de mil colaboradores. Este Diccionario está formado por 16 volúmenes en los que se describen todas las poblaciones de España, incluyendo en algunos casos su historia. ↑
- 34 Pósito: Institución de carácter municipal y de muy antiguo origen, dedicada a hacer acopio de cereales, principalmente de trigo, y prestarlos en condiciones módicas a los labradores y vecinos durante los meses de escasez. // Edificio destinado a guardar el grano del pósito. ↑
- 35 De hecho y de derecho: Distinción jurídico-administrativa entre los habitantes que están empadronados en un población determinada (de derecho) y los que en el momento de contabilizar un censo se encuentran en la misma, estén empadronadas allí o no (de hecho). ↑
- 36 Desamortización: Desamortizar: Poner en estado de venta los bienes de manos muertas, mediante disposiciones legales. Por medio de varias desamortizaciones, se pusieron a la venta terrenos y otras propiedades de las llamadas “manos muertas” (la Iglesia y las órdenes eclesiásticas), quienes mediante donaciones y testamentos habían llegado a tener una extensión de terreno sólo inferior a las del rey y la aristocracia. Por estas expropiaciones y ventas la Iglesia no recibió nada a cambio. La Desamortización del ministro Mendizábal, llevada a cabo en 1836, fue una de las mayores y obtuvo unos resultados muy alejados de lo que se deseaba: la creación de una clase media en España. Sin embargo, sí fue de gran importancia en la historia de España, al expropiar gran parte de las posesiones eclesiásticas sin recibir la Iglesia, como decimos, nada a cambio. Desgraciadamente, las comisiones municipales encargadas de gestionar los trámites modificaron los lotes de terreno en venta, agrupándolos en grandes partidas que alcanzaban unos precios sólo asumibles por la nobleza y la burguesía adinerada. ↑
- 37 Cayetano Rosell y López: Bibliógrafo, dramaturgo, editor, historiador y traductor español nacido en Aravaca (Madrid) en 1817 y fallecido en Madrid en 1833. Oficial archivero de la Biblioteca Nacional en 1844 y miembro de la Real Academia de la Historia en 1856, que entre muchas otras obras, de ellas algunas comedias y zarzuelas, además de traducciones, escribió en 1865 la “Crónica de la provincia de Madrid”. ↑
- 38 Andrés Marín Pérez: Bibliotecario de la Diputación provincial de Madrid y autor, entre otras, de la “Guía de Madrid”, una obra Geográfica-Histórico-Estadística de la provincia de Madrid publicada en los años 1888-1889. ↑
- 39 Iguala: Convenio entre médico y cliente por el que aquel presta a este sus servicios mediante una cantidad fija anual en metálico o en especie. ↑
- 40 Juan Ortega Rubio: Historiador español nacido en Puebla de Mula (Murcia) en 1845 y fallecido en Madrid en 1921. Fue catedrático de historia en la Universidad Complutense de Madrid y publicó, entre otras obras, “Los pueblos de la provincia de Valladolid”, en 1895, e “Historia de Madrid y de los pueblos de su provincia”, en 1921. ↑
- 41 En compacto: Edificios situados dentro del núcleo de población. ↑
- 42 Diseminado: Edificios situados fuera del núcleo de población. ↑
- 43 Baptisterio: Capilla o recinto donde está la pila bautismal. ↑
- 44 Mampostería: Obra hecha con mampuestos45 colocados y ajustados unos con otros sin sujeción a determinado orden de hiladas o tamaños. ↑
- 45 Mampuesto: Piedra sin labrar que se puede colocar en obra con la mano. ↑
- 46 Lado del Evangelio y lado de la Epístola: En una Iglesia, se llama lado del Evangelio al situado en la parte izquierda desde el punto de vista de los fieles, mirando éstos hacia el altar, mientras que el de la Epístola es el de la parte derecha. Toman este nombre de los lados del presbiterio47 desde donde se lee el Evangelio y la Epístola durante la misa. ↑
- 47 Presbiterio: Área del altar mayor hasta el pie de las gradas por donde se sube a él, que regularmente suele estar cercada con una reja o barandilla. ↑
- 48 Agua: Vertiente de un tejado. ↑
- 49 Arco fajón: Arco de refuerzo de una bóveda. ↑
- 50 Bóveda de medio cañón: Bóveda de superficie generalmente semicilíndrica que cubre el espacio comprendido entre dos muros paralelos. ↑
- 51 Barroco: Dicho de un estilo arquitectónico o de las artes plásticas: Que se desarrolló en Europa e Iberoamérica durante los siglos XVII y XVIII, opuesto al clasicismo y caracterizado por la complejidad y el dinamismo de las formas, la riqueza de la ornamentación y el efectismo. ↑
- 52 Arco de medio punto: Arco que consta de una semicircunferencia. ↑
- 53 Orden toscano: Orden que se distingue por ser más sólido y sencillo que el dórico54. ↑
- 54 Orden dórico: Orden que tiene la columna de ocho módulos55 o diámetros a lo más de altura, el capitel58 sencillo y el friso59 adornado con metopas63 y triglifos64. ↑
- 55 Módulo: Medida que se usa para las proporciones de los cuerpos arquitectónicos. En la antigua Roma, era el semidiámetro del fuste56 en su parte inferior. ↑
- 56 Fuste: Parte de la columna que media entre el capitel y la basa57. ↑
- 57 Basa: Asiento sobre el que se pone la columna o la estatua. ↑
- 58 Capitel: Parte superior de una columna o de una pilastra, que la corona con forma de moldura y ornamentación, según el orden arquitectónico a que corresponde. ↑
- 59 Friso: Parte del entablamento60 en los órdenes clásicos que media entre el arquitrabe61 y la cornisa62, en ocasiones ornamentado de triglifos, metopas u otros elementos. ↑
- 60 Entablamento: Conjunto de molduras que corona un edificio o un orden de arquitectura y que ordinariamente se compone de arquitrabe, friso y cornisa. ↑
- 61 Arquitrabe: Parte inferior del entablamento, la cual descansa inmediatamente sobre el capitel de la columna. ↑
- 62 Cornisa: Parte superior del entablamento de un pedestal, edificio o habitación. ↑
- 63 Metopa: En el friso dórico, espacio que media entre triglifo y triglifo. ↑
- 64 Triglifo: Adorno del friso dórico que tiene forma de rectángulo saliente y está surcado por dos glifos65 centrales y medio glifo a cada lado. ↑
- 65 Glifo: Canal vertical poco profundo que decora el frente de los triglifos en los órdenes clásicos. ↑
- 66 Vano: En una estructura de construcción, distancia libre entre dos soportes y, en un puente, espacio libre entre dos pilas o entre dos estribos consecutivos. ↑
- 67 Sillar: Piedra labrada, por lo común en forma de paralelepípedo68 rectángulo, que forma parte de un muro de sillería70. ↑
- 68 Paralelepípedo: Sólido limitado por seis paralelogramos69, cuyas caras opuestas son iguales y paralelas. ↑
- 69 Paralelogramo: Cuadrilátero cuyos lados opuestos son paralelos entre sí. ↑
- 70 Sillería: Fábrica hecha de sillares asentados unos sobre otros y en hileras. ↑
- 71 Real de vellón: Moneda de plata, del valor de 34 maravedís, que equivalía a 25 céntimos de peseta. ↑
- 72 Medianera: Dicho de una pared, y por extensión, de un elemento divisorio: Común a dos casas, construcciones o fincas contiguas. ↑
- 73 Sobrado: Cada uno de los altos o pisos de una casa. ↑
- 74 Tapial: Pared o trozo de pared que se hace con tierra amasada. ↑
- 75 Canto rodado: Piedra alisada y redondeada a fuerza de rodar impulsada por las aguas. ↑
- 76 Encalar: Blanquear con cal algo, principalmente una pared. ↑
- 77 Dintel: Pieza horizontal superior de puertas, ventanas y otros huecos, apoyada en sus extremos sobre las jambas78 y destinada a soportar cargas. ↑
- 78 Jamba: Cada una de las dos piezas que, dispuestas verticalmente en los dos lados de una puerta o ventana, sostienen el dintel o el arco de ella. ↑
- 79 Antepecho: Pretil o baranda que se coloca en lugar alto para poder asomarse sin peligro de caer. ↑
- 80 Pie derecho: Madero que en los edificios se pone verticalmente para que cargue sobre él algo. ↑
- 81 Zapata: Pieza puesta horizontalmente sobre la cabeza82 de un pie derecho para sostener la carrera que va encima y aminorar su vano. ↑
- 82 Cabeza: Listón de madera que se machihembra83 contrapeado86 al extremo de un tablero para evitar que este se alabee87. ↑
- 83 Machihembrar: Ensamblar dos piezas de madera a caja y espiga84 o a ranura y lengüeta85. ↑
- 84 A caja y espiga: Técnica utilizada para ensamblar piezas de madera entre sí, sobre todo cuando estas piezas se juntan en un ángulo de 90 grados. Consiste, de forma básica, en una espiga, o saliente de una de las piezas, que encaja en la caja, o hueco, de la otra pieza. ↑
- 85 A ranura y lengüeta: Técnica utilizada para ensamblar tablas de madera por sus cantos, de modo que la lengüeta de una de las piezas encaja en la ranura de la otra. ↑
- 86 Contrapear: Aplicar unas piezas de madera contra otras, de manera que sus fibras estén cruzadas. ↑
- 87 Alabear: Combar, curvar, especialmente la madera. ↑
- 88 Trashumar: Dicho del ganado o de sus conductores: Pasar desde las dehesas89 de invierno a las de verano, y viceversa. ↑
- 89 Dehesa: Tierra generalmente acotada y arbolada, por lo común destinada a pastos. ↑
LOCALIZACIÓN Y COMUNICACIONES:
AUTOBUS:
INTERURBANOS:
- Línea 271: Alcalá de Henares - Pezuela - Pioz.
- Línea 272: Alcalá de Henares - Villalbilla.
CARRETERAS:
Desde Madrid:
- Por la A-2.
- Por la R-3.
- Por la M-225.
TREN:
METRO:
METRO LIGERO/TRAVÍA:
Los datos de comunicaciones se han tomado, en marzo de 2021, de la web del Consorcio de Transportes de Madrid y de Google Maps.
BIBLIOGRAFIA Y ENLACES EXTERNOS:
- VV.AA.: “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este). Tomo XVI”; Edita: Dirección General de Arquitectura y Vivienda, Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Fundación Caja Madrid y Fundación del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid; ISBN (Obra completa): 84-451-0296-6; ISBN (Tomo XVI): 978-84-451-3210-4; Depósito Legal: M-22.752-2009.
- Agustín Izquierdo (dirección editorial): “Tierras de Alcalá. El valle del Henares (I)”; Colección “Biblioteca Madrileña de Bolsillo / Pueblos y ciudades”; Servicio de Publicaciones de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid; ISBN: 84-451-2101-4; Depósito Legal: M-46.621-2001.
- "Censo de Pecheros de Carlos I". 1528. Tomo II"; Instituto Nacional de Estadística; Madrid; 2008.
- "Censo de la Corona de Castilla. 1591".
- "Censo de Campoflorido, 1712. Vecindario General de España. Tomo I, Manuscritos". Instituto Nacional de Estadística; Madrid; NIPO web: 729-16-003-8.
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- "Censo de Población de la Corona de Castilla. Marqués de la Ensenada, 1752. Tomo II, Nomenclaturas". Instituto Nacional de Estadística; Madrid; NIPO web: 729-16-006-4.
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- Cayetano Rosell y López: “Crónica de la provincia de Madrid.”; Madrid, 1865; Comunidad de Madrid, AGE (COCULSA); ISBN: 84-500-9500-X, Depósito Legal: M-41587-1983.
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- INE: Instituto Nacional de Estadística - Madrid: Población por municipios y sexo.
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- Miguel de Cervantes Saavedra: La ilustre fregona. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. 2001
- Centro Nacional de Información Geográfica - Centro de Descargas
- DRAE